Capítulo 91: El exterminio (segunda parte)
Cuando regresamos a la mansión, fuimos recibidos con preocupación por estar cubiertos de sangre, y rápidamente revisados por Desia.
Al verificar que estábamos bien, dio un suspiro de alivio. También feliz de que estuviéramos bien, Schelt nos pidió nuestro equipamiento para limpiarlo.
Me alegré de saber que todas estaban bien, los asaltantes sólo nos atacaron a Naku y a mi… Su plan estaba bien pensado y actuaron rápidamente cuando se enteraron de que me separé de la mayoría del grupo… Pero estaban presurosos y cometieron varios errores en la ejecución (principalmente subestimarnos).
“Deje a este maleante en mis manos. Le sacaré todo lo que sabe, mi señor.” (Eugene)
“Esta vez puede ser más difícil… Estos tipos recibieron un buen entrenamiento y dieron sus vidas sin echarse atrás pese a la diferencia de poder.” (Naku)
“Aun así deje que lo intente, mi señora…” (Eugene)
Eugene no parecía estar cómodo con torturar a este hombre, miró de reojo a Keeva con una expresión de tristeza.
“¡Fyaaa!” (Lempo)
Pero Lempo se interpuso entre Eugene y el hombre que capturamos…
“¿Lo harás tu, Lempo?” (Aruh)
“¡Fyaa!” (Lempo)
Una respuesta afirmativa… No tengo una certeza clara de sus métodos pero me imagino que no serán adecuados para que las chicas, Eugene, Keeva y To lo vieran… Así que les pedí que nos dejaran a los tres solos…
...Y mi juicio fue correcto, ¡Los métodos de Lempo fueron aterradores! Voy a tener pesadillas por verlos.
Sintiendo que me había asustado, Lempo se lanzó a mis brazos, estaba claramente preocupada de que la viera con malos ojos. Acaricié su cabeza para tranquilizarla.
“Se necesitaría algo infinitamente peor que lo que acabo de ver para que deje de amarte, Lempo...” (Aruh)
Lempo asintió con una bella sonrisa.
Antes de dejar pasar a alguien, le pedí a Naku que trajera a Arachne para envolver los restos y poder deshacernos de ellos…
“¿Qué fue lo que averiguaron?” (Naku)
“La razón por la que nos atacaron no se debe a que descubrieran la verdad detrás detrás de mi psicometría como habíamos pensado… Sino por Regis.” (Aruh)
El arquero del grupo que nos atacó era un infiltrado en las fuerzas locales y se enteró por parte de la brigada (el chico lizardon para ser más exactos) de que contábamos con un dragón… Eso los asustó y los hizo formular un plan para deshacerse de mí, su dueño y principal protector de Naku.
Mataron a la verdadera brigada que vendría a recogernos y esperaron a que me separara de Regis para así llevar a cabo su plan de asesinarme.
Pero como sospechaba: estos tipos pertenecían a los Desertores de la Ruina…
Muchos integrantes llegaron a Jimama recientemente y formaron un equipo para mantenernos vigilados y llevar a cabo otros planes… pero este tipo no los conocía.
El líder al que matamos no era el verdadero... Él estaba en una guarida en los barrios bajos.
“Hay más miembros de los Desertores en la ciudad… Tienen a Dob y a otros agentes como prisioneros.” (Aruh)
“Señor Aruh, ¿Que hay de Perik?” (Keeva)
“Si lo tienen hay que hacer algo para salvarlo.” (Eugene)
“Estos tipos saben de él pero no lo encontraron… Pero no está a salvo, se convirtió en un blanco a capturar.” (Aruh)
“Mi señor, voy a sonar egoísta aun con todo lo que ha hecho por mi y por Keeva, pero yo quisiera…” (Eugene)
“Si, lo entiendo. Yo también… Hay que ponerlo bajo nuestra protección, y salir a cazar a esas ratas que vinieron a buscar pelea…” (Aruh)
Recibí miradas de determinación y felicidad por mi respuesta…
“Hay un par de cosas por hacer… Incluyendo rescatar a Dob y a los demás agentes…” (Aruh)
“Claro, todas vamos a ayudar, ¿Cierto?” (Blair)
“¡Si!” (Todas)
“Esto va a ser muy peligroso... Recuerden que son enemigos entrenados a los que nos enfrentamos esta vez…” (Aruh)
“No recibimos el entrenamiento de la señorita Naku y de To por nada… Comparado con ello, esto será más sencillo.” (Blair)
“Ciertamente.” (Mitena)
“Kah, kah, kah… ¡Me alegra haber sido de ayuda!” (To)
Suspiré aún preocupado… Pero debía confiar en mis chicas y en mi equipo.
