Capítulo 53: Pista.
Los guardias llegaron al lugar y me encontraron con ambas chicas a mis pies. Eufira lloraba de tristeza, mientras que Roksa tenía una expresión de incredulidad y miedo.
“Señor… ¡Gran trabajo aprehendiéndolas de nuevo! Las ladronas incapacitaron a los guardias de una manera desconocida.” (Guardia)
Me retiré de las dos, permitiendo que las arrestaran.
“Lo sentimos mucho… Nos aseguraremos de encadenarlas y meterlas en el foso para que no vuelvan a escapar. Quizás lo mejor es que ustedes también desistan de querer conservarlas.” (Guardia)
Las levantaron y les pusieron grilletes en las muñecas, tobillos, cinturas y cuello.
Antes de que se las llevaran, quise decirles algo más.
“Pueden seguir respetando a Gerso o pueden abrir los ojos y ver cómo eran las cosas en realidad… Sigo manteniendo mi oferta Eufira, tu decides.” (Aruh)
Me dirigí entonces a los guardias.
“Las llevaremos con nosotros a Jimama… Se las entregaré a un oficial que conozco.” (Aruh)
“...Entendido.” (Guardia)
…
Regresé a la posada donde estaban Naku y Fortuna… Llevaba mucho tiempo sin dormir adecuadamente. Quizás por eso caí rendido apenas entrando a la habitación.
Desperté al poco tiempo con una manta sobre mí, ya era de mañana, pero otra manta más gruesa obstruía la ventana.
“Has dormido muy poco todavía… Puedes continuar haciéndolo.” (Naku)
Naku se me acercó, solo ella estaba presente. Fortuna estaba en el cuarto de baño que de la habitación… Era una posada en verdad lujosa.
“No, con esto basta…” (Aruh)
Debieron de ser unas dos horas más o menos; de ser humano, a estas alturas estaría sufriendo.
“Perdón… Tuve que salir anoche…” (Aruh)
“¿Fue algo relacionado a las dos esclavas de Gerso?” (Naku)
“Si… Dudo que acepten mi oferta… Sin embargo he decidido llevarlas de todas formas a Jimama con nosotros.” (Aruh)
“¿Incluso así? Aruh, sé que tienes un corazón muy grande, pero esas dos deben de ser castigadas y no premiadas estando contigo.” (Naku)
“Lo sé… Las dejaré con Dob.” (Aruh)
Le expliqué el plan que tenía para ellas.
“Ah, entiendo… Supongo que es una buena idea.” (Naku)
Me puse de pie y doblé la manta, entonces noté algo... El cuarto estaba muy limpio; luego de lo de anoche, había quedado muy desordenado, en especial la cama.
“Nosotras hicimos la limpieza. No te quisimos molestar… Por cierto, las sabanas de la cama son nuevas, tuvimos que comprar las que usamos anoche.” (Naku)
“Ya veo… Perdón por las molestias.” (Aruh)
“No hay que disculparse, no has descansado últimamente.” (Naku)
“Lo mismo puedo decir de ti y de Fortuna. También deben estar cansadas..” (Aruh)
Retiré la manta de la ventana, dejando me ver el exterior. Debían ser como las ocho de la mañana.
“Fortuna y yo amanecimos bastante frescas. Como te habrás dado cuenta, ella está tomando una ducha… Pero no vayas a entrar en esta ocasión, ¡Te tenemos una sorpresa!” (Naku)
¿Una sorpresa?
“Naku, ¿Ya despertó Aruh?” (Fortuna)
Fortuna llamó a Naku desde el baño.
“Así es, ¿Estás lista?” (Naku)
“Si” (Fortuna)
La puerta del baño se abrió y Fortuna salió usando un vestido sencillo de color rosa. Se veía muy linda.
“Buenos días, Aruh…” (Fortuna)
“Buenos… días, Fortuna.” (Aruh)
Ambos permanecimos en silencio durante un instante, yo admirándola y ella a la expectativa de algo… ¡Cierto, mi opinión!
“Te ves hermosa, Fortuna.” (Aruh)
“Muchas gracias, Aruh” (Fortuna)
Fortuna asintió orgullosa con sus mejillas teñidas de un suave carmesí, que resaltaba en su bella piel clara.
“No podíamos dejar que siguiera usando las ropas que le pusieron los ladrones.” (Naku)
“Naku fue quien lo compró… Me queda justo a la medida.” (Fortuna)
“U, fu, fu… Luego de lo de anoche conozco bien tus proporciones, Fortuna.” (Naku)
“Esa es… Una habilidad peculiar.” (Fortuna)
Si, lo es.
