Con Sirope y sus amigos.
“Mmm, la entrada es muy normal…¿Espera que es eso?” Al ver lo que había visto decenas de veces Sirope reaccionó con aburrimiento pero una cosa extraña le llamó la atención.
“Una tableta que parece decir los días que faltan para que se abra la mazmorra de nivel plata, interesante, lamentablemente no estamos en el rango plata”
“Y deberíamos ser plata-alto, lo cual llevará más tiempo”
Kein respondió la duda de Sirope con algo de emoción pero luego se fue apagando al darse cuenta de que ellos no eran elegibles.
“Ayyy, que lastima, no nos afecta en nada, bueno sigamos con lo nuestro” Y sin darle tanta importancia entran a la puerta del modo normal.
Pero ocurrió algo que no esperaban, en vez de aparecer directamente en la mazmorra vieron antes sus ojos una ruleta que empezó a girar cuando parpadearon.
No veían bien lo que había en cada sección de la ruleta.
Hasta que empezó a desacelerarse y vieron un poco más.
Una de las secciones estaba lleno de lodos, otras de huesos y la que terminó parándose fue en una que estaba lleno de árboles, era un bosque o al menos así parecía a simple vista.
Una vez que la ruleta se detuvo ocurrió el proceso normal o más bien uno parecido.
La teletransportación que debería demorar un parpadeo demoró más de diez veces más.
Pero ese fue el único cambio notable que se observó al principio.
No saben si hay alguna otra diferencia pero esa ya es algo especial aunque para ellos es un cambio para peor que no le encuentran el sentido.
Pero da igual, es un asunto menor, ahora deben enfrentar la mazmorra.
“Bueno posición de triángulo, Kein al frente, nosotros dos al costado” Rápidamente el elfo Sirope da órdenes y sus amigos la ejecutan.
Mientras ejecutaban las órdenes sacaron sus armas.
Que fueron bastantes comunes.
Un arco con un carcaj lleno de flechas para Sirope.
Una hacha con un escudo grande para Kein.
Y unos poderosos guantes para las dos patas delanteras del oso panda de las profundidades marinas Mipo.
Además cada uno tenía una armadura de cuero, sin olvidar que todo era de muy buena calidad.
Sus padres no escatimaron dinero en su seguridad.
Y vaya que les ha servido esa ayuda.
Gracias a ello han podido pasar varias mazmorras en el modo normal sin tantas dificultades.
Pero está era distinta a todas las anteriores.
“Sé que es un bosque…¿Pero lo es de verdad? Todas las mazmorras en la que hemos ido no tenían un espacio tan amplio, incluso la más grande parece la mitad de está, y eso que apenas puedo ver un poco de está sala”
“Es tan grande que ni se por donde empezar a ir” Al poco tiempo se dieron cuenta de que aunque no empezaron luchando su comienzo fue mucho peor.
“Pues si no sabemos vamos a un lugar aleatorio, como ese de allá” Mipo no se anda con tonterías y propone la respuesta fácil pero eficaz.
“Hagamos eso, es una simple mazmorra en modo normal. ¿Qué tan difícil puede ser?” Sirope aceptó y fueron en dirección sur del bosque.
En un principio parecía un bosque normal pero eso fue solo por el periodo de gracia que le dio.
Menos de un minuto después de que comenzaron a caminar se encontraron a su primer monstruo.
O más bien se vieron emboscados por un grupo de monstruos que los tomó por sorpresa.
No eran pocos y no se conformaron con atacarlos en una dirección.
Los atacaron por todos lados a través de unos pinchos hechos de madera qué gracias a su pequeño tamaño pudieron ir a una velocidad sorprendente.
Casi pareciera que no podían hacer nada y debían soportar el daño.
Pero justo cuando el sonido del pincho perforando el aire se escuchó en los oídos del trío Kein actuó de forma instantánea.
Con su gran hacha y escudo pegó un salto bastante grande que le permitió hacer un fuerte golpe vertical al suelo.
Lo que provocó un retumbe muy grande.
