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07-El motel

Abel salió de la puerta con la moto preparada para viajes a larga distancia, pero el viudo ya no vestía su traje formal, sino que se puso ropa de motociclista para poder viajar con comodidad. Abel llevaba puesto unos jeans azules con zapatos negros, una chaqueta de cuero marrón y unos guantes de cuero también marrones.

Tras cerrar la puerta con llave y ponerse su casco de seguridad, Abel puso su moto en marcha rumbo a Golden Valley.

El viaje hasta Golden Valley tomaría 1 día en moto, por lo que era un viaje bastante largo y en consecuencia Abel tenía que realizar una parada en algún hotel para poder dormir o preparar la carpa para reposar en alguno de los campos cercanos a la ruta.

Luego de cargarle el combustible a la moto, Abel salió por la ruta y comenzó el viaje monótono y aburrido por la ruta. De vez en cuando Abel cruzaba alguna arboleda interesante para observar ,pero el paisaje de esta ruta era generalmente verde por la soja o verde amarillento por los maizales. Por lo que el viaje se tornaba un poco monótono al poco rato de ver el mismo paisaje repetido por horas.

Tras unas 12 horas viajando en moto, efectuando varias paradas para comer y descansar, Abel llegó a un hotel que se encontraba colocado en la entrada de un pueblo rural: aunque la gran realidad era que más que un hotel era un motel, pero Abel no le quedó otra que elegir este lugar para dormir porque parecía que no había muchas opciones para elegir en este pueblo.

Al llegar a la puerta del motel, Abel se encontró con un viejo sentado en una silla pegada a la puerta del motel. El viejo tenía el pelo blanco y la cara muy arrugada; estaba vestido con unos jeans marrones, una camisa blanca y un sombrero de vaquero marrón. Por la apariencia parecería que el viejo era un vaquero bastante tradicional de estas zonas rurales y hasta portaba un revólver en su cintura que mostraba sin ningún pudor.

Actualmente, el vaquero se encontraba fumando con una pipa de madera, mientras miraba con curiosidad como Abel se le acercaba.

—¿Buscas un sitio para dormir, muchacho?—preguntó el vaquero mientras fumaba con calma.

—¿Usted es el dueño del motel?—Respondió Abel—Estoy buscando un lugar para pasar la noche.

—Me temo que no quedan cuartos disponibles...—Comentó el viejo con cierta pena

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—¿Hay algún otro sitio para pasar la noche en este pueblo?—preguntó Abel con preocupación, mirando como todos los estacionamientos disponibles del motel estaban llenos de autos y motos.

—No, este es el único motel de la zona—Respondió el viejo—¿A dónde te diriges, muchacho?

—Golden Valley—Respondió Abel

—El siguiente pueblo en esa dirección está a 5 horas en moto...—Comentó el Vaquero con preocupación—Si estás muy cansado, conozco un sitio donde puedes dormir.

—Tengo una carpa, pero si conoce un sitio, preferiría dormir cómodo—Comentó Abel con una sonrisa, dormir en una carpa era bastante incómodo y dormir en dichas condiciones no era lo más óptimo para hacer un viaje de 12 horas seguidas al día siguiente.

—El sitio no es muy cómodo, pero supongo que estará bien por una noche—Comentó el Vaquero mientras fumaba con calma—¿Vez la casa que está por aquella dirección?

Abel vio donde apuntaba la mano del vaquero y en la distancia observó en el medio de uno de los campos una casa muy pequeña, algo escondida tras una arboleda.

—¿Puedo dormir en esa casa? ¿Cuánto tengo que pagarle?—preguntó Abel.

—Si solo te vas a quedar a dormir por una noche, es gratis—Comento el vaquero con una sonrisa amable—Ese de ahí es mi campo, pero la casa está abandonada debido a que hace mucho me mude a vivir al motel. Pero los muebles viejos siguen estando; únicamente ten cuidado de que no te pique alguna araña, ya que te quedas a dormir, limpia la casa un poco.

—Bueno, muchas gracias por la ayuda—Comentó Abel, no estaba extrañado por la amabilidad del viejo; en general en las zonas rurales de este país las personas eran menos frías y solían pensar más en el otro.

—No hay nada que agradecer, muchacho—Respondió el viejo con una sonrisa mientras continuaba fumando con comodidad—De todas formas, ¿Por qué te diriges a Golden Valley? No mucha gente viaja a ese pueblo en ruinas…

—Fui a Golden Valley en mi luna de miel…—Comentó Abel con pena—Ahora quiero volver a ese lugar para recordar el pasado y tratar de aceptar mi presente.

El viejo notó que Abel estaba solo y comentó con una sonrisa triste:

—Que edad tan joven para ser viudo... Yo hace mucho me quedé viudo y aunque en mi época no era muy común ir de viaje cuando te casabas: ¿no te pareció que elegiste un mal sitio para irte de luna de miel?

—Fue un sitio horrible para ir de luna de miel…—Dijo Abel con una sonrisa irónica en su rostro—Pero el sitio para ir de luna de miel no lo elegí yo; a mi esposa siempre le gustaron esos lugares tétricos y espeluznantes. Sin embargo, con el tiempo me di cuenta de que el sitio era lo menos importante, ya que con estar juntos de viaje era suficiente. Al final, nos divertimos bastante en Golden Valley.

—Ir de luna de miel a un pueblo minero abandonado de seguro fue emocionante...—Comentó el viejo mientras fumaba recordando su pasado—Bueno, te noto algo cansado; mejor seria que vayas a preparar tu cuarto antes del anochecer, no hay luz en esa casa así que no pierdas el tiempo.

Abel se despidió agradeciendo nuevamente y se dirigió a la casa en el campo.