Novels2Search

E1-04-Ojala le hubiera echo caso...

Adam parecía algo impaciente mientras miraba una y otra vez a la piedra roja parpadeando. Finalmente, el niño se cansó de esperar; ya habían pasado 5 minutos y las personas que estaban ascendiendo aún no lograban terminar de subir los escalones.

Adam decidió matar el tiempo haciendo otra cosa. Miró a sus costados y no parecía haber nadie por el pasillo formado de estanterías.

Con algo de dudas, Adam sé acercó a una estantería del pasillo y trato de tomar uno de sus libros, pero la voz de alguien lo interrumpió:

—¿No eres muy joven para andar ojeando cosas que no puedes leer, chico?

Adam miró a la dirección de donde provenía el sonido y era la estantería; la cara de lo que parecía ser una mujer vieja estaba formada en uno de los marcos de madera de la estantería. La cara de la vieja también era de madera y parecía parte de la decoración de la estantería.

—Parece que alguien se descompuso en las escaleras…— Contestó Adam mirando a los costados del pasillo y vigilando que no lo viera nadie— Así que tengo tiempo libre.

—Alegre e inocente…— Comenzó a recitar la estantería con una sonrisa feliz y la voz de una abuelita — Oh, la juventud, cuando no conocíamos los secretos de este mundo, cuando todo parecía una alegre caminata por los pasillos.

Pero la sonrisa de la cara de madera se detuvo de golpe, como si un pensamiento amargo se hubiera cruzado por la mente de la anciana. Acto seguido, la abuela miró a Adam con seriedad, mientras decía con preocupación:

Enjoying this book? Seek out the original to ensure the author gets credit.

—¡Pero debes tener cuidado, jovencito! No todas las estanterías son tan buenas como yo. Algunas viejas estanterías guardan secretos que deben ser olvidados y también hay estanterías malvadas que te dirán mentiras para engañarte: ¡Nunca confíes en estanterías desconocidas!

Adam asintió con la cabeza y luego con algo de miedo movió la cabeza para ver a los costados, pero por suerte nadie había escuchado los gritos de la estantería.

—Sé que no sabes leer ningún idioma…— Continuó hablando la abuelita mirando las túnicas blancas del niño—Pero hay un libro mío que contiene un secreto. Está en el tercer estante. Es el del lomo amarillo, inscrito con la frase: 'Papel y Topos'. Puedes agarrar el libro, pero si lo tomas, prométeme: ¡Que nunca buscarás leer otro libro de este hexágono hasta obtener tu túnica negra!

—¡Lo prometo!— Dijo Adam con una sonrisa feliz mientras buscaba el libro.

Finalmente, Adam encontró el libro y lo abrió. El niño no entendía nada de lo que estaba escrito en el libro, pero eso no le impidió a Adam buscar entre las hojas del libro. Luego de pasar unas cuantas hojas, Adam encontró una hoja que le llamó la atención.

La hoja era completamente dorada y las palabras escritas sobre la misma usaban caracteres que parecían ser diferentes a los usados en todo el libro.

—Para qué te compres unos nuevos zapatos y unos cuantos dulces— Dijo la abuelita con una sonrisa amable—¡Pero recuerda, así como hay tesoros escondidos en los libros, también hay terribles secretos!

Adam asintió varias veces por la felicidad de haber encontrado un tesoro. Acto seguido, el niño arrancó la página dorada y devolvió el libro al estante donde lo había sacado.

Parecía que la piedra roja de la puerta de las escaleras parpadeaba cada vez menos. Al notarlo, Adam camino con velocidad hacia la puerta.