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Capitulo 113

Capítulo 113: Yo deseo…

Permanecimos en la aldea hasta que se hizo de tarde, cuando el sol tiñe de naranja y rojo los cielos, también cuando el viento se convierte en una caricia fresca por la llegada del otoño… Pero estos colores y clima se sienten pesados en este momento.

Cielos teñidos de sangre y vientos lúgubres son lo único que podemos ver y sentir.

La causa era la tragedia que cubrió este poblado.

En las demás aldeas y hasta pueblos donde destruimos nidos, hemos encontrado a muchos habitantes con vida... Siempre dañados y desolados, pero con vida.

Tras morir una vez, una de las cosas que he aprendido es que mientras vivas, tienes oportunidades.

Puedes dar lo mejor de ti y superarte, o bien, dejarte vencer y vivir en la miseria.

Las personas que hemos rescatado han sufrido heridas que tardarán en cicatrizar y que muy probablemente dejen marcas permanentes en sus corazones, pero tendrán la oportunidad de seguir adelante con sus vidas si así lo desean.

Sin embargo, no fue así en esta aldea, en Curretse, el hogar de Lauzi y Lora… Que aparte de ellas, solo un pequeño puñado de personas fueron rescatadas: las que fueron usadas como rehenes en la batalla de anoche, y las cuatro que encontramos siendo violadas por los devar.

Según Lauzi, aquí vivían 198 personas… Solo sobrevivió una pequeña fracción… Minuscula.

Construimos entre todos una gran pila para cremar los cuerpos y después enterramos a cada uno en una tumba tras darles los ritos de sepultura.

“La acompaño en su dolor. Usted tuvo la razón todo este tiempo en que debíamos darnos prisa. Yo… De verdad lo lamento.” (Melson)

“......” (Lauzi)

Sin pronunciar palabra alguna, Lauzi asintió como respuesta a la disculpa del teniente Melson.

“No tiene porque sentirse culpable, joven Aruh.” (Desia)

“Desia tiene razón… Los devar son los culpables, ellos y quienes los trajeron hasta aquí.” (Mitena)

¡Es cierto! ¡Las personas que trajeron a los devar a esta parte de Goldtree!

No fui el único en reaccionar. Lauzi nos escuchó y salió del trance en el que se encontraba… Tras lo cual, vino corriendo hasta donde nos encontrábamos.

“Héroe Aruh… Recuerdo que dijo que los responsables eran enemigos del reino… Cuenteme mas al respecto, se lo suplico.” (Lauzi)

“Antes de eso… Por favor no vuelvas a llamarme ‘héroe’ porque no lo…” (Aruh)

“¡Si, lo eres!” (Lauzi)

Con un tono fuerte, Lauzi afirmó que yo era un héroe… Pese a que había fallado en cumplir mi promesa. Dirigió su mirada a Lora, quien me abrazaba desde atrás mientras era alimentada por Titanya. Me encontraba muy preocupado por esta chica, no sabia que hacer con ella.

Definitivamente no podía acompañarnos, no en su estado. Y si la dejaba sola, su condición podría empeorar hasta llegar a la muerte.

Lauzi la veía con ojos melancólicos, pero con un poderoso brillo al mismo tiempo.

Una mirada que dejaba en claro que no pensaba dejar sola a su amiga… Y que la ayudaría en todo lo que pudiera. Entonces, su expresión se convirtió en una fiera sonrisa.

“¡La salvaste! La salvaste de ese horrendo monstruo y de una manera de lo más impresionante que jamás antes haya visto… Lo que sucedió aquí, que perdiera a papá, mamá, a Clos, Pent, y a toda la aldea no fue culpa tuya… Sino de los sujetos que pensaron en traer a esos monstruos hasta aquí… Y a quienes los llevaron a hacerlo. Ellos son a los que he decidido odiar y culpar.” (Lauzi)

Luego de declarar su posición, agachó su cabeza, se apoyó en el suelo con una rodilla y una de sus manos…

Alice y Mitena reaccionaron con sorpresa a dicha postura… Yo también la conocía, era la que hacían los soldados para hacer un voto o pedir algo.

Y tengo la certeza de saber que es lo que me quiere pedir: acompañarnos. Esos ojos con los que me miró me dicen que desea fuerza, que ha conseguido un enemigo al que desea enfrentarse, pero siente que en su estado actual no puede hacerlo y con nosotros encontrará el poder que necesita.

