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Capitulo 64

Capítulo 64: El deber de un médico y una gratitud eterna.

“¿Tres monedas de oro? Me parece bien.” (Aruh)

Era el precio justo por este milagro.

Fui rápidamente junto a Eugene para revisar mejor la condición de su esposa.

“Eugene, deja que la vea.” (Aruh)

“S-Sí… P-Por favor.” (Eugene)

Mientras que inspeccionaba sus heridas externas, usé mi psicometría para profundizar el diagnóstico. Su daño externo era muy malo, tenía laceraciones abiertas, muy probablemente fue golpeada con un látigo; pero sus órganos internos no estaban mejor, principalmente su sistema digestivo y excretor… En este estado, morirá en 3 horas más.

Sus ojos se abrieron un poco al sentir el tacto de Eugene y el mío, pero no tenía capacidad suficiente para conservar la consciencia.

“Aquí tiene este documento como pago por la compra de los esclavos… Ahora pasan a ser propiedad de Aruh Hydran.” (Dob)

“¿Una promesa de pago del gobierno? ¿Quienes son ustedes?” (Brunch)

“Agente Dob, soy escolta de ese joven y sus acompañantes… El documento que le entregué es válido por tres monedas de oro como acordó el precio inicial.” (Dob)

Dob cerró el negocio con Brunch mientras yo me encontraba revisando a Keeva.

“Eugene, sé que no querrás separarte de tu esposa en este instante, pero necesito que me hagas el favor de traer a Desia y a Naku cuanto antes… Deben de estar entrenando en estos momentos” (Aruh)

“...Si, como ordene, mi señor.” (Eugene)

Tras recibir mi orden, Eugene corrió fuera de la tienda a toda velocidad, no sin darle antes un último vistazo a su amada mujer.

“Fortuna, voy a necesitar algunos ingredientes y equipo de entre las cosas de los vagones…” (Aruh)

“Díme qué debo traer.” (Fortuna)

Me puse de pie y comencé a analizar a todos los esclavos, diciendo que ingredientes necesitaba para tratar a cada uno.

“6 flores de Zop, 2 kilogramos de hígado de pez tricolor, 1 litro de extracto de médula de gum, 8 ranas Sakava secas, 2 frascos de aceite de Huarto, 1 frasco de pasta de lavanda con sumu, 2 paquetes de polvo de raíz escarlata, 1 frasco de musgo verde de Tulser, 3 gemas mágicas envueltas en papel rojo, 2 en purpura y 1 en blanco. Mortero, recipientes, hervidor junto con un paquete de hojuelas de pino, punzor anagiranta, vendajes y un colador…” (Fortuna)

Fortuna organizó mentalmente todo el pedido y lo repitió a la perfección.

“Volveré de inmediato.” (Fortuna)

“Dob, acompáñala.” (Aruh)

Dob asintió y fue junto con Fortuna a los establos.

“¿Es usted un curandero, señor?” (Brunch)

“Más bien un alquimista.” (Aruh)

Traía conmigo algunas pociones básicas, sólo servirían para tratar de manera superficial a los pacientes.

“Abra todas las jaulas y ayudenme a quitarles los grilletes.” (Aruh)

“¿Eh? ¿Quitarles los grilletes? Pero estas personas son…” (Brunch)

“Mis pacientes. Ahora que son de mi propiedad puedo hacer lo que quiera con estas mujeres y el niño… Y quiero que no tengan puestos los grilletes.” (Aruh)

Aún confundidos por mi actitud y petición, Brunch y su asistente se vieron entre sí y se encogieron de hombros, pero igual me obedecieron.

Saqué varios trapos y todas mis pócimas con efecto desinfectante, calmante y regenerativo, tras lo cual me limpié muy bien las manos.

De manera suave y minuciosa, fui limpiando sus cuerpos con los trapos y agua tibia con sal, y después les apliqué todas las pociones.

De vez en cuando reaccionaban y abrían los ojos o movían los labios… Solo las mujeres, el niño se mantuvo siempre inconsciente.

...Voy a salvarlos a los cinco.

La chica cíclope sufría de ataques constantes de tos. Ella tenía los pulmones y garganta muy lastimados y una intensa fiebre por lo que fracturé hoja de Fufran e hice que inhalara el aroma…

Es un método poco conocido, pero aparte de ser usada en saneamiento, la fragancia antiséptica de las hojas de esta planta puede aliviar algunos males respiratorios.

