Capítulo 3703 

“¿Por qué tienes prisa? Dijiste que ibas al baño, ¿verdad? 

“Está al otro lado. Déjame llevarte allí”, dijo Crispin, agarrando la mano de Verónica y tirándola en la dirección opuesta. 

Los pasos de Verónica se volvieron inestables y su cabeza comenzó a sentirse pesada. Las tres bebidas que había tomado antes tal vez no le parecieran mucho, pero la estaban afectando con fuerza. Su tolerancia al alcohol era normal y podía sentir los efectos de las bebidas subiéndose a su cabeza. Tenía miedo de perder pronto el conocimiento y eso sería 

peligroso. 

Y el señor Ward que estaba frente a ella definitivamente no era un caballero. 

“Yo…yo puedo ir sola. No tienes que llevarme”, dijo Verónica. 

dijo débilmente. 

—¿Por qué molestarse? ¡Déjame llevarte! —dijo Crispin con una sonrisa lasciva. Luego tomó a Verónica en sus brazos y susurró—: Toda tu familia cuenta con mi trato. Si me acompañas esta noche, puedo firmar el contrato con tu padre mañana. 

Es un buen trato, ¿no? 

Crispin arrastró a Verónica hacia la dirección de la 

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ascensor. 

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Verónica intentó apartarlo, pero fue inútil. Para los demás, parecían una pareja en plena intimidad. 

En ese momento, se abrió la puerta de una habitación privada cercana y salieron algunas figuras. Una de ellas vio a los dos abrazándose y se detuvo un momento, sintiendo que no era apropiado. Luego dijo: “Mason, ven por aquí”, y guió a Mason. 

Bajando la otra escalera. 

Mason respondió con un sonido débil, a punto de darse la vuelta, pero sus pasos se detuvieron de repente cuando vio 

Esa cara familiar. 

El rostro que siempre estaba libre de maquillaje ahora estaba adornado. 

Con un delicado y elegante maquillaje, sus mejillas estaban ligeramente rojas y sus ojos empañados mientras miraba a la chica bajita y regordeta. 

El hombre la sostenía. Sus labios estaban ligeramente separados, como si susurraran. 

Dulces palabras. 

Llevaba un vestido blanco que resaltaba su hermosa figura. 

cifra. 

Ella era completamente diferente de la mujer que vio hace unos años. 

hace días. 

Las personas que la acompañaban parecieron notar que él estaba mirando al hombre y a la mujer, por lo que uno de ellos le dijo a Mason: 

Capítulo 3703 

“Ese hombre es Crispin, el joven maestro del Grupo Toyar”. 

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—¿Es así? —dijo Mason con frialdad. ¿No estaba dispuesta a volver a ser solo una asistente, a vestirse así y a tener intimidad con él? 

¿este hombre? 

¿Encontró un sugar daddy? 

Una ola de ira que aún no lo había invadido se extendió, pero luego se regañó en silencio por haberse sentido afectado emocionalmente por una mujer así. 

Después de todo, fue ella quien lo había alejado con sus propios ojos. 

manos. 

Cuando decidió enterrar todo el pasado, la relación entre él y ella ya se había cortado por completo. 

Mason se dio la vuelta y caminó hacia el otro extremo de 

las escaleras. 

Verónica, en su estado de embriaguez, vio esos ojos familiares. ¿De quién eran esos ojos? La hicieron sentir a gusto, como si no supiera nada. 

No tengo que preocuparme por nada mientras esos ojos estén ahí. 

allá. 

B 

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