Apolo subió las escaleras de caracol y salió de la gran torre para dirigirse a su carruaje en donde un conductor de rostro desconocido lo había estado esperando todo este tiempo.
—¿A dónde nos dirigimos, mi señor?—Preguntó el conductor notando que Apolo se le acercaba.
—Llévame de regreso a la mansión...—Respondió Apolo desganadamente entrando al carruaje.
El carruaje se puso en marcha y antes de que el joven se diera cuenta ya se encontraba saliendo del ministerio de magia. Mientras tanto, Apolo miraba desde la ventana del carruaje los cuatro grandes castillos y la gran torre alejándose en la distancia, siendo consciente de que esta sería la última vez que estaría en este lugar, pensando en todas las aventuras y desventuras que le habían ocurrido en este inusual y bello lugar.
Cuando el joven perdió de vista el ministerio, salió de su trance y sacó el libro que había obtenido en esta aventura y se puso a inspeccionarlo. El dichoso libro tenía una cubierta de cuero marrón de aspecto bastante común, aunque si uno pensaba en la antigüedad del libro se percataría de que el cuero estaba en increíbles condiciones, casi como si el paso del tiempo no lo hubiera afectado en absoluto. Por otra parte, inscripto en la tapa de cuero se hallaba un título llamativo, el cual decía: «Magia para caballeros distinguidos».
Con curiosidad, Apolo abrió la primera página del libro para encontrarse con una descripción del mismo; realmente el joven no tenía ni idea de qué trataba el libro, dado que su ancestro no se había malgastado en contarle por qué este libro era tan importante para su futuro. Sin embargo, el futuro poco le importaba al joven y el gran motivo para encontrar el libro era para satisfacer la última voluntad de alguien que se había preocupado por él aunque no lo conociera o siquiera haya nacido en el mismo milenio. Por lo que Apolo leyó con inusual atención la descripción que podía observarse en la introducción del libro tratando de comprender qué es lo que quería transmitirle su ancestro con esta historia:
"Mucho gusto, joven acólito, mi nombre es Calixto el archimago de la torre negra y en este libro te daré una guía básica de los protocolos que un mago debes seguir, junto a una detallada introducción al noble mundo de la magia.
Espero tu buena voluntad para aprender nuestras nobles tradiciones y que tu camino en la magia sea tan próspero como fue el mío.
Para bendecir tu comienzo en esta gran aventura, déjame ilustrarte con las palabras que marcaron mi camino como mago: «Un mago es aquel que actúa y viste como tal»"
Enjoying the story? Show your support by reading it on the official site.
—Así que es un libro introductorio para los acólitos de Calixto...—Susurró Apolo tomando su bastón que había dejado en el carruaje, rotando el pomo del mismo abrió el compartimento secreto mostrando que el joven había guardado una aguja de plata.
El joven tomó la aguja de plata y se pinchó el dedo manchando su punta con sangre, luego con cuidado tachó el nombre del archimago y en su lugar lo reemplazó con el nombre de su ancestro, inmediatamente el libro comenzó a temblar con violencia hasta cerrarse de golpe, cayéndose al suelo. El joven levantó el libro para darse cuenta de que el libro había cambiado, su tapa de cuero estaba completamente envejecida y estaba llena de arañazos y partes faltantes, mostrando que el libro había sido bastante descuidado o utilizado. Aunque lo más llamativo es que alguien se había tomado la molestia de tachar con violencia el título del libro y en su lugar reemplazarlo por el siguiente: «Magia para idiotas»
Con curiosidad, Apolo abrió el libro y se encontró con que el interior de las páginas del libro también habían cambiado: la introducción era exactamente la misma, pero alguien había tachado gran parte de la misma para reemplazar las palabras por otras y se había llenado de anotaciones, divagaciones y dibujitos mal hechos distribuidas por la página inicial. El mensaje introductorio ahora se veía de esta forma:
"Mucho gusto, descendiente, mi nombre es Cosmo el mago de fuego del bosque negro y en este libro te daré una muy detallada introducción al mundo de la magia.
Para bendecir el comienzo en esta gran aventura, déjame ilustrarte con las palabras que marcaron mi camino como mago: «Un mago es aquel que piensa como tal»"
—Al parecer este es su verdadero legado, me pregunto por qué nunca lo mandó al castillo y en su lugar lo escondió en la biblioteca...—Murmuró Apolo dando vuelta las páginas del libro, dándose cuenta de que el nivel de obsesión con el que se manejaba su ancestro Cosmo era digno de respeto: cada página del libro había sido modificada y se le habrían agregado las experiencias de vida de su ancestro. Lo más interesante de estas modificaciones es que se notaba que se habían hecho en varios momentos diferentes de la vida de Cosmo: había dibujitos sin sentido que probablemente los había hecho cuando había comenzado a leer el libro, divagaciones que se contradecían entre sí unas pocas páginas más adelante y también había mensajes que parecían ser sus últimas palabras, todas mezcladas y sin un orden evidente.
Realmente este libro parecía ser el trabajo de toda la vida de Cosmo. Aunque teniendo en cuenta que el mago Cosmo ganó un título honorífico como mago de fuego, uno podría suponer que eso no era del todo cierto y que su ancestro había estado modificando este libro en sus tiempos libres pensando que en un futuro distante podía ser utilizado por alguien como Apolo.
—Bueno, solo falta ver lo hermoso que me quedó el jardín y cumpliré con toda tu última voluntad, Cosmo...—Murmuró Apolo sonriendo con una felicidad agónica; pensando que por suerte o por desgracia finalmente estaba viajando hacia el acantilado de sus sueños...