Capítulo 96: Antes de la fiesta...
Tras sacarles toda la información que tenían, dejamos a los Desertores bajo la jurisdicción de los agentes, quienes a su vez los transportaran a una cámara de tortura, no en la capital del reino, sino en la de la región: la ciudad de Tokota.
El Señor de la región simpatiza con los ideales de tolerancia del reino; en otras palabras, pertenece a la facción del rey. Podul, sus dos compañeros y los agentes de Jimama (aparte de las tres custodias de Perik) se encargarán de llevarlos junto con la caravana del Señor, ya que la orden de caballeros más fieles y fuertes será la que lo escolten, disminuyendo así las probabilidades de que los prisioneros sean liberados por otros cómplices.
Mientras permanecen en la ciudad, los Desertores estarán presos en el sótano de esta mansión… No me siento cómodo teniéndolos bajo mi mismo techo, no por temor de que traten de escapar o aún queden miembros libres que traten de rescatarlos, ya que podemos repelerlos… Lo que me molesta (y no solo a mí, sino también a las chicas) es que no nos sentiremos cómodos haciendo el amor con ellos aquí.
“No pongan esas expresiones… Imaginen que son ratas que apresaron. Vamos a tenerlos bien callados hasta que sean llevados a Tokota.” (Dob)
Dob ya nos conoce y sabe del motivo por el cual no estamos tan de buen humor.
“De lo que deben preocuparse es del señor Dewell y sus compañeros… ¿Ha pensado en cómo recurrirá a su intimidad con sus chicas milagrosas?” (Dob)
Es cierto que con las miradas sobre nosotros no podría llevar a Hasos, Calse, Nana, Iveris y Medea a nuestra tienda por que son consideradas monstruos… Salvo que quiera tener una reputación extraña con el señor Allan.
“Tendré que ser discreto.” (Aruh)
Tengo dos opciones: arriesgarme a llevarlas a la tienda, o bien, separarlas del grupo y ser yo quien me escurra bajo el abrigo de la noche para visitarlas y tener intimidad con ellas.
“Así que abstenerse por un tiempo no es una opción…” (Dob)
Con esa queja, Dob nos acompañó fuera de la sala de interrogación.
Varetsi y Mitena ya habían llegado de dejar a la señora Sageon, además de que Fortuna terminó con su ‘entrevista’ de los ladronzuelos que atrapé en la redada.
Solo tres de ellos pasaron la prueba de Fortuna y se les permitirá trabajar para el proyecto… en puestos importantes. Todos iban a ser reclutados.
Ninguno de los crímenes de ese grupo superaba el de robar comida del mercado o dinero de los bolsillos de ciudadanos incautos…
No queria darles los castigos que existen para tales cargos, que según las leyes de Eralgia, pueden ir desde la venta del criminal como esclavo hasta la mutilación.
Espero apelar por ellos y que no tengan que sufrir demasiado... Con el proyecto deseo expiar sus crímenes.
Es muy difícil tratar de cubrir todos los problemas a la vez, así que comenzaremos con un orfanato para los niños y una pequeña clínica.
Los tres seleccionados para los mejores puestos iban a ser Gatolfo y dos chicos de raza humana, su trabajo consistiría en cuidar los medicamentos de la clínica.
Los demás estarían en puestos auxiliares…
“Todos aceptaron trabajar en el proyecto… Creí que encontraría al menos a algún opositor o a un elemento que pudiera representar un peligro potencial… Pero todos estaban tan felices…” (Fortuna)
“Si… Sus ojos brillaban de esperanza.” (Megan)
“Fue un poco difícil seleccionar a esos tres… Todos en el grupo suplicaron que les dejáramos formar parte de la empresa y se veían tan… Honestos.” (Fortuna)
Fortuna y Megan nos dieron sus impresiones sobre los ‘entrevistados’. No fue por miedo a mi persona o a los castigos que podrían recibir si se negaban lo que les hizo pedir unirse al proyecto, sino por lo bondadoso que era el gesto.
“¿La compañía que quiere crear ya tiene nombre, señor Hydran?” (Dob)
“Si, se llama ‘La manta de la misericordia’…” (Aruh)
…
“...todavía faltan muchos puestos importantes por cubrir, me tomaría dos días encontrar a buenos elementos pero espero acelerar las cosas en la fiesta de esta noche…” (Fortuna)
Continuamos conversando sobre el proyecto de ayuda social mientras salíamos del sótano cuando nos encontramos con Mitena y Varetsi. Ellas venían a ver cómo estábamos y como salieron las cosas en los interrogatorios.
