Apolo se despertó y miró el techo de su nuevo carruaje, actualmente el joven noble se encontraba emprendiendo un viaje a la ciudad anillo. El objetivo del viaje del joven era dirigirse hacia la tienda donde podría comprar las criaturas recomendadas por su ancestro; a este punto esa compra era lo más importante en la vida de Apolo. Luego de lo vivido en el ministerio de magia, Apolo buscaba a como dé lugar recuperar la bendición de sus ancestros: ¡No quería más problemas!.
No obstante, antes de ir a la tienda de bestias y criaturas, el joven noble debía pasar por una tienda de ropa para comprarse la vestimenta que emplearía un mago, dado que según la carta de su ancestro si no utilizaba ropa de mago la criatura se deprimiría. Por lo cual para Apolo era crucial dejar una buena primera impresión en las criaturas y para ello era fundamental verlas por primera vez estando vestido como un verdadero mago.
Tras despertarse, Apolo miró por la ventana del carruaje y observó cómo los habitantes de la ciudad anillo iban y venían por las calles, luchando con los «problemas» de sus ajetreadas vidas, problemas insignificantes bajo la opinión de sus ojos. Pero problemas importantes para estas personas, o si no al menos se molestarían en observar las caras de la gente con las cuales se iban cruzando en la calle. Lo cierto es que durante todo este año viviendo en la capital, Apolo no había viajado a la ciudad anillo en ninguna ocasión, por lo que todavía lograba llamarle la atención el infinito cardumen de personas que nadaban sin rumbo aparente por las calles de esta ciudad.
—¡¿Falta mucho?!—Preguntó Apolo en voz alta la pregunta mágica que todo aventurero de bien tiende a hacer no menos de una vez en cada viaje que realiza.
—¡Ya llegamos, estoy buscando un lugar para detener el carruaje!—Gritó Mateo desde el asiento del conductor.
—¡Entonces para, iré entrando a la tienda, luego busco el sitio donde estacionaste!—Ordenó Apolo, desde el interior del carruaje.
—¡Como usted ordene, señor!—Respondió Mateo parando el carruaje en la primera oportunidad que tuvo.
Apolo bajó del carruaje y miró como todas las personas a su alrededor se frenaban para mirarlo, al parecer su altura era bastante llamativa o tal vez era porque su carruaje era el más grande de toda la calle. El punto es que todos los transeúntes observaron con curiosidad a Apolo, poniendo al joven algo nervioso.
El joven no perdió el tiempo posando para los transeúntes y para no perder las buenas costumbres corrió como un lunático hacia la tienda de ropa, la misma no era precisamente grande y parecía una tienda normal, salvo por la vitrina que mostraba varios maniquíes moviéndose y posando constantemente con juegos de ropa llamativos. Por su parte lo único que indicaba un nombre era un cartelito anormalmente chiquito en la puerta del local, el cual decía «Tienda de moda de Lionel, prohibido tocar al sastre».
Para entrar, Apolo agachó la cabeza y entró por la puerta de la tienda. Al entrar el joven noble notó de inmediato que para su desgracia las habitaciones de la tienda no eran tan altas como la de su espaciosa mansión, por lo cual estaba algo incómodo y tenía que vigilar constantemente si no había alguna decoración en el techo para no golpearla.
—Hola, mucho gusto, mi nombre es Lionel de las tierras alegres y soy el sastre de esta tienda—Saludó el sastre moviendo su mano desde la distancia, buscando mantener cierto espacio entre su cuerpo y el del cliente—¿Quién es usted?
Apolo miró de arriba a abajo al sastre, era un hombre de no más de 40 bastante gordo, pero glamurosamente vestido haciendo que su gordura le quedara bien y fuera estéticamente bonita. Por lo demás, el sastre tenía unos llamativos guantes blancos en las manos y un velo en la cara, por lo que toda su piel estaba cubierta y solo se podía ver el contorno de su cuerpo.
—Soy Apolo de bosques negros—Comentó el joven mirando a la tienda con curiosidad—No es un poco chica esta tienda para pertenecerle a alguien de la familia de tierra alegre: tu familia tiene fama de derrochar cristales.
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La familia de las tierras alegres, al igual que Apolo era una de las familias principales, nobles de alta clase, de primera clase o como al lector le guste llamarlo, pero en definitiva: era gente importante. El título principal de dicha familia era el ducado de tierras alegres, el cual también podría ser llamado como el reinado de tierra alegre, ya que como fue mencionado previamente esta familia era uno de los reinos bajo el «mando» del emperador.