…
Naku ayudó a Fortuna a peinarse antes de que saliéramos.
De nuevo pude verla con sus tirabuzones, me sentí nostálgico al recordar nuestra niñez.
Quería llevarlas a almorzar antes de ir con el alcalde y partir del pueblo hacia Jimama.
Salimos y fuimos al comedor de la posada. Había algo de gente, nos estaban mirando…
“Estamos atrayendo mucha atención.” (Aruh)
“Creamos una gran conmoción con la pelea de anoche… Todo el pueblo sabe de nosotros.” (Naku)
‘Me di cuenta cuando salí a comprarle ropa a Fortuna’ agregó Naku. Va a ser un almuerzo un tanto incómodo, quizás deberíamos comprar algo afuera e ir con el alcalde directamente.
“¡Muchas gracias!” (hombre 1)
“Gracias.” (mujer 1)
Mientras que me estaba preguntando que hacer, las personas del lugar comenzaron a darnos palabras de gratitud.
“Les estamos muy agradecidos por lo que han hecho…” (hombre 2)
“¡Son los héroes de Goldtree!” (hombre 3)
“Gracias por librarnos de Ponzoña.” (mujer 2)
Una mujer se me acercó y me beso las manos, tenía lágrimas en sus ojos y una sonrisa en sus labios.
“¡Hey, posadero! ¡Trae la mejor comida, los héroes han venido a comer!” (hombre 4)
Recibimos aplausos y más palabras de gratitud. Naku y Fortuna estaban felices por el alivio de estas personas. Yo también lo estaba, esos malditos ladrones debieron provocar un gran sufrimiento en todos los habitantes de la región, y ahora que ya no estaban, podrían descansar de sus maldades.
Fuimos llevados hasta una mesa y se nos sirvió comida, el ambiente se volvió alegre, como si fuera una celebración.
Pese a ser temprano, se nos sirvió del mejor alcohol que tenía la posada, la comida también estaba muy buena.
Duramos mas de la cuenta en el desayuno, recibiendo alabanzas y pidiéndonos que contaramos como exterminamos a los ladrones… Naku fue quien contó la historia y cambió muchas partes para evitar incomodar a Fortuna, el resultado fue un relato de heroísmo bastante exagerado, pero todos lo creyeron.
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Antes de partir, el posadero nos detuvo y se nos acercó con un pequeño pergamino.
“Tengan. No es mucho pero me gustaría que lo llevaran con ustedes… Es una recolección de recetas de nuestro pueblo y aldeas cercanas.” (posadero)
“¡Lo recibiremos con gusto!” (Aruh)
Nos vendrá bastante bien, es un muy buen obsequio... No tiene por qué menospreciarlo.
Le agradecidos por el regalo y nos retiramos de la posada.
En las calles también éramos el centro de atención… y al igual que en la taberna, todos nos estaban agradeciendo.
Cuando por fin llegamos a la casa del alcalde, este nos estaba esperando junto a algunos guardias y dos carros, uno para transporte de personas, y otro para mercancías muy parecido al que ya teníamos.
Ambos carros eran tirados por caballos.
Los guardias traían consigo a Eufira y a Roksa, quienes se veían muy cansadas y tristes.
“Buenos días a los tres. Siento mucho lo ocurrido antes del amanecer, joven Hydran; fue un grave error de nuestra parte permitir que estas dos volvieran a molestarlo.” (Alcalde)
“... Las veo muy demacradas, ¿Les hicieron algo?” (Aruh)
No me gustaría que se hubieran desquitado con ellas violándolas. No los diferenciaría de los bandidos de haberlo hecho.
“Las dejamos en el foso, eso fue todo. Han estado así desde que las capturó.” (Alcalde)
Debieron pasar la noche sin descansar y sufriendo por lo que les había dicho. Fortuna se veía preocupada por ellas, hasta Naku se vio un poco apenada de su situación pese a lo que me había dicho anteriormente.
La fortaleza de ambas por sentir piedad por las jóvenes esclavas me parece admirable.
En mi caso, planeo ser duro con las dos esclavas… Pero por ahora...
Me les acerqué, pero no respondieron de ninguna forma; así que tomé un trapo, lo humedecí con una poción especial y cubrí la nariz y boca de cada una con él.
