—¿Hay alguna diferencia con el anterior ascenso?—preguntó Adam mientras se hundía aún más en el agua mágica.
—Políticamente hablando: sí. A efectos prácticos: no—Respondió el viejo sin ojos, parecía que el enojo se le había mientras esperaba que Adam se curara—Cada ascenso es una arma estratégica entregada a todas las estanterías. Si querías lograr algo grande: es ahora o nunca para todas ellas.
—¿Por qué ahora es mejor que antes?—preguntó Adam aprovechando que el viejo finalmente soltaba información, aunque eso significaba que buscaba algo de él casi siempre.
—Cuanto más armamento, más muertos habrá en una guerra...—Respondió la estantería de forma reflexiva, mirando al chico sin abrir los ojos en el agua—Pero cuanto más armamento, también habrá más posibilidades...
El viejo sin ojos, vio que el chico seguía reflexionando sobre el tema con los ojos cerrados y decidió agregar:
—Todas las estanterías tienen ahora dos armas muy pesadas y su presupuesto para todos los planes durante el ascenso que vinieron reflexionando por años era solo tener una. Es decir, van a poder derrochar recursos para obtener lo que buscaron con esta guerra.
Adam comprendiendo la situación abrió los ojos y miró al viejo observándolo desde el techo, con calma dijo:
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—Supongo que estabas feliz no por el libro mágico, sino porque ahora los 5 librillos valen mucho más.
—Para nosotros dos, los librillos valen mucho más...—Respondió el viejo sin ojos con voz ronca—Voy a tratar de que puedas entregar los librillos en los próximos días. Cuanto antes completes esta misión mejor, los tiempos que se acercan no son buenos para tu raza.
— ¿En los próximos de días? ¿No querrás decir en unos años?—Respondió Adam con algo de molestia, más de una vez se había comido un disgusto por esta cuestión de tiempos relativos.
—Si, los librillos van a necesitar al menos 2 años más—Respondió el viejo sin ojos—En épocas oscuras, los librillos adquieren pasatiempos cada vez más interesantes.
—No me parecen épocas tan oscuras...—Respondió Adam volviendo a cerrar los ojos para relajarse en el agua mágica.
—Estás en el clímax, en el apogeo de tu raza—Comentó el viejo sin ojos con preocupación—Claro que no es oscura, es dorada en tus tiempos.
—Tampoco me parecen épocas tan doradas...—dijo Adam pensando en los lunáticos del piso 5, para el joven era una pena que fueran abandonados de esa forma tan cruel—¿Por cierto pueden entregar ascensos las estanterías?
—No, como es lógico: es imposible—Respondió el viejo sin ojos—No tendría sentido tampoco.
—Pero el barón fue el que dio el ascenso a Cesar—comentó Adam con dudas sobre el número 00008
—Esa es información delicada y costosa: deberías guardarla—Dijo el viejo sin ojos buscando en su mente alguna manera de replicar lo mismo—Podría ser para él, pero las condiciones tienen que ser bestiales. ¿Cómo lo hizo? Dime los detalles, muchacho.