Capítulo 21: Amor y tragedia
Cuando Naku y yo nos encontramos en el claro, en nuestra base, le tenía preparada su sorpresa.
"Naku, he forjado estas dos espadas. Esta de aquí es para ti, quisiera que como dueña, tu la nombraras" (Aruh)
"¡E-Es preciosa! Como ninguna espada que haya visto antes." (Naku)
Se gesto de admiración era muy lindo, no pude evitar sonreír.
"Y bien, ¿Qué nombre le vas a poner?" (Aruh)
"Luz Radiante, ese es el nombre que elijo." (Naku)
"Y esta es mi espada, creada para compartir el destino, Luna Prometida." (Aruh)
"Entonces, al igual que nuestras compañeras, compartamos el destino." (Naku)
Ambos levantamos nuestras espadas, afirmando nuestros votos.
...
Habíamos hecho unos votos de guerreros, pero la relación entre Naku y yo se profundizaba poco a poco.
La ausencia de Fortuna era pesada para ambos, quizás por eso, o por estar pasando por la pubertad, Naku era más apegada a mi, y aprovechaba cualquier momento para tener contacto físico conmigo.
Pero no solo era ella, yo también me encontraba en la misma situación. Me era cada vez más difícil no pensar en Naku a cada momento, y fantasear en cómo se habría desarrollado Fortuna, en estos momentos debe de estar por cumplir los 15 años.
Fantasías de pasar varias noches con mis esposas y compartir la cama para amarnos.
El libido debía estar despertando, y las miradas de Naku y mías se dirigían hacia los cuerpos del otro llenas de deseo.
Nuestros besos eran cada vez más largos y atrevidos, y nuestras manos eran cada vez más difíciles de controlar. Llegó el día en el que ya fue imposible de controlar.
Una mañana, en medio del bosque, Arachne solo dormía una vez por semana y ese era el día en el que lo hacía, así que no estaba con nosotros.
"Aruh..." (Naku)
Naku me tomó por sorpresa y comenzó a besarme apasionadamente.
"Muhh... Ahhh... Mggg" (Naku)
Nuestros besos eran tan intensos que a veces dificultaban la respiración.
"Na... ku..." (Aruh)
"Perdon... Hgmm... Perdoname..." (Naku)
En medio de nuestra pasión, algunas palabras lograron formarse.
"Perdoname... AHHH... Perdonadme, Fortuna... Voy a... Uuuhh.... Adelantarme..." (Naku)
Podía escuchar sus palabras pero no entenderlas, sus labios se habían separado de los míos mientras hablaba, así que fui por su cuello, haciéndola gemir.
"¡Aruh! ¡Aruh, te amo!" (Naku)
Finalmente, los dos nos entregamos el uno al otro.
...
Naku dormía a un lado mio, cansada por nuestra primera vez. Su hermoso rostro no dejaba de cautivarme, esa linda expresión tranquila y su suave respiración me hacían el hombre mas feliz del mundo.
Mi pasión no se había apagado todavía, pero mi tiempo con Naku sur satisfactorio, y espero que también para ella.
Sin embargo, la escuché decir algo alarmante antes de que cayera dormida.
"Esto es malo, Fortuna. Vamos a requerir mucha ayuda de concubinas..." (Naku)
...
Naku y yo nos volvimos más íntimos , también nos hicimos más discretos. Durante un tiempo, nos sonrojamos al vernos a los ojos, pero ahora nos sonreímos con amor.
"Esta bien que por ahora te tenga para mi sola, pero no olvides tu amor por Fortuna, ¿Esta bien?" (Naku)
"No lo haré, te lo juro... ¿Deberíamos hacerlo los tres juntos?" (Aruh)
"Per-ver-ti-do adorable." (Naku)
Luego de darme un beso, me dio la espalda y se retiró un poco, desde donde me guiño el ojo sin darse la vuelta por completo
"¡Pero me gusta la idea!" (Naku)
Bien, me esforzaré por complacerlas a ambas.
"Aunque Fortuna y yo vamos a necesitar ayuda extra." (Naku)
Ese ultimo susurro debió ser mi imaginación.
Sin embargo, nuestras tranquilas vidas llegaron un día a su fin.
...
"¡DOCTOR, LLAMEN RAPIDO AL DOCTOR!" (Jupero)
Cubierto de sangre, Jupero había llegado a la aldea cargando a un inconsciente Kober.
Ambos habían salido la noche anterior para cazar en el este.
Los demás naga reaccionaron con prisa en auxiliar a los dos jóvenes.
"¡Déjame ver a Kober, Jupero!" (Aruh)
Por suerte yo estaba cerca cuando ambos llegaron, debía ayudar en todo lo posible hasta que alguien llegara con el maestro Spencer. En situaciones así cada momento cuenta.
