—Tu destino, tus gustos, tu vida: este test te indica que energía es la que más te contaminó de niño—Comentó Dorien con calma, concentrado en su tarea—Sin embargo, no es absoluto: uno no tiene por qué hacerle caso al test, simplemente es una tradición de nuestro imperio distinguir hasta tres atributos principales de un mago justo en su ceremonia de iniciación.
—¿El efecto secundario de este test es que no pueda tener hijos? —Dedujo Apolo recordando un punto crucial por el cual no había nobles buscando ser magos.
—Dudo que sea secundario, hay muchos intereses en juego…—Murmuró Dorien reflexivamente—Pero tienes razón, Apolo, hacer el test hará que seas infértil el resto de tu vida…
—¿Vale la pena hacerlo?—Comentó Apolo no tan alegre de las consecuencias, no obstante las había aceptado hace ya tiempo: no había camino de regreso a este punto y tampoco podía vivir la vida que buscaba sin el patrocinio del imperio.
—¡No, no lo vale! —Gritó con fuerza Dorien asustando al joven—Más aún es obligatorio hacerlo…
Sin ganas de hablar, Apolo observó como el caldero en la chimenea comenzaba a emitir niebla color azulada que poco a poco comenzaba a inundar la habitación hasta llegar a cubrir la mitad del cuerpo del joven. Fue entonces que Dorien metió un cucharón de madera en el caldero y retiró del mismo tres pequeñas piedras negras. Con cuidado, el mago tomó una pinza de metal y fue vertiendo cada una de las piedras en unos viales con agua que ya había preparado de antemano. Al caer al agua, las piedras negras se fueron derritiendo como si de hielo se tratase, hasta que desaparecieron de la vista de Apolo.
Viendo los tres viales ya preparados, Dorien procedió a taparlos con un tapón y los llevó al escritorio donde Apolo lo esperaba con expectativa y curiosidad. Sentándose en su escritorio, el mago abrió el libro negro que había ido a buscar antes y para sorpresa de Apolo: el interior libro estaba lleno de hojas en blanco sin nada escrito. Sin embargo, Dorien las volteaba como buscando una página en particular, aunque todas eran idénticas. Fue entonces que una de las hojas blancas cambio de color y se transformó en una hoja azulada como la niebla envolviendo la habitación, provocando que el mago se detuviera en dicha página.
Como si hubiera encontrado lo que buscaba, Dorien tomó uno de los viales y derramó su líquido sobre el papel, el papel azulado se humedeció con normalidad y pese a ello nada aparentemente extraño había ocurrido.
—A ver, dime qué lees, muchacho—Pidió Dorien mientras le pasaba el libro a Apolo.
Apolo quiso comentar que la hoja azulada estaba en blanco, sin embargo, cuando trató de advertirle a Dorien, el joven se percató de que la hoja del cuaderno estaba cambiando y unas palabras finamente escritas comenzaron a rellenar la hoja azulada:
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"Pocos saben mis secretos…"
—¿"Pocos saben mis secretos"?—Leyó Apolo sin entender qué significaba esta frase.
—Oh, mire usted y ¿Qué símbolo se formó?—Preguntó Dorien mirando a Apolo con sospecha.
—No hay ningún símbolo: solo esa frase está escrita—Respondió Apolo mientras se concentraba en la hoja azulada y notaba que un dibujo comenzaba a formarse en el papel—Espera, si hay un símbolo: es un pajarito.
—Vaya, qué interesante y que anormal para alguien de tu familia…—Murmuró Dorien reflexivamente mientras jugaba con su barba.
—¿Qué significa?—Preguntó Apolo con ansias.
—Que tu atributo principal es uno de los grandes pecados de los hombres…—Explicó Dorien mirando al joven delante de él con curiosidad: tratando de imaginar qué clase de historia provocó que este joven decidiera no seguir la tradición de su familia y en su lugar buscara convertirse en mago—El pecado de la codicia: "pocos saben lo que tanto deseas, Apolo"…
—Tiene sentido… Creo… No sabía que la codicia podía ser un atributo…—Comentó Apolo reflexivamente, tratando de aceptar este destino y entenderlo, tal y como le dijo su ancestro.
—Muy pocos lo saben…—Murmuró Dorien con bastante preocupación, mientras se levantaba a buscar un libro en la estantería de las paredes, no tardó mucho en encontrarlo y regresar. Apolo observó como Dorien abría un viejo libro con tapas de cuero y hojas amarillentas, por el contenido del libro, el joven se dio cuenta de inmediato de que se trataba de un registro.
Dorien pasó las páginas del registro hasta que llegó a la hoja que buscaba y con cuidado procedió a leerla.
—Deo de pueblo blanco, Eco de los pantanos rojos, Thais del valle y Helena de pueblo chico, Al parecer el imperio solo ha tenido cuatro magos cuyo principal atributo es la codicia, teniendo en cuenta que estos registros parten desde hace más de 2000 años, te diría que son muy, pero muy pocos magos. Deberías descartar esta prueba y buscar un atributo más común entre tus pares magos: ¿Qué decides, volvemos a intentarlo con otro test o te quedas con esta opción?
—Deo… Eco… Thais… Helena…—Murmuró Apolo tan desconcertado por escuchar estos cuatro nombres en la vida real que empezó a mirar con desconfianza a Dorien pensando que esta podía ser otra pesadilla extraña, sin embargo, el hecho de que no estaba Helena y tampoco se encontraba en los bosques no hacía más que perturbarlo.
—¿Repetimos el test? —Insistió Dorien al notar que Apolo se encontraba murmurando para sí mismo.
—No, está bien, acepto mi destino como el quinto mago de la codicia…—Respondió Apolo algo incómodo por el descubrimiento: entendiendo que era imposible que todo esto sea una casualidad.
—Es mala idea: deberías repetir el test—Recomendó Dorien con tono preocupado—Hay muy poco material, pocas investigaciones, lo más probable es que partas de cero con este atributo.
—Pero es mi destino…—Dijo Apolo sin entender muy bien a que se estaba refiriendo Dorien.
—En parte, pero el destino cambia constantemente, por eso el test no es absoluto…—Respondió Dorien con calma tratando de iluminar al joven futuro mago—El test solo puede brindar una guía a seguir: no nos define como personas, indica algo que en general te gustaría investigar de forma natural, ya que creciste alrededor de ello. No es como si existiera realmente algo como un mago de fuego o agua, solo es gente que investigó acerca de esos temas en particular hasta convertirse en un experto en la materia.
—Entonces, ¿Qué es un mago de la codicia? —Preguntó Apolo mirando los registros en la mano de Dorien y viendo que realmente estaban los cuatro nombres de sus sueños escritos en el registro.