Capítulo 75: Armas y armaduras terminadas.
Alice estaba muy contenta y llena de admiración hacia mí. La razón fue porque decidí darle caza al padre de Lempo… O más bien, mi razón.
“Proteger a las personas y defenderlas del mal, es un caballero en todo sentido de la palabra.” (Alice)
“Bueno, fue culpa nuestra que esto haya pasado…” (Aruh)
“Aruh, de hecho fue Warth quien tuvo la culpa. Él encontró el huevo de Lempo… Lo cual fue bueno, ya que nos permitió conocerla, pero gracias a eso fue que el monstruo se apareció en la ciudad.” (Naku)
“Y además, su motivo va más allá que arreglar un error.” (Alice)
Tomé la decisión de eliminar al monstruo luego de reflexionar un par de escenarios. El huevo de Lempo lo encontramos cerca de la superficie, es decir, la criatura lo dejó ahí para que buscara otro lugar y no compitiera por la cueva cuando naciera… Si no la hubiéramos encontrado, Lempo podría haber atacado la ciudad y matado a muchos, y esto no terminaría aquí… ¿Que tal si el monstruo pone mas huevos? Yo con gusto los recibiría, pero ¿Y si los pone cuando ya nos hayamos ido de Jimama?
Habría una nueva especie que podría surgir y destruir a la ciudad y las aldeas aledañas… Posiblemente la región entera. Solo son suposiciones mías, pero son factibles.
“¡Es admirable, joven Aruh!” (Alice)
Me sentía contento de ser el blanco de la admiración de Alice. Ella sentía apego por su vocación de soldado, pero decidió abandonar su puesto y acompañarme.
La abracé y le di un beso en la frente.
“¿Joven Aruh?” (Alice)
“Te amo, ¿sabes?” (Aruh)
El rostro de Alice se puso completamente rojo, su cuerpo se encargó al mío mientras respondía a mi abrazo.
Miré también a mis demás chicas, quienes también estaban sonrojadas.
“Kristera, prepara comida que nos dé mucha energía para esta noche.” (Varetsi)
“Dalo por hecho.” (Kristera)
“Necesitaremos todo el poder necesario.” (Naku)
…
Tenía que contactar a Dob para informarle de mi decisión para cazar al monstruo… Aunque los cazadores seriamos solo Arachne y yo… Su habilidad con la magia del elemento agua, su agilidad y maniobrabilidad en tres dimensiones, serían muy útiles dentro de la mazmorra.
Mis chicas, Barker, Quetzal, Eugene, Keeva y To, se quedarían entrenando en la ciudad… Tenía planeado terminar esta operación antes de que llegara el señor Allan.
“Fyaaa” (Lempo)
Lempo tenía intenciones de acompañarme, pero era muy peligroso para ella… Su padre estaba contento de su bienestar, pero eso podría cambiar y verla como una enemiga.
“Podemos entrenar en los alrededores de la mazmorra… Si sale el padre de Lempo, me encargaré de cuidar de todas.” (Naku)
“Igual yo… Deseo ayudarlo en todo lo que pueda, maestro.” (Mitena)
“Si, además, entrenar en la seguridad es poco efectivo… ¡Obtendremos mayores resultados en un lugar más peligroso!” (Fion)
“Fion tiene razón… Hasta cierto punto. Requerimos de mayor esfuerzo para poder crecer…” (Naku)
Es cierto, un entrenamiento a medias solo les estorbaría en los combates futuros. Acepté la propuesta de que entrenaran fuera y dentro de la mazmorra, Eugene y To juraron que cuidarían de ellas y estarían dispuestos a morir si la situación lo requería…
“¡No hay que pensar de manera negativa! Todos estaremos bien, y cuando haya matado al monstruo, nos habremos vuelto tan fuertes que estaremos a la par con usted, joven Aruh” (Blair)
“¡Asi se habla! Kah, kah, kah” (To)
Blair declaró fuertemente con el orgullo con el que la recordaba desde mi niñez; Fortuna abrió los ojos de sorpresa (yo debí tener esa misma expresión), para después sonreír feliz.
Aunque contento también, no me agradaba la idea de que se volviera tan temeraria.
