Especial 21: La criatura del abismo
*Escrito en tercera persona*
Existe una mazmorra en las afueras de Jimama, es grande y no ha sido explorada en su totalidad.
Ahí existen diversos tipos de monstruos, la mayoría son débiles, pero hay algunos de los cuales hay que cuidarse, tal es el caso de los imps. Con su extraña magia capaz de atravesar armaduras con facilidad, y con una inteligencia que les permite usar avanzadas tácticas contra sus enemigos, son muy pocos quienes se atreven a cruzar por las zonas donde anidan.
Los demás monstruos son el alimento de los imps, por lo que se les podría considerar los amos de la mazmorra.
Ciertamente, con sus grandes habilidades, no tendrían problemas subsistiendo en el exterior, las criaturas que habitan en las regiones de Goldtree no son particularmente fuertes salvo por algunos cuantos. De hecho, aunque los imps prefieren lugares oscuros, son una especie con mutaciones que les permite vivir en diversos ecosistemas.
Pero hay una razón por la que este grupo de imps habitan únicamente aquí
Y esa razón es el verdadero amo de la mazmorra.
Una criatura extraña, salida de las pesadillas de los valientes.
Se mantenía oculta en la parte más profunda de la mazmorra, le gustaba la oscuridad
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Este ser no solo se alimentaba de materia, sino de las emociones y de la fuerza mágica de sus presas, por lo que aquellas que demuestran inteligencia son sus preferidas; tal es el caso de los imps.
Su cuerpo es gelatinoso como el de las slimes pero dista mucho de ser una, no solo es de un color blanco y opaco, sino que su poder es tal que podría desafiar la de los drakes nevados, reyes de Tulser. Múltiples orbes amarillentos brillaban a través de la espesa masa que era su cuerpo.
Tenía la habilidad para controlar la mente de los monstruos para llevarlos a su presencia y consumirlos tranquilamente.
Sí, se trataba de una criatura terrible y sin igual… No se trataba de la variación de otro monstruo, sino de una especie totalmente nueva y desconocida.
El cómo surgió es un misterio, también si existen más de su tipo… Que no fuera así sería lo mejor para todos, monstruos y personas por igual.
Pero deseando acabar con esta frágil esperanza, y sin la necesidad de una pareja, la criatura puso un huevo de su misma especie recubierto con un grueso cascarón que se asemejaba al de una joya.
Deseaba dejar descendencia, pero no convivir con ella, así que trepó y se deslizó por los pasillos y grietas de la mazmorra y dejó el huevo en un pequeño respiradero que daba al exterior.
Cuando el huevo se abriera, su vástago iría a buscar un nuevo lugar en donde vivir.
Tranquila y feliz por expandir su especie, la criatura regresó a las profundidades… Pero cierto día lluvioso, quiso cerciorarse de que su huevo estuviera bien.
Decidió subir nuevamente antes de ponerse a digerir al grupo de imps que acababa de comer…
Y desagradable fue su sorpresa al averiguar que algo se lo había llevado.
Los orbes brillantes de su cuerpo eran sus ojos, y los usó para mirar a sus alrededores, descubriendo muchas partes de monstruos que estaban esparcidas y marcas que parecían ser pisadas.
Un enorme orificio se abrió en su cuerpo, muy similar a una boca, de donde dejó escapar un fuerte gruñido… Para después seguir el rastro de los responsables de haber robado su huevo.