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Especial 8

Especial 8: Usar un entrenamiento para dar una lección.

*Punto de vista de Naku*

¡La pelea entre Aruh y Mitena fue fantástica!

Podrá haber sido un combate de entrenamiento, pero las demás personas quedaron sorprendidas al verlo. Las linduras con las que pasamos el día de ayer, miraban a Aruh con aún mejores ojos; así es, ¡Aru no solo es bueno en la cama, chicas!

El único inconveniente del encuentro fue que la armadura de tela que usaba Aruh (creo que lo llamaba gambeson) no me dejó apreciar su lindo trasero.

Bueno, en un detalle más serio, aunque Aruh mejora sus puntos débiles día a día, todavía tiene problemas en cambiar sus hábitos con su juego de pies, no son muy notorios pero están presentes. Se lo haré saber al terminar las prácticas.

“Impresionante…” (Richard)

El hijo del capitán Almond murmuró en voz baja, aunque sonó como si estuviera alabando las habilidades de Aruh y Mitena, sus ojos en realidad estaban teñidos de envidia y desprecio.

Este chico me da mala espina.

“Fue un gran encuentro, felicidades a los dos.” (Naku)

Lo primero que hice cuando Aruh y Mitena llegaron hasta donde estaba fue el de darles palabras de felicitaciones.

“Muchas gracias, si, fue un encuentro muy interesante, Mitena es fuerte y tiene una gran destreza.” (Aruh)

“El maestro Aruh lo es más, no solo bloqueaba mis ataques con facilidad… No solo eso, sino que tiene una gran resistencia, la diferencia está clara al vernos.” (Mitena)

Si, la resistencia de Aruh es sorprendente en varios aspectos. En combate lo convierte en un guerrero imparable; siempre que practicamos soy la vencedora del encuentro, pero si continuáramos combatiendo hasta cansarnos, la victoria siempre sería de él. 

Sacaría a relucir su potencial en batallas de desgaste y acoso.

Pero no solo en combate posee una gran resistencia, debido a que también la tiene en la cama es que Fortuna y yo debemos conseguir la ayuda varias concubinas; hasta ahora cuento con el apoyo de Agatha y con el de Mitena, pero se va a necesitar un número de chicas similar al de ayer para lograr satisfacerlo. Bueno, no es que me moleste en absoluto tener mas chicas lindas con nosotros.

“Joven Aruh, Mitena, aquí tienen.” (Agatha)

“Oh, muchas gracias, Agatha.” (Aruh)

Agatha se acercó con dos trozos de tela ligeramente humedecidos y se los entregó a Aruh y a Mitena. Muy buena iniciativa, Agatha.

En cuanto a Arachne y Barker, Eugene les estaba dando agua y comida. Es un hombre confiable.

“Bien, es nuestro turno ahora, señorita Naku.” (Richard)

“Cierto, tengamos también un buen encuentro.” (Naku)

Es mi turno ahora, usaré este encuentro de práctica para darle una lección de buenos modales a este joven impertinente. Tiene que aprender a mostrarle respeto a los demás, sobretodo si se trata de Aruh.

Me sorprende lo diferente que es de su padre y de su hermano, ambos son hombres despreocupados, pero son corteses y no interrumpen a Aruh cuando habla.

Ambos nos dirigimos al centro de la arena, más que un entrenamiento se siente como un combate real gracias a la audiencia, pese a ser poca.

Debo contenerme y ni lastimarlo demasiado; aunque quiera darle una lección, si lo lastimo causaría problemas innecesarios.

“El joven naga… Aruh Hydran es bastante fuerte. Todos los naga son grandes combatientes, pero él está en otro nivel. Aunque parecía estar al nivel de la chica morunke, en realidad siempre tuvo el control de la pelea.” (Richard)

“Tienes buen ojo para las peleas. Estas en lo cierto, incluso entre los naga, Aruh es un guerrero extraordinario.” (Naku)

No era mi imaginación después de todo; el señor Marcus no reconoció el nombre de Mitena, pero su desconocimiento era auténtico, producto de una vida muy ocupada y muchas tareas distintas por realizar; pero en el caso de este chico, pareciera como si no le importara aprender su nombre, su tono al mencionar la raza de Mitena sonaba despreciativo.

Parece difícil de imaginar viniendo de alguien que heredó la sangre del capitán, pero asumo que Richard Almond ve a los naga y a otras razas como si estuvieran debajo suyo.

“A mi también me gustaría enfrentarme a él.” (Richard)

“¡Vaya! Suena como si estuviera inconforme de tenerme como su oponente.” (Aruh)

“En lo absoluto, también estoy satisfecho de poder practicar con usted, señorita oráculo de los naga.” (Richard)

“......Espero cumplir con sus expectativas.” (Naku)

Ambos nos pusimos en guardia y nos preparamos para combatir. Que comience la lección~

Al ver la pose que tomó quede perpleja… ¿De donde salia su confianza siendo tan malo?

Su cuerpo estaba muy arriba, su centro de gravedad estaba mal distribuido, la forma en que sujetaba su espada dejaba muchas aperturas… En fin, todo sobre su postura me hablaba de lo malo que era combatiendo.

¿En verdad piensan dejar que nos acompañe? Si lo descuidamos podrían matarlo fácilmente…

Mientras me encontraba en mis pensamientos, el chico se lanzó contra mí, blandiendo la espada con fuerza. Puedo ser el oráculo de los naga, pero mi fuerza física no es la de uno; no sé si su familia le ha contado sobre ello pero la forma en la que me veía me dijo que estaba consciente de ello, y aun así, pretende atacarme sin contenerse.

