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Los Caracteres Perdidos [Fantasía oscura] - Español / Spanish - (Completa)
¡Oh ,no! ¡Odio esta parte! Dios que vergüenza ...

¡Oh ,no! ¡Odio esta parte! Dios que vergüenza ...

Adam, algo aturdido, siguió el consejo y se dirigió hacia la escuela, mientras trataba de recordar lo que hacía de chico, pero solo recordaba jugar por los pasillos y estanterías de los pisos inferiores.

Finalmente, llegó a la escuela, pero tenía algo de vergüenza de entrar al salón de clases y tener que decir que llegó tarde otra vez y tampoco hizo la tarea, pero vino hasta acá y ya no podía retroceder.

Así que reuniendo su coraje Adam empujo la puerta y dijo:

— ¡Lo siento profesor, se me hizo tarde!

"..." Adam miró hacia los lados algo aturdido: ¡No había nadie en el salón!

Sin saber muy bien que hacer Adam camino hasta el escritorio que había usado la otra vez.

Adam puso su caja con los zapatos viejos arriba del escritorio y se sentó; a esperar a que el tiempo pasara. Pero no ocurrió nada, por lo que Adam se quedó dormido en el banco; estaba algo cansado por haberse despertado temprano hoy.

Pasó el tiempo y Adam se había quedado dormido, pero fue entonces que escuchó un grito que lo hizo despertarse de repente con miedo. Después, Adam recordó que no estaba en los pisos inferiores y miró a la fuente del grito:

— ¡Aquiles, me surgió una duda!— Dijo una chica con voz dominante vestida con túnicas blancas— ¿Dónde se fue ese vago? ¿Acaso no quiere trabajar? ¿Quién eres tú?

La chica tenía el pelo rubio y los ojos plateados: el contorno de sus ojos estaban algo negros como los de su padre, parecía tener una edad bastante cercana a la de Adam. Lo más llamativo es que a pesar de su edad, la chica tenía tatuajes por todas sus manos. Los tatuajes parecían ser flores coloridas y animales que Adam nunca vio en su vida, pero eran muy, pero muy llamativos.

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—Soy Adam — Contestó Adam con algo de nervios, no era la primera vez que veía una niña, pero si la primera vez que una le hablaba— Estoy esperando al profesor también.

—¿Esperarlo?—Dijo la niña mirando a Adam fijamente; poniendo aún más tímido a Adam— ¡Si es su trabajo! ¡Vamos a patear la puerta del director hasta que nos dé un maestro! ¡Para qué se piensa que pagamos esto!

La chica sé acercó a Adam y lo tomó del brazo; empujándolo para que la siguiera. Adam ,sin mucha opción, siguió a la chica algo nervioso; no sabía que los otros niños eran tan violentos, con razón los guardias lo miraban raro en el banco.

La chica arrastró a Adam por los pasillos del hexágono hasta una puerta con madera: con patrones muy bonitos grabados por toda su superficie y una placa de metal inscrita con el nombre: Cesar.

*Puff*... La chica literalmente patio la puerta del director, pero al notar que no se abría, miró a Adam con cara expectante.

Adam ,algo nervioso, decidió seguir a la niña y ponerse puerta a puerta con ella, no quería caerle mal a unas de sus compañeras de clase.

*Puff*...*Puff*...*Puff*... La puerta fue pateada por los dos niños de forma violenta hasta que un anciano con túnica roja abrió la puerta.

Adam casi se desmayó; no esperaba que el mismo viejo que se había cruzado antes en las escaleras fuera directo y mucho menos que le haya pateado la puerta alguien con túnica de otro color.

—¿Qué paso ahora, Sofía?—Dijo César con una sonrisa; no parecía estar muy molesto con los niños pateando su puerta.

—¡Aquiles, eso pasó!— Gritó la niña con enojo— ¡Se supone que es nuestro profesor! ¡Pero no está nunca!

—Está bien, no hay que impacientarse— Dijo César con una sonrisa de abuelo confiable— Entren a mi oficina, los pasillos no son un buen lugar para discutir.