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Capitulo 49

Capítulo 49: Encuentro esperado

Blair cayó dormida luego de que termináramos; su rostro lucía tranquilo y tenía una ligera sonrisa. Al verla en tal estado, besé involuntariamente su mejilla.

Decidí no despertarla y la vestí con cuidado con uno de los vestidos improvisados que hice. Me puse mi gambeson y la cargue con cuidado para llevarla a donde estaba Naku esperando.

“Se ve tan pacífica… Aruh, gracias por cuidar de ella.” (Naku)

“He decidido convertirla en mi concubina también… Deseo protegerla y aliviar su dolor.” (Aruh)

“Me parece muy bien… Yo también quiero que su dolor desaparezca.” (Naku)

Las heridas que tiene Blair en su corazón tardarán tiempo en sanar, pero ahora que la he convertido en mi mujer, haré todo lo posible para ayudarla.

Dejamos a Blair en manos de Cherry.

Las demás chicas me miraban muy fijamente, podía sentir a algunas de ellas examinandome de pies a cabeza. Tal sensación provenía especialmente fuerte de Titanya, la chica kekat. En respuesta, le guiñé un ojo y la vi estremecerse.

En verdad que es una chica muy fuerte.

Como Eugene dijo que las propiedades de un ladrón pueden ser reclamadas por quien lo mate, tomamos el botín de Morbonzola y todas las armas y objetos valiosos que tenían.

Al parecer, se puede obtener una recompensa por las cabezas de los ladrones, así que junté las que Desia me había indicado eran de los miembros más peligrosos del grupo y las puse en un saco doble que le entregué a Eugene.

La cabeza de Morbonzola quedó hecha un desastre, así que tuve que unirla con cuidado y la metí en un saco aparte.

“Haz que Dob se encargue del resto, Eugene.” (Aruh)

“Sí, mi señor.” (Eugene)

Las chicas montaron a los glarones y fueron escoltadas a Jimama.

“Aruh…” (Naku)

“Vayamos a rescatarla.” (Aruh)

Naku y yo también dejamos el lugar en una dirección distinta. Nuestro destino era el pueblo donde tenían resguardada a Fortuna.

Siguiendo un mapa que encontramos entre las ropas de Morbonzola, llegamos al pueblo de Galkanzo.

Ya estaba entrada la noche cuando encontramos el pueblo, había luna llena con un cielo despejado, dándonos la suficiente visión.

Dicho pueblo también estaba protegido por una muralla de madera, y algunos guardias cuidaban las tres entradas que tenía. Sin embargo, Naku y yo decidimos no entrar por ninguna de las puertas, sino saltar los muros.

Cuando nos acercamos lo suficiente al poblado, pude sentir esa presencia que tanto anhelaba encontrar…

¡Fortuna estaba aquí!

“Naku… Puedo sentir a Fortuna.” (Aruh)

“¡¿En donde esta?!” (Naku)

Yo me sentía muy feliz, pero Naku se veía ansiosa, así que la tomé de los hombros y la miré fijamente.

“Debemos ser cautelosos ahora que estamos cerca de rescatarla… Siento su presencia en un punto apartado del pueblo, justamente en el límite donde alcanza mi habilidad… En la zona este del pueblo.” (Aruh)

Saltamos los muros por una parte donde no sentí ninguna presencia cerca y nos movimos de una sombra a otra.

“Es en ese edificio de ahí… Hay dos presencias escondidas afuera y una cerca de la ventana, deben ser las personas de las que nos hablaron… Fortuna está en la misma habitación que la última.” (Aruh)

El edificio donde sentí la presencia de Fortuna era una construcción grande de dos pisos. Sobresalía de las demás casas de los alrededores.

“Es demasiado simple, ¿Hay más personas cerca?” (Naku)

“Si las hay, pero están en los edificios contiguos… Es difícil saber si son enemigos o no.” (Aruh)

La formación de un enemigo dentro del edificio y dos afuera es muy vulnerable, si todos están alerta no podrán descansar, así que deben tener cómplices cerca.