“¡Muy bien! Les detallaré toda la situación y los pasos por tomar.” (Aruh)
…
Nos dividimos en cinco grupos.
El primer grupo, compuesto por Desia, Cherry, Alice, Fion, Keeva, Eugene y Barker iría a la base secreta de los agentes en la zona externa de la ciudad para buscar a Perik y protegerlo… Ya que los Desertores no lo encontraron aquí en la zona interna de la ciudad, imagino que debe estar en ese lugar.
El segundo grupo estaba formado por Naku, Lempo, Medea, To y Arachne, su misión era ir a donde estaban prisioneros Dob y los agentes.
Hasos, Varetsi, Fortuna, Calse, Nana, Iveris, Ursula, Elin y Schelt serían el tercer grupo y esperarían en la mansión al señor Allan para protegerlo en caso de que hubiera más enemigos al acecho.
El cuarto grupo lo conformarían Agatha, Mitena, Kristera, Titanya y Blair; ellas asistirían a la celebración de la brigada y a informar al alcalde de lo ocurrido…
Y finalmente, Quetzal, Regis y yo uniríamos fuerzas en el quinto grupo para ir a los barrios bajos a visitar la base de los Desertores de la Ruina.
“Aruh… No te contengas.” (Naku)
“Entendido… Y tu no olvides reprender a Dob y sus amigos por lo incompetentes que son, Naku.” (Aruh)
“Todas y todos sigan la misma instrucción que le di a Aruh… No muestren compasión por sus enemigos.” (Naku)
Con determinación en nuestras mentes y con el espíritu en alto, nos separamos para cumplir nuestros objetivos.
…
Algunos guardias se espantaron cuando Regis, Quetzal y yo saltamos el muro… Pero siendo que la existencia de Regis estaba vinculada a los héroes de la región, no nos atacaron.
Aunque Regis puede volar, sus escamas son tan afiladas que no puedo montarlo… Eso sin mencionar la cordillera de púas venenosas que le salió en la espalda.
De todas formas, me sujeté de sus patas y así los tres descendimos desde lo alto a los barrios bajos…
Sus inquilinos no habían ido a la proclamación de héroes de la brigada, así que nuestro descenso tuvo mucho público…
Esta parte de la ciudad reflejaba la decadencia aún presente en un país abundante como lo era Eralgia… Niños desnutridos, calles sucias, enfermos, vagabundos…
Era peor que el mercado de esclavos… Había personas que no reaccionaron ante la presencia de entes tan imponentes como Regis y Quetzal. Estaban sumidos en su desesperación y abandono.
Tengo que hacer algo… Debe haber una manera de ayudar a mejorar esta parte de la ciudad y ayudar a los que aquí viven… Pero por ahora tuve que hacer esos pensamientos a un lado. Me dirigí en compañía de mis entes a donde estaba la base de los desertores…
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Se trataba de un edificio pequeño y en ruinas… Una fachada. Había dos grandes habitaciones debajo del suelo unidas por un túnel y muchas presencias…
No era una misión furtiva… Los vigías nos vieron y dieron una alarma por silbidos.
“Regis… Quédate aquí afuera y caza a los que intenten huir. No vayas a usar tu aliento o tu magia, causarias muchas muertes inocentes.” (Aruh)
Regis plegó sus alas para enfocarse en sus habilidades terrestres...se lanzó sobre uno de los vigías y le clavó su aguijón de la cola en un brazo… Paralizándolo.
“Excelente idea, Regis… Si puedes capturarlos con vida, mejor.” (Aruh)
No había ningún problema si los mataba, pero capturarlos tampoco estaba mal… Teníamos muchas preguntas por hacer..
Prometí que no me contendría… Así que van a tener que esforzarse por no morir.
