Capítulo 46: Masacre y rescate en medio del bosque (Primera parte)
*Escrito en tercera persona*
Un grupo de hombres vigilaban perezosamente los alrededores de una base ubicada dentro de una gran formación de rocas.
Había un total de 20 vigías, todos eran hombres y portaban armas y armaduras de mala calidad; los que estaban escondidos entre los árboles y detrás de grandes rocas usaban arcos, mientras que los demás usaban cuchillos, palos, y en algunos casos, espadas, lanzas y hachas.
"Uuuaaaahhh, ¡Que sueño! Quisiera irme a dormir otro rato" (vigia 1)
"Te estas volviendo viejo, anoche lo hiciste muy poco y aún así estás cansado." (vigía 2)
"Cállate. Lo hice muy poco porque la nueva se resistía mucho." (vigía 1)
"No te justifiques, yo se lo hice 4 veces y Barros se lo hizo 3, aunque el que lleva el récord es Tonz con 7 veces. Tú solo lo hiciste 2 veces y no fuiste por otra mujer." (vigía 2)
"Lo que pasa es que me desanimo cuando una mujer no coopera. No entiendo porque sigue resistiéndose, a estas alturas ya todos debieron tener sexo con ella, pero forcejea como la primera vez... Esta sabrosa, pero si sigue así tendremos que deshacernos de ella... Mejor nos hubiéramos quedado con la otra, además de estar mejor físicamente, su personalidad no era tan necia." (vigía 1)
"Idiota, si le quitabamos la virginidad no se podría vender a un alto precio... Desia dijo que podía llegar a venderse hasta en 1500 monedas de oro, ¡1500! Imagina lo que haríamos con ese dinero, las armas que compraríamos, el licor y la comida, mujeres no nos faltan pero podríamos comprar algunas esclavas de razas exóticas. Soportar un poco la lujuria bien lo vale." (vigía 2)
"Al menos pudimos 'mostrarle la ponzoña', ¿no crees?" (vigía 1)
"Tonto, como si pudiéramos contenernos después de..." (vigía 2)
Una flecha atravesó el cráneo del hombre antes de que pudiera terminar sus palabras; su compañero se quedó atónito y volteó a mirar en la dirección por donde vino el proyectil, pero lo último que vio fueron unas grandes fauces llenas de colmillos aproximarse.
"¡Rupert! ¡Sebastian! Rayos, ¡Nos atac...!" (vigía 3)
Una pieza de metal surgió del pecho del vigía que trataba de dar la alerta, la culpable era una hermosa chica de cabello azul y ojos bicolor.
La acompañaba otra belleza de piel rosa que iba armada con un gran escudo y una espada que goteaba sangre; a sus pies estaban los cuerpos de dos hombres abiertos por la mitad.
"¡Maldita sea! ¡Contraataquen!" (vigía 4)
"Espera, miralas bien, ¡Son dos bellezas!" (vigía 5)
"¿No viste lo que acaban de hacer?" (vigía 6)
Un gran lobo negro cayó frente al grupo de hombres y se lanzó contra el que se negaba a atacar a las dos chicas, el sujeto murió con la garganta destrozada.
"¡¿COOOLT?!" (vigia 4)
"¡Muere, monstruo!" (vigía 6)
Los compañeros del caído trataron de matar al lobo pero éste esquivó los ataques sin dificultad y respondió lanzándoles una gran llamarada de su hocico.
"¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHH! ¡MAMAAAAAÁ!" (vigía 4)
"¡AYUDA! ¡AYUDA! ¡AYUDA!" (vigía 6)
Los hombres comenzaron a responder, algunas flechas volaron hacia las dos chicas, pero eran bloqueadas por la que llevaba el escudo o esquivadas por la de cabello azul.
Antes de que pudieran continuar disparando, mas flechas provenientes del medio del bosque mataron a los arqueros.