Para mi alivio, sentí las presencias de Naku, Desia y Eugene acercarse.

Cuando terminé de aplicar los auxilios básicos, los tres llegaron a la tienda y pude sentir también las presencias de Fortuna y Dob acercándose.

“¡Mi señor! ¡Aquí estamos!” (Eugene)

“¡Aruh! ¡Eugene nos dijo lo que pasó! ¿Cuales son los diagnósticos de los cinco?” (Naku)

“¡Usaré todo mi poder mágico!” (Desia)

“Muchas gracias. Desia, necesito que uses tu magia en los pacientes y cánticos en pociones que voy a preparar... En unos momentos van a llegar Fortuna y Dob con los ingredientes. Naku, tu y yo auxiliaremos a Desia administrando las pócimas.” (Aruh)

Les expliqué el estado de salud de los cinco… Y continuamos con el tratamiento.

“Soy el fuego que da calor, soy el agua que trae bendiciones, el gentil viento que danza con los árboles y la tierra que produce vida. La guía de los cuatro elementos primarios y el origen de todo, ¡Gran principio!” (Desia)

Una fuerte luz que no lastimaba la vista inundó la tienda y se expandió hacia afuera. Muchas personas del mercado debieron haberla visto.

“Aruh, ¡He traído los ingredientes y los instrumentos!” (Fortuna)

Fortuna y Dob llegaron apenas se desvaneció la luz del hechizo de Desia.

"Fortuna, Dob, regresaron muy rápido, muchas gracias." (Aruh)

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Le agradecí a Fortuna y a Dob por traer los materiales.

El efecto de la magia de Desia fue sorprendente, sus heridas se cerraron por sí solas…

“Esa… Esa… ¡¿Esa fue magia de alto nivel?!” (Brunch)

“En verdad… Curarán a los cinco…” (Mormin)

Brunch y su asistente quedaron asombrados ante el poder de Desia…

“Fantástico.” (Naku)

“Lo es, pero aún falta mucho por hacer…” (Aruh)

Era momento de aplicar todos mis conocimientos de alquimia medica.

“Eugene… Sujeta la mano de tu esposa, ¡Apoyala!” (Aruh)

“...Sí.” (Eugene)

Puse todo mi instrumental frente a mí y los ingredientes a mi lado.

La mujer orco y la chica tigretaria tenían múltiples fracturas en varias partes de sus cuerpos. Tenían algunos órganos y vasos sanguíneos lastimados… Involuntariamente recordé a Kober, eso me hizo sentir ansioso.

Les elaboré un bálsamo para hacer que los huesos se curaran adecuadamente, y otro para regenerar los órganos y vasos. Desia usó un cántico sobre ambos remedios y estos brillaron con luces de diversos colores.

Mientras que Naku ungía vendas con los bálsamos y envolvía a las chicas con ellos, yo continué preparando las otras pociones.

Las heridas externas de Keeva ya habían sanado, y le hice beber una pocion de ranas. El efecto del hechizo curativo de Desia comenzó a perder efecto, así que lo realizó de nuevo.

Hice un aceite poco espeso para aliviar las enfermedades de la chica cíclope; al igual que con los medicamentos anteriores, Desia le infundió magia y Naku lo administró.

Solo restaba el niño humano… Él tenía muchas heridas internas y su sangre estaba contaminada con esporas de un moho rarísimo, el cual le impedía reaccionar de alguna forma.

“Desia, usa el hechizo ‘Marcha del agua’ con esta poción, por favor.” (Aruh)

Un hechizo curativo de nivel intermedio para hacer que medicamentos líquidos se deslicen sin problemas por un punzor u otro objeto afilado hasta el interior del cuerpo del paciente. Es la versión mágica de una inyección… Por extraño que parezca, no pertenece al elemento agua sino a la magia curativa.

“Entendido.” (Desia)

Naku buscó un punto donde pudiera enterrar el punzor… Fue en su brazo derecho.

Terminamos.

Solo era cuestión de esperar lo mejor.

Miré afuera de la tienda, estaba lloviendo, no me di cuenta de cuándo comenzó.

