Capítulo 100: Crece la leyenda
Kristera se despidió de todos sus conocidos y cedió su casa para que fuera ocupada por alguien más, la razón por la que no había ocurrido hasta ahora es porque el jefe de la aldea tenía planeado comunicarse con los que se habían marchado para que regresaran… Pero ahora que Kristera estaba a mi lado, no quería seguir conservando los derechos de la propiedad.
“Señorita Naku… Este es mi regalo para usted.” (Kristera)
Antes de abandonar el poblado, Kristera fue a visitar a un viejo conocido y regresó en compañía de un hombre de la raza de los enanos, quien cargaba un gran barril hecho de madera.
“Es mi famoso licor, puedo asegurar que será de su agrado.” (hombre enano)
Su abundante barba rubia estaba bien cuidada, muy diferente a la del maestro Fas; según lo que él me enseñó, semejante barba indicaba que este hombre ya era muy mayor y alguien a quien debería mostrarle respetos.
“Un licor creado y añejado con las manos de un sabio tendrá el sabor del conocimiento. Le estoy agradecido por su buen gesto.” (Aruh)
Tomé el barril y se lo mostré a Naku, quien con una sonrisa, asintió.
“Esa manera de expresarte… ¿Te entrenó un maestro enano, jovencito? Mi nombre es Ross Girult. No soy tan hábil como para llamarme a mi mismo un sabio, pero me esfuerzo en crear un buen vino… Dime, ¿Que tanto te enseñó tu maestro sobre la creación de licor?” (Ross)
Mucho. Incluso más que el manejo de los metales.
Ya tenia mis conocimientos de la Tierra sobre los procesos de destilación y fermentación, pero fue con el maestro Fas que pude ponerlos en práctica para crear licor.
Mis habilidades para cocinar son un desastre, y me temo que será así sin importar cuantas veces reencarne… Pero en lo que a licores se refiere, me considero bastante decente… Es solo que últimamente, por el hecho de que estoy en medio de un viaje, no he podido continuar practicando.
“Soy un aprendiz de línea roja.” (Aruh)
“¡Increible! Debes ser un prodigio entre prodigios para que un enano te haya dado ese título no siendo uno… ¿Fue tu padre quien se convirtió en tu maestro?” (Ross)
“Mi padre y mi madre son naga; mi maestro fue de hecho el mismo maestro que el de mi padre: Fas Nesel.” (Aruh)
“Eso es aún más sorprendente. Kristera, como enano te digo que encontraste a un muy buen hombre… Estoy seguro que sabrá hacerte feliz.” (Ross)
“No se olvide de mi, señor. También deseo cuidar de ella… y de las demás chicas también.” (Naku)
“Yo voy a corresponder a esos votos. No solo pienso recibir, sino dar mi amor y esforzarme para brindarle felicidad al joven Aruh y a todas…” (Kristera)
‘Vamos a crear una gran familia… No, un clan’ agregó Kristera con la total aprobación de Naku.
Un clan…
El señor Ross me miró sorprendido, quizás no se esperaba que tuviera a más mujeres a mi lado aparte de Naku y Kristera… Pero tosió para aclararse la garganta y sacó un pergamino desgastado de entre sus ropas.
“Ten, esta es la receta del vino en este barril.” (Ross)
Su oferta fue demasiado inesperada para mí… Las recetas de los licores enanos son únicas de individuo a individuo y rara vez se comparten.
Los casos en los que se ofrecen a alguien que no lo es es porque ese hombre no tiene ningun heredero.
“Solo para informarte, tengo 6 hijos, 15 nietos, 56 bisnietos y 59 tataranietos… Aunque ninguno está todavía a la altura de un línea gris por lo que todavía no la puedo heredar, pero si un enano te cedió a ti el título de linea roja, entonces eres alguien a quien vale la pena que comparta esta receta.” (Ross)
“Yo… No sé qué decir. Muchas gracias.” (Aruh)
El señor Ross hizo una leve reverencia y se retiró de vuelta a su hogar.
“Vende muchos barriles.” (Ross)
“Lo haré.” (Aruh)
Quizás no pueda por el momento, pero junto con mi taller también podría poner una fábrica de licor.
‘Cuando me retire voy a casarme y a abrir mi propia empresa en mi aldea’ fue una frase que cruzó mi mente.