El principal motivo por el cual era una familia de temer era porque manejaban la mayor porción de tierra fértil del imperio. Esto y años de buena gestión terminaron provocando que su reino fuera el más poblado y próspero del imperio, por lo que en números su poder militar era uno de los más considerables. No obstante, los nobles de la familia de tierra alegre nunca se vieron en ningún combate y esa era una de sus grandes particularidades. La familia de tierra alegre eran extremadamente pacifistas por lo que buscaban siempre que el imperio se mantuviera alejado de las guerras y solo colaboraba en las guerras defensivas. Cosa que provocó más de un conflicto entre esta familia y la de Apolo; sin embargo, sus relaciones no eran malas, sino que eran neutrales o indiferentes.
—Bueno, tienes razón, mi tienda es algo pequeña: ¡Pero para los ojos indicados es un tesoro poco visto en estos tiempos!—Exclamó Lionel enérgicamente, lamentablemente su rostro estaba oculto por lo que era algo complicado descubrir si le había desagradado o no el comentario de Apolo—Por lo demás, ¿a qué has venido?, ¿Buscas armaduras decorativas?
—No, busco ropa de mago y tiene que ser tradicional—Respondió Apolo con cuidado, no quería tener ningún problema en este asunto—Las prendas tienen que ser idénticas a las que se usaban hace 300 o 100 años.
—Que poco específico...—Susurró Lionel tomándose la barbilla—Supongo que no sabes nada de moda, ¿o me equivoco?
—Un poco más de lo que piensas …—Respondió Apolo recordando que había doblado más ropa de la que le gustaría admitir, aunque eso no era precisamente un indicador para decir que sabía de moda.
—La moda en el imperio ha cambiado mucho con el tiempo y cada vez cambia más rápido—Explicó Lionel—Y más aún en la capital, lo cierto es que es medio difícil saber que buscas, ya que existieron varios estilos que fueron dominando el mundo de la moda de los magos a lo largo de las décadas.
—¿Qué no es una túnica y punto?—Preguntó Apolo con dudas.
—No, lo que marca el protocolo del título conmemorativo de mago es que toda la ropa debe ser negra, así como para los acólitos toda la ropa debe ser blanca—Corrigió Lionel de inmediato—Y se prohíbe estrictamente usar ropa azul o roja. La moda actual son las túnicas y fue así durante casi 100 años, pero antiguamente se utilizaban otras prendas.
—¿Por qué no roja o azul?—Preguntó Apolo con curiosidad.
—La ropa azul se emplea el día en que un archimago muere, mientras que la roja se emplea únicamente el día después en que el mago logra convertirse en un archimago—Respondió Lionel—Como veraz, el título de archimago es bastante antiguo por lo que el protocolo a seguir es bastante estricto y en general los magos suelen cumplirlo a raja tabla.
—¡¿Así?!—Preguntó Apolo aturdido.
—¡Eres un mago, se supone que tú deberías explicarme a mí qué significa el título de archimago!—Regañó Lionel sin preocuparse por los modales básicos.
—Hace poco lo soy…—Susurró Apolo algo avergonzado.
—«Gente ignorante, en puestos importantes: trae problemas»—Murmuró Lionel como si fuera un refrán muy empleado en su vida—De todas formas ese título es conocido por casi todo el mundo, ya que no solo es antiguo, sino que también el emperador está obligado a otorgarle tierras al que lo obtenga.
—¿En serio?, pero en definitiva no puede tener hijos, así que es una tradición medio idiota: solo es prestar un poco de tierra por unos años y luego vuelve al emperador—Comentó Apolo notando el problema.
—No los necesita: un archimago es un mago que logró alargar su vida por lo que si mantiene su método vive hasta que se aburre—Explicó Lionel con calma, mientras miraba atentamente el cuerpo de Apolo tratando de imaginarse que ropa le quedaría bien—Aunque en parte tienes razón: el motivo por el cual se lo considera un título honorífico y no uno oficial es porque como ya mencionaste, las tierras no son heredables y el título tampoco es heredable.
—¡Por mis ancestros, me estás diciendo que son inmortales!—Gritó Apolo impresionado por semejante descubrimiento.
—¿Entonces por qué habría protocolos de color para cuando mueren?, claramente si le cortas el cuello a un archimago muere al igual que la gran mayoría de personas—Respondió Lionel tomándose la barbilla—Además que la condición creo que es un poco más simple que ser inmortal, solo es alargar la vida una única vez: no infinitas veces… Pero volviendo a nuestro tema, creo que tengo algunos catálogos algo antiguos acerca de la evolución de la moda de los magos, podríamos verlos y ver cuál de todos los modelos cumple tus requisitos.
—Vamos por ello…—Dijo Apolo enérgicamente, pero en su mente el joven noble andaba preocupado, reflexionando por segunda vez porque su ancestro le había remarcado que ser un mago era una lucha contra el tiempo.