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E1-25-Debería haber preguntado lo del cono...

Un mes pasó volando y como todos los días, Adam estaba por entrar al salón de clases, pero el niño no entro directamente al aula, sino que se detuvo en la puerta con extrañeza; al parecer alguien había decorado el salón de clase: ya que la entrada del salón estaba cubierta con estrellas blancas y varias serpentinas de papeles.

Con algo de entusiasmo por las decoraciones llamativas, Adam abrió la puerta del aula y se encontró con que todo el salón estaba cubierto por serpentinas blancas. Aquiles tenía un cono de papel en la cabeza puesto como un sombrero y los otros dos estudiantes también lo tenían puesto.

—Ten, Adam, ponte esto en la cabeza— Dijo Aquiles pasándole un cono de papel.

Con algo de aturdimiento, Adam se puso el cono en la cabeza y se sentó en la silla del pupitre.

—¡El día de hoy celebramos sus primeras 10 páginas leídas!— Grito Aquiles con entusiasmo, sacando un libro negro de abajo del escritorio.

Con emoción, Aquiles abrió el libro negro e inmediatamente la luz de la sala desapareció. Acto seguido, el libro comenzó a voltear sus páginas y a proyectar estrellas por las paredes del aula.

Adam sé entusiasmó con la escena, pero lo que más le sorprendió fue que las estrellas empezaron a bailar por el aula hasta formar una frase en el techo que decía: '¡Felices 10 páginas!', en tres idiomas. Adam se concentró en la frase del medio y pudo leer las palabras escritas en el idioma de los pisos medios.

—¡Los felicitó a todos!— Dijo Aquiles de forma muy eufórica— ¿Franco, sabes cuántas páginas tiene en total el libro verde?

—Sí, son 120 páginas— contestó Franco con orgullo.

Adam pensó la respuesta por si le preguntaban, si no recordaba mal, su libro eran 140 páginas, pero todos los libros contaban lo mismo; así que el niño supuso que algún día tendría que leer más páginas que el resto de sus compañeros.

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—Muy bien— dijo Aquiles con una sonrisa— Cada 10 páginas uno celebra un hito en su camino para dominar la lectura del idioma. No obstante, las celebraciones de las 10 primeras páginas, la lectura de las 100 páginas y la última lectura son celebraciones formales. Para celebrar su primer hito, de acuerdo a la tradición, todos tienen que leer las 10 páginas en voz alta durante esta clase y luego veremos que ocurre. Una vez que terminen, cierren sus libros y no los abran hasta que terminen de recitar todos sus compañeros.

Siguiendo las órdenes de Aquiles, todos los estudiantes fueron recitando las 10 primeras páginas y cerraron el libro. No obstante, luego de hacerlo, los estudiantes no notaron nada raro.

—Por suerte solo fueron 30 páginas— dijo Aquiles, algo cansado por escuchar la misma historia 3 veces seguidas— Ahora, todos abran sus libros: ¿Notan algo raro en sus libros?

Adam lo abrió y se sorprendió: todas las anotaciones de Aquiles desaparecieron y también cambiaron todas las palabras del libro. El profesor a notar la cara de sorpresa de todos sus estudiantes explicó:

—El libro cambia todas las palabras automáticamente si logras recitar 10 páginas seguidas de forma correcta, es decir, que ahora tienen que leerlo de cero otra vez hasta llegar a las 20 páginas. La última lectura, la lectura completa de 120/140 páginas, es la prueba para obtener tu túnica negra. Si lo lees, ya dominas el idioma.

—Pero no entiendo nada…— Se quejó Bianca con molestia— ¿Por qué cambió tanto?

Adam también noto el problema. No es que solo aparecieron nuevas palabras; sino que también habían aparecido frases sin sentido aparente como: 'El ratón comió el edificio' . La frase no tenía nada que ver con el párrafo anterior y nada que ver con la página entera; que describe la historia de un joven héroe.

—Si, ahora no tiene sentido para ustedes…—dijo Aquiles con una sonrisa— Pero más adelante aprenderán que una misma frase puede tener diferentes significados, por desgracia. Por el momento iremos viendo poco a poco eso en la próxima semana.

Mientras decía eso, Aquiles sacó una caja negra y retiró 3 insignias de madera con el número 10 inscriptos en ellas y se las pasó a cada estudiante, diciendo:

—Por lo demás, como es tradición de este Hexágono, pueden visitar el almacén de libros de las 10 primeras páginas. Les recomiendo ir, no quiero arruinarles la sorpresa, pero lo mejor de venir a esta escuela es lo que obtienes en ese almacén.

—Es un almacén con libros, no una estantería…— Aclaró Aquiles más detalladamente; por miedo a que Adam no vaya.