Novels2Search

E156 - Respuestas

Sin querer dar más explicaciones, el joven enmascarado apuró sus pasos para llegar a la puerta de madera roja como la sangre antes de que la siguiente batería de preguntas fuera formulada por el noble. Al llegar a la puerta, el enmascarado esperó a que Apolo lo alcanzara y abrió la puerta, mostrándole al joven noble una habitación completamente oscura.

—No veo nada...—Murmuró Apolo en busca de respuestas, tratando de ver a través de la oscuridad. Pero lo cierto es que la luz del pasillo que se colaba en la habitación solo alcanzaba para revelar un suelo de piedras irregulares bastante viejo y musgoso, el cual no le despertaba ningún tipo de recuerdo a Apolo.

El joven enmascarado no respondió con palabras, y en su lugar se metió en la habitación, perdiéndose entre la oscuridad del lugar. Sin querer quedarse solo y recordando los niveles de excentricismo manejado por este supuesto «yo», Apolo le siguió la corriente al enmascarado y se adentró sin demora en la oscuridad de la habitación.

*Click*...Tras notar que el joven noble había entrado, el enmascarado chistó sus dedos provocando que la puerta roja se cerrara de golpe, dejando a los dos jóvenes en la completa oscuridad. Antes de que Apolo pudiera reaccionar a la repentina oscuridad que lo envolvía, una bola de fuego se formó arriba de la cabeza del enmascarado, iluminando débilmente la habitación. Pese a ello esta habitación parecía ser anormalmente grande, por lo que ninguna de las paredes alcanzaba a verse y Apolo todavía no identificaba el motivo de la visita a este misterioso lugar.

—¿Tendremos que volver a caminar hacia la nada misma?...—Preguntó Apolo bajando su tono al hablar; algo intimidado por los misterios que se escondían tras el manto de la oscuridad a su alrededor.

Manteniendo su incómodo silencio, el joven enmascarado comenzó adentrarse en la oscuridad. Provocando que Apolo por precaución se mantuviera callado y lo acompañara observando cautelosamente el ambiente, pero por desgracia lo único que el noble llegaba a percibir con sus sentidos era el monótono suelo de piedra y el inusual frío que se sentía en esta habitación.

Tras caminar unos minutos en la oscuridad de forma más paranoica de lo que la habitación realmente ameritaba , Apolo finalmente logró ver algo que le llamó la atención: A unos pocos metros se encontraba una mujer de pelo rubio vestida con las túnicas negras que tradicionalmente usaban los magos del imperio. Desde la distancia Apolo no pudo reconocer a simple vista el rostro de esta mujer, pero pudo distinguir que se encontraba con los ojos cerrados, como si estuviese durmiendo sobre la cama de piedras irregulares en donde se encontraba acostada. Pese a que el joven noble no sabía quién era esta mujer, al llegar a su lado Apolo distinguió como el característico anillo de bronce oxidado estaba colocado en uno de sus dedos, por lo que el noble intuitivamente supuso que se trataba de Helena. No obstante, si bien la edad de la mujer era bastante más avanzada a la niña que Apolo había conocido en su infancia, aun así el noble logró distinguir que esta mujer tenía rasgos faciales bastante diferentes a la Helena que había conocido, aunque su parecido era indudable.

—¿Es Helena?—Preguntó Apolo en voz baja como si temiera que esta mujer se despertara, mientras miraba cómo el joven enmascarado a su lado seguía portando el colgante con el anillo de bronce en su cuello, preguntándose a sí mismo por qué motivo habían aparecido dos copias del mismo en este sueño.

—Vez que inteligente eres, Apolo. Estás en lo correcto, aquí descansa una mujer cuyo nombre es Helena, pero nunca llegaste a conocerla: Ella es la creadora del anillo de bronce que tanto te ha atormentado y la que planificó todo el plan para llevarte a este punto—Respondió el joven enmascarado con calma.