“¡Genial, Aruh! Un enano aparte del señor Fas te ha compartido un secreto muy bien cuidado. Este hombre tiene un gran sentido común y habilidad para juzgar…” (Naku)
“Kristera… La familia del señor Ross, ¿Vive también en el pueblo?” (Aruh)
“No, los que son de raza enana viven en la ciudad subterránea de Olowin o en Kao Trenos… Y los que pertenecen a otras razas también han dejado la aldea. El último fue su nieto Maksa quien también se fue durante la plaga… Aunque creo que mencionó que prefería heredar su receta a alguien que no fuera de su familia, por lo que siempre peleaba con ella.” (Kristera)
Entonces, una de las razones por la que me entregó la receta fue porque no estoy relacionado a él… Debe tener algún plan en mente.
“Se veía muy educado pero suena tan testarudo como los demás enanos.” (Naku)
“Lo es, y mucho.” (Kristera)
Las dos guardaron silencio mientras sonreían cuando escucharon al señor Ross gritar ‘Ya las oi’.
…
Durante el camino de regreso al pueblo, los tres nos topamos con un grupo de ladrones que nos esperaban en una emboscada. Solo eran 11 personas, todos hombres fornidos y sucios.
Con la remota pero aún existente posibilidad de que estuvieran relacionados con los Desertores y la facción, Naku y yo los capturamos para interrogarlos.
“¡Son unos demonios! ¡Tienen demasiado poder como para ser humanos!” (ladrón 1)
“Es por que no lo somos… Salvo por Kristera, ella si es humana.” (Naku)
No es necesario responder a su acusación, amor…
“Estos tipos no parecen conocer a los naga. Aunque todavía es pronto para hacer a un lado las sospechas.” (Aruh)
“Cierto… ¡Hablen o mueran! ¿Quienes son ustedes y porque nos atacaron? ¿Alguien se los ordenó?” (Naku)
La sed de sangre de Naku fue tan intensa que los delincuentes temblaron y algunos comenzaron a sollozar… Ver llorar a hombres que se veían muy rudos se siente un poco raro; juzgando por su expresión, Kristera debía pensar lo mismo.
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Víctimas del aura intimidante de Naku, los ladrones nos contaron todo.
Son miembros de una pequeña banda local de forajidos que se dedican a atacar a viajeros. Su modo de operar consiste en poner a un miembro de la banda en las afueras del pueblo a donde llegamos esta mañana y buscar presas fáciles que se vean adineradas, tras lo cual se le da un aviso al resto para seguir al blanco y asaltarle.
Dicho vigilante escuchó parte de nuestra conversación y asumió que iríamos a recoger algo en la aldea de Kristera para después regresar… Al ver como nos separamos nosotros tres del grupo, creyó que seriamos un blanco fácil.
“ ¡Nadie nos lo ordenó! No conocemos a ninguna banda que se haga llamar ‘Los Desertores de la Ruina’... ¡Se los juro!” (ladrón 2)
“¡No nos maten! ¡Prometemos no volver a robar!” (ladrón 3)
“¿Piensan que vamos a creer en esas mentiras?” (Aruh)
Naku desenvainó su espada.
La desesperación de los hombres llegó al punto en el que varios se desmayaron y otros se orinaron… Entre todos, hubo uno que parecía haber descubierto una salida.
“¡Les hablaremos de las otras bandas que conocemos!” (ladrón 4)
Detuve a Naku, quien volvió a guardar su espada.
Tras suspirar profundamente de alivio, el ladrón se inclinó y nos hizo una reverencia a los tres.
“Si… Si nos dejan ir les contaré dónde están los escondites de las bandas ‘Marca del oso’, ‘Madera tiesa’, ‘Trituradores’, ‘Lanza sucia’ y ‘Tigre carroñero’... Todas son tan malvadas como Ponzoña, si las destruyen se volverán igual de famosos que los héroes que exterminaron a esos depravados.” (ladrón 4)
“Tengo una propuesta mejor: nos dicen dónde están esos escondites y a cambio les perdonamos la vida y los entregamos a las autoridades… Es un trato injusto, pero no podemos dejar que sigan cometiendo crímenes.” (Aruh)
Ser encarcelados es de hecho mucho peor que la muerte, les esperarían días de tortura y trabajos forzados hasta el final de sus vidas, las cuales no serían largas.
Sonará cruel, pero no siento simpatía por un grupo de criminales que han admitido haber matado a varias personas.
“Yo… Yo… Nosotros…” (ladrón 4)
A sabiendas de ello, el ladrón se mostró temeroso de aceptar, pero al final lo hizo… Quizás fue por el miedo que le inspiró ver a Naku desenvainar lentamente su espada nuevamente, o porque creyó que de alguna manera podría escapar antes de ser ejecutado.
“Gracias, Toton. Te debemos una.” (ladrón 2)
Teníamos poca cuerda con nosotros, así que tuve que improvisar usando ramas de los árboles en el bosque para construir grilletes.
