Capítulo 109: Un monstruo que requiere ingenio.
Grande, imponente… lascivo.
Así describiría al engendro que salió de entre los árboles. Todo monstruo con el que nos hemos enfrentado desde que llegamos al área invadida no se comparaba con este.
Goblins, hobgoblins, e incluso los mismos devar son simples esbirros, mera carne de cañón.
Este monstruo superaba los 3 metros de altura, su cuerpo no era muy diferente al de un devar (dejando una clara evidencia de su relación con ellos), sin embargo, al contrario de estos últimos, el cuerpo de este ser estaba cubierto por finos cabellos; no completamente, pero suficiente como para ser notorio.
Una gran y robusta erección se levantaba de su entrepierna… Pero lo mas seguro es que fuera hermafrodita y tuviera genitales femeninos también…
No era muy agradable de ver, pero sería un grave error apartar la mirada de la criatura.
Los hobgoblins que habían retrocedido se pusieron a su alrededor, formando filas de combate… ¡Tres columnas!
Era una estrategia muy buena para perforar la formación de barrera que usaba nuestro bando.
Aún no nos hemos reorganizado del daño que lograron provocar los hobgoblins por su cuenta… Nuestra vanguardia no resistirá si nos embisten.
Avancé. Me alejé aún más de la primera línea con Barker a mi lado.
Estando al tanto del peligro que yo representaba, el monstruo hizo que los hobgoblins se pusieran alerta… Algo bueno de esta formación de combate era que ya no nos estaban atacando desde diversas direcciones, se habían concentrado en un solo punto.
Me detuve a una corta distancia de los enemigos. La sorpresa de los soldados fue tan alta que pude escuchar sus suspiros y uno que otro comentario sobre mi valor o de mi posible arrogancia.
“¡No se queden parados como estúpidos! ¡Formación de retención!” (Melson)
El teniente Melson, el teniente que seguía con vida, la jefa de los mercenarios, y otros oficiales se apresuraron a reordenar a las fuerzas restantes.
Podrán resistir, de eso me encargaré.
Con mi extra percepción, llegué a darme cuenta de que el otro campamento, estaba a salvo. Mis amadas, mis entes, así como Eugene y Dob, estaban peleando duro.
No había otra presencia similar a la de este monstruo… Era como si este fuera el líder.
Espero que sea el único.
Pero lo que sí era un poco más alarmante, es que de pronto hubo un mayor número de enemigos que se dirigieron hacia allá… Los cuales eran goblins.
Mientras mi cabeza procesaba toda la información, jamás perdí de vista al devar variado y a sus tropas… Tal vez se sintió intimidado, ya que retrocedió un poco.
Pero de pronto, escuché un tenue sonido de algo chocando contra mi armadura… Y de pronto, Barker se desmayó.
Lancé a Frenesí contra una de las columnas, arrasando con todos los hobgoblins formados en línea. No tuvieron tiempo de evadir el proyectil ni oportunidad alguna de detenerlo… Le había apuntado al devar pero este sí logró esquivar mi ataque.
El momentum llevó mi espada hasta la oscuridad del bosque, provocó un sonido muy fuerte al chocar contra algo (muy probablemente un árbol) pero no sonó como si se hubiera roto… Es muy resistente después de todo, algo así no la rompería.
En un combate, era una estupidez desarmarse, pero con este ataque borré a toda una columna, matando a una tercera parte de los enemigos, así como sacar de balance al devar, sin mencionar que aun tengo a Luna Prometida…
Este era el movimiento que tenía en mente desde un inicio y sería seguido por algunas llamaradas de Barker, pero fui un estúpido al confiarme de más... No sabía que podían usar algo para incapacitar a Barker.
Todo hasta ahora había salido tan bien que no consideré algunos riesgos.
Mientras que los monstruos tardaban en reponerse, tomé a Barker y retrocedí de un salto… En cuanto usé mi psicometría con mi querido compañero me di cuenta de la razón de su desmayo: un proyectil envenenado.
No era un veneno peligroso, sino sedante… El sonido que escuché de mi armadura debió ser uno usado en mi contra… Y dicho proyectil era un cabello.
Un cabello de los que cubrían al devar variado.
“¡Todos protejan su piel! ¡El pelo de ese monstruo está cubierto de un somnífero!” (Aruh)
“¡Magos! ¡Levanten murallas!” (Melson)
Un pequeño pero extenso muro de hielo y tierra se alzó, protegiéndonos. Aproveché para atender a Barker.