“Nada de hacer riesgos locos, amor.” (Aruh)
Y le di un beso en la frente.
“Pero está bien... Den todas lo mejor de sí mismas.” (Aruh)
El entrenamiento de acampada que habíamos propuesto esta mañana para cuando nos mudaramos al interior de las murallas fue reemplazado por uno en la mazmorra.
…
Schelt y yo fuimos al taller donde estaba trabajando en la elaboración de armas. Por petición de Naku, también les haría dagas de bronce eterno al resto de las chicas; en lo personal, yo prefería que fueran de acero.
Como combatiente y herrero, pienso que el mejor equipo siempre es el mejor, pero la opinión de Naku fue diferente… Las dagas que les entregué son para defensa personal, no para salir a buscar pelea.
Una daga de bronce eterno bastaría para cuidarlas, ya que en palabras de todos, son armas excepcionales también.
Cuando forgé las armas de Agatha, Mitena y Eugene en Tulser, estaba muy preocupado de que los miembros de la brigada se percataran de la existencia del acero y que yo podía forjarlo (ocultarlo fue buena idea al final) y pensé en cambiarlas cuando tuviera la oportunidad.
Sin embargo, si Naku dice que no es necesario, seguiré su consejo… Aunque yo me considere un guerrero experto, Naku lo es más, y confio en su juicio...
“Tiene mucha fuerza, joven Aruh” (Schelt)
Estaba transportado los materiales para fabricar las armas y equipamiento faltante. Pese a estar usando un carro de dos ruedas, la carga era pesada y el terreno estaba fangoso; pero esto no era nada para mí, no había mucha diferencia de sí el carro venía vacío y el terreno estuviera firme. Avanzaba tranquilamente y sin esfuerzo.
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“Es por la bendición de Nagur, el gran espíritu de los Naga.” (Aruh)
Con la excepción de Fion, Schelt, To y Keeva, todos en el grupo ya sabían de mi fuerza física, incluso Dob estaba al tanto de que conservaba mi bendición. Claro que no sabían la razón detrás de ello, pero al igual que a Naku y a Fortuna, se lo diré a mis demás chicas en el futuro.
“La bendición de un gran espíritu… Asombroso, ¿Que se siente? ¿Cómo puede controlar su fuerza?” (Schelt)
“Al principio se sentía como un ligero hormigueo en la piel, pero esa sensación desapareció a medida que crecí… Y es tan fácil de controlar como los músculos.” (Aruh)
“Los músculos no son tan fáciles de controlar, joven Aruh.” (Schelt)
“Cierto.” (Aruh)
Los dos reímos y continuamos conversando de la bendición de Nagur y sobre cómo podría influir esta en mi desempeñó sexual...
“Ya veo, así que los naga no son fértiles sino hasta los 19 años.” (Schelt)
“Correcto, es por eso que por ahora no podré embarazarlas, aún me faltan cuatro años.” (Aruh)
“¡¿Tiene 15?! Pero, se ve mayor que eso…” (Schelt)
“Es otra característica de los naga.” (Aruh)
Cuando nos acercamos al taller, fuimos recibidos por Arachne, provocando que Schelt se me aferrara.
“¿Gurii?” (Arachne)
Arachne se mostró confundida por la reacción de Schelt.
“Schelt, Arachne no va a lastimarte.” (Aruh)
Schelt levantó la mirada. Aunque ya era costumbre que Arachne causara temor en quienes la conocieran, a ella no le gustaba provocar tal reacción…
“Guriii” (Arachne)
Arachne sabía que Schelt también era mi mujer, así que se mostró muy dócil e incluso se agachó para no parecer tan intimidante.
“Es muy lista, igual que el lobo negro… ¿Puedo acariciar su cabeza?” (Schelt)
Al igual que como lo hizo con Fortuna, Barker también se dejó acariciar por Fion, Schelt y Lempo…
“Hazlo, por favor.” (Aruh)
Miré a Arachne y asentí, ella se inclinó y puso su cabeza frente a Schelt; quien, a pesar de haberlo pedido, se mostraba temerosa de acariciarla, así que lo hice yo para mostrarle que no había ningún riesgo.