Desia no mencionó que Gerso fuera acompañada por otras personas aparte de las dos esclavas, así que deben ser mercenarios o rufianes contratados.

Con mi extra percepción me es posible diferenciar de personas o monstruos, también puedo recordar la presencia de alguien que haya conocido… Pero no puedo saber la edad, género o identidad de alguien que no conozca.

Si atacabamos precipitadamente a las tres en el edificio y dan la alerta o no resultan ser quienes esperamos, estaremos en desventaja si reciben ayuda de refuerzos y usan a Fortuna como rehén.

Pero si tratamos de atacar a las personas de los alrededores nos arriesgaríamos a dañar a inocentes.

“Así que solo queda una opción…” (Naku)

“Si, la estrategia del señuelo.” (Aruh)

La estrategia del señuelo es algo que solíamos usar en Tulser para cazar monstruos que atacaban en grupos… Tengo que hacerles creer que soy la mayor amenaza.

Naku fue a esconderse y yo me acerqué al edificio donde estaba Fortuna; llevando piedras conmigo, caminé tranquilamente hasta que algunas presencias se movieron, señal de que se dieron cuenta de mi existencia.

Levanté una de las piedras y la lancé contra una de las personas que estaban fuera como vigías.

La presencia desapareció, la había matado.

Una mujer salió de las sombras y se lanzó contra mí, estaba cubierta con una armadura de tela con capucha y un antifaz.

Sus armas eran dos dagas largas y las manejaba muy bien. Desia y las demás tenían razón cuando dijeron que las esclavas de Gerso eran más fuertes que los demás ladrones.

Otra sombra trato de acercarse me desde mi punto ciego, estaba escondida dentro de uno de los edificios contiguos. Se trataba de una persona más pequeña, pero no menos hábil.

Traté de tomar algo de distancia de las dos y ellas me siguieron.

La puerta del edificio a la derecha se abrió y un hombre de aspecto feroz salió cargando una gran hacha.

Otros tres hombres y una mujer le acompañaban.

Pero en cuanto salieron y la presencia que estaba junto a Fortuna comenzó a moverse, una veloz silueta atravesó la ventana y entró en la habitación.

Bien.

“Hey, ¡Alerta a los demás! ¡Nos están atacando!” (Hombre del hacha)

Mientras me encontraba evadiendo los ataques de las dos chicas, el hombre del hacha le daba órdenes a sus subordinados. Más personas comenzaron a salir del edificio.

“¿Que esperas? ¿Por qué no disparas?” (Hombre del hacha)

“¡¿No ves cómo se mueve?! ¡Es más rápido que las mujeres de Gerso!” (Arquero)

Ahora que Naku había invadido la habitación donde estaba Fortuna y seguramente se estaba enfrentando a Gerso, era mi hora de contraatacar.

Rompí una de las piedras en mi mano y las lancé con fuerza contra las dos chicas y los secuaces.

Los pequeños fragmentos actuaron como una letal metralla, hiriendo a una de las esclavas y a algunos de los rufianes pero no mató a nadie. El hombre del hacha y la mujer que lo acompañaba en un principio lograron escapar ilesos.

“¡Maldita sea! ¡Puede usar magia!” (hombre del hacha)

“No lo escuche realizar un encantamiento.” (mujer)

“Debe ser como esas dos. Los heridos entren a la casa, los demás tomen una formación defensiva y usen una lluvia torrencial cada vez que entre en una zona blanca. Pongan atención a las manos de ese tipo.” (hombre del hacha)

El hombre del hacha, o más bien, el líder, comenzó a dar órdenes en código y los demás comenzaron a actuar. Puedo darme cuenta de que tiene buena habilidad al mando.

No se equivocó cuando llamó magia a la bendición de Nagur, aunque creo que él tiene un concepto diferente de cómo fue que ataqué.

Sin embargo, me llamó la atención cuando dijo que las dos esclavas de Gerso podían usar magia, Blair y las demás no me dijeron nada al respecto.

Justo entonces, la que fue herida por los fragmentos de roca me lanzó algo desde donde había caído.