Lauzi vino corriendo hacia donde nos encontrábamos, así como la jefa de los mercenarios.
“¡Mamá me enseñó un poco de medicina! ¡Deja que lo vea!” (Lauzi)
“Gracias, pero no será necesario.” (Aruh)
Barker desarrolló un excelente sistema inmune desde que nos conocimos, el somnífero estaba perdiendo el efecto rápidamente…
“Harrr” (Barker)
Y en menos de un minuto, Barker ya estaba en cuatro patas nuevamente.
“¡Harrrr!” (Barker)
Dejó escapar un gruñido de vergüenza por haberse desmayado. Acaricié su cabeza.
“Fue mi culpa por confiarme, Barker.” (Aruh)
Pero mis palabras poco hicieron para consolarlo… Levantó su cabeza encima del muro y le dirigió una mirada de enojo a los monstruos enemigos mientras les gruñía.
De pronto, sentí unas extrañas presencias. Unas que no creí que sentiría en este lugar.
Esto empeora a cada minuto.
“Asombroso, en verdad se curó rápido…” (Lauzi)
Cuando miré a Lauzi mientras me encontraba frustrado de lo que llegué a enterarme, ella me veía con ojos de total admiración y Barker también.
Desde que me conoció, pese a ser poco tiempo, me ha dado la impresión de que se emociona fácilmente…
Quizás deba decirle a ella primero… Antes de que lo vea con sus propios ojos.
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“Hay personas que se dirigen hacia acá.” (Aruh)
“¿Son refuerzos?” (jefa de los mercenarios)
La jefa del gremio me preguntó esperanzada… Pero no eran buenas noticias.
“Vienen escoltados por unos cuantos goblins.” (Aruh)
Los hobgoblins habían dejado de aparecer en grandes números… Esa era una buena noticia. Pero cuando la jefa del gremio se enteró de lo que trataba de decir, dejó en claro que estaba aterrada.
“Eso es imposible… Es un chiste de muy mal gusto.” (jefa de los mercenarios)
“Ojalá así fuera.” (Aruh)
Ella ya estaba al tanto de mi extra percepción… En parte. No estaba al tanto del rango ni de la precisión que tenía, pero sabía que podía diferenciar personas de monstruos.
Trató de negarse, de acusarme de estar haciendo malas bromas, pero la expresión en mi rostro debió convencerla de que estaba diciendo la verdad.
“¿Por qué… se pusieron tan serios?” (Lauzi)
Lauzi no era tonta, al contrario; pese a ser muy precipitada en su toma de decisiones y una adicta al combate, era muy inteligente. Probablemente también estaba tratando de negarse a sacar esa conclusión…
“Estamos buscando personas secuestradas por monstruos, se acerca un grupo de ellas escoltadas por hobgoblins… ¿Que te dice eso, jovencita?” (jefa de los mercenarios)
“¿Prisioneros?” (Lauzi)
“Rehenes para ser más exactos.” (Aruh)
“No, eso es imposible… ¿Un monstruo? ¿Rehenes? Son criaturas demasiado estúpidas como para recurrir a ello.” (Lauzi)
“Concuerdo. Meros monstruos son incapaces de hacer algo así. Pero ese que acaba de aparecer, es extraño… Empezando por cómo hizo que los hobgoblins entraran en formación… Debe ser un nivel X.” (jefa de los mercenarios)
Yo no lo encontraba tan sorprendente ahora, tras recordar lo que he vivido con mis chicas y los orígenes de algunas de ellas, así como mi descubrimiento de las capacidades de Grezocalix… Pero debe de ser una sorpresa para estas dos.
Aunque si debo de admitir que no me esperaba las formaciones de guerra.
De pronto, los soldados se mostraron asombrados… A pesar de que los rehenes todavía están lejos.
Me asomé junto a Barker para ver por encima de la muralla de protección.
Nuestro bando había continuado con el kaiv de magia y un ataque con flechas, pero las filas de monstruos ya se habían reagrupado totalmente… Y usaban a sus muertos como escudos mientras avanzaban velozmente.
Mi ataque con Frenesí no fue esquivado por completo por el devar variado… Le faltaba un trozo de su pierna izquierda.
Sonreí instintivamente… Era una gran ventaja para aprovechar.
Y la que nos daría la victoria al final.
