Novels2Search

Capitulo 99

Capítulo 99: Camino de secretos y despedidas.

Los animales de carga estaban contentos ahora que retomamos nuestro viaje, especialmente Rulf.

Pasamos por muchas cosas en Jimama y ahora éramos un grupo grande, sin tomar en cuenta a las fuerzas mercenarias que nos acompañaban.

Antes fuimos el blanco de la mirada de los ladrones incluso con un acorazado, lo cual fue bueno, ya que así frustramos sus planes y pudimos exterminarlos.

Ahora con tantas personas y vehículos, así como de enormes criaturas de aspecto feroz (mis entes), los ataques en contra nuestra, se reducirán exponencialmente… Aunque claro, siempre gente temeraria.

Deben tener algo que respalde esa confianza...

“¿Porque tan contenta, Mitena?” (Naku)

“Je, je, es que al final todo resultó como se lo dijimos al maestro Aruh… Logró rescatar a la señorita Fortuna, y ahora se unió a nuestros viajes.” (Mitena)

“Y no solo me salvó a mí, las acciones de Aruh trajeron mucha esperanza y felicidad.” (Fortuna)

Sonriente, Fortuna miró a Blair y a Alice, que eran las más próximas a ella y que estaban al alcance de su vista.

“Estoy de acuerdo.” (Varetsi)

Blair miró su mano derecha y la apretó en un puño, tenía un brillo de convicción en sus ojos.

El recorrido fue tranquilo y sin incidentes, pese a la gran cantidad de monstruos en el bosque, casi no recibimos ataques, y los ocasionales monstruos ineptos que aparecían de vez en cuando (mayormente goblins) se convirtieron en aperitivos para Regis, quien estaba contento de tanto moverse… Tanto por tierra como por aire, le gustaba mucho volar.

Aunque nos movíamos rápidamente y teníamos prisa en llegar a Menat, esa sensación de urgencia que teníamos cuando buscábamos a Fortuna había desaparecido. Si, aun estaba el detalle de que había enemigos tras nosotros, así que seguíamos manteniéndonos alerta.

Con mi extra percepción podría sentir si nos tienden una emboscada, aunque con las trampas son otra cosa si no involucran seres vivos.

Teniendo la ayuda de los súper sentidos de mis entes, confio en que también estaremos bien si ese es el caso.

Sin embargo, con todo el poder y seguridad de nuestro lado, sigo teniendo una amarga sensación, como si todavía no fuera suficiente… ¿Será que estoy siendo paranoico de más?

Miré a los mercenarios, que pese a que mostraban curiosidad por Calse, Nana, Iveris y Hasos al verlas caminar junto a los carros, no se mostraban molestos hacia nosotros… Sin embargo, lejos estaban de inspirar suficiente confianza como las ‘Hachas del Bosque’.

No era el único con sospechas hacia ellos, todo el grupo y hasta el de Dob compartían mi punto de vista.

Dicho esto, no es como si mostraramos abiertamente nuestra sospecha, incluso tratábamos de congeniar con ellos. Por alguna razón, la jefa del gremio se mostraba muy cooperativa y llena de confianza hacia mi persona, no sentía que fuera falsa, mi instinto de guerrero no me alertaba sobre ella.

Era una mujer estricta con sus hombres y mujeres a su cargo, y pese a su extravagante uso de animales de transporte, no era de personalidad arrogante…

Incluso, durante el primer día de viaje, durante los entrenamientos, se ofreció a unirse junto con algunos mercenarios más.

Les permitimos unirse pero no pudieron con el nivel intermedio… Se supone que son un gremio muy famoso, pero quedamos decepcionados de sus habilidades.

“No, tienen un gran nivel a aspirar. Yo deseaba ser así de fuerte cuando pertenecía a mi propio gremio.” (Titanya)

Eso quiere decir que alcanzamos un gran poder en solo unos cuantos días… Bueno, con lo duro que ha sido supongo que los resultados se vieron muy rápido.” (Alice)

El comentario de Alice hizo que Varetsi y Blair asintieran.

Pasaron tres dias y Nimue y Kimue ya habían alcanzado la etapa adulta, lejos de los ojos del señor Allan y de los mercenarios…

Fue en una aldea grande que llevamos a cabo el plan de hacerlas pasar por agentes del rey, con la cooperación de estos mismos.

“¡Zuuuu!” (Kimue)

“¡Zuuu!” (Nimue)

No solo en sus rasgos faciales y color de cabello se diferenciaban, sino en su estatura y contornos de sus cuerpos.

Kimue medía 1.60 metros y era delgada de pechos y caderas pequeñas; aun así, sus proporciones eran perfectas y tenía un aire enérgico que la rodeaba.