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Usé mi escudo para defenderme por si se trataba de un dardo o alguna otra arma; pero lo que me arrojó, estalló al impactar con el escudo y desprendió un polvo muy volátil.

Me di cuenta del peligro y retrocedí rápidamente, logrando evitar una fuerte explosión.

“¡Ya!” (Hombre del hacha)

Cuando aterricé, una goleada de flechas fueron disparadas contra mí.

Ya entiendo.

Agité mi escudo con fuerza, desestabilizando la trayectoria de las flechas y que no me alcanzaran.

“¿Magia de viento también? ¿Porque la señora no ha hecho nada?” (subordinado 1)

“Debe tener problemas con el otro atacante… ¿Quien es este tipo? ¡Es muy fuerte!” (hombre del hacha)

También debo elogiarlos a todos, si no fueran mis enemigos les pediría que se me unieran.

Empezando por las esclavas; puedo decir que son bastante hábiles en la lucha cuerpo a cuerpo, pero me sorprendió mucho lo que hicieron en ese último ataque. La chica que herí me lanzó un comprimido de polvo fino de maderas muy combustibles que se esparcieron rápidamente, y su compañera lanzó un detonante causando una explosión de humo de buen poder… Así que ese es el origen de su magia.

Los otros secuaces no se quedan atrás, las órdenes de ‘lluvia torrencial en zona blanca’ se refiere a disparar un gran número de flechas cuando el enemigo se aleje de los aliados. Muy ingenioso.

Si los ladrones hubieran trabajado así de bien, rescatar a Blair y las demás chicas habría sido muy difícil.

Bueno… Parece que el último ataque de las esclavas fue muy llamativo, las presencias en las demás casas del pueblo comenzaron a moverse y otras (posiblemente guardias) se estaban acercando.

“Hay guardias acercándose, ¡Menos mal!” (subordinado 1)

“Si, refuerzos.” (Subordinado 2)

No puede ser… ¿Las autoridades de este pueblo están confabuladas con los ladrones?

“Mejor ríndete, criminal… No podrás contra todos los guardias.” (hombre del hacha)

Criminal… ¿Yo?

Aprovechando mi distracción, la esclava que estaba en pie se lanzó nuevamente contra mi. Evadí los ataques y traté de contraatacar, pero su compañera comenzó a lanzarme proyectiles nuevamente mientras se levantaba y trataba de resguardarse.

Me defendí nuevamente de lo que me arrojaron, esta vez sí eran dardos de color negro para hacerlos más difíciles de ver, muy seguramente tenían veneno. No fue difícil bloquearlos al fijarme en los movimientos de sus manos, cosa que la otra esclava que me atacaba intentaba impedir que hiciera.

Con mi espada pude desviar uno de los dardos contra la pequeña chica atacandome. El dardo la alcanzó a rozar en su hombro; ella se asustó y comenzó a buscar entre sus ropas, así que aproveché para atacarla.

Mi intención fue frustrada cuando el hombre del hacha se acercó, interponiéndose entre la chica esclava y yo.

“Tendré que ser yo quien se encargue de ti si tanto deseas pelear.” (hombre del hacha)

Pude ver sus ojos de cerca, este hombre en verdad creía que yo estaba haciendo un mal.

“¿Quien eres maldito? ¿Alguien te paga para atacar a la señora Gerso?” (hombre del hacha)

De pronto, la presencia que estaba en la habitación con Naku y Fortuna desapareció.

¡Si!

Naku lo logró, rescató a Fortuna.

“Con esa sonrisa… ¿Acaso haces esto por diversión?” (hombre del hacha)

El hombre me lanzó un golpe con su hacha, confundiendo mi sonrisa de alegría por una de locura. Sus habilidades estaban encima del promedio, pero estaba lejos de ser un adversario peligroso.

Esquivé el ataque, lo sujeté del brazo y le hice una llave de lanzamiento contra la esclava que se encontraba lastimada por mi ataque de rocas.

El impacto fue un poco fuerte, pero los dos lograron sobrevivir… Aunque requerirán de atención inmediata, en especial la chica.

