Informe de investigación B8-856 - Incidente en la escuela secundaria St.Patrick. Código internacional del Evento IP-B-FAPD-UUSS-032-8-856 Carátula Internacional
Investigación Paranormal de clase B ejecutada por la Fundación A.P.D. realizada en la región de los Estados Unidos, redirigido al laboratorio 032: Octava década de actividad del laboratorio, evento ochocientos cincuenta y seis de clase B estudiado durante la última década por el laboratorio 032.
Código Interno B8-856 Carátula Interna Incidente en la escuela secundaria St.Patrick Estado del Informe CONFIDENCIAL Investigador Principal Dr. ██████ ██████ Nivel de peligro de la misión ████ Fecha del Evento ██ / ███ / █ ██ Ubicación Escuela Secundaria St. Patrick, Florida, EE. UU. Estado de la operación Archivada Descripción del Investigador Principal
No era la primera vez que nos enfrentamos a algo así, pero la verdad es que nunca te preparas lo suficiente para un escenario de este tipo. El día comenzó como cualquier otro. Una llamada más, otro incidente en una escuela, otro caso de estudiantes que se dejaron llevar demasiado por la curiosidad, otra catástrofe que limpiar. Pero en cuanto llegamos a la Escuela Secundaria St. Patrick en Florida, supe de inmediato que algo estaba terriblemente mal, algo que iba más allá de lo que nuestras experiencias podían abarcar.
El ambiente era espantoso. Había cuerpos mutilados por todas partes, y los noticieros se abalanzaban sobre la policía, exigiendo respuestas. Sus cámaras enfocaban a los niños muertos como si fueran animales de circo. Los padres estaban desesperados, casi al borde de la locura. Llenos de furia, lanzaban insultos y piedras a los policías. Un grupo de ellos, completamente deshechos por la situación, intentaba entrar a la escuela por su cuenta para buscar a sus hijos. No puedo negar que, debido a la ineptitud de la policía, algunos de esos padres lograron entrar y hasta nos ofrecieron su ayuda en la investigación. Era un caos total: la policía no pudo controlar la situación.
Nosotros siempre llegamos tarde; es la triste realidad de nuestro trabajo. No se puede investigar algo que no existe y tampoco se puede contener un evento que no ocurrió. A lo mucho podemos tratar de predecirlos, informar a las personas de evitar ciertos lugares, brindar información para disminuir las víctimas fatales y desalentar ciertas conductas peligrosas de la sociedad. Pero esta vez todos los mecanismos de prevención fallaron y llegamos demasiado tarde. Ya desde el comienzo de la misión comprendí que uno de los padres afectados por la tragedia trabajaba en el área de contención y envió la información a la prensa para apresurarnos. Lo logró. El muy malnacido lo logró. Ante los ojos de todos, nos vimos forzados a entrar en la escuela.
No había vuelta atrás para ninguno de nosotros. Sabíamos que estábamos a punto de enfrentarnos a algo mucho más grande y aterrador de lo que nos habían contado nuestros superiores inicialmente. Pero ahí estaban las cámaras enfocándonos y la policía no dudó en encerrarnos en la escuela hasta recuperar a todos los niños que seguían escondiéndose dentro de la misma. No los culpo. Estaban obligados a actuar de esa forma, así como nosotros estábamos obligados a resolver este caso o morir en el intento.
La masacre ya era una noticia nacional. Así que los informes preliminares eran un secreto, no muy secreto que digamos: los estudiantes de entre 12 y 18 años de la escuela secundaria St. Patrick habían experimentado una especie de “posesión” masiva. Dicen que todo comenzó con pequeños comportamientos extraños: miradas vacías, murmullos ininteligibles, temblores en las manos. Pero cuando los profesores intentaron controlar la situación, ya era demasiado tarde. Lo que parecía una serie de comportamientos erráticos pronto se convirtió en una violenta cacería humana.