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Puse una piel de animal gruesa en el suelo, en caso de ser necesario la podía convertir en camilla.
"Ponlo aquí, con cuidado ¡Arachne, necesito que traigas al profesor Spencer!" (Aruh)
"¡Guri!"
Arachne siguió mis órdenes de inmediato y desapareció en un instante.
"Jupero, quiero que te revisen a ti también, ¿Alguien sabe de primeros auxilios?" (Aruh)
Cualquier ayuda basta.
"Yo estoy bien, solo ayuda a Kober." (Jupero)
Me gustaría revisarlo yo, pero debo de encargarme de tratar a Kober. Naku está un poco lejos, Arachne llegará primero y aun así tardará un rato.
El cuerpo de Kober está lleno de quemaduras y cortes, su armadura de piel de gum estaba destrozada, al tocarlo pude ver sus heridas internas gracias a mi psicometría... Es terrible.
"Jupero, ¿Que le hizo esto a Kober?" (Aruh)
"No lo sé, algo nos atacó de repente y lo siguiente que supe fue que..." (Jupero)
"Dra... ke" (Kober)
"¡KOBER!" (Jupero)
Su fuerza de voluntad es muy grande, hablar en tales condiciones, pero hablar sólo empeoraría la situación. Tras informarle que necesita guardar silencio, humedecí un trapo de lana con una poción que limpia heridas y ayuda a cerrarlas.
La criatura que Kober mencionó debe ser el drake nevado, el monstruo más poderoso de Tulser. Un naga tendría unas altas posibilidades de morir si se enfrentara por sí solo a uno, así que por lo general es un grupo de tres los que se encargan de hacerlo.
El ritmo cardiaco de Kober se acelera y algunos de sus órganos comienzan a fallar, esto es malo, las pociones que traía conmigo solo podían estabilizarlo un rato. Necesito de la magia curativa del profesor y mejores pociones.
Una sombra cayó rápidamente, se trataba de Arachne, quien traía al profesor Spencer con ella... ¡Menos mal!
"Ya... Estoy... Aquí... ¡Ya estoy aquí!" (Spencer)
El viaje en Arachne debió ser un poco fuerte para él.
"¡Puedes dejarme a Kober y ayudar a Jupero!" (Spencer)
"Varias de sus costillas se rompieron y perforaron algunos órganos y arterias, tiene un sangrado interno muy fuerte en el abdomen." (Aruh)
"Entendido, haré todo lo que pueda." (Spencer)
Tras dejar a Kober en manos del profesor Spencer, me encargué de revisar a Jupero. Tenía varios moretones y heridas además de una ligera fractura en el cúbito, pero aparte de eso estaba bien; una de las pociones que trajo consigo el profesor servía para curar huesos, y la poción que le había puesto a Kober para desinfectar heridas hizo el resto.
Sin embargo no hubo momento de alivio, no mientras Kober seguía en estado crítico; la magia del profesor Spencer era buena, pero las heridas eran muy graves y le era difícil cerrarlas y reparar los daños.
"Jupe... ro... Aruh... ¿Donde estan... mis padres?" (Kober)
"Tus padres no tardaran en llegar, cuando lleguen ya estarás bien. Te lo prometo. Ahora por favor conserva tus fuerzas." (Spencer)
"No debería mentir... me, doctor... Se que se acerca mi... final... Incluso los naga... morimos." (Kober)
"No hables así, idiota. El doctor dice que te curará." (Jupero)
"Aruh... El drake no era normal... Era una... variación. Es muy peligroso..." (Kober)
Me incliné y tomé la mano de Kober, así pude darme cuenta de la verdad, de que él tenía razón.
"Kober... No te rindas..." (Aruh)
Kober era un chico de personalidad problemático, al que le gustaba bromear de mi relación con Naku, pero era muy honesto y un buen amigo, un naga que cuidaba a sus semejantes y se llevaba bien con todos.
"¡Hazle caso al doctor y a Aruh! ¡Lucha! ¡Lucha y te pondrás mejor!" (Jupero)
No necesitaba verlo para saber que los ojos de Jupero estaban llenos de lágrimas. Los dos eran en especial amigos, algunas chicas de la aldea los llamaban el dúo de torpes.
"En verdad... eres un tonto, amigo mio." (Kober)
El profesor Spencer hizo todo lo que pudo con su magia y pociones, incluso usó un circuito mágico que diseñé y disfrace como varita mágica, pero todo fue inútil. Kober murió a la joven edad de 17 años.
...
Esa misma noche realizamos el funeral de Kober, los ritos fueron realizados por Naku personalmente. Todos en la aldea lloraron su muerte, en especial su familia y amigos más cercanos; aún puedo recordar el llanto desgarrador de sus padres.