—Bueno, la túnica es bastante fácil de hacer—Comentó el viejo dando sorbitos al café de forma algo molesta—Pero los símbolos suelen ser complicados. ¿Qué religiones pidió?
—El mago y los héroes—Respondió Elías
—Como me temía...—Murmuró, el viejo mago—El símbolo del mago es un problema, ya que no tienes máscara: no podremos hacerlo.
—¿No puedo decirte cuál animal me agrada?—preguntó Adam—Luego compró una máscara de ese animal.
—Veo que eres bastante ignorante...—Murmuró el mago—La primera máscara solo puedes adquirirla de casualidad y luego tienes que fabricar la copia para tu discípulo.
—¿Tiene algo de especial la máscara?—Preguntó Adam con algo de emoción por saber más de la religión que estaba recorriendo
El mago no respondió, únicamente cerró su mano decrépita y la puso al frente de Adam, luego el mago abrió la mano: un zorro en miniatura se hallaba en la palma de su mano.
El zorro en la mano del mago miró a Adam y le dijo con una voz irónica:
—Sí, la máscara es especial...
—¿Te da un librillo?— preguntó Adam con emoción al ver al zorro en miniatura bastante lindo en la palma del mago—¿Qué sería adquirir la máscara por casualidad?
—Con tus ojos de mago encontrarás la máscara en alguna aventura—Respondió el viejo mago volviendo a cerrar la mano haciendo desaparecer al librillo—Tampoco tengo muy claro cómo es que encuentras la máscara, yo tuve un maestro, así que no pude encontrar una máscara.
—¿Por qué tu discípulo no usa la máscara?—Preguntó Adam mirando a Elías
—No soy su discípulo—Respondió Elías—Uno de mis ancestros fue su discípulo, pero abandonó el camino del mago y tuvo hijos: desde entonces el viejo se queda con nuestra familia.
—Entonces: ¿Se puede tener hijos siendo mago?—preguntó Adam con algo de desesperación en su voz.
—No, muchacho...—Dijo el mago con una sonrisa por la desgracia compartida—Tienes que dejar de ser mago si quieres tenerlos: perderías toda tus habilidades mágicas y el ritual es bastante complicado.
Al decir eso, el viejo mago se levantó del sillón y con ritmo de tortuga se dirigió a la parte de atrás de la tienda. Mientras tanto, Elías le preguntó a Adam:
—¿Sigues alguna hermandad?
—No conozco ninguna hermandad—Respondió Adam con algo de vergüenza—Ni siquiera sabía que existían las hermandades.
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—No deberías sentirte avergonzado, pocos saben más de religiones que mi familia—Comentó Elías con algo de orgullo—En ese caso tengo que hacerte algunas preguntas y ver con cuál hermandad te sientes más cómodo.
—¿Entonces si o si tengo que pertenecer a una hermandad?—Preguntó Adam, algo desconcertado
—Si, en la religión de los héroes todo depende de las hermandades —Respondió Elías, tomando su cuaderno negro y buscando una página en particular— Siéntante cómodo en el sillón, sacaré todo de la mesa para prepararnos para las preguntas.
*Click* Elías chasquido los dedos y la mesa quedó limpia como si nunca hubieran estado comiendo postres y tomando tazas de café.
*Click* Acto seguido Elías volvió chasquear y el sillón de más desapareció, dejando solo dos sillones adelantes de la mesa.
Elías se acomodó en el sillón y puso los pies sobre la mesa, comentando:
—En la religión de los magos también podrías unirte a alguna hermandad y no tendrías que tomarte la molestia de buscar una máscara, pero el viejo te quiso engañar porque odia a las hermandades de magos, incluso a las que había en la antigua ciudadela mágica.
—¿El proceso para unirse es únicamente responder preguntas?—preguntó Adam, algo aturdido por la situación: el joven vino por una túnica con capucha, pero el sastre le acababa de revelar un aspecto de las religiones que no se hablaba en los libros de cultura general.
—Ya eres un mago y eres un héroe—Respondió Elías—Una parte del proceso la cumpliste sin darte cuenta, la otra parte del proceso suele involucrar preguntas.
—Así que hay requisitos para unirse a las hermandades—Comentó Adam en busca de más información
—Si—Dijo Elías—Casi todos los requisitos se relacionan con la religión relacionada con la hermandad.
Elías pasó algunas páginas de su cuaderno negro, las leyó y agrego:
—Por lo demás: si supieras alguna hermandad, podrías iniciar la entrevista únicamente diciéndome su nombre y yo arreglaría la reunión con el guía de la hermandad. Por ejemplo, podrías decirme qué quieres unirte a los eternos: si te aceptan en la entrevista, no tendrías que preocuparte por la purga.
Al decir eso, unas dudas surgieron en Elías y ojeo varias páginas en su cuaderno negro hasta hallar una en particular. El joven leyó con algo de esfuerzo la página del cuaderno y luego con bastante confianza agregó:
—No obstante, nunca puedes abandonar la hermandad que elijas. Ten en cuenta que el símbolo de tu capucha no es solo un bordado, por las dudas te digo, pareces desconocer bastante del tema.
—¿Tienen algún poder los símbolos?—Pregunto Adam
Pero Elías ignoró su pregunta y en su lugar le preguntó a Adam:
—Entonces: ¿quieres que te ayude a buscar alguna hermandad para el camino de los héroes y de los magos?, ¿o únicamente los héroes? La hermandad de los magos es una de las hermandades en donde puedes no unirte a ninguna hermandad, pero tendrías que encontrar la máscara para poder obtener tu símbolo bordado.
—Supongo que hay algún secreto...—Murmuró Adam notando que era ignorado por el joven sastre—¿No sería mejor leer respecto a las hermandades? Digo, es una decisión para toda la vida
—No existe un libro con esa información...—Comentó Elías con algo de molestia— Solo yo y el viejo podemos ayudarte en elegir una hermandad adecuada en estos pisos, piensa que ni siquiera la otra tienda de túnicas hace símbolos de religiones... piensa al respecto.
—¿Qué me recomiendas hacer?—Preguntó Adam— Como sastre de seguro puedes dar un buen consejo sobre cuál decisión tomar.
—Olvídate de encontrar una máscara y elige una hermandad para magos también—Respondió Elías de forma contundente—Si el abuelo dijo que era complicado forjar una máscara es porque es imposible hacerlo.