—¿Pero por qué Helena quiso que yo llegara a este punto?, es decir: ¿cuál era el plan de esta maga?, digo además de provocar que me matara a mí mismo: ¿Helena que ganaría haciendo todo eso?, realmente tal y como dijiste: No recuerdo haber conocido a esta persona, por lo que no estoy seguro de cómo fue que terminé ofendiéndola al punto de que ella buscara arruinarme la vida con un plan tan engorroso— Dijo Apolo lo que pensaba con la misma rapidez con la que lo estaba pensando, sacándose la gran duda que había surgido en su corazón tras enterarse de esta trama oculta: En definitiva él siempre había sido un noble bastante abstraído de los asuntos de su familia y estaba bastante alejado de la línea sucesoria. Por lo que Apolo no entendía por qué motivo alguien lo tendría como objetivo de un plan tan complejo como para que terminara suicidándose sin siquiera ser consciente de que alguien o algo lo estaba empujando a ello. No obstante, ahora que estaba a unos pocos pasos de morirse, Apolo comprendía perfectamente bien que era bastante razonable pensar que fue empujado a cometer este trágico acto y que no fue su propia decisión: Finalmente y con mucho sacrificio, él había cumplido todos los pasos que su ancestro había marcado para iniciar el camino de un mago con el pie derecho. Lo lógico es que tras haber hecho semejante esfuerzo, Apolo comenzara ese camino con una sonrisa orgullosa, no que decidiera mandar todo su trabajo por la borda de repente justo cuando ya había armado todos los preparativos para garantizar su éxito en el futuro, pese a ello esta cuestión tan lógica, no le parecía tan lógica al noble cuando había entrado en la bañera con agua caliente.

Sabiendo que había llegado el gran momento, el joven enmascarado se tomó su tiempo y explicó con calma las conclusiones a las cuales había llegado:

—Es importante que entiendas que tú nunca la ofendiste: Helena llegó al bosque negro buscándote, o mejor dicho en principio la idea de la maga era capturar a uno de los descendientes de nuestra familia y traspasar su mente, en donde por un cruel acto del destino fuiste elegido como el objetivo de la maga. Ya habiéndose asegurado de trasplantar su mente, Helena se encargó de que el anillo corrompiera tu mente para que el rey del bosque negro te mandara a la capital a convertirte en un mago. Como ya sabrás, la maga no se equivocó y logró predecir que el rey te mandaría a la capital buscando de tal manera encontrar alguna forma de que lograrás escapar de la evidente maldición del anillo. Una vez que te convertiste en un mago, el siguiente objetivo del anillo fue que su dueña original lograra hacerse con el control de tu cuerpo, de tal manera Helena lograría dos grandes logros: En primer lugar, obtendría el reconocimiento que tienen los magos de origen noble y en segundo lugar obtendría los poderes regenerativos que tiene nuestra familia.

Unauthorized usage: this tale is on Amazon without the author's consent. Report any sightings.

—Pero Helena nunca tomó el control de mi mente, ¿o sí?, quiero decir, ¿yo sigo siendo yo?…—Cuestionó Apolo bruscamente, impulsado por el miedo de sentir que había sido manipulado por otra persona hasta este punto, mientras miraba sus gigantescas manos con cautela, sintiendo su cuerpo más ajeno que nunca.

El joven enmascarado dio una pausa de silencio dándole tiempo a que Apolo se tranquilizara, contempló a la maga durmiendo por unos minutos y luego explicó en detalle su sabia opinión de por qué las cosas se desarrollaron de la forma en la que se habían desarrollado:

—En principio la maga podría haber tomado el control de tu cuerpo el mismo día que traspasó su mente a tu cuerpo, pero de hacerlo nunca podría haber escapado de las sospechas de los demás miembros de tu familia. Además, si Helena no controlaba activamente tu mente y en su lugar decidía quedar en este estado de internación, entonces técnicamente figuraría como muerta en prácticamente todos los métodos de comprobación en el mundo y de tal forma podría escaparse de un gigantesco problema. Tras muchos años el objetivo de Helena se había cumplido: Tú llegaste a la capital y te convertiste en un mago, por lo cual ya no había familiares que sospecharan y el plan cambió: El anillo ya no buscaba corromper tú mente para debilitarte, si no que en su lugar buscaba que el recipiente futuro de su dueña se fortaleciera, mientras que al mismo tiempo se concentraba en debilitar tu mente al punto de que aceptaras activamente tu propia muerte. Cuando ese punto llegara tu subconsciente se quebraría y Helena tomaría el control de tu cuerpo de forma sencilla. Si todo hubiera salido según su plan, tu destino sería el mismo que la acólita a la cual conocías como «Helena».

—¿Entonces por qué la maga sigue durmiendo?, no debería estar impaciente esperando a que finalmente pudiera cumplir su gran plan, ¿o acaso esta vil maga está por despertar en este momento y tendremos una batalla a muerte por el dominio de mi cuerpo?...—Cuestionó Apolo en voz baja temiendo que la maga despertara, recordando que actualmente se encontraba en una bañera caliente esperando a la fría muerte.

— Pero por supuesto que no: ¡Helena no despertará jamás porque eres un genio, Apolo!—Exclamó el joven enmascarado enérgicamente, mientras apuntaba con su mano a Helena como dando una sentencia—Inconscientemente te diste cuenta del problema y dejaste que tu subconsciente lo solucionara. Pese a ello lo único que no pudiste solucionar por el momento es el problema del anillo...

