Capítulo 50: Oferta
Por fin tenía a Fortuna de nuevo en mis brazos.
Ella temblaba un poco y yo también.
“Aruh… Te extrañé.” (Fortuna)
“Y yo a ti. Deseaba tanto verte de nuevo.” (Aruh)
Sin embargo, Fortuna se separó de mí y me miró con ojos de suplica.
“Tenemos que irnos cuanto antes… Ellos aún tienen a Blair.” (Fortuna)
“Ya no más. La hemos rescatado de esos malditos.” (Aruh)
“¿Eh? ¿Entonces…?” (Fortuna)
Saqué el dije que le había regalado cuando éramos niños. Al verlo, sus ojos brillaron de alivio y esperanza.
“Si, ella está a salvo.” (Aruh)
Tomó el dije de mis manos, mientras que lágrimas de felicidad comenzaron a caer por sus mejillas.
“Aruh… Gracias… Gracias…” (Fortuna)
Su mirada entonces se posó en Naku, quien nos veía manteniendo cierta distancia con una expresión feliz en su rostro.
“Ya no hay nada más que temer, Fortuna.” (Naku)
Dicho esto, Naku se acercó a nosotros, y los tres compartimos un abrazo en medio de una multitud confundida.
…
Naku y yo le explicamos a Fortuna que Blair estaba en camino a Jimama escoltada por nuestros aliados. Hablaríamos más detalladamente cuando termináramos de cerrar este caso.
Los guardias llegaron por montones, además de que muchos de los habitantes del pueblo también habían despertado y salido de sus casas atraídos por la curiosidad.
El jefe de los guardias se acercó a nosotros con un cambio de actitud.
“Me disculpo nuestro anterior atrevimiento, no sabíamos que los dos pertenecían a la raza de los naga y que venían en una misión de rescate… Los acompañaré hasta la casa del alcalde para darles alojamiento y podamos conversar mejor del asunto. Mi nombre es Wallace Winds, líder de la guardia del pueblo.” (Wallace)
Los miembros de la banda de Gerso estaban muy sorprendidos por el rumbo que había tomado el conflicto. Por suerte, ninguno se veía con intenciones de continuar luchando.
El hombre del hacha se tiró de rodillas y miró a sus compañeros, después puso su mirada en las dos chicas inconscientes.
“Señor Wallace, quiero que lleve a los miembros del gremio mercenario ‘Hachas del Bosque’ con nosotros y le brinde atención médica a las dos esclavas.” (Fortuna)
La razón por la que Naku me detuvo de matarlos fue por petición de Fortuna. El grupo al mando del hombre del hacha pertenecía a un gremio de mercenarios que fueron contratados por Gerso sin saber que esta era parte de Ponzoña.
Por otro lado, aunque las dos chicas esclavas estaban siendo controladas, ambas habían ocasionado varias muertes, así que dudo que tal motivo sea suficiente para que no sean arrestadas y ejecutadas…
Fortuna está consciente de ello, pero sentía compasión por las dos jóvenes.
No pienso dejar que sus sentimientos sean en vano.
Quizás no queden sin castigo, pero si Fortuna lo desea, buscaré la manera de que sus vidas sean perdonadas.
“Fortuna, yo me encargaré de atenderlas.” (Aruh)
“...Muchas gracias, Aruh.” (Fortuna)
Su sonrisa es tan deslumbrante.
“Yo cuidare de Fortuna mientras tanto.” (Naku)
Eso me hacía sentir tranquilo, así que podría concentrarme mejor mientras realizaba mi labor de médico.
La chica que recibió los impactos de la metralla de roca es a quien debía atender con mayor urgencia.
Antes de poder ir a la casa del alcalde, le pedimos a los guardias que desalojaran a los curiosos mientras curabamos a la esclava.
“Quiero que los que también fueron heridos por mi ataque, se recuesten y tomen este calmante antes de que los atienda.” (Aruh)
Ellos se mostraron dudosos de aceptar. Miré al líder, el hombre del hacha, como pidiéndole que les ordenara obedecer.
“Eres un chico muy extraño… Hace un momento éramos enemigos.” (hombre del hacha)
“En estos momentos he bajado la espada y no soy un guerrero. Dejemos esa discusión para después.” (Aruh)
Él asintió y le indicó a sus subordinados que estaban ilesos que le ayudaran a los que estaban heridos a recostarse y beber un calmante que les había dado. No les di una poción curativa porque si las heridas cerraban totalmente, los fragmentos de roca permanecerían dentro de sus cuerpos.
Las pócima tranquilizante que les entregué eran una receta de eruditos elfos que también retrasan la pérdida de sangre, así que me daría tiempo para atenderlos a todos sin problemas. Únicamente tenía un frasco conmigo, pero solo era necesario usar unas gotas por persona.
La mujer del grupo mercenario podía usar magia curativa de bajo nivel, lo suficiente como para curar heridas leves, así que le pedí que fuera mi asistente.