Al igual que Perik, desea ser mi alumna o mi sirviente.

“Les he visto luchar. Tienen un poder salido de las leyendas, en especial tú, Aruh. Hay algo en tu persona que acumula poder sin comparación, en ti y en quienes te rodean.” (Lauzi)

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Levantó su mirada, observando a Regis. Quien estaba haciendo de guardia desde el cielo.

“Eres ciertamente misterioso… Incluso un gran dragón te sigue. Yo… Esperaba que pudieras compartir ese poder conmigo…” (Lauzi)

Su voz vaciló. Le habían pasado muchas cosas últimamente, muchas desgracias. En el tiempo que llevamos de conocernos, cuando hemos tenido oportunidad de conversar, me ha contado que vivió en esta aldea desde pequeña, y el verla destruida y tener que enterrar a sus padres junto con el resto de sus conocidos, a los que bien podría llamar familia también, debe ser inimaginablemente duro para ella.

Su hogar ha desaparecido, y no puede volver a él.

Sentí una mano sobre mi hombro. Era de Naku, la miré y ella asintió.

A decir verdad, estaba de acuerdo con que nos acompañara. No solo porque es una chica con un gran potencial, sino porque eso nos permitiría traer a Lora también con nosotros.

Quizás, con el cuidado y apoyo de Lauzi, llegue un momento en que recupere su corazón y salga del estado en el que se encuentra… Sin mencionar que no puede continuar pegada a mi.

Cuando le iba a decir que estaba bien y que podía acompañarnos, que le ayudariamos a encontrar la fuerza y la guía para salir adelante… Lauzi recobró su espíritu y continuó con su petición.

“¡Por favor permíteme ser tu mujer!” (Lauzi)

“.........¿Como dices?” (Aruh)

Su petición me tomó por sorpresa… Creí que lo que deseaba era ser mi alumna, seguirnos hasta que estuviera satisfecha con su fuerza y haber adquirido la sensatez suficiente como para no cometer alguna tontería como dirigirse a Rasder y buscar pelea.

Pero… ¿Mi mujer?

“Lauzi… ¿Que…?” (Aruh)

“Quiero que me dejes ser tu mujer… Sé que no puedo ocupar el puesto de esposa, pero si ser tu amante o tu concubina. No tengo mucho que ofrecerte… Pero lo que tengo, te lo ofrezco todo.” (Lauzi)

“Espera, espera, espera… Lauzi, no tienes que llegar a esto si lo que deseas es que te ayude a volverte fuerte.” (Aruh)

“Es cierto… El amor es algo fundamental, el apetito sexual también… Si te conviertes en una concubina de Aruh tendrás que pasar las noches con él y con nosotras.” (Naku)

Naku, amor… Esos ojos dan algo de miedo, has comenzado a desvestirla con la mirada, ¿cierto?

Oh, su mirada duró solo unos instantes, volviéndose severa.

“Pero no es solo eso… Estamos arrastrando varios secretos, muchos de los cuales desafían todo lo que conoces.” (Naku)

“Es cierto, no podemos confiar abiertamente en cualquiera… Se necesita un fuerte compromiso.” (Varetsi)

Todas asintieron a las palabras de Naku y Varetsi.

Hasta ahora todas han aceptado tan abiertamente las cosas que les he revelado y que han ocurrido que parecían no tener importancia… Pero parece que no es así y si les han causado sorpresa.

Por mi cuenta, hay algo que debo agregar…

“También está el número de enemigos que tenemos… Incluyendo uno del que no conocemos su identidad...” (Aruh)

“Si son todas las condiciones, no tengo objeción o problema alguno...” (Lauzi)

Declarando con fuerza, Lauzi se incorporó y comenzó a quitarse el peto de su armadura… Y también su vestimenta.

Antes de que descubriera sus pechos, la detuve.

“¿Que haces, Lauzi?” (Aruh)

“¡Mostrando mi compromiso! ¡Voy a entregarte mi cuerpo aquí mismo!” (Lauzi)

“¡Estamos en público! ¡Espera! ¡Aquí no! ¡Hay que esperar al momento adecuado!” (Aruh)

Logré evitar que continuara desvistiéndose… Miradas de varios soldados se enfocaron en nosotros, les indiqué que no pasaba nada y que continuaran con su trabajo. Fue entonces que me di cuenta que para detener a Lauzi tuve que sostenerla de la cintura y uno de sus hombros, como si la estuviera abrazando.

