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Capitulo 61

Capítulo 61: Recompensa a la lealtad

La ciudad de Jimama era bastante grande y poblada.

Muchas personas caminaban felices por sus calles, ya fuera trabajando o de compras. El buen ánimo se trasmitía.

La causa era muy obvia.

En muchas partes, había carteles de madera anunciando la desaparición de Ponzoña y la presentación de sus cabezas frente a las puertas de la zona central de la ciudad.

“Si las personas supieran que el héroe responsable camina entre ellos…” (Fortuna)

Fortuna estaba contenta al ver los rostros felices de las personas a nuestros alrededores. Íbamos caminando por una calle bastante transitada así que nos tomamos de la mano.

“El señor de la región nos va a compensar por ello, pero si todos se enteraran de que fuimos nosotros se armaría un gran escándalo…” (Aruh)

“Te entiendo, pero considerándolo, debiste aceptar la estatua en tu honor.” (Fortuna)

“Pe-Pero eso…” (Aruh)

“U, fu, fu, no has perdido toda tu timidez. Te has vuelto tan masculino que se me hacía difícil compararte con el jovencito que eras cuando nos conocimos por primera vez.” (Fortuna)

Suavemente, me tomó del brazo y se acercó más a mi.

“Aruh… Te amo.” (Fortuna)

Me sonrojé, pero mis labios se convirtieron en una sonrisa.

“Y yo a ti, mi amor.” (Aruh)

Continuamos caminando así hasta salir de las calles muy transitadas, e incluso saliendo de ellas.

“Es divertido y muy feliz, ¿no?” (Fortuna)

“¿Que cosa?” (Aruh)

“Vivir junto a las demás, todas son chicas muy buenas.” (Fortuna)

“Si, me gusta mucho…” (Aruh)

“Eres bastante atrevido al aceptarlo, Aruh” (Fortuna)

¡¿Una trampa?!

“Deberías ver tu rostro.” (Fortuna)

Fortuna rió felizmente.

“Estas siendo algo mala conmigo hoy, Fortuna.” (Aruh)

“Lo siento, Aruh.” (Fortuna)

Al verla tan feliz, yo me sentí igual.

“Aruh… Siento que estás acumulando temor en tu interior… ¿No es así?” (Fortuna)

Así es, el temor de perderlas, de lastimarlas.

“Confía más en todas, por favor.” (Fortuna)

“¿Eh?” (Aruh)

“Intuición de mujer. Estoy segura de que todas viviremos a tu lado por mucho tiempo y te colmaremos de hijos…” (Fortuna)

Llena de orgullo, declaró tal hecho. Si, ese era mi sueño para el futuro.

Le di un beso a Fortuna en la frente.

Llegamos a los establos. Los primeros en recibirnos fueron Arachne y Barker.

“¡Guriiiiii!” (Arachne)

“Harrrrr” (Barker)

“Buenos días a los dos, ¿Alguna novedad que contar?” (Aruh)

Ambos se me restregaron y respondí a sus caricias. Barker vio a Fortuna y se sentó frente a ella, muy obediente.

“Aruh… ¿Que hace?” (Fortuna)

“Es su galante forma de decir que va a protegerte.” (Aruh)

“Harrrr” (Barker)

Barker agachó su cabeza, pidiéndole a Fortuna que lo acariciara.

Ella asintió y comenzó a acariciar la cabeza del joven (pero enorme) cachorro.

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“...Ha pasado mucho tiempo, joven Aruh.” (Ursula)

‘Solo han pasado un par de horas’ fue lo que quise responder a la broma de Úrsula, quien hizo un movimiento dramático aun conservando su expresión estoica…

Ella debió estar cuidando de Arachne y Barker, tenía un poco de telaraña en su vestido.

“Ven aquí, Ursula.” (Aruh)

Me obedeció y aprovechó para darme un abrazo.

“......Muy cómodo.” (Ursula)

No pude resistir mi deseo de acariciar su cabeza, gesto que le gustó.

“Ursula, ¿Estabas haciendo algo con Arachne?” (Fortuna)

“Si… Entrenando.” (Ursula)

“¡Guriii!” (Arachne)

“...Si. No sé pelear, pero todos dicen que sé montar muy bien.” (Ursula)

“¿Estabas tratando de usar la telaraña de Arachne para pegarte a la silla de montar?” (Aruh)

Es la única razón que se me ocurría.

“”Así es… Quiero disparar con arco y flecha desde un glaron. Golpear y huir.” (Ursula)

De hecho es una muy buena táctica de combate, da una buena ventaja en velocidad al jinete, permitiéndole rodear y perseguir al enemigo.

Aunque no podía permitir que Úrsula se uniera a las demás en combate, sería en especial peligroso para ella si no tenía ninguna experiencia.

“¿No te has herido? Practicar combate sobre montura es peligroso.” (Fortuna)

“No, Arachne y Barker me cuidaban.” (Ursula)

Nos informó orgullosamente.

Entramos los cinco a los establos y Úrsula nos guió hacia el espacio donde estaban nuestros animales. Encontramos a Eugene y a Agatha dándoles de comer.

Con los animales que nos dieron en Galkanzo y los carruajes que vamos a recibir, el camino a Menat se va a sentir como una caravana.

“Agatha, Eugene, ¡Vinieron el joven Aruh y la señorita Fortuna!” (Ursula)

“Perdón por interrumpirlos, quiero ocupar un poco de su tiempo.” (Aruh)

“Claro, el que usted guste, joven Aruh.” (Agatha)

Agatha agudizó sus movimientos y terminó su trabajo bastante rápido. Al verla, Fortuna puso su expresión para pensar, yo en lo particular le admiraba, no por la velocidad con la que hizo su trabajo, sino por su compromiso por terminarlo.

