Especial 1: Los guardianes
*Escrito en tercera persona*
Una luz blanca y pura iluminaba los recintos sagrados construidos de mármol; bellos relieves y esculturas angelicales sembraban la sorpresa y admiración de cualquier mortal presente a tal lujo.
Un monumento a la belleza y riqueza.
El templo de Waltanica, llamado también "El palacio de los Arc".
Frente a un enorme pilar, fuente de la luz sagrada, una joven vistiendo ropas de seda blanca y dorada, rezaba afligida con ambas manos frente a su pecho.
"Han pasado más de siete mil años. La osadía... no, la insolencia del rey demonio es algo de temer." (¿?)
Un joven vestido con ropas iguales a las de la doncella se acercó a esta, al contrario de la atmósfera alrededor de la joven rezando, que podría describirse como la de aguas imperturbables, el chico era como una espada inmisericorde.
Ambos pertenecían a la misma raza, y un rasgo que ambos compartían era el par de hermosas alas blancas creciendo de sus espaldas.
Los arc, apóstoles de los dioses.
"Eso no es todo, Ertt" (Joven sacerdotisa)
"¿Mmm?" (Ertt)
"Un alma que no debería existir. Una semilla del rey demonio, su legado, ha sido plantada en el mundo." (Joven sacerdotisa)
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"Entonces, una de sus hijas sobrevivió... Creí que las habíamos matado a todas. ¿Cual de todas fue y cómo logró escapar?" (Ertt)
El joven, de nombre Ertt permanecía tranquilo, pero claramente estaba molesto. Una persona frágil podría morir únicamente con ser vista con la mirada que tenia.
"Hay muchas cosas que ignoro en esta situación y eso me molesta. Aquella vez matamos a todos sus descendientes, de eso no hay duda; la irregularidad que siento es diferente a las almas de sus hijas, es un alma nueva." (Joven sacerdotisa)
"Entonces supongo que tendré que bajar a buscar a esa irregularidad y asesinarla." (Ertt)
La joven sacerdotisa no respondió, solo asintió suavemente. Esta respuesta dibujó una sonrisa serena en Ertt, no importaba cuantas veces viera esa expresión en la joven, sin importar sus largo años de vida, esa expresión le parecía adorable como siempre.
Siguiendo las órdenes que ambos habían acordado, Ertt se preparó para partir inmediatamente.
"Antes de que te vayas... Visita el santuario interno." (Joven sacerdotisa)
"No tiene caso. No he podido empuñarla desde aquella época." (Ertt)
"Al menos su protección te guiará en tu viaje" (Joven sacerdotisa)
Ertt asintió y cambió su rumbo hacia unas escaleras que bajaban.
"¡Que los dioses y la espada de Templates guíen tus pasos." (Joven sacerdotisa)