"¡Ahí! ¡Entre los arbustos!" (vigía 7)
Uno de los arqueros logró encontrar al que los estaba matando, solo para ser el siguiente en morir por una de las flechas.
Uno de los vigías trató de atacar al joven de cabello blanco con el arco, pero fue detenido por un hombre mayor armado con una espada curva hecha de oro.
"¡No te dejare!" (hombre mayor)
"¡Muere!" (Vigía 8)
El vigía trató de apuñalar al hombre con un cuchillo, pero este esquivo el ataque dando una veloz vuelta y decapitó al agresor desde la nuca.
"Otro menos." (hombre mayor)
"Ya casi hemos acabado con los que están afuera, pero los gritos han atraído a sus compañeros... Comienzan a salir." (joven)
"¿Vienen todos?" (hombre mayor)
"La mayoría. Vienen 27 por la entrada principal y otros 16 por las otras grietas... Nos apegaremos al plan, voy a entrar a donde se encuentra Blair, ustedes encarguense de eliminar a las escorias, pero dejen con vida a algunos, sobretodo si los ven dar órdenes." (joven)
"Como ordene, mi señor." (hombre mayor)
"Aruh, ya hemos terminado. Capturamos a dos." (chica)
"Heoooo" (chica rosa)
Si, el grupo que había atacado a los vigías, o más bien, ladrones, eran Aruh, Naku, Cherry, Eugene y Barker.
La misión consistía en rescatar a Blair, quien se encontraba cautiva en la guarida de los bandidos y capturar a algunos para exigirles respuestas sobre el paradero de Fortuna.
"Estos tipos son basura... Escuché un poco de su conversación y me dio náuseas. Han estado abusando de Blair." (Naku)
"Con más razón debemos rescatarla y hacer pagar a estos infelices... Voy por ella, te encargo el resto a ti..." (Aruh)
"Haré lo posible por contenerme... Aruh, cambiemos de espadas, adentro debe de ser más difícil de maniobrar con la tuya." (Naku)
"Muy cierto, gracias Naku." (Aruh)
Los dos intercambiaron sus armas y Aruh se dirigió a una de las entradas de la base.
...
"¿Que está ocurriendo? ¿Por qué esos gritos?" (hombre)
Un tipo grande y muy musculoso, sentado en una silla elegante, como si fuera un rey, le preguntó a otros dos hombres que acababan de llegar a donde él estaba.
Al contrario del resto de la guarida, ese cuarto estaba muy bien decorado y las paredes habían sido talladas para darle un aspecto menos salvaje.
El hombre de gran físico que exigía respuestas debía ser el líder, su actitud, y una malsana carisma que lo rodeaba, dejaba en claro tal hecho.
"¡Nos están atacando! Los gritos provienen de la entrada." (guardia 1)
"¿Quienes son los tontos que nos atacan? No, más importante, ¿Como es que los guardias de avanzada no nos dieron la noticia de que venían tropas para aca?" (jefe)
"Lo ignoramos, jefe. Los enemigos aparecieron de la nada..." (guardia 2)
"¿Qué información hay de los atacantes? ¿Cuántos son?" (jefe)
"No se ha reportado nadie de los que estaban afuera, así que no sabemos. Hemos mandado a algunos hombres afuera para investigar." (guardia 2)
"Maldita sea, ¿Cómo fue que nos encontraron? ¿Gerso nos habrá delatado después de todo? No, con Desia aquí no se habría atrevido." (jefe)
El jefe de los ladrones se puso a pensar en las posibilidades, lo más seguro es que hubiera un traidor, fue lo que pensó. Frustrado, les dio una orden a sus hombres.
"Traiganme a Desia de inmediato... Denle la orden a todos de que salgan a combatir." (jefe)
"S-Sí, jefe." (Guardia 1)
Los dos hombres fueron a cumplir sus órdenes y abandonaron la habitación. Cuando se fueron, el líder se levantó y fue a un rincón, se inclinó y levantó una baldosa revelando un hoyo donde habían muchas monedas y joyas.