La otra esclava estaba bebiendo una medicina, al terminarla me lanzó el frasco y reanudó el ataque. Iba a acabar con ella cuando:

“¡Aruh! ¡No mates a esas dos! ¡A nadie!” (Naku)

Naku me detuvo. Obedecí su petición y en lugar de un contraataque mortal, solo la noqueé. Los guardias llegaron, era un grupo de 22 elementos.

“¡Quietos todos! ¡Tiren sus armas!” (guardia lider)

Los compañeros del hombre del hacha obedecieron.

“¡Arrestenlo! ¡Él vino a atacarnos!” (mujer)

La mujer del grupo me apuntó, culpándome.

“¡Tú! ¡Suelta tu espada o prepárate a morir!” (guardia lider)

“Me niego, podrían estar con Gerso.” (Aruh)

“Maldito… ¿Que quieres con la señora…?” (Hombre del hacha)

El tipo es resistente, creí que lo había dejado inconsciente pero veo que no es así.

“No importa qué razones tengas. Tienes una última oportunidad de obedecer o se te abatirá por rebeldía.” (guardia lider)

Los guardias me apuntaron con sus arcos y flechas.

“¡Esperen! Eso no funcionará, es un mago de alto nivel.” (mujer)

“¿Alto nivel?” (guardia líder)

Los guardias se vieron dudosos de actuar, Naku me dijo que no matara a nadie, pero la situación se estaba complicando… Tal momento de incertidumbre fue seguido por el sonido de una hermosa voz.

“¡No se atrevan a ponerle un dedo encima!” (¿?)

Naku saltó de la ventana y cargaba en sus brazos a una joven muy bella que recordaba muy bien. Viéndolas juntas, las dos parecerian ángeles descendiendo del cielo.

Al ver de nuevo a esa chica, recuerdos de los tiempos que pasamos juntos en la infancia vinieron a mi mente. Un gran sentimiento de alivio se apoderó de mí.

En estos años que pase sin verla se había convertido en una mujer realmente hermosa.

Conservaba sus rasgos faciales finos y adorables, además de la misma mirada inteligente pero gentil. Su cabello, más brillante que el mismo oro, le había crecido y estaba sin sujetar.

Llevaba puesta una prenda desgarrada, como Naku debió verla en la profecía.

Era Fortuna, mi querida prometida.

Naku la bajó de sus brazos al aterrizar sin problemas.

En cuanto la vi quise ir a su lado, abrazarla y besarla, pero debía permanecer alerta, más personas se estaban aproximando.

“¿La esclava?” (hombre del hacha)

Naku y Fortuna comenzaron a caminar hacia mí. Los guardias estaban alertas de ellas y algunos les apuntaron…

Suelten esas flechas, y después de detenerlas, haré rodar sus cabezas.

“Este joven que ven aquí vino a rescatarme del cautiverio en el que me pusieron la ladrona Gerso y sus secuaces. Prometido mio y de mi amiga Naku, Aruh Hydran de la raza de los naga…”(Fortuna)

“¿Na… Naga? ¿Un naga de Tulser? ¡Ridículo!” (guardia líder)

“Es verdad…Y no es la única, ¿verdad?” (Fortuna)

“¡Verdad!...... Soy Nakureshta Snakia, oráculo y avatar del protector de los naga. Como tal, responderé con todo mi poder si alzan una mano en su contra… ¡Bajen todos sus armas! ¡Ahora!” (Naku)

Las dos hablaban entre ellas con mucha familiaridad y en complicidad; pero al dirigirse hacia los guardias, Naku usó un tono fuerte y majestuoso, hecho que los hizo bajar las obedecer y arrodillarse.

“¡Sentimos nuestra osadía!” (guardias)

Los hombres que ayudaban a Gerso, incluido el hombre del hacha se veían perplejos.

“Aruh… Sabía que vendrías… Esos hombres, yo… Estaba asustada.” (Fortuna)

La tomé en mis brazos inmediatamente.

Había pasado tiempo, pero este sentimiento al tenerla en mis brazos no había cambiado.

“Te he encontrado, Fortuna.” (Aruh)