“¡Ooh! ¡Que valor!” (Blair)

“Me agrada esta chica, tienes que admitir que tiene talento en muchas áreas, Varetsi.” (Fion)

“Si, en verdad que sabe lo que hace.” (Varetsi)

“Actuar de manera atrevida para recibir un abrazo del joven Aruh. Estamos ante una maestra estratega en bruto.” (Schelt)

Schelt hizo un comentario para después mirar a Naku, seguí su mirada y vi a mi amada esposa sonriendo comprensivamente… Una bella sonrisa digna de un ángel o una diosa.

“Todavía falta la aprobación de Fortuna, pero tienes la mía.” (Naku)

Eso es como decir que está decidido… Fortuna es una cómplice de todo lo que Naku propone, y viceversa.

“Aruh, también deberías darle una respuesta a la determinación de Lauzi.” (Naku)

Dejé escapar un leve suspiro y sonreí, dada la situación.

Observé a Lauzi, a quien tenía en frente, tenía sus mejillas levemente teñidas de carmín; sentí el abrazo y la mirada de Lora desde mi espalda.

“Me gustaría escuchar primero tu petición de nuevo, Lauzi… Esta vez sin que te arrodilles.” (Aruh)

“Yo… Quiero ser tu mujer, Aruh.” (Lauzi)

“¿Por qué? Si es poder lo que buscas puedo dartelo si te conviertes en mi discípula… Soy un hombre con un apetito sexual muy grande, tendrías que compartir mi lecho y hacer el amor… Tener sexo. Mucho sexo. Aunque estés tratando de ser fuerte, si la idea de hacerlo te parece incómoda y en el fondo te niegas y solo lo estas…” (Aruh)

Mis palabras fueron silenciadas por un beso de Lauzi… Fue torpe y brusco, se obsesionó en buscar mi lengua con la suya pero me mordió por accidente…

“Tienes razón… No le tengo gran estima al sexo, pero eso es lo de menos, te prometí darte lo que tengo, mi cuerpo incluido… Lo pongo a tu disposición para que cambies la manera en como veo el coito.” (Lauzi)

“Pero… ¿Y el amor? Una relación lo requiere.” (Aruh)

Al menos para mi es indispensable… Estoy dispuesto a entregarlo, y me gustaría que fuera recibido y correspondido, de lo contrario, sería una farsa.

Y eso no eso es algo que no quiero.

“Vaya, eres más dulce de lo que creí que eras… Te imaginaba como un hombre duro y feroz tanto en combate como en la cama…” (Lauzi)

“Y lo es, tenlo por seguro.” (Mitena)

Me pareció escuchar un murmullo… Pero Lauzi continuó, evitando que mi atención se apartara de ella.

“Si bien, puedo ser tu aprendiz siento que no te estaría dando todo mi ser… Además, al escucharte hablar, tengo el presentimiento de que no sería difícil enamorarse de ti… Y siendo así, sería una cuestión de tiempo para que ocurriera si te acompaño incluso como discípula.” (Lauzi)

Su petición de convertirse en mi concubina obtuvo la aprobación las chicas… Quienes expectantes, me veían como si me estuvieran suplicando que fuera yo quien besara ahora a Lauzi.

“Lauzi… Me acepto tus votos, y como hombre, yo prometo hacerte feliz.” (Aruh)

De nuevo un beso, esta vez conmigo al ataque. Tembló un poco cuando le mostré cómo se usaba la lengua al besar.

“¿Que… Qué fue… Eso?” (Lauzi)

Con una sonrisa y una expresión desenfocada, Lauzi preguntó con una respiración agitada… Mmm, creo que me excedí.

A mis espaldas escuché palabras de felicitación para Lauzi y bromas de si el beso le gustó, hacer el amor conmigo la volvería loca de placer… Como Lauzi parecía no estar pensando con claridad, fui yo quien se terminó sonrojando.

Para empezar, amadas mías… El sexo tendrá que esperar hasta que me haya repuesto… Y con Lora pegada a mi, va a ser muy difícil que…

“Lauzi… ¿Eres tu?” (Lora)

Me quedé estático por la sorpresa… Lora… ¿Habló?