Tras recibirlas amorosamente, las pusimos al tanto…
“Es grandioso que todo saliera bien al final… Aunque me sigue sorprendiendo lo bajo que pueden llegar a ser los compañeros de Richard.” (Mitena)
“Por ahora fueron frustrados los planes de hacer que la región entrara en caos, sin embargo, eso no quiere decir que no quieran volver a intentarlo…” (Alice)
“Es cierto. Sin embargo, los agentes y la milicia se encargaran de que eso no suceda, ¿verdad, Dob?” (Naku)
“Efectivamente. Nos mantendremos alertas para seguir frustrando cualquier otro intento.” (Dob)
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“Aunque primero me gustaría que idearan planes para no ser capturados…” (Aruh)
Mi pequeño comentario de broma hizo que Dob se quedara mudo por unos instantes…
“Aruh, ¿Te habrás excedido?” (Fortuna)
“No lo creo, le he dicho cosas peores… Y casi lo mato una vez, un pequeño chiste sobre su incompetencia no debería de hacerlo sentir mal.” (Aruh)
“Le aseguro que no volverá a pasar… Esta vez los enemigos tuvieron suerte, pero los agentes al servicio de Su Majestad somos la mejor élite que existe… No solo somos astutos, sino adaptables y fuertes… Aprendemos de nuestros ocasionales errores, convirtiendo nuestras debilidades en fuerzas. Puede estar tranquilo, ya que enemigos como los Desertores de la Ruina son solo una piedra en el zapato que… ¿A donde van?” (Dob)
“Comenzaste a dar uno de tu discursos largos y debemos prepararnos para la fiesta… Al menos ya sabemos que estas bien.” (Aruh)
Dejamos a Dob atrás mientras nos dirigiamos a la entrada de la mansión. Primero íbamos a recoger a Agatha y a Úrsula para después nos dirigirnos a los baños donde nos esperan Kristera y Elin para tomar una ducha juntos.
Los mercenarios que montaban guardia los miraron con curiosidad pero no les prestamos atención.
Cuando llegamos a los establos, encontramos a Úrsula y a Agatha cepillando a Calse y a Iveris respectivamente.
“Ah, joven Aruh, chicas… ¿Es hora ya de prepararnos?” (Agatha)
“Si, hay que bañarnos y vestirnos… Dentro de poco vendrán unos carruajes a recogernos.” (Aruh)
“Entonces el cepillado termina por hoy, nosotras nos encargaremos de limpiarnos.” (Hasos)
Pero en lugar de detener a Agatha y a Ursula, tomé un cepillo.
Comencé a limpiar el pelaje de Hasos son suavidad, ella dejó escapar un leve gemido.
“¿Amo~?” (Hasos)
“Todavía tenemos algo de tiempo hasta entonces… Quiero aprovecharlo con ustedes cinco.” (Aruh)
Parecía como si corazones flotaran alrededor de Hasos. Agatha asintió feliz a mis palabras y continuó cepillando a Iveris… Siguiendo mi ejemplo, Naku tomó otro cepillo y fue con Nana.
Los días de acampada no habían terminado, al menos no el ambiente entre nosotros. Era poco el tiempo que podía pasar al lado de mis chicas, pero aparte de tener sexo, usábamos nuestro tiempo libre en convivencia y muestras de afecto.
Ahora que vamos a partir de Jimama y continuar nuestros viajes, primero a Menat, luego a Igy y después a rumbos que depare el futuro, espero tener muchos momentos de calidad con todas…
Mitena y Cherry me ayudaron con Hasos; el cepilleo era una sensación agradable que se reflejaba en el rostro de mi querida cireta... Pero no solo en ella, sino también en Calse, Iveris y Nana, quienes estaban siendo también consentidas…
“Brillan de forma tan bella.” (Megan)
“Lo haces muy bien, Megan… A Medea le gusta tu técnica.” (Fortuna)
Como las escamas de Medea no podían limpiarse con un cepillo, Megan, Fortuna, Schelt y Titanya limpiaban su cuerpo con frazadas y un aceite especial… Tal como Fortuna había dicho, Medea disfrutaba de la manera en como Megal limpiaba las escamas de sus brazos.
Sintiendo curiosidad, Regis asomó su cabeza desde donde se encontraba descansando: un espacio donde dejar un acorazado. Dado el tamaño de algunos de mis entes (y él en especial) las caballerizas y los truncheles* para otros animales de carga son lugares muy pequeños para descansar.
Sus escamas estaban muy limpias y brillantes, miré a Agatha, quien me respondió con una señal afirmativa… Pudo limpiar a Regis en tan poco tiempo…
“¡Es tu turno, Barker!” (Ursula)
Barker, quien hasta ahora se hallaba cuidando de los prisioneros, no había recibido su correspondiente cuidado, fue atendido por Ursula… Y para facilitarle el trabajo a ella, se echó en el suelo.