*Retumba de forma muy grande* Y ese retumbó provocó que todos los pinchos caigan de forma inofensiva al piso sin provocar ningún daño.
Pero tales acciones no podían no quedarse impune de consecuencias.
El golpe fue muy fenomenal pero para hacerlo necesito mucha energía y además que terminó en una pose incómoda.
Su hacha quedó atrapada en la tierra y él quedó agachado con la espalda al descubierto perfecto para que alguien aproveche la oportunidad.
*Fiuuuum* Y así fue, más rápido que el viento un pequeño ser salió disparado de un árbol cercano para darle una buena puñalada con su daga.
Pero justo cuando estaba a medio metro apareció Sirope deteniéndolo con su puño.
Casi pareciera que con ese fuerte golpe acabaría derrotado sin poder hacer nada.
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Pero antes de acabar en el piso lanzó su daga y esta vez nada lo detuvo.
Su daga se clavó por completo en la espalda de Kein.
Lamentablemente para el monstruo la armadura que tenía hizo que solo la punta de la daga tocara la piel de Kein.
Y aunque lo atravesó su efecto fue mínimo.
Pero por lo menos todo tuvo un efecto y no fue una inutilidad.
“Mierda recién empezamos y ya sufrimos daño”
“¿Cómo estás Kein?” Entre maldiciones pregunta Sirope mientras se prepara para lanzar unas flechas a esos seres que están en los árboles.
Dicho eso, todavía no vieron su apariencia.
Fueron tan rápidos y el que acabó derrotado se escondió en el follaje que todavía no han visto a quienes se están enfrentando.
Solo saben que son pequeños seres.
“Bien, no dolió nadita" Mientras Kein respondía se fue levantando con cuidado de que alguien más lo atacara.
Y no tuvo que esperar mucho, otra ronda de pinchos vinieron a por ellos.
Aunque esta vez no lo tomaron por sorpresa y pudieron todos reaccionar de mejor forma.
Esquivar fue fácil para Sirope.
Pero no lo era para Kein y Mipo que son pesados y lentos.
Por suerte ellos tenían una forma de resolverlo propia de ellos.
Mipo los golpeó dejándolos inutilizados.
Y Kein los bloqueó con su escudo haciendo que tampoco reciba daño.
Estos últimos dos tenían un problema y era su espalda, pero lo resolvieron con facilidad al ponerse espalda con espalda y cada uno proteger la espalda de su compañero.
Con facilidad neutralizaron sus ataques, pero no podían seguir así, no iban a perder pero tampoco a ganar, tenían que hacer algo para ganar la batalla.
No le demoró tanto al líder Sirope encontrar la forma de resolver está batalla.
“Chicos cubranme, me pondré en el medio de los dos y con mi arco mataré a estos monstruos” Sin problemas sus compañeros acataron la orden y los tres pusieron en efectivo el plan.
Tiene poco espacio pero igualmente el sigue siendo un elfo, un niño elfo pero un elfo al fin al cabo.
Su puntería no es poca cosa, y ha podido con ellas realizar hazañas asombrosas, está no será la excepción.
*Fiuuuum fiumm fiuum fiummmX15* Tras lanzar varias flechas que algunas han impactado y otras no debido a los propios monstruos Sirope tuvo que detenerse.
La razón es sencilla, tiene que recargar su carcaj.
Una vez que lo recargo de nuevo volvió a disparar flechas que acabaron con muchos monstruos más.
Pero no podían los monstruos quedarse quietos, algo tenían que hacer para afrontar la situación.
Decidieron parar de atacar de larga distancia a través de pincho y pasaron a luchar a corta distancia con sus pequeñas pero peligrosas dagas.
Lamentablemente ya no eran tantos como antes, son solo cinco de los veinte que era para peor Sirope aprovechó que estaban viniendo para disparar dos flechas más que dejó muy agotados a dos monstruos.
Con está cantidad pudieron hacerle frente muy fácilmente.
En treinta segundos acabaron con los cinco monstruos.
Monstruos que por fin pudieron ver su apariencia claramente.
Eran pequeños seres verdes parecidos a los monos pero sin pelaje y prácticamente verdes.