Las cámaras de seguridad captaron casi todo. Bueno, todo lo que se puede captar en imágenes. Porque lo que vi en esas grabaciones no era solo gente perdiendo el control. No. En los videos, se veían sombras que no correspondían a ninguna fuente de luz, que se movían como si tuvieran vida propia. No era la primera misión en que las veía, pero sí era la primera vez que escuchaba que estas sombras fueran agresivas.
You might be reading a pirated copy. Look for the official release to support the author.
Tras recuperar el archivo de videos de la sala de vigilancia, se confirmó rápidamente que todos los rumores eran ciertos. Los estudiantes no parecían ser ellos mismos. Los ojos, vacíos y oscuros, se enfocaban en cualquier cosa que fuera humana. Atacaban sin razón ni piedad. Las grabaciones mostraban niños golpeándose los unos a los otros, mutilando a sus compañeros con tijeras sin filo y usando sus dientes para arrancarse los dedos entre ellos. Y, por supuesto, estaban las criaturas paranormales. En su gran mayoría eran sombras alargadas y difusas, que aparecían en los momentos clave. Las mismas sombras que nos observaron desde el primer momento en que pusimos un pie en esa escuela.
En cuanto a la misión de investigación, la operación fue sorprendentemente fluida. Fácil, diría. No hubo grandes dificultades técnicas. Las cámaras funcionaron relativamente bien, y las pruebas recogidas fueron suficientes para confirmar lo que ya sabíamos: esto no era obra de algún artefacto, ritual u objeto peligroso. Las sombras, las posesiones, las muertes, todo apuntaba a unas entidades habían salido del “otro mundo” e intentaban tomar control del lugar y los estudiantes. Al menos, eso fue lo que concluimos oficialmente.
Sabíamos qué había más de lo que habíamos visto. Siempre hay algo más, algo que no puedes explicar con informes ni con pruebas científicas. Pero, ¿qué íbamos a hacer? Necesitábamos un informe para la prensa. El trabajo tenía que hacerse rápidamente. Y a pesar de █████████████████, la operación fue un éxito en términos de lo que se esperaba de nosotros. La policía cerró el caso, se comenzó a demoler la escuela y las familias recibieron el consuelo que se les podía ofrecer. Aunque, claro, consuelo es una palabra fuerte cuando has perdido a un hijo o hija en algo que ni siquiera puedes comprender.
En cuanto al █████, estábamos revisando las últimas áreas de la escuela, veníamos varias horas trabajando sin mayores problemas y la situación aparentaba ser segura: decidimos separarnos para encontrar a los últimos supervivientes, y recopilar pruebas de forma más rápida. Fue una mala decisión. Aunque atribuyó el █████ a la falta de experiencia de los involucrados. Esos agentes eran muy jóvenes para enfrentarse un evento de tipo B. Yo lo sabía. Pero no había nadie más disponible y los superiores ███████████████. Por lo que tampoco me quejo.
██████████ ██████████████████████████████. Y no fue una █████ normal. No fue como si se hubiera perdido en el edificio o se hubiera desorientado. No, lo que pasó fue que ███████████████. Un momento estaba allí, ██████████ ██████████ y ██████████, y al siguiente, había █████ del radar. Lo buscamos por toda la escuela, rastreamos sus huellas, revisamos las cámaras de seguridad, pero no había rastro alguno. Solo las sombras. Siempre esas malditas sombras. No eran agresivas, no parecían serlo. Caminaban junto a nosotros, casi siempre ignorándonos. Aunque en la mayoría de casos escapaban al vernos. Atrapamos algunas de estas sombras y las mandamos a ██████ para ser investigadas. Se confirmó que eran las mismas sombras que se pueden ver por todos lados cuando uno se estresa más de la cuenta; inofensivas, un poco curiosas y en general muy miedosas. Pero no había dudas de que estas sombras eran las responsables de lo que ocurrió con ██████████.