“¿Quien eres, maldito?” (hombre rudo)
Como si hubiéramos agitado una colmena de abejas, muchas personas salieron no solo de la base enemiga, sino de muchos otros edificios a nuestro alrededor… Pero al contrario del porte profesional y buen entrenado de los militantes de la organización de los Desertores, todos se veían como criminales de poca monta.
“¡No bienez y te metez kon nozotroz, ‘diota!” (criminal 1)
“¡Monstruo! ¡Miren! ¡Un monstruo!” (criminal 2)
Regis causó miedo entre los delincuentes el momento que fue visto.
“Vengo por un hombre que es conocido como ‘Piedra del Castigo’ y por todos sus seguidores… Si ustedes solo fueron contratados por ellos y no tienen otro vínculo, les perdonaré la vida y solo los entregaré a las autoridades… Pero para que eso pase, tienen que rendirse por las buenas… Nada de pelear o tratar de huir.” (Aruh)
“Kurrrrhh” (Quetzal)
Quetzal avanzó y erizó sus plumas mientras abría sus fauces llenas de pequeños pero agudos dientes. Su tamaño no era tan grande como el de Regis, ya que solo medía unos 90 centímetros de altura… Aun así, los maleantes que nos rodeaban retrocedieron.
“Entonces a quien vienes a buscar es a mi, ¿verdad?” (¿?)
Una voz vino de mi izquierda, pero sentí una presencia acercarse desde mi derecha a gran velocidad… Trataba de aprovechar mi punto ciego para atacarme, a lo que respondí con una patada, la cual fue evadida.
El atacante no se echó para atrás, sino que trató de ir por mi cuello, más desistió cuando desenvainé mi espada y lancé un corte.
“Tch, eres un maldito muy hábil… Si no me hubiera hecho para atrás me habrías cortado a la mitad.” (¿?)
“Pues tu también tienes buenos reflejos para haber escapado solo con una herida superficial.” (Aruh)
Mi ataque logró alcanzar su abdomen, aunque solo le causé un rasguño.
Fue inteligente al retroceder.
“¿Y qué hay con esa espada? Atravesó mi armadura como si fuera nada.” (¿?)
“No tengo porque decirtelo, Piedra del Castigo.” (Aruh)
“Increíble… No solo pudiste sobrevivir al ataque, sino sacarle información a algunos de mis hombres.” (Piedra del castigo)
Piedra del Castigo era como el sujeto al que interrogados había descrito: un hombre humano de mediana edad de complexión delgada y baja estatura con un garfio en su mano izquierda… Creí que siendo un miembro importante de su organización, usaría algo para cubrir su rostro como lo hacen los agentes como Dob, pero no era así.
No parecía preocuparle que su rostro fuera visto.
A salir, me ahorró la molestia de entrar por él.
“No fue difícil matarlos, fueron muy obvios y no se molestaron en limpiar su aroma a sangre… ¿No conocen algo llamado jabón? Se está volviendo muy popular y una necesidad básica…” (Aruh)
“Bajate de tu caballo de arrogancia, naga… Tu cabeza rodará este día.” (Piedra del castigo)
Tras amenzarme, dio un salto hacia atrás y me apuntó de manera acusadora.
“¡Este es el famoso cazador de ladrones y héroe de Goldtree! Si lo matan se volverán temidos por toda la región y podrán cumplir sus sueños de superar a Ponzoña.” (Piedra del castigo)
Tales palabras elevaron el ánimo de los delincuentes, cuya ambición por querer reemplazar a los malditos de esa banda se hizo evidente.
Piedra del castigo debio reunirlos para usarlos como carne de cañón… O quizás para algo más, algo me hacía sospechar que se traía algo entre manos consiguiendo a tantos bandidos y criminales como secuaces… Siendo que, aunque muchos eran humanos, también había miembros de otras razas, como elfos y kekats.
...La facción de los idiotas odia tanto a los no humanos que no trabajarian con ellos. Se me ocurre una razón, pero tendría que confirmarla sacandoles la verdad.
“Si las mujeres se concentran en atacarlo, no podrá hacer nada…” (Piedra del castigo)
“¿Tratas de usarnos a las mujeres como escudo?” (delincuente mujer 1)
“Si, ¿O prefieren enfrentarse a los monstruos?” (Piedra del castigo)
“Esta bien, si yo lo mato me convertiré en la líder de la banda de ladrones mas grande de todas.” (delincuente mujer 2)
Mientras hacían sus planes, liberé un poco de mi sed de sangre sobre todos los criminales.
