El director observó la alegría de Adam al recibir el archivo y continuó hablando:
—No obstante, tengo que decirte la verdad, Adam, no entiendo como lograste renacer sin saber leer. Fui el director de esta escuela por mucho tiempo, pero por desgracia en la época donde asistías a la escuela yo no había nacido: por lo que no sé toda la verdad y lo único que puedo contarte son mis conclusiones al leer el archivo.
—¿Cuál es su conclusión, director?—preguntó Adam, el director tenía mucha experiencia trabajando con estudiantes y si hay alguien que podría sacar la verdad de estos documentos probablemente sería él.
—Antes de contártelas debo advertirte que mis conclusiones son absurdas, Adam—Respondió César de nuevo con muchas dudas al respecto— No tiene sentido que sepas mis ideas, por qué probablemente solamente te alejaría de lo que de verdad ocurrió.
—¡No me importa! Mejor que la nada misma, es vivir en una mentira—Respondió Adam sin dudar; el joven estaba desesperado por reunir cada mísera pista de información que lo ayudará a entender mejor su pasado.
—Bueno ....—Respondió César masajeando su frente con una mano—Podrías haber descubierto el idioma por tu cuenta, aunque hay muchas otras maneras de haberlo logrado que son más posibles.
—¿Cuáles más?—preguntó Adam con impaciencia; con 100 páginas leídas entendía que redescubrir este idioma sin la ayuda de nadie le tomaría más de lo que duraba su vida, incluso más de 500 años, por lo que debía ser otra cosa.
—¿Obligar a otros a leer por vos?—Respondió Cesar también tratando de descubrir cómo alguien como Adam podría haber logrado renacer, la información en el archivo no era mucha, pero era contundente.
—¿Se puede obligar a otros a leer por vos? —preguntó Adam con preocupación.
—Si, se puede…—Respondió César con calma—Mucha gente prueba los efectos de los libros mágicos de esta forma, pero condenan su karma al hacerlo; ya que las personas que revelan los secretos de los libros suelen sufrir terribles consecuencias, incluso si son obligadas a hacerlo.
Adam pensó en su padre y en su locura: '¿podría ser todo por su culpa?'. Tendría todo el sentido del mundo que su padre lo odiara a muerte si lo había obligado a leer por él durante 500 años para lograr renacer, pero: ¿Acaso su padre tenía 500 años?, ¿O solo es otra de sus innumerables víctimas?
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Lo único que Adam sabía al respecto es que hace unos años un librillo con forma de oso le dijo que había logrado todo intercambiando favores, por lo cual el pelirrojo no debería haber obligado a su padre a leer por él y no sería raro de que el odio de su padre venga de un intercambio de favores que le salió mal.
—De todas formas, podrías haber hecho infinidad de cosas para revivir…—Agregó Cesar masajeando su frente, parecía que le había dado muchas vueltas al asunto—La verdad es que lo que lograste siendo niño es algo que en tantos años siendo director nunca vi a otro chico replicar: No es fácil entender los secretos ocultos de una estantería y tú lo lograste siendo un niño. Por algo llegaste a revivir y yo lucho por no morir, no soy la persona más indicada para explicarte cómo lo lograste… De hecho, quería pedirte algún consejo, pero notó que no recuerdas del tema todavía.
Con mucha desilusión, Cesar se sentó en su sillón de director, miró a Adam seriamente y con muchas dudas en su rostro, dijo con calma:
—De todos modos, deberías leer lo que dice el archivo y ver si recuerdas algo más. Volviendo al motivo que te trajo a esta oficina, déjame informarte que la celebración de 100 páginas es leer en voz alta junto a tus padres las 100 páginas. Pero tus padres murieron hace décadas, así que las formalidades no importan.
Para Adam su padre seguía vivo, incluso si no fuera el verdadero, seguía siendo su padre en su corazón, pero el mismo no sabía leer. Adam lo pensó unos minutos y dijo:
—¿Podría leer las 100 páginas con el profesor Aquiles? Es lo más cercano que tengo a un padre en estos momentos.
—¿Aquiles?, probablemente te arrepientas cuando leas el archivo...—Murmuró el director mirando a Adam con sospecha y masajeándose aún más fuerte la frente—Sin embargo, esta es tu celebración y será un placer ayudarte, muchacho. Le informaré a Aquiles sobre tu decisión. Tomará un tiempo preparar la sala de ceremonias, pero para mañana debería estar lista, la habitación estará algo vacía, pero podrás honrar las antiguas tradiciones.
Adam asintió y salió apurado de la oficina del director. Quería llegar a la cueva para poder examinar el archivo con tranquilidad y ver si algún recuerdo surgía en su mente.
Adam corrió por los pasillos y luego por los escalones, eran 400 escaleras, por lo que llegó bastante cansado al primer piso medio. Por suerte su cuerpo joven de 17 años podía aguantar la dura travesía y con lo que le quedaban de energías corrió hacia la cueva.
Al llegar a la cueva, Adam se encontró con el viejo sin ojos, mirándolo con preocupación.
—¿Te intentaron robar, muchacho?—preguntó el viejo sin ojos mirando a los costados.
—No, ¿Puedo pasar?—Respondió Adam con la respiración agitada por la carrera.
El viejo sin ojos no respondió y abrió la entrada de la cueva.
Adam bajó los escalones y se sentó en su escritorio, con un vaso de agua fría del lago de la cueva, sacó el viejo archivo y se dispuso a leer lo que había dentro. Sin embargo, para la decepción de Adam únicamente había tres hojas en el archivo.