Adam miró al conejo blanco; la inscripción del corazón que sostenía el conejo había cambiado y ahora decía: 'Adam'
La estantería no habló más del tema luego de decir eso. Y solo habló para preguntarle indicaciones a Adam acerca del diseño y hacerle algunas medidas, parecía menos triste y se lo notaba algo feliz mientras trabajaba como oculista, parecía que este era su capricho más que el ser un comerciante.
Adam no sabía si era por su karma o porque la estantería era un comerciante honesto, pero la estantería lo terminó ayudando en el diseño de los anteojos.
Con mucha destreza unos anteojos se fueron formando en la mesa de trabajo. Cuando termino finalmente Adam pudo apreciar sus anteojos, eran muy parecidos a los que solían verse por estos pisos: su cuerpo estaba formado de oro y usaba dos cristales negros como lentes que ocultaban los ojos de Adam. Los anteojos tenían grabada la frase: 'Adam' en una de sus varillas.
Cuando termino de hacerlos, la persona de guijarros le dijo:
—Estos son tus anteojos, nadie más verá con ellos. Si le dices acerca de mi tienda a un solo bibliotecario, tus ojos serán devorados por los anteojos.
—¿Eh? Pero eso no era parte del trato—Se quejó Adam muy molesto.
—Es un artefacto mágico, Adam—Respondió la persona de guijarros mirándolo con pena—Si lees un libro mágico y divulgas su contenido, ocurre lo mismo. El secreto es una de las condiciones más útiles y sencillas, es raro no verla aplicada en un objeto mágico.
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Adam no entendió a qué se refería con último, pero tomó los anteojos con sospecha, no sabía si debía o ponérselos, pero ya los había pagado por lo cual sé lo probó.
Al ponérselo Adam noto los efectos. El suelo era completamente blanco e infinitas pisadas superpuestas podían verse. No obstante, el suelo tan blanco no le molestaba a Adam. De hecho sentía que podría prenderse fuego el ojo e igual no le molestaría, ese era el efecto de no poder tener la ceguera activándose.
—No veo pistas—dijo Adam mirando a la persona de guijarros por un buen tiempo.
—¿Qué es una pista? ¿Buscas algo que las requiera?—Respondió la persona de guijarros mirando a Adam mirar a todos lados en su tienda—Tienes que aprender cómo usarlos. Poco a poco irás aprendiendo sus secretos.
Adam entendió el punto, parecía que no comprendía bien cómo utilizarlos, lo único que sentía útil por el momento era el efecto anti ceguera, si no estuviera el piso blanco con pisadas superpuestas le estaría cansando la vista todo el rato.
Al ver que Adam ya se había probado los anteojos, la persona de guijarros empezó a deshacerse, sus guijarros se fueron cayendo por el suelo hasta que terminó desapareciendo.
Al ver que ya tenía lo que buscaba, Adam salió de la tienda con sus anteojos, todavía no se había acostumbrado del todo al suelo de color blanco por las pisadas de bibliotecario. Pero con el tiempo iría aprendiendo a vivir con estos nuevos colores.
Ahora Adam debía ir a la escuela, se le hizo muy tarde para poder comprar los libros de cultura general acerca de karma bueno el día de hoy.
Todavía el muchacho no había realizado la celebración oficial por haber llegado a las 100 páginas, aunque sus compañeros no habían logrado lo mismo, él tenía que seguir avanzando a toda prisa según los planes de su padrino y según sus propias metas y ambiciones futuras.
Aunque, con 17 años, Adam todavía no sabía bien qué hacer después de obtener su túnica negra, pero todavía era demasiado pronto para pensar en esos asuntos.