“Abstenganse de pensar que no me defenderé de las mujeres… No soy tan estúpido como para no matar a un enemigo solo por su sexo, ¿Oyeron?” (Aruh)
“Pensándolo bien… Creo que mejor me rindo.” (Criminal 3)
“Si, yo también. No quiero morir…” (delincuente mujer 3)
Muchos de los delincuentes tiraron sus armas, sorprendiendo a Piedra del castigo…
“Eso pasa por confiar en bandidos de porquería… Soldados, ¡Demos nuestras vidas para matar a este desecho!” (Piedra del castigo)
Las personas que no se rindieron debían ser los Desertores bajo el mando de Piedra del castigo… Pero muchos cayeron bajo una ráfaga de proyectiles de piedra y agujas venenosas.
“¡Regis! ¡Quetzal! ¡Encarguense de estos tipos! Déjenme al líder.” (Aruh)
Los barrios bajos se convirtieron en un campo de batalla. Los criminales que se rindieron fueron a buscar refugio y muchos ayudaron a las personas inocentes que no habían hecho nada por intentar huir… Asombroso y cautivador, me repensaré sobre lo de verlos como gente mala.
“Entonces… ¿Vienes por mi tu solo? Lo de creerte especial lo tienes bien arraigado en la cabeza, ¿verdad? Deja que te muestre el verdadero potencial de un humano, naga.” (Piedra del castigo)
No estaba mintiendo sobre sus habilidades… Era muy bueno.
Ataques rápidos y precisos llenos de fintas difíciles de prever. Me fue difícil contraatacar, y cuando lo hacía, mis ataques eran evadidos.
El corte en su abdomen estaba sanando, usó un medicamento durante la batalla para deshacerse del impedimento que la herida representaba.
“¿Sorprendido? Vas a necesitar más que un simple rasguño para ponerme en desventaja.” (Piedra del castigo)
Un atacante trato de tomarme por sorpresa mientras Piedra del Castigo alardeaba… Pero el oportunista fue interceptado por la cola de Regis y mandado a volar.
“Tienes sangre de demonio para controlar a esos monstruos.” (Piedra del castigo)
“Solo la que está en mis manos.” (Aruh)
Esta vez yo tomé la iniciativa y lancé una serie de ataques, los movimientos de Piedra del Castigo se volvieron muy predecibles tras recibir sus ataques… Él se dio cuenta y comenzó a tratar de poner algo de distancia, pero lo impedí al patear una piedra como si fuera un balón para usarlo como proyectil.
La piedra le dio de lleno en el abdomen… Fue un golpe fatal.
“¡Imposible! Bluuurrrg…” (Piedra del castigo)
Cayó al suelo y vomitó sangre… Sus órganos fueron gravemente dañados y no le quedaba mucho tiempo de vida.
“¡Maldito naga!” (Desertores)
Un trío de sus hombres vieron que lo hice caer y vinieron en mi contra. Regis y Quetzal los vieron pero más desertores se pusieron frente a ellos para impedir que interfirieran… Fueron valientes pero no duraron ni dos segundos, aunque fue suficiente tiempo como para permitirme acabar con los tres desertores por mi cuenta.
Desgraciadamente, mientras me encargaba de la interferencia de sus hombres, Piedra del Castigo cometió suicidio para evitar ser capturado.
“Muy listo.” (Aruh)
Miré a mis alrededores en busca de la segunda persona más importante: una mujer con el sobrenombre de ‘Cazadora de los sucios’... No la vi por ningún lado, quizás deba estar dentro de la guarida… Aún hay presencias debajo de mis pies.
“Iré dentro después de todo…¡Quetzal! ¡Abreme camino hacia abajo!” (Aruh)
Una grieta se abrió en el suelo, con el gran control sobre la tierra que Quetzal había alcanzado durante el entrenamiento; en este terreno, algo como un pasaje directo sin riesgos de derrumbe, fue muy sencillo.
Quetzal fue de mucha ayuda para los grupos a los que se unió en la mazmorra; pero abrir huecos perfectos sin riesgo de derrumbe en piedra tan sólida gastaba mucho de su hetros, así que no pudo acompañarme a buscar a Grezocalix…
“¡Gracias Quetzal!” (Aruh)
“¡Espera, maldito!” (Desertor 1)
Un desertor trató de impedir que bajara por la grieta, pero lo ultimo que vi de él tras saltar al interior de la guarida fue como Quetzal le saltó encima y le mordió el cuello.