—¿Entonces Helena no despertará?—Preguntó Apolo de inmediato

—Gracias a tu gran mente, la malvada maga no despertará nunca, pero su anillo sigue estando y su poder es desconocido para los dos. Un genio como usted debería entender las implicaciones de este problema, ¿o no?—Respondió el joven enmascarado halagando de forma bastante exagerada al bruto noble, mientras se acercaba a la mujer durmiendo en la cama de piedra y sin decoro alguno le extraía el anillo de bronce.

Apolo vio cómo el joven enmascarado extendía la mano para buscar entregarle el anillo, por lo que Apolo activamente aceptó el mismo y comentó:

—Sé que debo hacer, pero tengo una duda...

—Sí, Apolo, tú ya sabes que debes hacer—Reafirmó el joven enmascarado, como si buscara asegurarse dejar clavado un clavo en un tablón—¿Cuál es tu duda?, ¿es sobre el anillo?. Por desgracia no se nada acerca del anillo, así que no puedo responderte al respecto.

—No, mi duda es: ¿Por qué crees que Helena llevó adelante todo este plan?—Cuestionó Apolo, guardándose el anillo en su bolsillo—La gran verdad es que el beneficio otorgado por ser un mago noble es bastante poco, por no decir que es insignificante si se consideran los riesgos de este plan. Realmente dudo mucho que alguien se tomara tantas molestias por un poco de reputación y cristales.

—Mmm...—Meditó el joven enmascarado con calma, al parecer tampoco estaba tan convencido de que todo esto fuera por reputación, ya que al lograr convertirse en una archimaga lo lógico sería que Helena no sufriera de falta de reputación en el imperio, por lo que la maga claramente no necesitaba depender del prestigio de la familia de Apolo—Es una buena pregunta y supongo que ya sabes la respuesta.

—¿Diversión?—Preguntó Apolo aturdido, claramente el joven noble no sabía la respuesta, por eso mismo es que se la había preguntado a esta especie de «subconsciente» con el cual estaba hablando, el cual aparentaba ser sumamente sabio.

—Sí, Diversión... y miedo: ¡Mucho miedo!—Respondió el joven enmascarado, el cual claramente se había forzado más de la cuenta para tratar de incluir la respuesta de Apolo en sus propias ideas—Ella estaba asustada por lo que sus sueños le indicaban. Al punto que decidió arriesgar su vida ejecutando este plan, tratando de cambiar el destino oscuro que sus sueños le estaban profetizando.

—¿Cuál era este destino y cómo es que sabes los sueños que tenía Helena?—Preguntó Apolo de inmediato, cautivado por la respuesta del joven enmascarado.

—El destino más oscuro de todos los seres humanos es que pierdan lo que más anhelan y esta mujer solo se preocupaba por su propia vida. En cuanto al motivo por el cual yo sé este secreto es fácil y es justamente: ¡Porque sus traumas, son tus traumas!. Al mezclar sus mentes, por más que intencionalmente la maga se mantuviera completamente inconsciente, parte de sus traumas se veían reflejados en tus sueños y es por eso que es fácil darse cuenta cuáles fueron los motivos—Respondió el joven enmascarado con calma—Helena durante años investigó las mentes humanas, por lo que claramente pudo descifrar el significado de sus sueños. Eso llevó a la maga a descubrir algo que la asustó lo suficiente para llevar adelante este complejo plan, el cual probablemente inició mucho antes de que su acólita perdiera el control sobre su cuerpo y Helena fingiera ser afectada por la maldición de Minos.

—No creo que tenga ningún trauma que me asuste tanto como para desear apostar mi vida en semejante plan, y de hecho no recuerdo estar asustado por algo tan profundamente en mi vida…salvo por el hecho de perder mi vida...o el anillo…pero eso es un miedo que tiene cualquier humano y mucho más cuando se adentra en un mundo desconocido, ¿o no?—Reflexionó Apolo en voz alta, mientras trataba de recordar sus aventuras vividas en su infancia en busca de respuestas e ignoraba los detalles confusos en las explicaciones del enmascarado, como la vital pregunta: ¿Quién carajos era este tal Minos?.

—Claro, estás en lo correcto, ya que por más que compartas los traumas de la maga no los vives del mismo modo: En definitiva tú no eres Helena y nunca lo serás, por lo que tu confusión al respecto del desconocimiento de este trauma es más que razonable—Respondió el joven enmascarado con calma—No obstante, los signos de la existencia de este trauma son bastante fáciles de reconocer y estoy seguro de que alguien tan listo como vos los entenderá cuando te recuerde los siguientes cuatro nombres: Deo… Eco… Thais… Helena…