“Joven Aruh… Si me mira de esa manera, no voy a poder concentrarme en lo que me falta.” (Agatha)

“Mirada galante…” (Ursula)

No puedo ver mi expresión, pero las dos me miraban sonrojadas.

“Ajem, bueno, la plática es bastante importante, e involucra a Eugene.” (Aruh)

“¿Hay algo en que pueda servirle, mi señor?” (Eugene)

“Eugene, recibimos una recompensa en particular; quiero usarla para cumplir mi promesa contigo.” (Aruh)

“¿Promesa? ¿Habla de…?” (Eugene)

Asentí.

“Se nos recompensará con esclavos, pensé en que quizás podría usar la oportunidad para buscar a tu familia… Aunque la propuesta solo abarque Goldtree, tengo la intención de ampliar mi petición al resto de Eralgia.” (Aruh)

Úrsula estaba un poco confundida por mis palabras, pero Agatha sonrió juntando sus manos y llevándolas al pecho.

En cuanto a Eugene, sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales limpió.

“Muchas gracias, muchísimas gracias… Yo… No sé qué decir…” (Eugene)

“Señor Eugene… Sé que ha ayudado mucho a Aruh y a Naku, además, usted también participó en la eliminación de los bandidos y el rescate de Blair y las chicas… Quien está agradecida con usted soy yo.” (Fortuna)

“Eugene, nos has ayudado mucho, desde que nos conocimos me has mostrado una gran lealtad. Hoy en la noche iremos al mercado de esclavos, pero también quiero que me hables de tu esposa e hijo, cualquier cosa que nos ayude a poder localizarlos.” (Aruh)

Eugene asintió.

“El joven Aruh… Es maravilloso.” (Ursula)

“Lo es, Ursula. Como ningún otro hombre.” (Agatha)

Le dije a Eugene que lo esperaría frente a la posada donde me hospedaba y que Dob también nos acompañaría al mercado de esclavos.

También aproveché mi visita a los establos para coquetear con Agatha y Úrsula, quien me pidió que la viera entrenar, así que la acompañé a la pista que había afuera.

Debo decir que Úrsula es bastante buena cabalgando… Mucho mejor que cualquiera a quien haya visto hasta ahora. Construir equipo para su protección no estaría de más… Pero va a tener que entrenar mucho con Naku y conmigo para que la deje participar en combate.

Fortuna a su vez se quedó platicando con Agatha, alabando sus habilidades y para entablar una amistad con ella.

Fui a recoger materiales para construir el equipo y ropa para las chicas, incluido wootz de acero damasquino y escarlata.

Si rentaba un taller privado podría trabajar sin preocupaciones…

En cuanto a mi armadura, aún le faltaba mucho para estar terminada; mi proyecto comenzó desde que estaba en la aldea, pero desde que salimos no he continuado trabajando en ella, por lo que no la he terminado todavía.

Arreglaré la coartada de que está hecha de Sitrian blanco y eruse, con todos los fondos que tengo puede considerarse un hecho factible.

“El equipo que me dio es más que suficiente para mí. Le agradezco su bondad, pero no tiene que tomarse más molestias conmigo, mi señor.” (Eugene)

Le ofrecí a Eugene cambiar su equipo y darle una nueva espada, pero rechazó mi oferta.

“Yo también quiero conservar la daga que me obsequió… Incluso si fuera un arma de gran poder, yo no podría sacar todo su potencial.” (Agatha)

De igual manera, Agatha me pidió que le dejara la daga de bronce dorado.

Mitena también se había negado a reemplazar la daga cuando le hice la propuesta de cambiar su armadura.

Cedí a las peticiones de dejarles conservar el equipo.

Fortuna se quedó en los establos junto con los demás, su intención era hacer un inventario de todas las propiedades, fondos y provisiones con las que contábamos.

Luego de darles un beso a mis tres chicas, me dirigí a un grupo de edificios que estaban cerca de los establos, eran talleres donde los herreros y otros artesanos podían usar para fabricar y vender sus productos a los guardias y soldados que frecuentaban la zona.

Estos talleres pertenecían al reino, y la cuota para tentarlos era alta, pero garantizaban una mayor oportunidad que los que estaban ubicados en la zona comercial de la ciudad: si el equipo que los artesanos hacían aquí se volvió popular, podría ser contratado por la milicia.

La razón por la que elegí estos talleres no fue por eso, sino porque se podía trabajar en ellos a puerta cerrada, dándoles mayor privacidad… Además de que las instalaciones eran buenas y estaban bien equipadas.

“¿Ocho días? El precio será de 3 monedas de bronce. Puede usar el taller de la esquina.” (soldado)

Un militar, quien era el encargado de administrar los talleres, me informó del precio a pagar y del taller que tenía disponible, se trataba del edificio más apartado, un pésimo lugar si se quería hacer negocios en el área, pero para mi era el mejor.

Llevé el carro de dos ruedas que traía conmigo para cargar los materiales y me dirigí al taller.

“Arachne, Barker, cuiden bien de los alrededores.” (Aruh)

Los dos venían conmigo de manera furtiva, nadie se percató de ello.

Abrí la puerta del taller, era una construcción de buen tamaño con herramientas de carpintería, herrería y tratamiento de pieles.

Estaría bien que hubiera también un telar y un área para realizar alquimia, pero eso era mucho pedir.

“A trabajar.” (Aruh)