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Claro que ese era el motivo, joven inocente.

Adam se encontraba yendo a la puerta de las escaleras del hexágono 3 para dirigirse a la cueva a descansar, pero al llegar a las escaleras se sorprendió porque la entrada de las escaleras se encontraba tapada por una cabeza gigante.

La cabeza era de mármol y parecía parecerse a un adulto con una cicatriz en la cara, tenía un cono de sombrero y un silbato de fiesta en la boca. La cabeza de mármol miro a Adam y dijo con la voz de un militar:

—¡Si sales por mis escaleras no se te permite entrar hasta el siguiente día!

—¿Por? ¿Hay reglas para usar las escaleras?—preguntó Adam con algo de miedo producido por la mirada de la cabeza gigante de mármol.

—¡Todo tiene reglas!—Contestó cabeza de mármol con su tono de militar—Pero los días donde se produce una ascensión mis reglas son absolutas: ¡Solo las personas que se encuentran en este piso disfrutaran la fiesta de ascensión!

—Ya disfruté la fiesta, ¿puedo volver a casa?— preguntó Adam por las dudas, quería la confirmación explícita de que no le pasaría nada si bajara.

—Si, buenas noches, joven— Respondió la cabeza de mármol, abriendo la boca mostrando las escaleras de caracol.

Adam se quedó mirando un rato más, por las dudas le pregunto a su padrino, será joven, pero meterse en la boca de una cabeza gigante provocaba la dudas de cualquiera. Su padrino dio el visto bueno y Adam procedió a entrar en la boca de la cabeza gigante y dirigirse a su piso.

Por suerte a Adam no le pasó nada malo, en el camino se dio cuenta de que todas las entradas estaban tapadas por la cabeza gigante hasta que llegó al primer piso del nivel medio, al llegar tocó la pared de piedra y la boca volvió a abrirse.

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Al salir unos guardias lo miraron a Adam con curiosidad, pero no preguntaron nada así que Adam continuó su camino hasta llegar a la vieja estantería de madera con musgos y hongos. Cuando llegó Adam gritó:

—¡Viejo, soy yo, me abres!

La cabeza del viejo sin ojos salió de la estantería, pero no le abrió y en su lugar preguntó:

—¿No notas algo diferente?

Adam miró a los costados de los pasillos, pero no venía nada y todo estaba igual. El viejo sin ojos al ver al pelirrojo buscando por los pasillos agregó con orgullo:

—¿No notas algo nuevo en mis estanterías?

Adam miro las estanterías del viejo sin ojos, recién ahí noto que parecía haber un libro más en sus estantes, dado que el viejo sin ojos tenía libros mágicos eran fáciles de diferenciar los unos de los otros. Adam tomó el libro y se dio cuenta de que era idéntico al que él tenía en la mano.

—Lo duplicaste: ¿puedes duplicar libros?— Pregunto Adam

—No, pero si el héroe de la cueva obtiene uno, yo también obtengo uno— Agregó el viejo sin ojos con mucho orgullo. Cada libro era como un hijo para él y ahora tenía otro más que lo ayudaría a atrapar a bibliotecarios incautos—¡Te felicitó héroe, pero recuerda no leerlo hasta que decidas no volver!

—¿Por eso me dejaste vivir en la cueva?—Preguntó Adam , volviendo a dejar el libro en su lugar

—En principio la cueva siempre fue un refugio, no una escalera—Respondió el viejo sin ojos—Pero como tu padre no podía entrar, no tenías otra opción más que vivir afuera.

Adam no dijo nada, ya sabía desde el primer día que su padre había leído un libro mágico por lo cual nunca pudo acompañarlo a los pisos superiores. Pero la cabeza volvió a hablar interrumpiendo sus pensamientos:

—Se produjo una ascensión: deberías tener cuidado los siguientes días.

—¿Por? ¿Qué no es bueno?—preguntó Adam con preocupación.

—Sí, es bueno para todos, tanto bibliotecarios como estanterías—Contestó el viejo sin ojos con mucha envidia.

El viejo miró con seriedad al joven pelirrojo y agrego:

—Siempre que hay una ascensión: las estanterías se pelean, los bibliotecarios desaparecen o se asesinan entre ellos y las otras criaturas aprovechan el caos. ¡Ten cuidado con las criaturas que se sientan atraídas por la codicia de los bibliotecarios y estanterías!

Adam se asustó por la advertencia, pero por suerte mañana no tenía que ir a clases por la clase especial, así que tendría un poco más de margen para ver si había algo anormal en el piso 4.