“Guriii” (Arachne)
Arachne se mostró feliz por mi caricia… Y Schelt se animó a hacerlo también.
“Es… Es agradable.” (Schelt)
“¡Guriiii!” (Arachne)
“Así es.” (Aruh)
…
Cuando entramos al taller, Schelt miró mis trabajos con sorpresa y curiosidad, tanto los que estaban terminados como los que estaban en proceso.
“Todo es excelente. Usted es un gran armero, joven Aruh.” (Schelt)
“Tuve un gran maestro… Muy estricto, exigente, de voz fuerte y gritón. Gracias a sus enseñanzas puedo hacer equipo como este… Ah, y con la ayuda de Arachne.” (Aruh)
“¡Guriii!” (Arachne)
Su gran habilidad para tejer y coser me ha sido muy útil para trabajar en prendas de tela y piel blanda. Arachne asintió orgullosa.
“En ese cajón tengo los diseños, puedes revisarlos mientras enciendo los hornos.” (Aruh)
Prendí una antorcha y se la entregué a Schelt.
“¡Si!” (Schelt)
Tras encender los hornos y asegurarme que hayan alcanzado las temperaturas necesarias, regresé con Schelt, quien había tomado pergaminos en blanco y tinta y se puso a trabajar en los diseños para las armaduras de Fion, To. Lempo, y de sí misma.
“¿Qué le parecen?” (Schelt)
“Magníficos. Los diseños son muy funcionales, brindan una gran protección sin restar movilidad.” (Aruh)
Le di un martillo a Schelt.
“La seguridad de todos está en nuestras manos… Demosle forma.” (Aruh)
“¡Si!” (Schelt)
“¡Guriii!” (Arachne)
Nos pusimos a trabajar…
Los tres teníamos gran sincronía. Fundir los metales, forjarlos, darles forma; cortar el cuero, trabajar la madera y tallar el hueso.
Cada una de las piezas de las armas y de las armaduras fueron terminadas rápidamente y cada una tenía una soberbia calidad.
Una armadura de piel de piel de rana destripadora, cuero de oso empalador y acero para Fion. Su arma sería una spatha de acero y un escudo ligero de cuero de pantera saltarina y eruse.
Para To, su brunjeester, acompañada de una armadura de cuero de gum y acero.
Keeva no quiso aceptar una daga de bronce eterno como mis chicas, pues lo consideraba una falta de respeto hacia ellas; pero luego de que las chicas la convencieran, aceptó el arma. Solo cambié su diseño haciendo la hoja curva.
Lempo solo iba a necesitar una armadura ligera de piel de rana destripadora, lino y un peto de acero… La razón era su gran repertorio de habilidades: ella podía convertir las partes de su cuerpo en armas, infundir pánico en sus enemigos y tenía una gran capacidad de regeneración… Además de que su único punto débil está a la altura del corazon…
Esa es la parte que más debía proteger.
Schelt escogió una armadura ligera de cuero muy parecida a la de Eugene (salvo por el diseño del casco para que no interfiriera con su ojo), y un mazo como arma… Así que le hice un pernach de acero; se trata de un mazo con rebordes que le permiten atravesar armaduras.
Con la forma de esta arma, las defensas de sus enemigos serían inútiles.
Aunque delgada, Schelt poseé una gran fuerza.
Hice láminas de acero para reforzar tanto su armadura como la de Eugene...
“Joven Aruh, algunas de estas armas jamás las había visto… ¿Esto es un arco?” (Schelt)
“Es una ballesta de repetición. Pones de estas flechas en el canal y luego subes y bajas esta manivela, de esta forma puedes disparar varios proyectiles consecutivos.” (Aruh)
“¡Wow! ¡Es un genio! ¡Un arma como esta sería increíble en las guerras!” (Schelt)
“Eso me temo… Es por eso que su funcionamiento debe ser un secreto, no me gustaría enfrentarme a un escuadrón de enemigos armados con estas.” (Aruh)
“¡Muy cierto! Además, un herrero solo debe compartir sus secretos a sus aprendices y herederos.” (Schelt)
“Je, je, el maestro Fas decía lo mismo: ‘Un enano solo comparte sus mejores secretos con otros enanos, e incluso así, deben ser maestro y aprendiz’.” (Aruh)
Pero se tomó la molestia de enseñarme todo lo que sabía.