Las dos cayeron dormidas de inmediato, con esto descansaran un poco.
“Si están despiertas podrían intentar hacer algo nuevamente… Esta es una poción llamada ‘Abrazo del Sueño’, con esto las mantendremos dormidas hasta Jimama.” (Aruh)
Mi voz era seria, el alcalde y los guardias asintieron. Eufira y Roksa fueron subidas al carro de mercancías.
Cuando miré a Naku y Fortuna, las dos reaccionaron de forma parecida. Fortuna me veía con una sonrisa cálida, y Naku dio un profundo suspiro pero también estaba sonriendo.
…
Fuimos llevados hasta la casa de Gerso para reclamar sus demás posesiones. Entramos solo los guardias y yo, según Naku y Fortuna, Gerso tenía trampas en la casa.
Fortuna corría peligro adentro y no quise dejarla sola, así que se quedó afuera junto con Naku.
La casa no contenía mucho. Había cajas con pieles y otros materiales, pero nada importante.
Como Naku había dicho, la construcción estaba llena de trampas y habitaciones ocultas.
De todas formas, no encontramos ningún documento.
Finalmente, llegamos a la última habitación, una pequeña recamara en la planta baja.
“No hemos encontrado nada. Me pregunto si de verdad hay algo guardado aquí.” (Wallace)
“La manera en que actuaron sus dos esclavas me hace creer que si lo hay… Es mejor que salgan del cuarto, podría haber más trampas.” (Aruh)
Confiaba en mis reflejos para evadirlas, el problema sería si hay trampas con gas o polvo venenoso. Tengo algunos antídotos variados conmigo pero no sabia si alguno pudiera funcionar, Gerso podría tener venenos con fórmulas que requieran de un antídoto en específico.
Me quedé a solas en el cuarto y busqué algún escondite secreto en los muebles o en la construcción.
El lugar más sospechoso era el suelo, de entre todos las habitaciones esta era la única que tenía uno de piedra……. No había baldosas sueltas por ningún lado, ni debajo de los muebles, quizás no estaba en el suelo después de todo…
Inspeccioné de arriba a abajo toda la habitación, pero no encontré nada… Aunque noté que ni siquiera había trampas o pasadizos.
Me puse a observar todo el cuarto detenidamente, tratando de encontrar algo que no encajara.
Aparte del suelo, el resto de la construcción era de madera, incluso los muebles. Viéndolo bien, más que una recamara parecía un estudio de un adicto al trabajo, había varios anaqueles vacíos y un gran escritorio; en comparación, la cama era pequeña y no tenía nada de énfasis.
¿Gerso realizaba sus experimentos aquí? Dudo que los hiciera en las cuevas con los demás ladrones.
Me senté frente al escritorio y trate de ver la habitación desde el punto de vista de un alquimista e investigador. Puse mis manos sobre el mueble y sentí que su textura era bastante granulada, sería muy difícil escribir sobre él.
Me levanté y traté de sentir los demás muebles, todos tenían una textura similar.
Había cierto patrón entre los gránulos… Eran como un código, no, un lenguaje.
Quizás los documentos estaban escritos en la madera de los muebles.
…
“Esto lo va a volver difícil de transportar.” (Naku)
Traje solo a Naku y a Fortuna a la habitación para mostrarles mis hallazgos.
“El lenguaje es el que hablan en Igy, conozco el idioma, podría transcribirlo todo a unos cuantos pergaminos.” (Fortuna)
“Pero eso tardaría bastante tiempo, quería que partiéramos hoy a Jimama.” (Aruh)
Fortuna sonrió con orgullo.
“Aruh… He ayudado mucho a mi padre con su trabajo, por lo que he lidiado con un gran número de documentos… Transcribir todo esto me tomará poco más de una hora.” (Fortuna)
Y era cierto.
Solo bastaba que deslizara sus manos una vez por la superficie de los muebles para memorizar los caracteres; y la velocidad con la que movía la pluma me dejó con la boca abierta.
En cuestión de minutos, terminaba de transcribir todo el contenido de un mueble y pasaba a otro.
“Fortuna es realmente poderosa con una pluma.” (Naku)
“Es cierto.” (Aruh)
Naku y yo admiramos la habilidad de Fortuna, cuando de pronto, sus manos se detuvieron.
“Aruh… Gerso tenia informacion sobre el elixir.” (Fortuna)
La noticia fue inesperada… Tenía que investigar a fondo los documentos.