Saqué un cuchillo pequeño hecho de acero que llevaba conmigo como arma secundaria y lo usé para ayudarme a sacar los fragmentos de roca del cuerpo de la esclava.
Usé también las pinzas que uso para manejar el cuero.
Limpié ambos instrumentos con una poción desinfectante.
Con mi psicometría pude saber la ubicación de los fragmentos y detectar las heridas internas.
La mercenaria me ayudó durante todo el proceso, permitiéndome acabar muy pronto.
“Pensar que estábamos siendo engañados todo este tiempo y ayudando a Ponzoña…” (Mujer)
“Esa mujer era una manipuladora bastante carismática e inteligente, no tienen la culpa de ser engañados.” (Fortuna)
Luego de lo ocurrido con los miembros de la brigada del dragón tuerto, no podíamos culpar a la mujer y al resto del grupo de caer en las mentiras de Gerso.
“Incluso sus métodos para combatir eran engañosos.” (Naku)
Naku nos contó sobre la pelea y de cómo tuvo problemas de lidiar con Gerso mientras protegía a Fortuna de sus ataques.
Gerso no solo era una maga, sino que también tenía conocimientos en venenos, corrosivos, y otras sustancias, además de que había modificado la habitación llenándola de trampas y dispositivos.
¿Acaso era una ninja?
Según la mujer mercenaria, el edificio era propiedad de Gerso y lo usaba como almacén.
La historia que les dio de Fortuna es que era una ladrona que había capturado y que se la vendería a un comprador de esclavos de crimen que visitaría Jimama en unos días.
Logramos atender y curar a todos los heridos, pero había uno que murió desde un principio.
“Lo siento mucho… De verdad.” (Aruh)
“Aruh…” (Fortuna)
La persona que maté con mi primer ataque era un miembro del grupo mercenario. Durante ese momento éramos enemigos, pero eso no quita que era un hombre inocente manipulado por Gerso.
“Lo reitero, eres un chico extraño… Somos mercenarios, la muerte nos acompaña todos los días. Independientemente de las causas, él murió con honor cumpliendo su trabajo.” (hombre del hacha).
“¿Qué hay de los ritos para su sepultura? Si no les molesta yo podría encargarme de ellos.” (Naku)
If you discover this narrative on Amazon, be aware that it has been stolen. Please report the violation.
“¿R-Ritos de un oráculo? Eso seria mucho dinero, no podríamos pagarlo.” (hombre del hacha)
“Lo haré sin costo.” (Naku)
Naku me sonrió, sus intenciones por ayudarme a aliviar mi culpa me fueron transmitidas…
Las acepto, y te agradezco de todo corazón, amor mío.
…
Las dos esclavas fueron atadas y se les revisó para que no tuvieran armas.
A ambas se les quitó los antifaces y capuchas. La chica a la que lastimé con el ataque de roca era una joven humana de unos 18 años aproximadamente, mientras que la otra era una niña de unos 11 años, de piel oscura y orejas alargadas como las de un elfo.
“Una elfo oscuro.” (Aruh)
Los elfos oscuros son una raza muy común en los países al sur y oeste de Eralgia; son menos longevos pero más fértiles que los elfos, de ahí su gran número.
Poseen también una gran inteligencia y gustan de investigar, aunque son bastante reacios a compartir sus conocimientos y técnicas con otros.
“Es de la misma raza que Gerso… Es la primera vez que veo el rostro de la joven, ahora entiendo porque solo hablaba en privado con ella.” (Fortuna)
En palabras de Fortuna, la que permanecía más tiempo vigilándola era la chica humana, y a quien Gerso no le prohibía hablar con ella.
Los elfos oscuros son muy cercanos con los de su misma raza y solo comparten sus secretos entre ellos. Sospecho que Gerso era quien elaboraba el polvo inflamable que las chicas usaron en mi contra y solo compartía la forma de como activarlo con la esclava elfo oscuro.
“Las tenía muy bien controladas a las dos. Roksa tenía el papel de sirvienta a la que no se le podía enseñar nada más que luchar, mientras que a Eufira la mantenía cerca y la trataba como a una aprendiz… Pero había otra a la que le tenía mayor preferencia… Desia era la más especial.” (Fortuna)
“¿Desia?” (Aruh)
“La otra esclava de Gerso… Era tan importante que fue usada de rehén en su contra para asegurar que regresara con el dinero y no traicionara a los demás ladrones… Es una chica amable que cuidaba de las mujeres que esos tipos tenían cautivas...” (Fortuna)
“Si, la conozco. La salvamos junto con Blair y las chicas que estaban presas.” (Aruh)
“Ya veo… Eres el mismo chico dulce y amable de siempre, Aruh.” (Fortuna)
Sentí mis mejillas enrojecerse, Fortuna y Naku sonrieron entre sí.