Por otro lado, Nimue medía 1.89 metros y tenía una figura muy sensual con pechos y caderas grandes. Exudaba un aura femenina por cada rincón de su cuerpo.

Las chicas y yo nos sonrojamos de verlas desnudas por primera vez cuando se unieron a las ‘sesiones de amor y pasión’.

“Tengan, tendrán que usar estas mientras permanecemos con el señor Allan.” (Aruh)

Les hice unas máscaras junto con su equipo de combate y los dijes prueba de que eran mis mujeres, aunque debian esconderlos por el momento… Asimismo, también le hice uno a Megan, haciéndola dar brincos de alegría.

La especialidad de mis dos fairimps era la magia, más específicamente, magia del tipo ‘Luz’, sin mencionar que pueden volar y levitar en el aire con total libertad… Nuestro equipo rompe la lógica de Maltras con cada nuevo integrante que surge con mi habilidad.

Nimue y Kimue eventualmente se convertirán en personas, y por la conexión que tenía por el momento con ellas me di cuenta de que desean procrear conmigo… Me pregunto si de esta manera la magia de luz dejará de pertenecer al reino de los monstruos...

“¡Zuu!” (Nimue)

“¡Zuuuuu!” (Kimue)

Mis regalos fueron de su agrado, y entendiendo el motivo por el que les di las máscaras, las usaron… Y pese a que sus habilidades estaban enfocadas en la magia y en el vuelo, con ayuda de Mitena, hice que también aprendieran a combatir con lanza.

Dado que el elemento luz tiene muchas similitudes con el elemento luz y hay otras razas que pueden levitar en el aire, no existen riesgos serios de que sean descubiertas…

“¡Zuu!” (Kimue)

“¡Heoo!” (Cherry)

“¡Zuuu!” (Nimue)

Love this novel? Read it on Royal Road to ensure the author gets credit.

Cherry era vista como una hermana mayor por Lempo y Medea, lo mismo pasó con Kimue y Nimue. De vez en cuando las encontraba conversando, aunque salvo por mi, nadie entendería su lenguaje… Según Calse, cuando ella y las demás evolucionaron, adquirieron la capacidad de hablar los lenguajes que yo conocía… Aunque solo de Maltras.

Sin embargo la escritura es otro asunto y teníamos que enseñarles a leer y a escribir.

Con la guia de Fortuna y de Blair, llegamos hasta el lugar donde las dos fueron atacadas por Ponzoña, solo quedaron los restos de un carruaje muy adentro del bosque… Así como seis cuerpos en estado de descomposición.

Estos eran guardias de Fortuna y los compañeros de armas de Blair. Conocí a dos de ellos cuando era niño.

“Fortuna… Blair… Voy a empezar…” (Naku)

“Si” (Fortuna/Blair)

Ambas tomaron una de mis manos y yo las sujeté con cariño…

Al sexto día de viaje llegamos a un pueblo chico que se preparaba para el festival de la cosecha… Pero ese llegamos justo en el cumpleaños de Naku, así que aprovechamos para hacer una gran celebración.

Durante estos días de trayecto estuve trabajando en un regalo durante mi tiempo libre… Naku disfruta todo lo que le doy, así que es difícil para mi regalarle algo que sea especial. Este año voy a darle un vestido de algodón hecho únicamente por mi sin la ayuda de Arachne… No estaba pensado para el combate, sino para que hiciera juego con la gran belleza de mi amada esposa.

No era ostentoso ni muy elegante, a Naku no le gustaba la ropa en la que era difícil moverse…

“Busquemos reservaciones en alguna posada… Aunque dudo que encontremos una que nos permita dormir todas con Aruh en una misma habitación.” (Naku)

“La hay. El pueblo es pequeño pero algunos mercaderes que vienen de Menat se hospedan ahí.” (Fortuna)

“Oh, ¿La ‘Nube de algodón’?” (Elin)

“Si, exactamente… Elin, no me digas que este pueblo es…” (Fortuna)

“No, no vengo de aquí, una conocida me habló de este pueblo… Yo vivía en una aldea al noreste. Debíamos de tomar la desviación del primer día que salimos de Jimama si queríamos llegar a ella.” (Elin)

“Elin… Aún podemos…” (Aruh)

“No hace falta, joven Aruh… Ya no tengo nada en esa aldea.” (Elin)

Elin miró el cielo con nostalgia, para después darle una mirada de reojo a Úrsula y Titanya, y otra a Kristera, Varetsi y Alice.

