Especial 32: Mala suerte
*Punto de vista en tercera persona*
La banda Ponzoña no era la única en Goldtree, aunque sí la más temida por sus obscenos actos.
Muchas fueron las mujeres presas de la lujuria de Morbonzola y sus secuaces… Y finalmente, cuando se hartaban de ellas, las vendían en mercados y subastas clandestinas, o bien, a reinos extranjeros.
Su reputación era tan mala que otros criminales también los repudiaban y deseaban la captura u homicidio de todos los ‘Ponzoñosos’...
Sin embargo, existía el caso contrario: aquellos que los admiraban o amaban.
La noticia sobre su exterminio a manos de un grupo de ‘héroes’ no les agradó… Su ira aumentó todavía más con la declaración de estos héroes acerca de exterminar a todas las bandas criminales de la región.
‘Marca del oso’ era una de un esas bandas admiradoras de Ponzoña.
Era un grupo pequeño formado por apenas 30 miembros, todos hombres de la raza humana.
Aunque al contrario de sus ídolos, ellos no secuestraban mujeres a diestra y siniestra, además, aunque solían atacar a mercaderes, iban por los de poca monta para así no llamar demasiado la atención hasta que se convirtieran en un grupo fuerte e imparable como Ponzoña…
Pero cuando se enteraron de lo ocurrido, no tuvieron mucho tiempo para lamentaciones, pues otra banda aliada había dado la posición de su guarida a las autoridades.
“¡Se acerca un grupo de soldados! ¡Vienen hacia aquí!” (bandido 1)
“¡Maldita sea! ¡Debieron traicionarnos! ¡Todos carguen con lo que puedan y emprendan la retirada!” (bandido líder)
Un hombre de baja estatura llegó a una pequeña cabaña en medio del bosque que era custodiada por guardias corpulentos pero demasiado sucios. Al entrar y dar el reporte sobre soldados acercándose, el pánico se apoderó de aquel que parecía ser el líder… Quien dio la orden de retirada mientras él mismo empacaba.
La orden se obedeció de inmediato. Pronto, un total de 18 hombres se agruparon cargando sacos con provisiones y dinero, todos preparados para dejar el lugar incluso sin que el líder diera la orden… Pero tuvieron suficiente paciencia como para esperar a que el resto de sus compañeros llegaran… Hecho que no ocurrió.
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“¿Aun siguen aquí? ¡Todos corran! ¡Huiremos hacia el sur!” (bandido líder)
Con el pesar de tener que abandonar a sus camaradas, los hombres siguieron a su líder en búsqueda de una nueva guarida.
Les siguieron días de extenuante sufrimiento y vergüenza. No solo se enteraron de que los compañeros que se habían quedado atrás fueron capturados (y algunos ejecutados), sino que lo mismo había ocurrido con otras bandas de la misma zona.
También llegaron a saber que el responsable de todo fue el mismo grupo que provocó la caída de Ponzoña, sus grandes idolos.
“Entonces era cierto el rumor de que planeaban darle caza a todos los bandidos de Goldtree… ¡Malditos bastardos!” (bandido líder)
Escondidos en el bosque, en medio de la naturaleza y siendo perseguidos sin descanso, los miembros de ‘Marca del Oso’ se sumían en el odio con cada minuto que pasaba.
Querían vengarse, desquitarse con alguien por ese enojo que sentían…
Atacar y quemar una aldea, preparar una emboscada contra los soldados que los perseguían, matar a algún mercader o líder importante… No, lo que de verdad les haría sentir mejor seria ir tras los susodichos héroes y matarlos.
Pero ese era un sueño nada más. Una fantasía que sólo podrían cumplir en su imaginación…
Para empezar, porque eran oponentes a los que ni siquiera Ponzoña pudo vencer… ¿Cómo podría entonces un pequeño grupo de ladronzuelos cansados y cobardes hacerlo?
Necesitaban ayuda, mucha ayuda… Sin embargo esta ya no existía, hasta hace poco, tenían convenios con las otras bandas del mismo territorio, pero fueron atrapadas.
La única ventaja que tenían es que lograron averiguar la identidad de los héroes… Y esto a su vez les causaba desesperación, pues se trataba de una pequeña milicia bien equipada y acompañada de feroces monstruos… ¡De entre los que destacaba un dragón! ¡Un maldito dragón!
Era imposible hacerle frente a eso.
La única opción que les quedaba era continuar hacia el sur y unirse a otra banda, a alguna de las que habitaban Menat… Quizás con suerte, podrían apoderarse de ella y reunir las fuerzas suficientes como para poder exterminar a los ‘héroes’
“Es extraño, el sonido de los animales ha desaparecido.” (bandido 2)
“Según recuerdo, algo estaba ocurriendo en cierta zona al sur de Goldtree… Creo que estamos en ese lugar.” (bandido 3)
“Yo también escuché algo sobre ello, pero al parecer solo es un rumor, y nada más que eso.” (bandido 4)
“No podemos minimizar los rumores. Cualquier cosa puede ser cierta... Solo recuerden que esos tipos tienen un dragón.” (bandido líder)
Los bandidos estuvieron de acuerdo con el líder, aunque no habían podido verlo en persona, debía ser cierto, ¿Como entonces pudieron exterminar a tan famosos ladrones en tan poco tiempo?
“Así que lo mejor que podemos hacer es tomar otro rumbo, aunque ello signifique…” (bandido líder)
*plac*
El sonido de una pequeña rama rompiéndose llamó la atención de todos los ladrones… Se trataba de nada más y nada menos que un pequeño goblin saliendo de un arbusto.
“¡Bah! ¡Solo es un apestoso goblin! ¡Yo lo mataré!” (bandido 1)
El bandido que se ofreció tomó uno de los pequeños cuchillos para lanzar que estaba limpiando y lo lanzó contra el goblin… Fue un golpe certero que acertó en el corazón.
La bestia gritó y se desplomó, muerta… Quisieron sentirse felices, pero no pudo ser así.
De pronto, fueron dos goblins, después cinco, seis, nueve…
Fue cuando el número de goblins alcanzó los dos dígitos que se enteraron que su mala suerte era tremenda…
Antes de que pudieran huir, los goblins los rodearon… Los habían rodeado sin que pudieran darse cuenta.
“¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Esto tiene que ser un mal chiste!” (bandido líder)