“Ejem. Bueno, en todo caso, debo decir que haciendo de un lado la personalidad y métodos de Gerso, sus conocimientos de alquimia son bastante buenos…” (Aruh)
Cambié el tema, si Naku y Fortuna unen fuerzas no soy rival para las dos.
“Quizás tenga documentos guardados en esta casa con información sobre sus experimen…” (Naku)
“¡No se atrevan!” (¿?)
Una voz llena de enojo se negó a la sugerencia que Naku quería darme.
Una de las dos esclavas, Eufira, la elfo oscuro, había despertado y nos miraba con ojos llenos de desprecio.
“¡Los descubrimientos de la señora Gerso le pertenecen solo a ella! ¡No permitiré que se los roben!” (Eufira)
Intentó ponerse de pie, pero el jefe de los mercenarios se lo impidió.
“No estás en la posición de darles ordenes.” (hombre del hacha)
“¿Warth? ¿Te le has unido?” (Eufira)
“No, simplemente he descubierto que Gerso era una miembro de Ponzoña que nos usaba como sus cómplices.” (Warth)
“¡La señora no era como los hombres del grupo! ¡No la compares con ellos!” (Eufira)
“Entonces es cierto… Escucha, ella era una criminal, y tal, sus bienes pasan a manos del que la mató.” (Warth)
“¡Maldito!” (Eufira)
Eufira nos miró de nuevo tras discutir con Warth. Se sentía como si tratara de matarnos con la mirada.
Estoy interesado en las investigaciones de Gerso, quizás podría encontrar cosas útiles entre los documentos que guardaba, pero con la manera en la que su aprendiz me miraba, me hacía sentir como si yo fuera el ladrón.
Aún así, decidí aceptar la propuesta de Naku y del hombre del hacha.
“Eufira, por mucho que respetes a tu maestra, Gerso era mi enemiga, así que no comparto tus sentimientos por ella…” (Aruh)
“Tú, voy a matarte. Voy a matarte, maldito.” (Eufira)
Naku se dirigió hacia donde estaba y la abofeteó con fuerza, tirándola al suelo.
“Escucha. Pese a lo que le hicieron, Fortuna quiso que perdonáramos sus vidas… Pero si sigues amenazando a Aruh, voy a tener que negarme a la voluntad de mi querida amiga.” (Aruh)
“¿Crees que te tengo…?” (Eufira)
Eufira intentó retar a Naku, pero en cuanto la vio, su cuerpo comenzó a temblar.
“Intentaron quitarnos a alguien importante, ¿Y ahora somos los que intentan robarles? Ten un poco de vergüenza.” (Naku)
También el hombre del hacha comenzó a temblar y a ponerse pálido.
“No sabia que Naku podía enojarse de tal manera… Se ha convertido en una mujer muy confiable.” (Fortuna)
Un ligero brillo apareció en la mirada de Fortuna al hablar de Naku.
Vaya, en verdad que son buenas amigas.
“Uguh… Snif, perdóneme mi señora, no pude proteger su investigación… Snif.” (Eufira)
Ahora si que me sentía como el malo… Soy más suave de lo que creía.
Me acerqué tranquilamente a Eufira y la miré a los ojos.
“¿Te parece mal si continúo con sus investigaciones?” (Aruh)
“¿Continuar?” (Eufira)
“Si, quisiera tomar sus estudios para unirlos a los míos y mejorarlos… A cambio, prometo no hacerlos públicos, ¿Te parece un buen trato?” (Aruh)
Parecía que quería decirme un insulto, pero vio a Naku a mi lado y se detuvo.
“No, sus estudios solo pueden ser heredados por un elfo oscuro, y tú no lo eres, maldi… Eres de otra raza.” (Eufira)
“Hagamos una excepción esta vez…” (Aruh)
Una idea cruzó mi mente, era bastante alocada, pero podría funcionar.
Era realmente peligrosa, sin mencionar que estas dos chicas fueron responsables del sufrimiento de Blair y las demás chicas cautivas, quienes influirian en la decisión final. Fortuna les había perdonado la vida, pero eso no significaba que quedarían sin castigo… Mi plan, si todo salía bien, sería en el futuro y les daría la oportunidad de corregir los errores que han cometido hasta ahora.
“Dime, ¿Te gustaría ser la heredera de los conocimientos de tu señora?” (Aruh)
“Si, si alguien debe heredarlos, esa soy yo… Pero sin la señora ahora eso es imposible.” (Eufira)
“Quisiera ofrecerte un trato entonces. Si me permites estudiar las investigaciones de tu señora Gerso, yo te ayudaré a que los heredes.” (Aruh)
“¿Eh?” (Eufira)
“Sé mi alumna.” (Aruh)
Nota del autor.- Las votaciones siguen abiertas. Los que no han votado, anímense a participar. Por cierto, ni Eufira ni Roksa entraran al harem de Aruh... Tengo planes para ellas dos XD