Cuando Adam llegó a la barandilla, notó que había cientos de personas mirándolo, parecería que todas las personas de este piso se habían reunido. Había gente con túnicas negras, rojas , violetas y unos cuantos colores más que Adam nunca había visto.
Entre las túnicas rojas estaba César, como director de la escuela parecía que tenía que ir a preguntarle a Adam sobre un asunto importante, por lo cual fue el único de la multitud que se adelantó hasta donde estaba el niño.
—¿Hasta qué línea llegó el viejo en harapos, Adam?— preguntó César con muchos nervios.
Los cientos de personas detrás de él estaban todas en silencio esperando la respuesta de Adam, parecía que el asunto era sumamente relevante para estos bibliotecarios.
—Hasta la negra…— Respondió Adam con aún más nervios, mirando con cierto temor a los cientos de bibliotecarios que lo miraban con entusiasmo.
Cuando Adam dijo la respuesta, muchos murmullos comenzaron a escucharse desde la multitud. Algunas personas trataron de correr hasta Adam para preguntarle algo, pero fueron detenidos por los guardias. La situación se estaba descontrolando y Adam empezó asustarse.
Adam incluso escuchó a su profesor Aquiles gritándole desde la multitud como si su vida dependiera de ello:
—¡¿Ascendió, Adam?! ¡¿Ascendió de verdad?!
Pero el niño no entendía bien a qué se refería su profesor, solo recordaba la última pregunta y los movimientos del viejo, pero no las palabras del anciano durante las otras respuestas.
—Adam, escucha bien y no te equivoques con la respuesta…— preguntó Cesar, todos los demás se callaron para escuchar la charla— ¿El viejo logró tirarse al vacío?
—Sí ...— Respondió Adam con miedo.
El joven iba a explicar más, pero cuando la afirmación salió de la boca del niño, un viejo con túnica violeta abrió un libro que tenía en su mano y miles de fuegos artificiales salieron disparados al cielo, formando una gran frase en el aire: '¡Ascendió!'
*Puff*...*Puff* Como si fuera una señal, todas las personas en la multitud comenzaron a tirar fuegos artificiales al vacío del hexágono 0 para que estallen en el medio.
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Adam se sorprendió y observó desde la distancia como las personas de los otros hexágonos principales que rodeaban al hexágono 0 también comenzaron a tirar fuegos artificiales al medio del hexágono 0.
Mientras esto ocurría el mismo viejo con túnica violeta, abrió otro libro aún más grande, luego recitó unas palabras que inundaron el hexágono 3, mientras el viejo las recitaba, todas las cabezas de las estanterías del hexágono principal salieron a observar hacia la dirección del hexágono 0.
Cuando el viejo terminó de recitar sus palabras, todas las decoraciones del hexágono 3 cambiaron: se llenó de serpentinas blancas por todos los pasillos de las estanterías, estrellas blancas de papel aparecieron pegadas en las estanterías y sobre el suelo de los pasillos de madera apareció una linda alfombra blanca.
En el medio del techo, arriba del hexágono 3 apareció un cartel gigante que decía: '¡El quinto ascendido!'
Adam se quedó maravillado por la euforia de la situación, parecía que a los bibliotecarios no les importaba quemar todo su dinero para celebrar este momento, al punto que una gran fiesta se estaba por organizar a los alrededores del hexágono 0.
—Ten, Adam, ponte este cono en la cabeza— Dijo Cesar pasándole un cono de papel con la frase 'somos 5', parece ser que todos estaban poniéndose estos conos en la cabeza— Ve con Aquiles y si te preguntan demasiadas cosas: llama a los guardias.
Adam asintió y fue con su profesor, tal y como había dicho César, las preguntas no eran pocas , pero si las respuestas que Adam podía dar, pero por suerte para él los guardias ayudaron a mantener el control y pudo ir con su profesor.
—Es impresionante, Adam, realmente estoy vivo para ver a alguien ascendiendo…— Dijo Aquiles con una sonrisa mirando a la multitud celebrando.
—¿Tan raros son los ascensos?— preguntó Adam; el niño todavía recordaba la seguridad del viejo, no había duda en sus ojos ciegos.
—Si, rarísimos—Respondió Aquiles con alegría— Para ascender uno tiene que dominar un piso. Todos los libros, de todas las estanterías, deben saberse. Todos los secretos y todos los secretos de los secretos tienen que hallarse y luego está la pregunta imposible.
—¿Todos los libros de un piso?— preguntó Adam sorprendido.
—Si, todos los libros, por eso son raros los ascensos—Respondió Aquiles mirando con expectativa al hexágono 0—En toda la historia contada solo había 4 ascensos en este piso, es decir, un solo ascenso cada 50.000 años, así de raros son Adam. Y los rumores no son pocos, si de verdad lo logró, ahora deberían venir los regalos.
—¿Hay regalos? ¿Qué regalan?—preguntó Adam con mucha emoción, ahora entendía por qué todos estaban como locos, no solamente eran raros, sino que también venían con un regalo sorpresa.
—Son rumores… así que es mejor esperar y ver si de verdad ocurre…— Respondió Aquiles algo nervioso; parece que el regalo era muy bueno—Lo que te aseguro que no son rumores son los regalos para las estanterías, parecería que se están volviendo locas.
Adam miró a las estanterías y su profesor decía la verdad, todas las estanterías tenían las cabezas formadas, se encontraban hablando entre ellas y parecían mirar con emoción al hexágono 0.