"Maldición, tendré que empezar de nuevo otra vez... Sin Gerso va a ser difícil hacerlo, pero con Desia y este dinero, lo conseguiré ¿A que región debería ir ahora?" (jefe)
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Mientras refunfuñaba, comenzó a poner los tesoros dentro de un saco y planear su escape, su plan era usar a sus propios subordinados como sacrificio y llevarse solo a una persona que consideraba importante. Si los invasores habían logrado acercarse tanto ya no tenía sentido quedarse.
"¿Quien habra sido el traidor? ¿En verdad habrá sido Gerso?" (jefe)
...
Los maleantes que estaban dentro de las cuevas salieron a repeler a los atacantes, si se habían acercado tanto posiblemente podría tratarse de un grupo de soldados con la intención de subyugarlos; pero ellos no tenían miedo, sus números eran grandes y conocían muy bien la zona, además de que la región no contaba con muchos soldados; si todos cooperaban junto con los vigías de afuera, podrían vencer. Lo que les preocupaba es que, aunque vencieran, su ubicación sería confirmada y mandarian a todo un regimiento en su contra, por lo que tendrían que establecerse en otro lugar.
Cuando salieron, lo que encontraron no fue lo que esperaban, sabían que habría bajas entre los vigías pero los encontraron muertos a todos, pero lo que les causó mayor sorpresa fueron los atacantes.
Esperaban encontrarse un par de brigadas de soldados, pero en lugar de eso, los invasores eran un peculiar grupo compuesto por un anciano, un monstruo con la apariencia de un lobo, y lo más importante de todo: dos mujeres sorprendentemente hermosas.
Una de ellas rivalizaba con la mujer que habian atrapado hace unos días y que fue mandada a vender; su cabello azul, piel clara, facciones finas, cuerpo bien proporcionado y mirada agresiva era todo perfecto, parecía esculpida minuciosamente por los dioses.
La otra mujer no era menos hermosa, su piel era de un singular color rosa, algo que nunca antes habían visto, un rostro hermoso y una figura que desencadenaría la lujuria de quien la viera, fuera hombre o mujer.
Pero incluso con la belleza que tenían las dos, lo normal sería estar prevenido de ellas; sin embargo, los bandidos sintieron sus bajos instintos despertar al verlas, sin tomar en cuenta que sus compañeros que estaban afuera habían sido asesinados.
"Vaya, ¿Que tenemos aqui? Pero si son dos bellezas que han venido a entregarnos sus cuerpos." (bandido 1)
"La de la piel rosa es bastante exótica y tiene muy buen cuerpo... Voy a divertirme mucho haciéndolo con ella." (bandido 2)
"Solo después de mi." (bandido 3)
"Deshagamonos del viejo y del perro y vamos por ellas." (bandido 4)
"¡¡¡Siii!!!" (bandidos)
Sin ninguna estrategia en mente y cegados por su lujuria, varios de los bandidos se lanzaron al ataque contra Eugene y Barker, pero sus cabezas rodaron y sus cuerpos fueron partidos a la mitad por las dos chicas a las que querian violar.
Los compañeros que se quedaron atrás o que comenzaban a salir sintieron escalofríos al ver la escena, las muertes de los estupidos que se habían dejado llevar por sus deseos les hicieron darse cuenta de la realidad, que los vigías afuera habían sido asesinados por esas dos.
"¿Piensan venir... O correr? Ambas acciones darán como resultado sus muertes." (Naku)
Los ladrones se sintieron asustados por las palabras de Naku, pero ese miedo se convirtió en enojo. La dejaron de ver como mujer, si no lo hacían no tendrían la determinación necesaria para matarla y si no iban con tal meta, sus muertes serían seguras.