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Cuando su espada se acercó a mi rostro, pude ver una sonrisa en el suyo…

Ingenuo.

Su cuerpo dio una vuelta en el aire y cayó detrás de mí, pude escuchar como el aire salió de sus pulmones... 

P-Parece que me excedí.

“¿Qué fue lo que hizo?” (Espectador 1)

“¿Eso fue magia?” (Espectador 2)

“¿No se supone que era un enfrentamiento de espadas?” (Espectador 3)

Mi técnica fue un simple golpe para desviar su espada y atacar su punto de apoyo de un solo movimiento pero debió ser tan rápido que los demás creen que fue magia lo que usé. Esto es malo, siendo un símbolo de los naga, si mi reputación se vuelve la de una tramposa, lo mismo le ocurrirá a ellos.

Para mi alivio, Aruh comienza a explicarle a los presentes el misterio detrás de mi técnica y sus sospechas se convierten en admiración.

¡Muchas gracias, amor!

El chico, hijo del capitán Almond, se recupera y se pone de pie. Mi ataque de antes lo puso de mal humor, ni se molesta en disfrazar la expresión de su rostro.

“Eso fue sucio… Usar magia en una práctica de espadas… ¿Es esto lo que predican los naga? ¿Jugar sucio y burlarse de los humanos por no tener la bendición de un espíritu?” (Richard)

¿Se queja el que me atacó seriamente en dicha práctica de espadas?

“Pero yo no puedo usar magia, eso fue un simple golpe.” (Naku)

“¿Pretende que crea que salí por los aires por un solo golpe? Ni siquiera se movió.” (Richard)

¿Entonces está bien si puede verme? Muy bien, me apegare a sus palabras.

“Mi movimiento fue auténtico, ¿Desea repetir el encuentro para comprobarlo?” (Naku)

“Bien por mi, me convertiría en un hazmerreír si pierdo tan rápido… Independientemente de las circunstancias.” (Richard)

Está firme en su creencia de que hice trampa; muy bien, al menos aceptó la propuesta.

La lección va a continuar.

Nuevamente nos ponemos en posición de combate, solo que esta vez, él es el que se pone a la defensiva escondiéndose detrás de su escudo… Si en verdad planea defenderse, debe de encoger más su cuerpo y apoyarse mejor.

Comienzo a tener dudas de si en verdad se toma en serio sus entrenamientos. Supongo que debo mostrarle el error que está cometiendo.

Moví un poco la mano con la que sostenía la espada y el reaccionó; mi ataque fue lanzado por la derecha, o eso le hice creer, solo fue una finta; aproveché su descuido y atravesé su defensa, la punta de mi espada tocó su cuello. 

Pese a que el encuentro había terminado con la victoria para mí, él decidió ignorar este hecho y contraatacó, pensando que me había confiado.

‘No me rendiré, no dejare que un naga me haga quedar en ridículo’ decían sus ojos, ¿De dónde salía ese desprecio y orgullo? Ciertamente no de su familia.

Evadí su contraataque con facilidad; dejé que continuara lanzándome ataques por un rato, fueran de su espada o su escudo, y luego de un rato, me aburrí.

Quise dejarle en claro la diferencia de habilidad, pero él pareció ignorar este hecho y continuó atacando sin parar. Su condición física no era para nada como la de Aruh, no pasó mucho para que su respiración se volviera agitada y sus movimientos torpes; sin embargo, continuaba negándose a aprender la lección.

Bastó con un golpe a la parte trasera de su rodilla derecha para que perdiera el equilibrio y se derrumbara, como ya estaba cansado, no fue mucha la fuerza que necesité para el golpe.

Aún reacio a perder, intentó levantarse pero puse nuevamente la punta de mi espada de madera en su cuello.

“Es mi victoria. Fue un buen encuentro.” (Naku)

Aplausos vinieron del público mientras que le ofrecí mi mano para ayudarlo a levantarse.

Él me miró durante un rato, y volvió a esconder el enojo de su rostro.

“Si, lo fue. Gracias por dejarme participar...” (Richard)

Aceptó mi gesto y tomó mi mano, pero al hacerlo, sentí como su cuerpo temblaba, su rostro también se puso pálido. La causa debio ser mi mirada.

“No debería agradecerle a mi, sino a mi esposo, Aruh Hydran.” (Naku)

“Si… Si, tiene razón… Lo haré.” (Richard)

Tal parece que aprendió su lección, me alegra que aprendiera la diferencia de habilidades… Y que debe respetar a Aruh.

Lo solté y me dirigí hacia donde estaban Aruh y los demás… Vaya, parece que Mitena está congeniando muy bien con Aruh, era lógico. 

Mitena me saluda y felicita desde donde está. Es una chica muy linda e inocente... y un poco ingenua también, lo cual la hace aún más adorable; además, al final tenía razón en que al pelear puedes llegar a conocer a tu rival, aunque en lugar de volverme su amiga, me di cuenta de que será un pésimo compañero de viaje… Me pregunto si podremos cambiarlo por alguien más.

En todo caso, como recompensa para Mitena, Aruh y yo vamos a ser a ser súper cariñosos con ella esta noche cuando regresemos de nuestra reunión con el señor Marcus… Pero primero debo limarme muy bien las uñas.