Capitulo 1: Mentes fundidas
"Aruh, ¡Es hora de comer, amor!" (¿?)
Las palabras de mi madre llaman mi atención. ¡Comida! ¡Ya tenía hambre!
Ha pasado un año desde que reencarne en este mundo. Si, reencarné, no existe otra explicación para semejante fenómeno. Si bien esta situación contradice a la ciencia convencional, al experimentarla en persona me doy cuenta de que es real.
Al principio estaba muy confundido y asustado, pero la capacidad para adaptarse es una cualidad humana... o no solo humana.
"Abre la boca, Aruh. Aaaaaahhhhh" (Madre)
Mi madre en este mundo me ofrece una cucharada con un puré de aroma dulce mientras abría la boca como dándome indicaciones dejando ver sus dos colmillos vampíricos.
Si, colmillos vampíricos. Mi madre no es humana, tampoco mi padre o yo lo somos... Pero tampoco somos vampiros. Somos "Naga".
Cabello plateado, tez clara, ojos azul profundo y colmillos un poco más largos que los de un ser humano; son las características de la raza naga.
Pude darme cuenta del nombre de mi especie tras ser capaz de reconocer el idioma de mis padres, Tovs Hydran y Mura Hydran. Tambien aprendí mi nombre, Aruh Hydran.
"Aquí viene mas." (Mura)
Mi madre... Mamá sonríe felizmente mientras me alimenta, una sonrisa hermosa y cálida la hacen verse como la mujer más bella que haya conocido.
Mis padres en mi vida pasada eran muy distintos.
Se conocieron e iniciaron una relación al trabajar en la misma compañía, pero al poco tiempo mi madre resultó embarazada, lo cual trajo consigo una "boda de escopeta" y la insatisfacción de ambos. Mi madre dejó su amado empleo por mi "culpa" mientras que mi padre perdió su "libertad", por lo cual la relación entre ellos y hacia mi era un tanto fría.
Con el paso del tiempo, se descubrió que yo era un genio como pocos, desde entonces su trato hacia mí cambió radicalmente, trataron de convertirse en una celebridad y mejoraron su actitud hacia mí en público. También contrataron tutores y gente intelectual para ampliar mis conocimientos, lo cual es algo que al final terminó siendo útil pero que en aquel entonces sentí como explotación.
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En contraste, mis padres actuales son lo opuesto. Cuando recién reencarné estaba confundido y enojado, quizás mis padres percibieron algo en mi pero lo ignoraron.
Dado que mi cuerpo es de un bebé mi única forma de comunicación es a través de gritos y llanto, la casa se volvió un lugar muy escandaloso, pero lejos de molestarlos parecía más bien que los estaba preocupando, al grado que trajeron a una persona para examinarse si me encontraba bien de salud.
La persona que vino a verme no era un naga, sino una persona de orejas largas y puntiagudas, un elfo, quien a su vez venía acompañado de un hombre y una mujer de raza naga ( mas tarde me di cuenta que los dos eran mi abuelo y abuela maternos).
El hombre elfo era un doctor, mis preocupados padres le habían traído para que me revisara por sí estaba enfermo o algo me producía dolor; el diagnóstico fue que simplemente yo era muy enérgico, lo cual alegró a todos los presentes. Desde entonces mis berrinches fueron aceptados con cariño y felicidad.
Si bien, al principio mi mente estaba inundada de enojo y rencor, el amor incondicional de mis padres fue borrando mi resentimiento hasta hacerlo desaparecer.
Cabe mencionar que los instintos de un bebé por ser amado por sus padres influenciaron en mi cambio de sentimientos. Este cuerpo, y los recuerdos de mi vida pasada se mezclaron; poco a poco la mente de este cuerpo comenzó a organizar la información de mi alma, permitiendo que nuevos sentimientos nacieran en mi.
Sentimientos como el amor.
Bueno, de eso ya hace un tiempo, hoy en día me he convertido en un bebé tranquilo y obediente que ama a sus padres... a mamá y a papá.
"¿Te gusta tu comidaaaaa? Mamá lo hizo con todo el amor del mundo" (Mura)
Doy mi afirmación abriendo la boca pidiendo más comida.
"U fu fu. Mamá está feliz de que te haya gustado" (Mura)
Si, este sentimiento en mi interior es mutuo. También estoy feliz.