"¡Matenla! ¡Maten a esas dos malditas junto con el hombre y el monstruo!" (bandido 5)
"Barker, no mates a ese... Atrápalo con vida." (Naku)
"Harrrrrrr" (Barker)
Los ladrones se lanzaron todos contra Naku y los demás, pero fueron recibidos por la muerte. Naku pasaba entre los ladrones y los iba cortando uno por uno, cada ataque era certero y no requería de otro para acabar con la vida de cada víctima.
Eugene decia que sus dias de gloria como combatiente habian quedado atras, pero no era del todo cierto, gracias a los entrenamientos que recibía de Aruh, sus habilidades habían mejorado mucho y le era fácil matar a los enemigos que lo atacaban. Su hermosa espada dorada cortaba sin dificultades el músculo y los huesos, y era perfecta para su técnica de esgrima, que consistia en decapitar al adversario.
Por otra parte, Cherry hacía gran uso de su fuerza física para rebanar a los ladrones por la mitad. Sus habilidades con la espada no eran tan buenas como las de Naku o las de Eugene, pero su poder compensaba esa debilidad; la armadura y el escudo que le había dado Aruh repelía todos los ataques en su contra, pero a medida que peleaba cada vez dependia menos de ellos y comenzaba a esquivar los ataques con mayor regularidad. Cherry era muy lista y aprendía muy rápido, llegó un momento en que sus movimientos se asemejaban mucho a los de Aruh.
"¡Son demonios!" (bandido 6)
"¡No podemos ganar! ¡Huyan!" (bandido 7)
Viendo que incluso con sus números era imposible abatir a Naku y a los demás, los ladrones decidieron huir, pero vivir no era una opción que tenían.
Barker se encargaba de herir a los bandidos que huían mientras se dirigía al ladrón que Naku le había ordenado capturar.
"¡No te acerques!" (bandido 5)
El hombre trató de alejarse de Barker mientras le arrojaba las cosas que llevaba consigo, piedras o ramas, pero nada podía detener al ente, que en un rápido movimiento, lo derribó y le mordió los pies, cercenándole los tendones y músculos para evitar que pudiera huir.
"¡Noooo! Alguien que me ayude." (bandido 5)
"No hay nadie que venga a ayudarte." (Naku)
Al levantar la vista, Naku estaba frente a él, y al mirar los alrededores pudo darse cuenta del significado de sus palabras.
Todos los bandidos, cada uno de los hombres que hasta hace poco eran el terror de la región, yacían muertos y esparcidos por todo el lugar.
"¿Que... Que pesadilla es esta?" (bandido 5)
"¿Pesadilla? La pesadilla es la que tu y tus amigos le han estado causando a nuestras amigas... Dime, ¿A donde llevaron a una linda chica llamada Fortuna Dewell?" (Naku)
"¡No la conozco, lo juro!" (bandido 5)
Naku enterró su espada en la mano derecha del hombre, quien soltó un gran grito.
"Haz memoria, basura. Una hermosa joven de cabello rubio que venía con la chica pelirroja que tienen apresada." (Naku)
"Si...Si, ya la recuerdo... Por favor basta... Les diré todo... El jefe dio la orden de venderla... Gerso se la llevó para que ninguno la fuera a tocar hasta el dia de la subasta..." (bandido 5)
"¿Y en donde está ahora?" (Naku)
"Yo no lo sé, es el jefe el que lo sabe... Por favor, deje que me vaya, no volveré a..." (bandido 5)
"Dime dónde está tu jefe." (Naku)
"Adentro, al fondo de la guarida." (bandido 5)
Luego de obtener la información que buscaba, Naku golpeó al bandido y lo dejó inconsciente.
"Atalo y ponlo con los otro, aún pueden tener información importante." (Naku)
"Si, mi señora... ¿Irá con el señor a ayudarle?" (Eugene)
"Voy a buscar en los alrededores por si tienen una ruta de escape, tú y Cherry esperen aquí y cuiden por sí siguen viniendo más ladrones... Barker, ¡Ven conmigo!" (Naku)
"Harrr" (Barker)
Barker asintió con un gruñido y fue detrás de Naku al interior del bosque.