Son ágiles, algo astutos y tienen un gran número, por si fuera poco pueden usar bastantes armas.
Unos seres bastantes notables que le dieron algo de problemas al pequeño trío de niños.
“Tcht, está algo difícil, recién comenzó y ya está este nivel de dificultad”
“Pero no es algo que nos detendrá” Tras estás palabras de Sirope continuaron desafiando la mazmorra como si nada los detuviera, pese a que se encontraron con varios monstruos y varias trampas.
Pero no vino sin acompañamiento de pequeñas sorpresas que le dieron unas alegrías.
Y eran los pequeños cofres de tesoros.
Pensaron que iban a ser poca cosa y no lo fue tanto.
Recibieron algunos fragmentos de piedra de maná que no está nada mal, su mesada mensual prácticamente es lo mismo.
También recibieron una espada que su calidad era notable, deberían gastar hasta 5 meses de su mesada únicamente en la espada.
Lamentablemente ninguno de los tres usa una espada así que cuando vuelvan al exterior la venderán para recibir algo de dinero con el cual comprarán lo que de verdad quieren.
Poco a poco fueron avanzados aunque no de forma ilesa, recibieron cada vez más heridas y su energía y elementos se iban gastando en cada batalla.
Para peor su recuperación era horrible, no podían hacer mucho ya que cuando querían descansar esos pequeños seres verdes no lo dejaban en paz.
Aun así su capacidad les hizo llegar al primer jefe.
El gran Piuru Yamatoshi, o más específicamente su avatar.
Un Piuru de rango bronce-alto con un metro de largo y una fuerza muy asombrosa.
Ahora bien si fuera tan solo él no sería la gran cosa, después de todo es un tres vs uno.
Pero él no estaba solo.
En los árboles que lo rodeaban más específicamente en las ramas estaban esos monstruos verdes.
Por si fuera poco bajo el suelo había unos monstruos que debido a donde estaban no los podían ver bien pero ya los conocían de antes.
Son una especie de monstruo topo.
Que son una verdadera molestia, lo han enfrentado antes y no fue una buena experiencia.
Estar bajo tierra y solo salir para golpear hace que sea muy difícil golpearlos.
Se puede dañar un poco golpeando el suelo pero se requiere demasiada fuerza para un efecto mínimo.
Solo Kein puede hacerlo pero los resultados no serán buenos ya que gastará mucha energía y dejará expuesta su espalda.
Por ahora la única forma que descubrieron fue haciéndolo a la forma bruta.
Cuando salgan los golpean.
No es lo mejor pero es una forma de luchar contra ellos.
Sería más fácil si no estuvieran los molestos monstruos verdes pero no todo se puede hacer mucho menos en una pelea de jefes.
Para peor no eran los únicos monstruos que había, en el hermoso cielo había varios pájaros de distintos colores, y ellos también eran una verdadera molestia.
Puede ser que uno no sea la gran cosa pero su número eran de muchas decenas, y su efectividad de combate estaba ligada a la cantidad.
Ya que ellos eran una especie de monstruos magos, pero con la peculiaridad de que funcionan como una mente colmena, cuanto más haya mejor mago será y más maná y eficiencia tendrán.
Son unos enemigos muy fuertes en grupo ya que como rango bronce apenas han tenido un inicio a la magia, no tienen ni muchos elementos ni tienen una buena manipulación de ellos, es algo muy desconocido para ellos.
Por eso tantos problemas le dieron en los combates anteriores.
Y ahora estaban los tres juntos más el jefe, si no fuera porque podrían haber monstruos elites entre ellos la cosa no podría ser peor.
Pero no se rendirán, no importa lo difícil que sea…aunque tampoco tienen opción.
Lamentablemente hay veces que los milagros no ocurren, y este fue uno de esos casos.
¿Qué podían hacer ellos que estaban muy cansados, heridos y sin energía? Contra todo eso.
Nada, bueno más bien muy poco, y si no fuera por qué ocurrió otra clase de milagro hubieran muerto.
Pero eso es historia para el próximo capítulo.