“Mi lugar está ahora con usted, joven Aruh, y con las demás. Si hay algo que deseo y me hubiera gustado sería darle un funeral a mis padres para que fueran a la ‘Fuente Eterna’... Pero ya no queda nada. No quiero que perdamos estos días de viaje por mi culpa en algo que ya no tiene solución.” (Elin)

Tomé a Elin de sus hombros y la miré fijamente a los ojos, estaban un poco humedecidos pero no reflejaban tristeza.

“Buscaré la manera de cumplir ese deseo.” (Aruh)

Miré también a Kristera, Titanya, Alice, Úrsula y Varetsi. Ellas respondieron a mi mirada y asintieron al entender que yo estaba para ellas por si querían pedirme algo.

Kristera dio un paso al frente…

“La casa en la que vivíamos George, Clarence y yo debe tener algunas cosas que puedan ser usadas para un rito… Y a decir verdad, no está lejos de aquí.” (Kristera)

“¿Que tan lejos?” (Naku)

“¿Señorita Naku?... Como a un día y medio a pie.” (Kristera)

Naku asintió al escuchar la respuesta de Kristera.

“No tardaremos nada si vamos en glaron.” (Naku)

La sorpresa de Kristera fue grande cuando Naku le dijo que tenía intenciones de dirigirse a su pueblo, yo apoyaba la idea.

“Pero… Su cumpleaños…” (Kristera)

“Por favor, Kristera… No soy tan desinteresada como para preocuparme por mi cumpleaños por encima de la felicidad de mis compañeras y amigas.” (Naku)

“Podemos tener todo listo para cuando regresen y pasar una velada romántica.” (Fortuna)

Todas estuvieron de acuerdo con la idea de Fortuna.

“Kristera, ve.” (Ursula)

Úrsula se acercó a Kristera y le dio un abrazo… Haciendo sollozar y asentir.

Naku, Kristera y yo tomamos dos glarones y tomamos otro rumbo… Los mercenarios y los agentes (que no estaban al tanto de nuestra conversación) se sorprendieron de vernos partir.

“Gracias, joven Aruh, señorita Naku… Chicas...” (Kristera)

Con la velocidad de los glarones tardamos poco más de tres horas en llegar a la aldea de Kristera… Nos detuvimos a las afueras.

Era un poblado pequeño, lejos de los caminos principales… Un lugar muy rústico que me trajo recuerdos de Alturi. Kristera observó fijamente la aldea por un rato, tras el cual se aferró a mi; yo la abracé mientras hacía que el glaron que ambos montabamos avanzara.

“Es una linda aldea.” (Naku)

“Lo es. Ha prosperado un poco desde la última vez que estuve aquí… Pasó por tiempos difíciles, pero me alegra que sobreviviera.” (Kristera)

“¿Fue una plaga?” (Aruh)

“Si, una de ratones babosa… Se comieron muchas de las cosechas de la aldea y muchos pobladores decidimos abandonarla para no morir de hambre.” (Kristera)

“¿Qué hay de la excepción de impuestos? Siendo un desastre, el reino debió excluir a la aldea de los pagos.” (Naku)

“No aplicó. El recolector nos obligó a hacer el pago para la guerra con Timancera bajo la amenaza de esclavitud…” (Kristera)

Sus palabras eran tranquilas, no demostraban enojo hacia ese recolector de impuestos… Siendo que por culpa de ese inepto ella tuvo que pasar por mucho sufrimiento al tener que mudarse a Jimama.

“Me pregunto si Ross seguirá produciendo su vino de cebada… Tenía muy buen sabor.” (Kristera)

Kristera se veía feliz, no, estaba auténticamente feliz… La acerqué un poco mas a mi regazo y ella acarició mi brazo, lo cual provocó que Naku nos viera con una sonrisa pícara.

“Vaya, de repente comenzó a hacer calor aquí.” (Naku)

“¡Mil disculpas!” (Kristera)

“Para nada, me encanta ver lo feliz que te ves al lado de Aruh, linda. Escucha, no puedo cambiar el pasado, y aun siendo el oráculo de Nagur no puedo saber gran parte de lo que depara el futuro… Pero lo que sí sé, es que hay que tratar de ser felices.” (Naku)

La sonrisa de Naku dejó de ser pícara y se volvió gentil.

“Yo soy muy feliz, y quiero que sea así para ti y para las demás.” (Naku)

Es un hermoso deseo.

“Somos dos, señorita Naku… Para ser sincera, he sido muy feliz desde que estoy al lado del joven Aruh, al lado de todas… Me encanta el buen ánimo, el esfuerzo y el erotismo que se siente en el grupo. Tanto que me hace sentir culpable a veces…” (Kristera)

“Kristera…” (Aruh)

“Joven Aruh, desearía haberlo conocido desde un principio, antes de conocer a George… Así podría haberle entregado mi corazón entero, pero no puedo hacer eso. Sigo amando a mi esposo y a mi hijo…” (Kristera)

Mientras conversábamos habíamos llegado a una pequeña casa en la entrada de la aldea… Al ver la expresión de Kristera supe que este era su antiguo hogar.

