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E1-125-Y no aparecería...

Pasaron los días y Adam se encontraba en su escritorio, actualmente estaba jugando con una especie de caja de madera del tamaño de una mano.

Según el viejo sin ojos, esta extraña caja era un juguete usado por los magos para pasar el rato: la caja era un bloque de madera sólido, pero en las manos de un mago como Adam se convertía en una caja de puzzles.

Cada vez que resolvía el puzle la caja cambiaría de forma y tamaño, pero el objetivo del puzle no cambiaba y era encontrar otra manera de abrir la caja. Dentro de la caja no había nada, ya que la idea de la caja era únicamente pasar el rato resolviendo algún acertijo sencillo.

Adam obtuvo esta caja del almacén del viejo sin ojos a cambio de la biografía del juguetero. Si bien el libro valía poco para el viejo sin ojos, Adam logró intercambiar la copia por un juguete antiguo: lo cual era mejor que tener que dejarla abandonada en la cueva.

—¿Vas a leer el siguiente libro mágico? Te pasaste un mes jugando con esa caja—Dijo el viejo sin ojos con apuro— Me parece que exageraste un poco con mi consejo…

Adam miró al viejo sin ojos y se concentró en el monóculo colocado en el rostro del viejo, inmediatamente un lunar con una boca surgió dentro de la oreja de Adam y le gritó con voz chillona:

—Está impaciente: ¡Quiere que te vayas de su cueva!

Adam sonrió con felicidad al comprobar que su nueva habilidad funcionaba correctamente: esta era la forma de entender una emoción y solo funcionaba una vez por día por criatura. Lo único que tenía que hacer Adam para activar la voz chillona, era concentrarse en algún defecto de la otra persona, cuando la misma le hacía algún comentario.

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La cantidad de información que el lunar daba generalmente era poca, pero si era cierta y la información cierta valía mucho más que mucha información que pudiera ser incorrecta. Adam trató de ver como aumentar la cantidad de información recibida, pero parecía ser que siempre era una frase corta. Lo más importante es que parecía ser que el viejo sin ojos nunca pudo escuchar el lunar, por lo cual debería ser que solamente Adam podía escuchar la información recibida.

Durante este mes, Adam también había entendido la habilidad de convertirse en libro. Pero parecía ser que usar la habilidad requería de hojas de caracteres mágicos, o al menos esa es la conclusión a la cual su padrino había llegado luego de que Adam tratará de convertirse en un libro.

Cada vez que Adam trataba de transformarse, sentía que se quedaba por la mitad y que si seguía forzando su cuerpo solo explotarían sus miembros y no lo lograría. Según su padrino, eso era signo de que requería algo que lo ayude a hacerlo: en este caso lo más probable es que fueran caracteres mágicos, pero por el momento no estaba seguro, ya que Adam no tenía hojas de caracteres en la cueva.

Por lo demás los pinchazos en el dedo del joven por las noches nunca pararon en todo el mes y su entrepierna seguía sin aparecer: lo bueno era que de verdad ya no tenía que ir al baño por ningún motivo y lo malo era justamente que su entrepierna seguía sin aparecer. Según el padrino de Adam: debería haber alguna forma de recuperar a su mejor amigo y no morir virgen. Pero por el momento Adam no sabía cómo hacerlo y tampoco entendía el motivo de porque ocurrió este cambio en particular y cómo se relacionaba con el camino de los magos.

Los ojos plateados que aturden: eran una manera de proteger a los héroes de buen corazón y el miedo provocado por el cuerpo de los villanos sin sombra: era un modo de facilitarles la vida a la hora de atacar a un grupo grande de personas.

Parecería que los cambios corporales siempre tienen alguna relación o utilidad con la religión elegida y no son aleatorios. El viejo sin ojos tampoco parecía conocer el motivo de por el cual en el primer cambio corporal de los magos los mismos perderían su entrepierna, pero le dijo que no se preocupara tanto por el 'pequeño' problema.

—Podrías traer el libro mágico y así trato de hablar con él—Dijo Adam también algo impaciente por lograr reencontrarse con su padre de una buena vez—No me anime hablar con la biografía del juguetero: así que estaría bueno que me guíes en el proceso.