Capítulo 3797 

¿Será porque es excepcional? Por eso se le nota fácilmente. 

Pero cuando lo vio, él estaba mirando su libro y no levantó la cabeza, lo que hacía imposible ver su rostro. 

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¿O tal vez era porque lo amaba? Porque lo amaba tanto que recordaba los contornos de su cuerpo y todos los detalles con tanta claridad que podía reconocerlo fácilmente entre la multitud. 

Como si sintiera su mirada, levantó la cabeza y sus hermosos ojos negros se encontraron con los de ella. 

El cuerpo de Verónica se puso rígido y por un momento, no supo. 

como reaccionar. 

Mason, por otro lado, pareció sorprendido por un momento, luego frunció el ceño y guardó su libro antes de levantarse. 

Verónica observó cómo Mason se acercaba a ella y se puso cada vez más nerviosa. Justo cuando él la alcanzó, ella reunió coraje y dijo: “Mason, yo…” 

Pero en ese momento, él pasó junto a ella. 

El cuerpo de Verónica se puso rígido de nuevo, sintiendo de repente como si la estuviera tratando como a una extraña. 

Fue como cuando él había hipnotizado sus sentimientos en el 

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Había pasado y ella había ido a buscarlo, solo para que la trataran así. Era como si todo entre ellos se hubiera ido. 

¿Podría ser… que la había hipnotizado de nuevo? 

Instintivamente, se dio la vuelta y lo persiguió, agarrándolo de la manga. “¿Nos… hipnotizaste de nuevo estos últimos días?” Sus labios temblaron mientras hacía la pregunta. 

Él respondió sin expresión alguna: “Suéltame. No quiero hablar contigo”. 

—Te pregunto, ¿me has hipnotizado de nuevo? —No soltó su mano y lo miró fijamente a los ojos. 

“No es asunto tuyo si lo hice o no. No olvides que ya nos separamos”, dijo Mason. 

—Entonces, ¿romper significa que puedes borrar todo lo que pasó entre nosotros? —preguntó Verónica en respuesta. 

Ambos estaban parados en el pasillo de la biblioteca, y su enfrentamiento ya había llamado la atención de algunas personas. 

“¿Qué más podemos hacer? ¿Tenemos que seguir pensando en todo lo del pasado después de que rompamos?”, dijo Mason. “No tengo pensado que la gente de aquí me observe, así que será mejor que te vayas rápido”. 

—Vine a buscarte hoy, sin miedo a que me observen —dijo Verónica—. A menos que me prometas encontrar un lugar para hablar apropiadamente, yo… 

El capítulo 3797 no te dejará pasar.” 

Él frunció sus finos labios y la miró fijamente. 

Ella levantó la barbilla y su rostro mostró una mirada determinada. 

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Su expresión le hizo recordar la mirada similar que tenía en su memoria. Aunque esas emociones ya se habían desvanecido, ¿por qué los recuerdos relacionados con ella seguían siendo tan vívidos? 

¡Tan vívido que no podría olvidarlo aunque quisiera! 

—Está bien, te lo prometo —dijo Mason. 

Verónica finalmente la soltó y los dos salieron de la biblioteca. Mason preguntó: “¿Dónde quieres hablar?” 

“Mi lugar”, dijo ella. 

Pensándolo bien, si hubiera un lugar donde no los molestaran, su casa sería una buena opción. Después de todo, vivía sola. 

Mason no dijo nada, simplemente caminó hacia el estacionamiento y Verónica lo siguió. 

Cuando llegaron al estacionamiento y encontraron el auto de Mason, sonó su viejo teléfono. Sacó el teléfono de su bolsillo y contestó la llamada. 

“Está bien, lo entiendo. Si la otra parte realmente quiere demandar, entonces puedo ir a la corte… no importa”, dijo Mason al otro lado del teléfono. 

Capítulo 3797 

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Verónica se estremeció al oírlo. ¿Demandar? ¿Ir a la corte? 

¿Tiene algo que ver con Daniel? 

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