Detuve al glaron y Naku hizo lo mismo.

La casa era pequeña, hecha enteramente de madera. Estaba descuidada, pero no en tan malas condiciones como para no vivir en ella.

“Es esta. La casa en la que vivía aquí en la aldea.” (Kristera)

Unas mujeres nos vieron y fueron a alertar a un grupo de presencias que no estaban muy lejos… Posiblemente las fuerzas de autodefensa de la aldea, decidí ignorarlas por el momento.

Los tres bajamos de los glarones y nos acercamos a la casa.

“¡Ustedes! ¿Quienes son? ¿A qué vinieron…?....... ¿Kristera?” (hombre humano)

“¡Es cierto! ¡Es la esposa de George!” (mujer humana)

Dos de los guardias que llegaron, un hombre y una mujer, reconocieron a Kristera inmediatamente al verla.

“¿Mmm? Oh, Jason y Sazie.” (Kristera)

Los dos guardias le indicaron a sus compañeros que bajaran las lanzas con las que venían armados y les explicaron quien era Kristera.

“¿Son nuevos esos jóvenes? No los reconozco.” (Kristera)

“Si, son los hijos de las familias que se mudaron aquí el año pasado… Pero podemos dejar ese tema para más tarde, ¿Donde estan George y Clarence? ¿Y a qué se debe el milagro de que regresarán a la aldea?” (Jason)

“No, antes de eso… ¿Quienes son esas bellezas que te acompañan? ¡Tanto el hombre como la mujer son perfectos! No me digas que se volvieron tan ricos que ahora tienen esclavos.” (Sazie)

“No, para nada… Son el joven Aruh y la señorita Naku, yo a decir verdad…” (Kristera)

Le pedí permiso a Kristera con la mirada para que me dejara continua, pero ella se negó y suspiró tras dirigirse de nuevo a sus conocidos.

“Yo me he convertido en la concubina del joven Aruh tras la muerte de George y Clarence…” (Kristera)

La noticia tomó por sorpresa a los guardias… Por lo que Kristera comenzó a explicar lo ocurrido al tratar de ir a Jimama.

Las expresiones de sus dos conocidos y las de los otros guardias se nublaron de enojo cuando Kristera les habló sobre cómo su familia fue asesinada por Ponzoña y ella convertida en esclava por ellos… Pasando a expresiones de dicha y admiración hacia Naku y hacia mi cuando les contó que habíamos exterminado a la banda de ladrones.

“Entonces, Kristera… Lo que viniste a hacer a la aldea fue…” (Jason)

“Si, a hacer los ritos de sepultura.” (Kristera)

Los dos guardias, Jason y Sazie asintieron y nos acompañaron al interior de la casa. Una vez adentro, Kristera tomó un cinturón de lino y una manta de algodón…

“¿Pueden ser estos?” (Kristera)

“Si, con estos dos objetos podemos iniciar el ritual.” (Naku)

Los guardias nos pidieron que hiciéramos los ritos dentro de la aldea, con los demás pobladores presentes… Algo a lo que aceptamos.

Las reacciones de los demás habitantes al enterarse del regreso y los motivos que Kristera tuvo para hacerlo fueron variadas pero todos mostraban simpatía por ella y gratitud hacia Naku y hacia mi.

A mitad de los ritos, yo me arrodillé, tomando por sorpresa a Kristera.

“Kristera… Está bien si tu corazón no me pertenece únicamente a mí, no busco competir con el amor que le tenias a tu esposo George y a tu hijo Clarence… No voy a sustituirlos ni hacer que los olvides.” (Aruh)

Entonces me dirigí hacia el fuego al que serían arrojados los objetos como parte del ritual.

“Señor George… Voy a cuidar de Kristera y a amarla, le doy mi palabra.” (Aruh)

Una ligera ventisca sopló a través de los árboles, avivando la fuerza de las llamas. Naku, quien se encontraba gente a la hoguera meditando, sonrió.

Pude sentir una calidez en el viento que me había rodeado… También creí escuchar una voz susurrando.

‘Gracias… Amala también por nosotros dos’

Los ojos de Kristera se llenaron de lágrimas, poniéndose también de rodillas y dándome un muy fuerte abrazo… La abracé de vuelta. Ambos volteamos a mirar las llamas… Que bailaban felices con el viento.