Adam estaba con una sonrisa de oreja a oreja, finalmente había obtenido no uno sino 5 libros; el niño no entendió muy bien por qué estas mini criaturas valían tanto. Para él daban un poco de asco y olían a podrido, pero se alegraban de que estas criaturas fueran tan valiosas para los librillos.
—Adam, ve tomando un libro, así lo formalizamos—Dijo el oso mirando con felicidad a las 5 ovejas.
Adam hizo caso y tomó uno de los libros de la estantería. Una cara de piedra salió de la estantería, la cara no parecía ser humana de lo arrugada que estaba, tenía dientes afilados y los ojos vendados.
—¿Eres la misma estantería del banco de los pisos medios?— preguntó Adam algo desconcertado al ver el rostro.
—Si y el de unos cuantos más —Respondió la cara de piedra mirando a los librillos con desconfianza—¿cuál operación quieres realizar, chico?
—El chico y yo, queremos hacer una transición con estas 5 ovejas—Respondió el oso antes de que Adam pudiera decir nada.
—Bueno—Respondió la cara de piedra ya sin desconfianza de los librillos—¿Qué van a intercambiar?
—El contenido de la maleta a cambio de ayudar en la guerra a una estantería—Respondió el oso
—Bueno—Respondió la cara de piedra—¿Alguna otra operación?
—No—Respondieron los 6 libros con mucha felicidad.
Al escuchar que no había más operaciones, la cara de piedra se escondió de nuevo en la estantería de piedra.
Adam con mucha desilusión pregunto:
—¿Hizo algo la estantería?
—No hizo nada—Respondió la oveja negra mirando a la maleta con felicidad—El oso te estaba gastando una broma.
Adam miró al oso, pero el oso no dijo nada, como nunca lo vio reírse no sabía si podía hacerlo, pero de seguro lo estaba haciendo por dentro. La oveja negra al ver al chico enojarse volvió a hablar:
—De hecho podría habernos pedido que buscáramos la maleta, debe pesar bastante, ya la información del lugar valía la ayuda.
Las venas de la frente de Adam comenzaron a saltar y miraron al oso con odio, pero el oso únicamente tomaba alcohol y no decía nada.
—Ahí vienen nuestros ayudantes—Dijo la oveja negra con mucha felicidad mirando a la puerta del banco—¡El trato está hecho! Cuando comprobemos que lo que está en la maleta es verdadero: buscaremos al oso para encontrar la estantería y ayudaremos en la guerra.
Adam miró a la dirección donde miró la oveja negra, unos 8 maniquís se acercaban por la puerta. Cuatro maniquís se quedaron vigilando la puerta del banco y los otros cuatro se acercaron a los librillos.
Al acercarse Adam notó que los maniquíes estaban hechos de plata y llevaban túnicas grises, no tenían rasgo facial y caminaban sincronizados los unos de los otros: es decir uno levantaba la pierna y los otros tres hacían lo mismo, creando un efecto visual bastante raro.
Uno de los maniquís salió de la resonancia, tomó la maleta y comenzó a retirarse, ignorando completamente a Adam y al oso. Las ovejas y los otros maniquís lo siguieron, dejando a Adam y al oso solos en el banco.
Cuando los maniquís y las ovejas salieron, el oso comentó:
—Bueno, terminamos toda nuestra parte. Te felicitó, chico. Como recompensa de haber llegado tan lejos te diré que si lees ese libro te destruirás en el juguetero que matamos: es su biografía.
—¿Qué?!—Adam gritó con enojo, lógicamente se lo preguntaría a su padrino después, pero ahora mismo estaba completamente desilusionado.
—No te sorprendas—Comentó el oso—¿Alguna vez viste alguna librería regalando algo importante?
—Pero ese chico de madera parecía muy confiable y me curaron la mano —Respondió Adam sin creer las palabras del oso.
—¿Qué vale más? ¿La vida de ese juguetero o la de un bibliotecario?—Preguntó el oso tomando su botella sin mostrar mucho sentimiento alguno
—¡Los bibliotecarios! ¡Nosotros somos los que ascendemos!—Respondió Adam enojado
—Si, pero el mundo no es únicamente ascender y ascender hasta el infinito—Respondió el oso mientras tomaba de su botella—Hay momentos en donde hay que descansar y jugar un rato.
—En serio nos ven de esa forma—Preguntó Adam, pero recordó que ninguna estantería lo ayudó cuando casi se lo comía una criatura, además del viejo de madera blanca y lo hizo solo por un favor.
—No todas—Respondió el oso— Pero algunas estanterías únicamente te ven como una herramienta para ascender. Las estanterías son conscientes y caprichosas. Hay algunos que aman más a los bibliotecarios que a sus libros. Otros aman a los jugueteros. Otras a sus reglas. Todas aman algo. No es que te odien, únicamente te quieren menos y en una vida donde milenios son nada, tu vida no es nada.
