—¿Un esclavo que rompe su escudo en unos meses? Parece que se está por reactivar la ciudadela, ¿o acaso eres alguien especial dentro de los esclavos?... Ya veo que tienes casi 600 años... ¿Eres muy paciente, no?
Adam paró su lectura de inmediato. Alguien con una voz muy animada y alegre habló en su espalda. Con algo de miedo, el joven héroe se dio la vuelta para ver quien era.
Adam observó a un hombre sentado en un tronco, el hombre estaba muy bien vestido: tenía un traje muy formal y elegante puesto, un sombrero de copa y un bastón de oro con un águila de plata en sus extremos. La mitad del rostro del hombre estaba oculto con una máscara de plata con forma de un águila y la otra mitad estaba oculto con una barba larga y blanca que tapaba toda su boca y barbilla.
El hombre enmascarado observó como Adam lo miraba de forma aturdida y dijo con una voz alegre:
—Puedes sentarte, por más que fueras un esclavo, ahora eres un mago. No hay necesidad de ser tan formal en esta charla.
Adam miró su entorno de manera aturdida, por miedo al viejo desconocido, había ignorado que ya no estaba en la cueva, parecería que estaba dentro del libro.
Ahora mismo Adam estaba en una playa junto al mar, parecía ser de noche y un hombre enmascarado estaba sentado sobre un tronco calentando sus manos en una fogata frente suyo
El joven héroe de manera aturdida se movió para sentarse en uno de los bordes del tronco junto al hombre enmascarado. En estos momentos, Adam necesitaba información y ahora este hombre parecía ser la única manera de continuar con la historia y completar el desafío propuesto por el libro.
Al ver que Adam se sentaba junto al fuego, el hombre enmascarado pregunto con curiosidad:
—Mi nombre es David, ¿cómo te llamas?
Adam lo miró con cautela. Recordaba el consejo: mantener la boca cerrada hasta el final. El hombre enmascarado vio que Adam no respondía y dijo entre tosidos:
—*Coff* *Coff* No era literal lo de cerrar la boca ... *Coff* *Coff*... Pero bueno, es un error mío, me olvidé de tu estatus como esclavo, supongo que en tu mente primitiva tomarás todo de forma literal .
Aun revelando información que solo el mago conocía, Adam seguía con sospechas y miraba de arriba a abajo al nombre enmascarado. No quería que una parte de él explotara por hablar de más, como ocurrió en el último libro que leyó.
—Puedes hablar, chico, nadie te va a castigar...—Dijo David, parecía tener ganas de hablar, cosa no tan común para los bibliotecarios que Adam conocía.
Adam se concentró en la barba larga y desprolija, en la boca del hombre enmascarado y un lunar se formó en la oreja de Adam y murmuró:
—Se siente incómodo por tu silencio, pero el viejo feo no miente…
Al escuchar la información, Adam confirmó que este hombre enmascarado era el mago antiguo con el que habló en el libro, por lo que rápidamente hablo para no incomodar más a quien lo iba a ayudar a completar este desafío:
—Mi nombre es Adam, pero no soy esclavo. Ya no hay esclavos en los pisos medios. Los pisos de oro y plata estaban habitados por dementes en mi época.
—Entonces: ¿Por qué usan túnicas?—Respondió el hombre enmascarado con cierto disgusto—Pero tampoco dudo de tus palabras, es bastante posible que todos los magos hayan logrado el apogeo y ascendieran juntos.
—Las túnicas representan estatus en mi época—Dijo Adam mostrando con orgullo su túnica negra ante el mago—Solo las estanterías buscan algo tan banal como las decoraciones y lo hacen para llamar nuestra atención desesperadamente.
—¿En serio? Pareceres que tocó vivir en una excelente época—Dijo David con alegría, parecía haber una sonrisa debajo de su barba por la forma feliz en la que hablaba—Supongo que ya lo habrás notado, pero mi deber es proteger a los jóvenes magos hasta su iniciación: es decir tu quinto libro mágico. El sexto es un agregado por tener buen karma.
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—Sí, me lo contó una estantería. ¿Sigues vivo o eres como un padrino?—Preguntó Adam mirando al hombre barbudo
—No sé que es un padrino, pero no morí—Dijo David moviendo su barba de manera extraña—Los magos no mueren, ascienden… Cuando se cansan de vivir.
—En mi época los ascensos son raros, así que la gente muere—dijo Adam con algo de pena de no poder haber vivido en la época dorada de los pisos de oro y plata.
—Es lógico, todo es un ciclo—Dijo David mirando al fuego—A los bibliotecarios antiguos les costó ascender tanto como les cuesta actualmente a los últimos bibliotecarios... No obstante, no hay que preocuparse por eso, porque uno puede escapar del ciclo de una manera bastante sencilla.