“Barker… ¿Como te sientes?” (Aruh)
“¡Harrr!” (Barker)
“Tengo una misión para ti…” (Aruh)
Le susurré mi plan… Y apenas terminé de decírselo, salió corriendo al bosque cargando a mi espada Luna Prometida en su hocico, escondiéndose con el muro y con cualquier cosa que le fuera posible para no ser visto por el ejército de monstruos.
Los soldados estaban tan enfocados que no se fueron cuenta de la partida de Barker. El teniente Melson dio la orden para que los magos y arqueros detuvieran sus ataques; los primeros para que recobraran descansaran y tomaran fuerzas, y a los segundos para que ahorraran flechas hasta el siguiente kaiv.
Pero esto causó un silencio tenso.
Poco a poco, la desesperación y el miedo se hicieron notorios en los rostros de los soldados… El cansancio ya debía ser insoportable.
Los oficiales de mayor rango se esforzaron por mantener la moral alta, pero sus esfuerzos se iban a ir a la basura… Pues aparecieron los rehenes.
“Lo… Lo… ¡LORAAA!” (Lauzi)
La persona que más desesperación sintió sin embargo, fue Lauzi… Conocía a una de las personas.
Fui más rápido que ella y logré sostenerla, pues trató de saltar el muro.
“¡Sueltenme! ¡Es Lora! ¡Es Lora! ¡Sigue con vida!” (Lauzi)
Miré a la persona que Lauzi tanto deseaba rescatar… Una joven humana, pálida y delgada, con ojos vacíos y sin vida.
Sus funciones vitales continuaban operando, prueba de ello es que emitía una presencia… Pero yo no la llamaría ‘viva’... No con esa mirada.
Ella, al igual que las otras siete personas (cuatro mujeres y tres hombres) estaba desnuda… Todos estaban en el mismo estado, el mismo y lamentable estado.
“¡Miren eso! ¡Los hobgoblins han traído personas! ¿Van… Van a comérselos?” (soldado 1)
Pude habérselo dicho al teniente para que preparara a sus hombres, o la jefa del gremio a sus mercenarios… Pero habría sido inútil prepararlos.
Sujeté a Lauzi con un abrazo y la jale de nuevo detrás del muro. Ella luchó , tratando en vano de soltarse.
“Te lo prometí… Vamos a rescatarla.” (Aruh)
“¡Entonces suéltame para que pueda hacerlo!” (Lauzi)
“No podrás, no con ese monstruo.” (Aruh)
“¡Reanuden el ataque! ¡Maten a ese engendro de una vez!” (Faban)
Uno de los oficiales se enteró de la situación. El sargento Faban, dio la orden a sus confundidos hombres y mujeres, de volver a atacar.
“Apunten al devar, a ese devar monstruoso.” (Faban)
“¡ESPEREN! ¡DETENGANSE!” (Aruh)
Grité con fuerza para ser escuchado, tomando a todos por sorpresa.
No podía dejarles atacar; incluso si tenian cuidado, alguna de las flechas o hechizos podría herir a los rehenes… Un poco molesto, el sargento quiso reprenderme por intervenir, pero…
“¡Obedezcan al joven Aruh Hydran! ¡No ataquen!” (Melson)
El teniente Melson se puso inmediatamente de mi parte, dando la orden oficial de no atacar a los hobgoblins y al devar con variación… Menos mal que tiene una cabeza prudente sobre sus hombros.
El pánico podría apoderarse de los soldados si supieran que unos ‘simples monstruos’ pueden realizar complicadas maniobras militares, como las amenazas o la negociación… No, incluso podría ser un ataque psicológico.
“Pero señor, esas personas son… Si no detenemos a los monstruos, nosotros…” (Faban)
“Lo sé, pero hay que confiar en el joven héroe… Él tiene su trayectoria de éxitos.” (Melson)
“Gracias por su comprensión… Dentro de poco voy a contar de cinco a cero… Desde que escuchen el primer número, cierren los ojos todos ustedes.” (Aruh)
Debo cumplir esa expectativa que acaba de poner en mi… Es normalmente una maldición, pero por ahora me siento aliviado de tenerla...
Oh, Barker la encontró. Es momento de poner en marcha el plan.
Tomé muy arco y cargué una flecha… Y tensando la cuerda lo mas que pude, disparé.