El otro, el que █████, no es una historia que se cuente fácilmente. Tenemos una imagen de la sombra que lo █████ recuperada de su cámara corporal, la ██████ no registró nada. Según la ██████, al ver la sombra a unos pocos metros de él, el investigador ██████ empezó a convulsionar. Sus ojos empezaron a sangrar. Intentamos ayudarlo cuando escuchamos los gritos, pero no había nada que pudiéramos hacer. Estábamos muy lejos, él estaba en la sala de vigilancia y nosotros en el gimnasio. Seguimos sin comprender por qué él █████ y nosotros no. Era como si una de las tantas sombras que había por la escuela hubiera decidido ██████████ por mero capricho.
Lo más inquietante fue lo que encontramos en el laboratorio de ciencias, donde había ocurrido uno de los incidentes más violentos. Las paredes estaban cubiertas de símbolos extraños, como si los estudiantes hubieran estado dibujando con su sangre antes de desangrarse por completo. Las grietas en las paredes formaban patrones que cambiaban cada vez que mirábamos hacia otro lado. No podías concentrarte en ellas mucho tiempo, o comenzabas a sentir que algo te miraba de vuelta. Y las luces no dejaban de parpadear de forma molesta, como si el edificio mismo estuviera muriendo con cada segundo que pasábamos allí.
Los cuerpos que encontramos en esa aula estaban destrozados de maneras que no tienen sentido biológico. Había marcas de dientes, pero no eran de humanos ni de ningún animal que conociéramos. Las extremidades de los niños estaban torcidas en formas sin sentido, como si los hubieran torturado por diversión. Algunos cadáveres parecían haber sido arrastrados por la fuerza hasta ser triturados contra las paredes. Otros estaban colgados del techo, como si algo los hubiera levantado por el cuello y dejado ahí para que los encontráramos. No fue una simple masacre. Fue una ejecución sistemática de todo lo que respiraba en esa aula. ¿Podrían ser las sombras las responsables? Lo dudo y la verdad no la supimos nunca. De todas formas creó que por esa aula pasó alguna criatura simbiótica a las sombras que se aprovechó de que los niños estaban siendo poseídos para invocarse y alimentarse. Sea lo que sea que haya hecho esa masacre, desapareció tan pronto como los policías llegaron.
Aun así, a pesar de todas las desgracias que enfrentamos, no puedo sacarme la sensación de que todo fue demasiado fácil. Como si las entidades y lo que fuera que acechaba en esa escuela, nos hubiera permitido investigar a gusto. Nos dejó entrar, recoger pruebas, documentarlo todo, y luego se retiró en silencio. Como si nuestra llegada hubiera sido programada y ahora estuviera esperando el momento adecuado para volver. O aún peor, como si hubiera usado este ataque para ocultar algo, posiblemente un evento aún más peligroso. Las sombras todavía me atormentan. Puedo sentirlas incluso ahora, mientras escribo este informe. No puedo dejar de pensar que lo que vimos no fue el final, sino el comienzo de algo más grande. Algo que aún no comprendemos por completo. Tal vez fue un aviso, una advertencia de lo que está por venir.
Pero, al final del día, eso es algo con lo que lidiaran los superiores, ¿no? Nosotros somos solo peones en este juego, siguiendo órdenes y resolviendo casos que tal vez nunca debieron abrirse en primer lugar. Me consuela pensar que lo que mi instinto me decía podría haber sido solo el fruto del estrés. Dado el escándalo público que rodeó el caso, no me sorprendería haberme equivocado en algunos aspectos. Quizás me apresuré demasiado en la investigación; los superiores querían resultados inmediatos, y no podía rechazar su demanda, especialmente con la avalancha de evidencia que teníamos. Nunca había visto un evento tan bien documentado, y eso que llevo décadas trabajando como investigador.
Ahora, mientras archivo este evento, la escuela permanece en calma. La demolición avanza sin contratiempos, y la sensación de que la normalidad está regresando es reconfortante. A pesar de todo fue un buen trabajo. Los días han pasado, y aunque no puedo evitar reflexionar sobre el caos que una vez fue, el silencio que queda es un recordatorio de que la vida sigue su curso gracias a personas como nosotros.