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La dulce infancia...

—Está bien, no hay que impacientarse— Dijo César con una sonrisa de abuelo confiable— Entren a mi oficina, los pasillos no son un buen lugar para discutir.

Sofía y Cesar entraron en la oficina . Adam medio aturdido por la situación, vio que los otros dos entraban y acompañó por inercia; para no quedar solo en el pasillo.

La oficina del director no era muy grande, pero tenía lujosos muebles de madera, muy finamente decorados, no había ninguna estantería, pero había una montaña de libros amontonados arriba del escritorio; parecería ser que el director se pasaba más tiempo leyendo que prestando atención a la escuela.

También había dos sillones bastante cómodos enfrente del escritorio; donde Sofía y Adam se sentaron. El director por su parte se sentó del otro lado del escritorio y con la mano corrió todos los libros del escritorio; tirando los libros al suelo para que no interrumpiera su visión.

Adam se quedó algo aturdido mirando los libros en el suelo sin saber si debía ir a recogerlos o no , pero vio que Sofía no hacía nada por lo que le siguió la corriente.

—Bueno— dijo César con bastante tranquilidad— ¿Qué fue lo que ocurrió esta vez?

—¡Aquiles, ese es el problema!— gritó Sofía bastante enojada desde el sillón varias veces más grande que ella — ¡No puede ser que siempre que se lo necesite no esté! ¡Cómo se supone que aprendamos a leer sin profesor!

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—Bueno— dijo Cesar de forma muy relajada mientras escribía en un papel rojo—si eso es lo que te inquieta, Sofía, lo solucionaremos ¿Y a ti qué es lo que te inquieta, Adam?

— ¿Yo? .. eh — dijo Adam algo atontado por la situación — yo.. yo quiero obtener mi túnica negra.

—Bueno— dijo César nuevamente como si decir 'bueno' fuera su mantra de relajación— Solo entrégale esta carta Aquiles, debería estar en la sala de profesores y solucionara el problema, la próxima vez traten de no patear la puerta; podrían llamar la atención de...

—Yo voy a patear lo que se me cante, viejo moribundo— interrumpió Sofía, sacándole la carta roja al profesor con violencia y bajando del sillón para buscar a Aquiles

*Puff* Sofía con violencia cerró la puerta de la oficina.

Adam se quedó mirando la escena algo aturdido.

—Bueno— dijo Cesar, tomándose la cabeza con la mano y masajeando la frente tratando de mantener la calma —¿Tienes algún otro asunto que quieras discutir, Adam?

—Eh…no,no— Dijo Adam saliendo del aturdimiento, mientras se bajaba del sillón para buscar a Sofía.

Adam salió por la puerta y corrió hacia Sofía que estaba pateando con fuerza otra puerta de la escuela, parecería que esa era la sala de profesores.

Cuando Adam llegó, Aquiles ya había abierto la puerta y estaba discutiendo con Sofía.

—¡No me lo puedo creer! ¡Apareció un fantasma! — Decía con ironía Aquiles al ver a Sofía en la escuela— ¿Te aburriste de probar suerte buscando estafar a las pobres estanterías?