Gracias al miedo que nos tenían, no opusieron resistencia y se dejaron amagar… Sin embargo, como ahora nos movíamos más lento debido a que los llevábamos a pie, tardamos un poco más de lo previsto en llegar al pueblo.
“¡Bienvenidos! ¡Les estaba espe… Woah, ¡Capturaron un grupo de bandidos de regreso!” (Fion)
En las afueras del pueblo, Fion nos estaba esperando.
“Se tardaron mucho en regresar, pero ya veo por qué… Aunque me imaginé que se debía a que se toparon el enjambre de monstruos y se tomaron un tiempo para exterminarlo.” (Fion)
“¿Enjambre? ¿La zona sufre de uno? Salvo por unos cuantos lobos y estos ladrones no nos topamos con nada en el camino…” (Aruh)
“Pues hay uno que le ha causado muchos problemas a varios pueblos más al sur… Dob y los agentes fueron convocados de emergencia poco después de que ustedes tres se fueran… Oh, y los mercenarios que acompañaban al señor Allan también fueron llamados a una taberna de oficios.” (Fion)
“Siento que se aproximan problemas…” (Aruh)
“¿Dónde están las chicas y los demás?” (Naku)
“Terminando con los preparativos, señorita Naku… Mi deber aparte de esperar aquí y recibirlos era para entretenerles hasta que recibiera el aviso de que todo estuviera listo.” (Fion)
Podía sentirlas a todas reunidas en un mismo punto, quizás era la posada en la que nos estaríamos hospedando.
“Ya veo, bueno, trajimos algo más para la celebración… ¡Es un obsequio que me dio Kristera!” (Naku)
“¡Vino! ¡Excelente!... Muy bien pensado, Kristera… ¿Mmm? ¡Vaya! ¡Te ves muy feliz!” (Fion)
“¿En serio?” (Kristera)
“Si, me alegro mucho por ti.” (Fion)
“Gracias, Fion” (Kristera)
“Todas van a ponerse también muy contentas… Démonos prisa en ir con los guardias y regresar a la posada con todas. No es por nada, pero la fiesta va a ser trascendental.” (Fion)
“Estoy ansiosa de verlo.” (Naku)
Nos acercamos a la puerta de la muralla que rodeaba el pueblo y contactamos al guardia.
“Por fin llegaron sus compañeros, señorita.” (guardia)
El hombre se percató de que Fion nos estaba esperando, se veía como un hombre bonachón, su frondoso bigote se movía cuando hablaba.
“¿Quienes son esos tipos? A simple vista diría que son bandidos…” (guardia)
“Son bandidos que trataron de emboscarnos en nuestro camino hacia aquí… Los dejamos con vida porque dicen conocer donde están las guaridas de otras bandas.” (Aruh)
“¿Eh? ¿De veras? ¿Cuales son los nombres de esas bandas?” (guardia)
Cuando le dijimos los nombres, sus ojos se abrieron de la impresión y su bigote se movió por sí solo… ¿Como hizo eso?
“¡Por las gloriosas barbas y bigotes de los dioses! ¡Que gran día! Son las bandas que nos han provocado tantos dolores de cabeza, ¡Tengo que ir a hablarle a mis superiores!… Esperen aquí, por favor, no me tardaré ni lo que tardo en arreglarme el bigote.” (guardia)
Dejando una polvareda detrás de él, el guardia bigote fue al interior del pueblo.
“Esta un poco… obsesionado con los bigotes.” (Kristera)
“Tiene un comportamiento un tanto único pero no luce como un mal hombre. Me ofreció un pan con miel y un té de hierbas mientras esperaba.” (Fion)
“Llevas mucho tiempo esperándonos, Fion.” (Aruh)
“No, la señorita Fortuna hizo los cálculos de lo que tardarían en llegar según los datos que le dieron Agatha y Ursula de la velocidad de los glarones…” (Fion)
Acaricié su cabeza y me disculpé, ella dijo que todo estaba bien mientras aceptaba contenta mis caricias.
Mientras esperábamos por el guardia, quise saber más sobre el asunto de los monstruos y el hecho que los agentes fueran convocados, así que le pregunté al respecto.