“En lo particular, me gustaria que mis secretos quedaran dentro de mi familia… Si nuestros hijos quieren aprender de mi, les enseñaré.” (Aruh)
“¿Eh? ¡¿Ehhhh?!” (Schelt)
Schelt se puso tan roja que parecía que iba a salirle humo por los oídos.
“A-Aún me faltan cuatro años para ser fértil, pero planeo tener hijos con todas… Es un deseo mío. Las amo y amare a los niños y niñas que tengamos.” (Aruh)
“¿Eso… me incluye?” (Aruh)
“Por su puesto… ¿No estás de acuerdo?” (Aruh)
No me gustaría forzar a ninguna de mis chicas.
“¡Sí quiero! Deseo darle descendencia. Si mi vientre va a dar a luz a un bebé, quiero que sea suyo.” (Schelt)
“Si.” (Aruh)
Vamos a ser una familia muy grande, no me imagino cuantos niños tendré con cada una.
…
Casi terminando todo el trabajo, mandé a Arachne para que fuera a los establos a recoger a todo el grupo y así darle los últimos detalles al equipamiento.
“¡Jamás me imaginé que podría usar una armadura como esta! ¡También el arco y la espada son increíbles!” (Varetsi)
Les hice machetes y broqueles a Varetsi y a Titanya como armas de apoyo para que puedan defenderse en combates cercanos... El entrenamiento que Naku les da está pensado en ello.
“¡Que filo tan sorprendente! Partió la roca por la mitad con su propio peso.” (Fion)
“¡No maltrates tu equipo, Fion! Incluso si es súper poderoso, requiere de cuidados.” (Blair)
“Ah, es cierto.” (Fion)
“Juro por esta espada, que me convertiré en una guerrera digna de portarla.” (Alice)
“Acolchado, acolchado.” (Ursula)
Todas se emocionaron por con el equipo que hicimos Schelt y yo.
Úrsula se puso una armadura acolchada que le hice contra las proyectiles y las caídas.
“Escucha Ursula, además de las prácticas que tienes con los glarones, si quieres participar activamente en combate vas a tener que esforzarte mucho en el entrenamiento con las demás.” (Naku)
“Sí, señorita Naku.” (Úrsula)
Volteé a ver a Titanya, quien aprendió rápidamente a sostener su ballesta de repetición.
“Es interesante, miau… Necesito verlo en acción.” (Titanya)
“Probemos un poco de tiro, yo también quiero acostumbrarme a este bello arco… Joven Aruh, me gustaria saber para qué es cada flecha… Son diseños que jamás había visto.” (Varetsi)
Fabriqué una gran variedad de flechas para Varetsi, tanto en diseño como en material usado. Le di un saco con 60 flechas en tres variedades, las demás son de uso más especializado y las pondré a su disposición tras explicarle el uso que tienen.
“Voy a tener que entrenar muy duro para no matarme a mí misma por accidente con esta daga.” (Kristera)
“No seas negativa, Kristera… Es un regalo de Aruh para que nos cuide… Aunque concuerdo con lo de entrenar.” (Fortuna)
“La señorita Fortuna tiene razón, Kristera… Se puede sentir todo el amor que el joven Aruh les puso.” (Elin)
Una intensa luz blanca iluminó todo el taller, los pequeños cortes que me hice trabajando se curaron al instante.
“Mi fatiga… Se fue.” (Blair)
“La mía también.” (Agatha)
La responsable fue Desia, quien cargaba un báculo mágico que le hice de acero escarlata y álamo nocturno.
La atención de todos se centró en ella.
“¿Todas recibieron el hechizo?” (Desia)
“Así parece. Fue increíble, me siento renovada… ¿Que hechizo fue?” (Fortuna)
“Fue ‘Pequeña luciérnaga’... Un hechizo básico para curar heridas pequeñas… Quise probar el báculo y su efecto es sorprendente.” (Desia)
Vaya que lo es.