Esperaba una bienvenida poco cálida de los enemigos que seguían dentro y así pasó… Fui recibido con lanzas y flechas, pero de inmediato encontré a la persona que buscaba.
“¡Es el naga! ¡Matenlo!” (Cazadora de los Sucios)
Al mando de 20 subordinados, Cazadora de los Sucios respondió muy rápido ante mi repentina aparición… Era una mujer muy bella y joven, aunque su mirada era pesada y tenía cierto aire de maldad a su alrededor.
“La segunda al mando, ¿verdad?” (Aruh)
“¡Disparen!” (Cazadora de los sucios)
Una oleada de flechas fue disparada en mi contra, pero mi escudo y armadura pudieron repelerlas todas.
“¡Lanzas! ¡Formación puerco espín!... ¡Segunda oleada! ¡Fuego!” (Cazadora de los sucios)
Los diez lanceros se pusieron en una formación de fila doble. Los primeros cinco posicionaron sus lanzas a baja altura, y los cinco detrás, a altura media… Después de la segunda oleada de flechas, corrieron hacia donde me encontraba…
El túnel donde combatiamos era angosto, así que la formación era muy buena… Además, venían enemigos también desde mi espalda… Fui atrapado en un ataque de pinza.
“Perdonen… Necesito pasar.” (Aruh)
Bajé mi cuerpo lo mas que pude, y puse mi escudo delante de mí en un ángulo ligeramente inclinado hacia arriba. Con gran fuerza, me lancé como un proyectil y rompí la formación del enemigo.
Las lanzas en mi trayecto fueron desviadas gracias a la inclinación del escudo, y el poder de mi embestida fue suficiente como para lanzar a los que estaban en mi camino contra algunos de los arqueros… Tuve cuidado de no alcanzar a Cazadora de los Sucios.
Aterricé justo en medio de los lanceros, y a esta distancia, no tuve problemas en matarlos con mi espada.
“¡Imposible! ¿Por qué tiene tanta fuerza?” (Cazadora de los sucios)
“Como mis vegetales.” (Aruh)
Con seis guijarros maté a los arqueros restantes y le di a Cazadora de los Sucios en un pie para derribarla, para después rápidamente acercarme a ella y noquearla.
“¡Ahi esta!” ¡Tiene a Cazadora de los Sucios!” (Desertor 2)
Los Desertores que trataron de atacarme desde la retaguardia llegaron y me vieron con Cazadora en mis brazos.
Asentí como despedida y salté por la grieta por donde entré.
“¡Regresa aquí, sucio naga!” (Desertor 2)
Un grito de provocación resonó desde la grieta, y en respuesta hice que Regis viniera y disparara su aliento al interior del escondite.
Regis tiene la capacidad de producir tres tipos de aliento: uno venenoso y muy volátil, una intensa llamarada como la de Barker, y una esfera que explota como la que vi usar a Spivula…
El que usó fue el de llamarada.
Los gritos de agonía de los Desertores que estaban abajo fueron muy fuertes… Sus presencias desaparecieron, igual las otras tantas más que seguían dentro.
El Desertor al que interrogados no mencionó que hubiera nada en posesión de su organización que fuera peligroso si se quemaba, así que dudo que haya problemas en usar este método.
“Suficiente, Regis.” (Aruh)
Pero si continuaba, podría poner en peligro a todos los barrios bajos y a nosotros.
No todas las presencias dejaron de existir pero si la mayoría, voy a capturarles antes de que escapen…
Aquí afuera, Regis y Quetzal ya habían matado también a muchos Desertores y atrapado a otros tantos.
“¡Tú! ¡Ve y llama a los guardias de la ciudad! ¡Y no trates de escapar o te encontraré!... ¡Rapido!” (Aruh)
“¡Hiiiii! ¡Co-Como ordene!” (ladrón kekat)
“Los demás ni se muevan… Puede que haya miembros de los Desertores de la Ruina escondidos entre ustedes… Si uno intenta huir lo consideraré uno.” (Aruh)
Fui obedecido y nadie trató de escapar…