“Tengo entendido que varios militares y otras fuerzas de varios pueblos y ciudades van a ir a eliminar a esos monstruos… Pero aparte de eso no sé mucho.” (Fion)
“Mmm, el Señor de la región no mencionó nada de ello antes de que nos marcháramos de Jimama, tampoco los habitantes de los pueblos por donde hemos pasado.” (Aruh)
“Eso quiere decir que es algo reciente.” (Naku)
“Si, el guardia de la entrada me dijo que recibieron la noticia hace poco… Sospecho que debe de tratarse de un enjambre de monstruos desconocidos para los pobladores locales.” (Fion)
En su experiencia, Fion nos contó que, aunque muchas veces los monstruos nativos pueden ocasionar situaciones de emergencia (como es el caso de los goblins), son los que vienen de otros territorios los que pueden disparar la alarma del miedo de las personas.
“Como pasó con Grezocalix, y también con Kingre… Bueno, ellos eran monstruos locales con variaciones, pero eran desconocidos por todos, y por ende… Temidos.” (Fion)
Los ladrones bostezaron al escucharnos hablar, lo cual irritó a Naku, quien golpeó a un par de ellos…
“Bien hecho, señorita Naku… Ahora bien, el aire dentro del pueblo me recuerda un poco al que había en Jimama el día después de que Grezocalix atacara…” (Fion)
“Quisiera hablar con Dob sobre cómo esto influirá en el viaje a Menat…” (Aruh)
“Tengo la sospecha de que tendremos que toparnos con esos monstruos.” (Kristera)
“Si, yo también…” (Fion)
“Es lo más probable…” (Aruh)
Preferiría llegar a Menat cuanto antes y ocuparnos de la princesa Karen y los suyos… Aunque con el apoyo de los agentes y los soldados de la región podamos ganar tiempo (o hasta salir victoriosos sin que tengamos que intervenir)... Claro que también puede pasar lo opuesto y que las fuerzas de la facción venzan a nuestros aliados.
Mientras pensaba en tales escenarios y en los motivos por los cuales quería llegar rápido, una idea cruzó mi mente.
Quizás estoy siendo nuevamente precipitado, pero si los monstruos que están plagando las zonas al sur de aquí son fuertes, quizás pueda conseguir algunos para sumarlos a nuestras fuerzas.
Existen posibilidades de que también se conviertan en mis concubinas si son hembras, pero tengo mi determinación para no dejarme llevar por mi poder y mi deseo sexual… Si, determinacion ante todo.
Gracias a que por algún motivo Naku podía leer mi mente, ella sonrió satisfecha.
Luego de unos minutos más, el guardia regresó en compañía de otros tantos… No se alejó mucho de aquí, debió tardarse porque sus compañeros estaban ocupados.
“Buen trabajo, jóvenes guerreros… Nosotros nos encargaremos de lidiar con estos bandidos. Pueden ir a reclamar su recompensa en la alcaldía a partir de mañana.” (guardia líder)
“Señor, como ya le dije, consiguieron también la información sobre las bandas de la zona… Han logrado una gran hazaña como la de los héroes de Jimama.” (guardia bigote)
“Todavía hay que corroborar que todo sea cierto. De ser así, tienes razón en que estaríamos frente a otro grupo de héroes.” (guardia líder)
“Aun así está siendo muy seco con ellos… Quizás algunas palabras de gratitud como ‘Nuestros bigotes se inclinan de gratitud hacia ustedes’, o algo parecido.” (guardia bigote)
“No, eso es ridículo.” (guardia líder)
Estoy totalmente de acuerdo.
“Como sea, gracias por su cooperación. Pueden ir a descansar en el pueblo, tenemos muy buenas posadas que son cómodas y seguras… Si quieren, podemos arreglarles el hospedaje en alguna.” (Guardia líder)
“No será necesario, gracias. Tenemos una en la cual nos vamos a quedar.” (Aruh)
“Muy bien, entonces adelante. Sean bienvenidos a Rikil… Solo una cosa antes de dejarles ir, me gustaría que nos dieran sus nombres para avisar y puedan recoger sus recompensas.” (guardia líder)
“Claro, yo soy Aruh Hydran y ellas tres son mis…” (Aruh)
“¿Aruh Hydran? ¿Ha dicho… Aruh Hydran? ¿El auténtico Aruh Hydran?” (guardia líder)
“Si, lo soy.” (Aruh)
Los guardias se quedaron atónitos.
“Belleza sorprendente, ojos llenos de humildad, cabello plateado, ojos azules… Es un naga, ¿verdad?... Y esa pasión por atrapar ladrones, no cabe duda: Es el héroe de Jimama.” (guardia líder)
“Es cierto, ahora que lo menciona… Se parece a la descripción del reporte.” (guardia bigote)
Los guardias se arrodillaron y los ladrones se desmayaron del miedo.
“¡El gran héroe vino a librarnos de los ladrones! ¡Hurraaaa!” (guardias)
Oh, parece que van a surgir más rumores de mi en Goldtree.