“Gkuhh………. ¿Huh?” (Keeva)

“¡Keeva!... ¡Está consciente! ¡Recuperó la consciencia, mi señor!” (Eugene)

El tratamiento fue un éxito, el cuerpo de Keeva sanó completamente, pero se encontraba muy débil.

“¿Quien…? ¿Donde…? ¿Eugene?” (Keeva)

“Si, soy yo… Eugene… Soy Eugene.” (Eugene)

Una tenue sonrisa se dibujó en el rostro de Keeva y cayó inconsciente de nuevo… Lo cual asustó a todos.

“Está dormida. No tienen porque preocuparse.” (Aruh)

Todos suspiraron, incluso Brunch y su asistente.

Revisé a los demás pacientes… Todos estaban mejorando favorablemente.

“¡Lo hicimos!” (Aruh)

Naku, Fortuna y Desia se lanzaron a mis brazos, estaban tan contentas que lloraban.

“¡Aruh! ¡Aruh!” (Fortuna)

“¡Que alegría!” (Naku)

“Menos mal… ¡Todo salió bien!” (Desia)

Las abracé, tenía mis ojos llenos de lágrimas también.

Dob se sentó agotado, supe que él y Fortuna fueron y regresaron a caballo de los establos… Que esté así de cansado debió ser por los nervios.

“Los… Los esclavos se encuentran bien… Mis 100 monedas de oro…” (Brunch)

“Al menos triplicó su inversión, jefe… No quedaremos en la ruina.” (Mormin)

“...Cierto… Pero eran 100…” (Brunch)

“...El pago fue saldado. La salud de los esclavos se recuperó gracias al trabajo del dueño actual… No habrá quejas, ¿cierto?” (Dob)

“¡No los habrá! ¡Se lo aseguramos!” (Brunch)

Dob les enseñó un parche con el escudo de la región a los dos hombres y estos se disculparon asustados.

“No me molestaría darles un poco de dinero extra si me dan un par de cosas.” (Aruh)

Mantas limpias, varas largas de madera o metal, y que nos prestaran un vehículo.

Quería transportar a las cuatro mujeres y al niño fuera del mercado de esclavos… Y Dob nos dio una solución de a donde llevarles.

“Sé que es una posada enfocada en el placer sexual… Pero tiene muchas ventajas: está cerca de aquí, es barato y seguro, pueden estar varias personas en un mismo cuarto, ustedes se hospedan ahí… Podemos llevarlos ahí y rentar otra habitación” (Dob)

“No es una mala idea.” (Naku)

Pienso igual, les tendríamos muy cerca para seguir vigilando su progreso.

Me preocupaba un poco lo ‘ruidosa’ que era la posada, pero tenía habitaciones muy tranquilas donde puedan descansar sin perturbación.

Brunch y su asistente acercaron un carro para transporte de esclavos a la entrada de la tienda.

Fabriqué batas y camillas para los cinco con las mantas y las varas para subirlos.

La lluvia había arreciado bastante y eso provocó algunos encharcamientos, pues los caminos eran sólo de tierra.

Cuando llegamos a la posada, las chicas nos esperaban junto a algunas mucamas, quienes les estaban pidiendo que regresaran a su habitación.

“¡Ah! ¡Ya llegaron!” (Titanya)

“¿Como fue todo? ¿Se encuentra bien la esposa de Eugene?” (Mitena)

“Si, Keeva y los otros cuatro están algo débiles pero se mejorarán.” (Aruh)

Todas se emocionaron al escuchar las buenas nuevas…

“Querido huésped, le pedimos que haga que las señoritas regresen a su habitación… Que todas estén en la entrada ha puesto nerviosos a los demás huéspedes.” (mucama)

“De verdad lo sentimos mucho… No sabíamos que hacer más que esperar.” (Agatha)

“Nos encargaremos de compensar por las molestias, pero primero nos gustaría rentar una habitación extra, por favor.” (Fortuna)

“¿Una habitación extra? No hay problema, pero…” (mucama)

“Gracias, me gustaría que la preparen cuanto antes. Con tiempo indeterminado para cinco personas.” (Fortuna)

La mucama asintió.

Las chicas se sorprendieron al enterarse de que no solo era la esposa de Eugene quien venía con nosotros.

Bajamos a los cinco y les llevamos hasta una habitación cercana a la nuestra; las mucamas no dijeron nada sobre sus condiciones.

