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Sigo recordando esas miradas...

Adam y el viejo ya podían divisar los alrededores del hexágono 0. Había varias personas transitando por los alrededores de este hexágono, yendo de un lugar a otro como si se tratara de un mercado. Esta era una de las zonas más concurridas en todos los pisos, dado que este camino era el más grande y cómodo acceso para moverse de hexágono a hexágono.

Como a Adam no le gustaba llamar mucho la atención, prefería usar el pasillo más alejado a este: que eran los otros bordes de los hexágonos principales pegados a los secundarios.

Cuando Adam y el viejo llegaron a la cercanía del hexágono 0, los guardias en el pasillo los miraron, pero no actuaron, de hecho sus miradas parecían estar mostrando respeto al viejo en harapos.

Toda la gente en el pasillo también se detuvo y se quedó mirando a Adam y al viejo. Nadie hablaba, la multitud solo miraba con duda en los ojos, formando un silencio impresionantemente incómodo. Poco a poco más gente se sumaba a observar cómo el niño y el viejo se acercaban cada vez más al hexágono 0.

—Ya llegamos, viejo— Contestó Adam algo incómodo por la escena; no entendía por qué todos se paraban en silencio a mirarlos; ya había casi 20 personas mirándolos a los dos y eso en estos lugares era mucha gente.

—Únicamente falta un poco más— Contestó el viejo de forma pausada— Acércame a la barandilla, niño.

Adam quería decir que a nadie se le permitía acercarse, pero había ya casi 40 personas mirándolos y nadie decía nada. Así que algo obligado por la vista de tanta gente, ayudó al viejo acercarse a la barandilla del hexágono 0.

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Esta era la primera vez que Adam pudo ver tan cerca el gran esplendor del hexágono 0. Su padre nunca le había permitido acercarse a esta barandilla.

El hexágono 0 no era como cualquier otro hexágono, tal y como había dicho Adam estaba vacío, no había nada, no había estanterías, no había lámparas, pero más importante aún: no había paredes, no había techos y no había suelos. Por lo cual el hexágono 0 no estaba solo vacío; el hexágono 0 estaba hueco.

Desde la barandilla Adam podía observar el piso inferior y también el piso superior, si miraba para abajo podía ver a los otros bibliotecarios moverse como hormigas por el pasillo gigante previo al hexágono 0. Y si miraba para adelante Adam podía observar a los bibliotecarios del otro lado, pero estaban muy lejos y únicamente se distinguía su contorno y movimiento.

Adam se acercó a la barandilla y se despidió del viejo:

—Llegamos, suerte.

—Espera, ayúdame a cruzar, yo estoy ciego, no puedo hacerlo sin ayuda— Dijo el viejo con su voz monótona y automática, algo molesta para Adam en estos momentos.

—Pero está prohibido—Contestó Adam mirando a las casi 70 personas en los alrededores que lo miraban en silencio.

—Confía en mí, no te va a pasar nada por cruzarlo— Contestó el viejo.

Adam miró a sus alrededores, las miradas de las personas lo obligaban a ayudar al viejo, por lo que decidió cruzar la valla junto al viejo, ahora estaban en el anillo que rodeaba al hexágono 0 y, pero todavía quedaba un largo camino para poder llegar agujero hueco.

Adam notó que el viejo quería seguir caminando y lo acompañó. El anillo que rodeaba al hexágono 0 no era chico; fácilmente podrían ser 1 km por lo cual todavía quedaba una buena caminata por delante si uno quería llegar a la parte hueca.

Todo el anillo estaba vacío, nado había nada, solo había un piso de madera, pero al observar el piso Adam noto que había una línea amarilla pintada con pintura de forma algo rudimentaria sobre el suelo formado un círculo amarillo por todo el hexágono 0.

Adam cruzó la línea amarilla sin entender su motivo, pero al cruzarla se dio cuenta de que era, porque una cabeza de madera se formó en el suelo y miró a los dos por un buen rato.