Pero la flecha no le dio a ningún hobgoblin, ni tampoco al devar…
“¿Eh? ¿No les dio? ¡Usó mucha fuerza en el disparo!” (Lauzi)
“Todavía me queda un disparo más… No te angusties.” (Aruh)
El devar podría ponerse nervioso si disparo muchas flechas, así que mejor me limito a dos… Y justo mientras estaba pensando en ello, el devar hizo que los hobgoblins le acercaran a la amiga de Lauzi.
Me imaginé lo que tenía en mente… Era un ataque psicológico después de todo.
“¡Lora!” (Lauzi)
Esta vez fue la líder del gremio quien detuvo a Lauzi, quien de nuevo quiso lanzarse al campo de batalla cuando vio como el devar levantaba a su amiga como si fuera una muñeca y la ubicaba enfrente de sí mismo… No iba a ser una imagen agradable a la vista.
Era ahora o nunca.
Disparé mi segunda flecha, pero esta no era normal… Tenía un dispositivo con una función parecida a la de las linternas que fabriqué cuando entramos a la mazmorra en Jimama, pero con un efecto diferente… Uno en el que me ayudaron Kimue y Nimue.
Las linternas y los dijes emiten luz mediante el flujo neutro de hetros en la roca que sirve como lámpara, activando una luminiscencia presente en los cristales… Es una ley compleja que descubrí durante mi infancia.
Sin embargo, esta flecha poseé un circuito mágico similar al de las saetas y la ballesta de Titanya… Es capaz de almacenar un elemento.
“¡Cinco!” (Aruh)
Gracias al teniente Melson, quien dio la orden, los soldados cerraron sus ojos, también los mercenarios. La líder del gremio cerró los suyos y cubrió los de Lauzi.
El devar estaba a punto de cometer su vil acto… Cuando me lancé corriendo por mi cuenta, mientras gritaba el conteo.
“¡UNO!” (Aruh)
Con la fuerza de mis piernas, atravesar 400 metros no me tardaría ni dos segundos, pero hice tiempo…
Por suerte, el devar también se tomó su tiempo en llevar a cabo lo que intentaba hacer, quizás para jactarse de que no podría llegar a tiempo… ¡Cayó en la trampa!
Cerré mis ojos mientras me cubría detrás de mi escudo para evitar que alguno de sus bellos pudiera alcanzarme pasando por el espacio abierto de la visera de mi casco.
“¡CERO!” (Aruh)
Escuché una tenue explosión, seguida por los lamentos de varios monstruos… Abrí mis ojos y bajé mi escudo.
Los hobgoblins estaban en el suelo y la cabeza del devar variado también… El responsable fue Barker, quien lo había decapitado con Luna.
Ahora, la segunda parte del plan...
Un hilo fino se extendía desde mi mano… El otro extremo estaba atado a la primer flecha que disparé, la cual, con ayuda de Barker, estaría unida a Frenesí.
Los hobgoblins todavía podían estar bajo el control de otros devar en las cercanías… Que continuaran atacando el campamento de víctimas donde estaban mis chicas lo confirmaba.
Jalé el hilo, el cual fue tejido por Arachne, e hice que mi gran espada regresara a mis manos.
“Tiempo de quitarle algo de verde al bosque.” (Aruh)
Barker me regresó a Luna Prometida.
Con una espada en cada mano, me deshice de todos los hobgoblins y goblins restantes…
Tardé diez minutos en exterminarlos a todos, y después fui a ver a las personas que trajeron consigo.
Los rehenes debían haber sufrido los efectos de la flecha-bengala, pero no son permanentes y Desia puede curar cualquier secuela.
“Uguuuh.” (Lora)
La joven amiga de Lauzi gruñó levemente. Requería atención médica inmediata, al igual que los otros hombres y mujeres.
Levanté a la muchacha en mis brazos, ella abrió sus cansados ojos, pareció verme y sonrió aliviada… Para después caer inconsciente.
Debo atenderla inmediatamente. La coloqué con cuidado encima de la espalda de Barker junto con las demás personas...
Y cuando me di la vuelta para regresar, me di cuenta de que todo el mundo me estaba observando en silencio.
Lauzi estaba tan sorprendida que se quedó inmóvil, incluso cuando ya la habían soltado.
“¡El combate aun no termina! Todavía quedan más enemigos!” (Aruh)
Mi grito los hizo reaccionar.
Mientras yo me quedaba para atender a los rehenes, el resto de las fuerzas fueron a apoyar al otro campamento.
En menos de una hora, el combate terminó en su totalidad.