Capítulo 6902 Rubella bajó la cabeza en deferencia hacia James y extendió las manos antes de abrazar a Lyla. Instantáneamente se transformó en un rayo de luz y desapareció en la Torre Wohrdaemon. Lyla, por otro lado, parecía triste. Era como si tuviera muchas preocupaciones no expresadas. James miró a Lyla y le ordenó: "Lesia, regresa al espacio por ahora". "Otra damisela enamorada", comentó Lesia con un suspiro y sacudió la cabeza antes de regresar al espacio del alma de James. Justo cuando James estaba a punto de hablar, Lyla lo interrumpió. "No estoy aquí por ti. Vine a verla", explicó Lyla, señalando a Thea. James respondió solemnemente: "Ella está concentrada en cultivarse en este momento. Si tienes un mensaje para ella, dímelo será lo mismo". Lyla negó con la cabeza y no estuvo de acuerdo: "No, no es lo mismo. Tendrá un gran impacto en mi decisión". James suspiró con resignación y dijo: "Tú..."

De repente, Thea intervino: "Es hora de que hablemos". James se volvió hacia Thea sorprendido y se puso de pie. "¿No te estabas cultivando?" –preguntó James. Thea puso los ojos en blanco y la reprendió: "¿Podrías ser más caballero? No deberías intervenir cuando las mujeres hablamos". James guardó silencio. Lyla instó: "Vete". "¡Rápido! ¡Vete!" Thea también lo ahuyentó. James salió rápidamente después de que insistieron en que los dejara. En ese momento, Lyla finalmente miró a Thea a los ojos. Las dos hermosas mujeres estaban frente a frente, pintando una vista hermosa y serena. "Entiendo que no puedo compararme contigo. Pero aún quiero tener una respuesta antes de morir", dijo Lyla con tono triste. Thea preguntó: "¿Para ese bruto?"

Lyla asintió y respondió: "Quizás sea realmente descarada, pero yo..." Thea dijo mientras sonreía: "No puedes controlar de quién te enamoras. Si etiquetamos los deseos humanos como desvergonzados, muchos tendrán que llevar ese título". Lyla suspiró y dijo: "Gracias. No lo culpes. Depende de mí". Thea respondió con una sonrisa: "Debería agradecerte. Que una mujer con tu belleza favorezca a mi hombre valida mi decisión de que elegí al hombre adecuado". Lyla guardó silencio y sus pensamientos se velaron por la contemplación. Inicialmente esperaba que Thea fuera hostil, peleara, la ridiculizara, la reprimiera o usara su estatus superior y su fuerza para destruirla instantáneamente. La respuesta alegre, confiada y generosa de Thea fue inesperada. En ese momento, se dio cuenta de que no sólo era inferior a Thea en términos de apariencia, figura, temperamento, cultivo y estatus, sino también en mente, autodisciplina y conducta. Se había sobreestimado a sí misma y era demasiado moralista. A los ojos de los demás, ella ni siquiera era digna de ser considerada una rival amorosa. ¿Qué más se podría decir? Su acción sólo resultó en una humillación más profunda. Al darse cuenta de esto, Lyla se inclinó profundamente ante Thea y de repente se golpeó la frente con la palma. Thea se sobresaltó y gritó: "¡Lyla! ¿Estás loca? ¿Por qué te autodestruirías? No podrás reencarnar". Lyla dijo lentamente: "Es mi dignidad final. De hecho, eres el único hombre digno de él, Thea".Original from .