“¡Fue un gran milagro el que ocurrió! Un milagro causado por su gran bondad.” (Alice)

Alice me tomó de las manos y me miró llena de admiración con sus emotivos ojos azules.

Les conté a todas con mayor detenimiento lo que ocurrió durante nuestra búsqueda.

Dob y los comerciantes se retiraron apenas dejamos en el cuarto a los cinco. Eugene estaba entre su deseo de quedarse junto a su esposa u obedecer su código de soldado y retirarse a su posada, así que intervine le pedí que se quedara por más tiempo.

Mientras veía a las mujeres y al niño durmiendo, Agatha suspiró aliviada… Aunque también frustrada.

“Agatha, chicas… Gracias por sus buenos deseos.” (Naku)

“Buenos deseos… Pero no fue nada, solo pediamos para que todo saliera bien.” (Blair)

“Es cierto, es frustrante, pero cuando Eugene nos dijo que su esposa estaba herida, sabíamos que no podíamos hacer nada más que rezar.” (Varitse)

“...Y encima le provocamos problemas a las personas de la posada.” (Agatha)

Fortuna se cruzó de brazos, molesta.

“¿Y qué hay de malo con rezar? Escuchen, no hay nada de frustrante en pedir que todo salga bien… No es bueno que se menosprecien o envidien las capacidades de las demás… Todas están esforzándose en lo que son buenas, ¿verdad? Somos un equipo, cubrimos las debilidades de las demás y recibimos su ayuda al mismo tiempo.” (Fortuna)

“Es cierto… Perdóname, Fortuna.” (Blair)

Todas sonrieron y los ánimos aumentaron. Así debía ser, todo salió bien, y debíamos estar alegres por ello.

Nos dividimos en grupos para cuidar de las cuatro chicas y el niño, quienes en estos momentos ya eran libres, aunque primero tendríamos que esperar hasta que despierten para escuchar sus historias y saber qué hacer después.

Actualmente era el turno de Ursula, Eugene y mio.

Permanecíamos en silencio, atentos por si alguno de los cinco despertaba.

Vi a Eugene, su mirada estaba fija en su esposa, tenía una gran sonrisa en sus labios y un brillo de esperanza en sus ojos.

“Eugene.” (Aruh)

“¿Sí, mi señor?” (Eugene)

“A tu hijo también lo encontraré y rescataré.” (Aruh)

Él volteo a verme en silencio y asintió feliz.

“Me repito mucho… Pero le agradezco de todo corazón por todo lo que hace por mi… Cuando me compraron para ir a Tulser creí que ese lugar iba a ser mi tumba…” (Eugene)

Su expresión se volvió nostálgica.

“Maldije mi suerte en un principio. Había escuchado lo terribles que eran esas montañas, posiblemente moriría en una misión de exploración, o en el frente en la batalla contra algún monstruo… Pero en lugar de desgracias lo encontré a usted.” (Eugene)

Úrsula se recostó contenta en mi regazo.

“Mi señor, su gentileza es más grande que la de cualquier persona que he conocido, está en un nivel incomparable. si yo hubiera ido solo al mercado me habría negado a entrar en la tienda de ese hombre y jamás me habría podido reunir con Keeva.” (Eugene)

“Si… La amabilidad del joven Aruh es una luz guía.” (Ursula)

Lo haces sonar como si fuera una habilidad mágica, Ursula. Acaricié su cabeza y ella cerró los ojos, contenta.

“Concuerdo con esas palabras. Es gracias a su buena voluntad que esté ahora aquí, a un lado de mi esposa… Usted no ha hecho más que colmarme de felicidad, mi señor. Mi vida sería insuficiente para pagarle por todo… ¿Cómo podría hacerlo entonces?” (Eugene)

“...Ayúdame como hasta ahora, haz feliz a tu esposa, da lo mejor de ti para encontrar a tu hijo, se fuerte y valiente. Si haces eso podrás pagarme.” (Aruh)

“......Sí, eso haré.” (Eugene)

Eugene miró contento a su esposa.

“Usted es grandioso, mi señor. Desearía que Summen lo tuviera como rey.” (Eugene)

Sonreí nervioso. Ser rey está muy fuera de mi habilidad.

“El rey del mundo.” (Ursula)

Eso está aún más afuera, amor.