—¿Cómo hago para ascender de forma fácil?—preguntó Adam con curiosidad.
—Sube o baja escalones hasta llegar a pisos donde los tiempos sean dorados—Dijo David mirando al fuego—Si la biblioteca es infinita, infinita son sus posibilidades, solo tienes que moverte lo suficiente hasta encontrar otra ciudadela llena de magos, héroes, eruditos, ermitaños, etc...
Adam se decepcionó un poco por la respuesta: entendía que sí algo así fuera tan fácil de hallar, los rumores correrían por todos lados, por tanto, tendría que subir pisos toda su vida únicamente para encontrar un sitio así.
—¿Sabes donde puedo obtener más información de los magos?—preguntó Adam, el viejo sin ojos no contestaba esta pregunta, por lo que era mejor preguntarle a un mago directamente.
—Si en tú épocas hay poco magos: únicamente te queda descubrir por tu cuenta—Dijo David con algo de pena—También puedes preguntarle a los libros mágicos o estanterías, pero no de tus pisos... Busca pisos sin bibliotecarios en las cercanías, donde las estanterías te valoren más que sus reglas.
—¿Sabes cuáles son los cambios en el cuerpo de un mago?—preguntó Adam con preocupación—¿Hay manera de evitarlos o corregirlos?
—Pobre...—Dijo David con aún más pena—Puedes regenerar lo perdido y divertirte, pero los magos no pueden tener hijos, así que tomamos a los hijos de los esclavos como nuestros pupilos.
—¿Pero qué ganamos al no tener hijos?—preguntó Adam con urgencia, este tema parecía importarle bastante.
—Amor...—Contestó David mirando al fuego con nostalgia—Es complicado para nuestra raza pensar en el otro. A cambio de perder partes de tu cuerpo, el camino del mago te va convirtiendo en un ser menos frío y más emocional. La primera emoción que obtienes es poder valorar a tus discípulos o tus hijos adoptivos.
—¿Solo amor? ¿No ganamos nada útil?—Dijo Adam con incredibilidad, no sentía ninguna emoción rara desde que perdió su entrepierna.—Parece que perdemos más de lo que ganamos en esta religión...
—Ningún padre quiere a sus hijos...—Contestó David de forma reflexiva—Es una condición mental de nuestra raza: nos sentimos obligados a no poder heredar nada. Es una pena que nunca tuviste hijos, por lo cual no logras comprender lo que ganaste...
—Pero mi padre...—Adam quería decir que su padre lo había querido hasta que perdió completamente la cabeza, pero luego recordó que él tenía casi 600 años, era más un padre adoptivo que uno de verdad— ¿Por eso hay tan pocos niños?
—Si, en parte...—dijo David mirando a Adam con algo de curiosidad por su época—Eso es lo que termina provocando la aparición de pisos desiertos. Es una manera de lograr que los secretos sean secretos para siempre...
—Entonces nuestra especie está condenada a la extinción?—preguntó Adam llegando a la conclusión más terrible de esta idea.
—Si… con el tiempo… la biblioteca quedará vacía—Respondió David de forma pausada—No obstante, hay estanterías que se oponen a la biblioteca y buscan cambiar este destino.
—¿Cuáles serían esas estanterías?— preguntó Adam, él creía saber la respuesta, pero teniendo la posibilidad de confirmarlo mejor asegurarse.
El mago acercó sus manos al fuego y lo miró por un rato como si quisiera comprobar algo, hasta que contestó con calma la pregunta de Adam:
—La ciudadela de los magos cuenta con unas estanterías bastante raras llamadas 'Guarderías'. O mejor dicho: para custodiar esta estantería y darle todos nuestros ascensos es que existe la ciudadela. Cuando la biblioteca en toda su infinitud se acerque a la extinción de nuestra especie, el plan de los magos se llevará a cabo y las guarderías comenzarán a funcionar, salvando nuestra raza.
—Pero…—Dijo Adam con preocupación— Las guarderías, ya están funcionando...
—Entonces eres definitivamente un idiota—Dijo David de manera bastante seria, parecía no estar bromeando con su insulto—Tomaste la peor religión posible para estas épocas, los magos son emocionales y no viven bien en soledad. Necesitas la compañía de otro mago… O morirás.
—¿No hay manera de lidiar con la soledad leyendo?—preguntó Adam con preocupación, no quería volver a estar deprimido.
—Como mago no... pero eres un héroe—Dijo el viejo mirando los anteojos de Adam—Los héroes no se rinden, los villanos no sufren, así que esos caminos pueden terminar salvándote del suicidio.