…
“¡Somos los escoltas que vienen a recoger al señor Aruh Hydran y a sus acompañantes a la fiesta que organizará el alcalde en su honor!” (escolta)
Un grupo de soldados llegó a la mansión escoltando seis carruajes de gran tamaño. No eran tan elegantes como en el que viajaron el señor Allan y su hijo, pero eran vehículos en los que un noble no se sentiría avergonzado de ser transportado.
Las puertas se abrieron y salí en compañía de mis chicas.
Los escoltas eran soldados bien entrenados, pero sus rostros reflejaban un profundo asombro… Quizás por el brillo de nuestras armaduras o por la belleza de mis amadas.
“¡Hombres! ¡Saluden!” (escolta)
El líder logró reaccionar y llamó a sus compañeros para que mostraran sus respetos.
“Estaremos en su cuidado.” (Aruh)
No hay vehículo que pueda llevarnos a todos al mismo tiempo, así que por acuerdo de las chicas en situaciones de este tipo donde se involucren reuniones sociales, viajaré en compañía de Naku y Fortuna, mis dos esposas.
También vendrían el señor Allan, el joven Richter y la jefa de los mercenarios con nosotros en el carro.
Tras haber abordado todos los carros, fuimos llevados a la mansión que usaba el Señor de la región en sus visitas a la ciudad. Nos dieron el anuncio de su llegada mientras pasábamos el tiempo cariñosamente en los establos, y fue la noticia que tuvo que hacer que nos detuvieramos… No sin tener sexo antes. Tuvimos que ser muy cuidadosos en no hacer mucho ruido para no levantar sospechas con los mercenarios.
“Fortuna… Joven Aruh… Me disculpo por mi comportamiento de hace rato…” (Allan)
El señor Allan rompió el silencio que hubo en el vehículo tras abordarlo… Fue una disculpa que me tomó por sorpresa antes de que yo o el joven Richter pudiéramos empezar una conversación.
“¿Puedes ser más específico, padre?” (Fortuna)
Un aura de severidad cubrió a Fortuna mientras miraba tranquilamente pero con ojos amenazantes al señor Allan.
“Si… Por haberme enojado con el joven Aruh de que los ladrones las capturaran a ti y a Blair. Nos informaron de antemano que fueron el y la señorita Naku quienes las rescataron… pero no fue suficiente para aclarar mi mente llena de humo… Fui un tonto.” (Allan)
“Me alegra de verlo al fin, señor Allan… Hasta ahora estaba con la creencia de que algún monstruo lo estaba controlando.” (Aruh)
“Lo estaba, el monstruo de la estupidez se apoderó de mí… Siento que lo ha hecho desde que nos mudamos a Silvertha.” (Allan)
La mirada del señor Allan se centró en Fortuna, quien continuaba viéndolo con severidad, ante lo cual solo podía suspirar de preocupación.
“Acepto sus disculpas. Mi deseo es llevarme muy bien con usted, ya que es el padre de mis dos amadas.” (Aruh)
“Esa gallardía lo caracteriza desde pequeño… Aunque yo lo recuerdo un poco más tímido. En aquellos tiempos Fortuna y yo casi tuvimos que obligarlo a que la aceptara como prometida, y ahora la defiende no solo a ella como su esposa, sino a mi otra hija, Blair, como su concubina… ¡Como pasa el tiempo!” (Allan)
Es cierto, recuerdo con mucho cariño la primera vez que vi a Fortuna y el beso que me dio… Desde ese momento se podría decir que mi resistencia a tener más de una mujer comenzó a romperse…
Miré a Naku, ella asentía orgullosa, quizás recordando ese momento también.
“Richter me contó que todas las mujeres a su lado son sus concubinas también… Ahora que lo pienso, era algo obvio dada la manera en que lo miraban.” (Allan)
‘17 mujeres en total… Me ha superado por mucho’ agregó tratando de rascarse la barbilla.
De hecho son más de las que creé.
“Tu madre va a desmayarse cuando se entere, Fortuna…” (Allan)
“Eso no me preocupa… Puede que tu y ella crean que estoy siendo ingenua y debo separarme de Aruh, pero no pienso hacerlo.” (Fortuna)
“Yo tampoco voy a dejar a Fortuna o a Blair. Lo dejé en claro antes pero ahora reafirmo mi convicción de estar con ellas sin importar quien se oponga.” (Aruh)
Aunque me encantaría recibir la bendición de sus familiares.
“No está de más decir que también me rehuso a que nos arrebaten a alguna de las dos.” (Naku)
“...Sobre eso, me retracto de mis palabras. Voy a apoyar la relación que tiene con mis dos hijas.” (Allan)
El joven Richter esbozó una sonrisa de éxito ante la declaración de su padre…
“También te ayudaré a transmitirle tus deseos a tu madre… Va a ser difícil y aterrador…” (Allan)
No creo que el señor Allan lo haya dicho en forma de chiste… Lo vi temblar.