Con cansancio por el día agotador, Adam se sentó sobre su escritorio. Luego de haber perdido la conciencia mientras leía su quinto libro mágico, el viejo sin ojos había limpiado toda la cueva, por lo que su escritorio estaba aún más limpio que antes.
Tratando de despejar las dudas y armar un plan, Adam saco la biografía de su padrino y le explico todo lo que ocurrió. Aunque su padrino no tenía conocimiento acerca de los libros mágicos, si tenía mucha experiencia de vida, por lo que esperaba recibir algún buen consejo antes de intentar leer el último libro mágico de la lista.
Luego de un rato, un mensaje apareció en la biografía de su padrino:
`Muchas cosas de mi vida las olvidé por desgracia y todo lo que estaba relacionado con los secretos de la religión de los constructores es la parte que menos recuerdo. Probablemente, lo que experimentaste hoy fue por haber aprendido uno de los secretos de la fe del Mago.
Por lo demás, las decoraciones suelen ser una cuestión de estatus para las estanterías, tal vez ese sombrero simbolice algo muy importante para el viejo sin ojos: así que no te preocupes mucho por el tema.
Ser un mago puede ser útil, pero también puede ser una tragedia: tal vez veas cosas que es mejor ignorar, pero ya no hay vuelta atrás, ahora solo puedes adaptarte lo mejor que puedas a la nueva situación y tratar de sacarle el máximo provecho posible. Suerte con tu sexto libro mágico'
El pelirrojo leyó lo escrito por su padrino con atención, lamentablemente parecía que no había mucha información útil por parte de su padrino acerca de cómo encarar el desafío del sexto libro. Por el momento la única pista que tenía era la información que obtuvo de la lectura de su quinto libro.
Pero el joven no estaba muy convencido de que, con solamente cerrar la boca, pudiera salir vivo de un desafío más complicado que el último que había realizado. En el último desafío, si no fuera por el lago curativo probablemente hubiera muerto y el problema ahora es que el lago no podía salvarlo dentro de un libro.
Adam con algo de miedo por su futuro incierto le fue a preguntar al viejo sin ojos, parecía que de este tema sí que responderías, así que lo mejor que podía hacer en estos momentos era sacar más información útil.
—Siendo la estantería dueña del libro, ¿no debería saber que me ocurría al leerlo?—preguntó Adam a una de las paredes de la cueva.
El viejo sin ojos se materializó y respondió con pena:
—Solo sé el efecto del libro muy vagamente. No sé el proceso de como tú obtienes los poderes. Además, nunca leo los libros: les preguntó a ellos y ellos me cuentan lo que quieren.
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—¿Hablas con los libros?—preguntó Adam con sorpresa, buscando más información.
—Por supuesto…—Respondió el viejo con calma—Además, te recuerdo que cada libro mágico tiene su voluntad y como mago deberías tratarlos como seres vivos.
—¿Y no podrías preguntarles cuál es su acertijo? Deberías ser un padre para ellos—dijo Adam con algo de insatisfacción por la respuesta.
—Sí, podría y también tú podrías preguntarme cómo revivir otra vez…—Respondió el viejo con ironía—Tienes razón, son como mis hijos, pero son hijos caprichosos y no me escuchan...
—¡¿Y no puedes darme algún consejo útil?!—preguntó Adam con desesperación—No quiero morir sin que mi padre vea mi túnica negra. Pero sería idiota de mi parte desperdiciar tu lago curativo e irme antes de leer el libro.
El viejo sin ojos lo miró de arriba a abajo y luego miró su sombrero de mago, con mucha lástima dijo:
—Si el mago antiguo te dio un consejo: úsalo, es como tu padrino, pero este te guiara por el camino de la religión. Otra alternativa es que puedes platicar con los libros mágicos: solo pon tu mano arriba del libro mágico y pregúntale, tal vez te diga la verdad, tal vez te haga las cosas más complicadas. Casi a todos mis libros les gustan los héroes, así que debería hacerte las cosas más fáciles.
—¿Podrías traerme el libro? Así puedo probar hablar con él…—dijo Adam algo impaciente.
—¿Vas a leer tres libros mágicos en un día?—Comentó el viejo sin ojos—Si quieres un buen consejo: Descansa y practica tus nuevas habilidades, antes de tratar de obtener la habilidad del libro. La última vez ni siquiera preparaste tu sombra, no te apures tanto. Tu padre esperó 15 años, puede esperar unos días más.
—Supongo que tienes razón, me estoy apurando demasiado...—murmuró Adam, pero tampoco estaba tan seguro si esperar o no.
Al final Adam decidió relajarse un poco y se puso a leer unos libros por diversión que ya los echaba de menos, por suerte compró café de más pensando que se tomaba como la chocolatada, así que tenía reservas para sacarse el sabor de hongos de la cueva.
Luego de leer por unas horas, Adam se dispuso a bañarse, se sacó las túnicas negras y se tiró desnudo al lago, dejando que el agua mágica limpiara todo su cuerpo como si fuera una túnica.
Pero inmediatamente Adam sintió que había algo anormal en su cuerpo: ¡Algo faltaba!. El joven palmeó su cuerpo para comprobar que todo estuviera en orden. Acto seguido, Adam nadó con desesperación a la orilla del lago, saliendo del cómodo masaje del agua.
Al acercarse a la orilla, Adam se puso de pie y miró con angustia su entrepierna.
—¡¡Noooooooo!!—Gritó Adam como si le hubieran robado a uno de sus hijos, Adam tocó su entrepierna como para revisar que no era solo una ilusión, pero efectivamente algo faltaba.
—Eso explica muchas bromas…—dijo el viejo sin ojos mirando a Adam con pena, pero sin empatía, no entendía muy bien por qué tanta desesperación— Piensa en la parte positiva: Al menos no tienes que volver a ir al baño para mear.
*Puff* Adam se desmayó en la orilla del lago, parece que la pérdida fue demasiado grande para la mente del joven héroe.