—Que triste realidad—Respondió Adam con mucha bronca. Si el oso dijera la verdad, entonces Adam moriría al leer este libro únicamente por el capricho de una estantería y renacerá el juguetero que murió en su lugar.
—Sabes como usar esta información, Adam?— preguntó el oso mirando al chico a los ojos.
-------------------------------Que nadie se mueva: el rey va a hablar--------- ---------------------------
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Ahora me doy cuenta de que parecía que todo lo anterior solo era para preguntar esta pregunta.
Incluso lo de visitar este piso, ya cansado, con la maleta en la mano. Todo podría haber sido únicamente para preguntar esta pregunta.
El problema es que no sé hasta qué punto es coincidencia. No sé hasta qué punto los sucesos que desencadenaron en esta pregunta fueron aleatorios o hechos armados por el oso borracho. No sé hasta qué punto es normal cruzarse con un Actorino en los pisos medios. No sé hasta qué punto el ataque de dos personas con túnicas negras a unos niños tenga sentido. No sé hasta qué punto el Actorino fue acorralado para pasar por las estanterías de madera blanca. No sé si las estanterías de maderas blancas están involucradas. No sé hasta que punto el libro negro fue casualidad. No sé si los librillos que me ignoraban en el piso medio 4 de 5 estaban involucrados. No sé si los libros que me ignoraron en los pisos inferiores estaban involucrados. No sé si el viejo sin ojos conoce a otro libro en cuál confía además del oso borracho. Pero si sé muchas cosas que me ocurrieron más adelante que me llevaron a plantearme estas relaciones ahora.
Parecería una locura: un acto maquiavélico de proporciones inimaginables que ningún bibliotecario o criatura que habite en esta biblioteca podría armar. Pero si algo aprendió de mi infancia es que todo: absolutamente todo, puede estar vinculado con todo. Y esa es la gracia de mi historia y esa es la forma de descubrir La Historia.
Lo cierto e innegable es que con unos maniquíes hechos de plata: para que uno se tomaría la molestia de ocultar el aroma; visitar un piso lleno de jugueteros para luego salir con la biografía de uno de ellos y de esa manera poder sacar esta pregunta. Eso es una realidad, no una coincidencia, pero hemos dicho que simplemente el oso fue idiota y no arreglo bien el trato. Raro de un libro, pero posible para el lector que los desconoce.
Para qué armar tanto escándalo montando este plan para enfrentarse a un Corruptus que no diferencia una piedra de un bibliotecario: únicamente para preguntar esta pregunta. Pero eso es un hecho del futuro. El lector no conoce tanto de los Corruptus , por tanto, le es imposible hallar el problema (a no ser que relea la historia).
Aun así hay hechos mostrados que son útiles para poder entender que no se tratan de simples coincidencias aleatorias.
De esa falta de aleatoriedad surge una trama oculta para Adam.
De trama oculta para Adam surge una historia no contada o mejor dicho: ¡Una de las innumerables e infinitas historias no contadas dentro de una historia!
Hasta el día de hoy nunca supe mi verdadera relación con el oso borracho de la familia de osos cariñosos, pero ningún librillo hubiera montado semejante escándalo únicamente por devolver un favor... ¿O si?
Podría ser para el lector: este es el primer libro conocido por Adam. Pero si releyera la historia le sería más que evidente que a partir de esta pregunta uno puede empezar a armar su propia historia nunca contada. Por ejemplo una de las infinitas podría catalogarse: 'Adam y el oso'
Un niño no lo notaría y lamentablemente, Adam no era únicamente un niño, era yo. Y yo siempre fui un gran idiota como para poder notarlo. Salvo ahora, que puedo leerlo...
Una vez sabiendo el final de la historia, lo que surge es la relectura de los " para que "... Los grandes " Para que " de mi vida.
¿Para qué hablar de la purga sabiendo que el piso estaba hecho de juguetes de antemano?. ¿Para qué decirme la historia de estas estanterías antiguas?.¿Para qué mostrarme el secreto de los números de pisos y hexágonos totales?.¿Para qué hacer que me devoren la mano y luego curármela?. ¿Para qué hacerme subir la maleta?. ¿Para qué mostrarme que las escaleras son seguras?. ¿Para qué mostrarme el contenido de la maleta?. ¿Para qué mostrarme que no existen los contratos en el banco?.¿Para qué mostrarme que no todos los libros mágicos son seguros?. ¿Para qué hablar de los caprichos de las estanterías?. Y sobre todo: ¿Para qué preguntarme esta última pregunta?.
Pero el muerto rebota dos veces si uno se pregunta: ¿Para qué molestarse tanto, si no había nada que ganar a cambio?.
Es por eso que: 'Adam y el oso' es una gran historia, pero una que nunca pude saber. Una de las historias ocultas en los párrafos de mi historia. Pero lamentablemente no es La Historia que buscamos, querido lector.