La grabación hizo una pausa, y por un momento solo el zumbido del aire acondicionado llenó el cubículo donde Gómez permanecía inmóvil. Luego, la voz de Jonathan regresó, esta vez más baja, casi en un susurro.
—“Ellos” saben que mataste a Thomas Smith, pero desconocen tus motivos. Están confundidos, creen que el parásito que te controló fue solo una coincidencia. “Ellos” todavía no saben lo que tú ya sabes y no deben saberlo nunca. No confíes en nadie, ni siquiera en los superiores. Te veré en los niveles inferiores, cuando sea seguro. Y por favor, ten cuidado, “Ellos”…
Jonathan dejó de hablar abruptamente, parecía que se había arrepentido de lo que está a punto de revelar. La grabación no había terminado y Gómez permanecía inmóvil en el pequeño cubículo, respirando con dificultad mientras observaba la tarjeta negra. La había presionado hace tan solo unos segundos, pero parecía que habían pasado horas. La luz azul continuaba parpadeando, como una advertencia en la penumbra del baño. Finalmente, el mensaje de Jonathan volvió a reproducirse. La voz de su amigo sonaba diferente, grave, cargada de una tensión que no solía mostrar. Se percibía un trasfondo de miedo en cada palabra, y eso era lo que más perturbaba a Gómez.
—Gómez, si estás escuchando esto, significa que ya te diste cuenta de que las cosas no son lo que parecen… —Empezó nuevamente Jonathan, su voz un poco distorsionada por el sistema de grabación, pero aun así clara— Necesito que prestes mucha atención, porque lo que te voy a contar no es fácil de digerir. Lo primero que tienes que saber es que el examen que te hiciste… El que confirmó tu posesión… no fue una coincidencia.
Gómez sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras. ¿Qué significaba eso? El examen había sido el primer indicio de que “alguien” estaba planificado una coartada además de él. Los resultados eran concluyentes: había estado bajo la influencia de un “parásito”, una sombra que lo había poseído. Evidentemente, el mejor agente de este laboratorio se había cuestionado el hecho de que Jonathan le recomendara hacerse esa prueba por aparente “casualidad”. Pero ahora su amigo le estaba confirmando que tenía la misma sospecha. El asunto estaba escalando.
—El “jefe”…—Continuó Jonathan— Me tiró muchas indirectas. Más de las que me di cuenta en su momento. Me hizo pensar que recomendarte hacer ese examen era lo correcto, que era una excelente coartada para evitar que te despidieran. Sabes cómo es él, nunca le diría ni a su madre lo que realmente piensa, ni mucho menos lo que opina sobre lo que ocurre en los pisos superiores. Así que él no podía decirte directamente qué recursos humanos estaba operando para que te expulsaran de la fundación…. No, Gómez, no es lo que crees. Esto es mucho más complejo de lo que te imaginas. Es necesario que abandones este laboratorio. “Ellos” quieren eso, y yo también. Puesto que “Ellos” no saben lo que yo sí sé. Si te quedas en el laboratorio, te matarán. Estarás en la lista de desaparecidos. Pero si te vas, podrás escapar de todo lo relacionado con Thomas Smith…
La voz de Jonathan se cortó abruptamente y un estallido de estática interrumpió brevemente sus palabras, añadiendo una capa de urgencia a su mensaje. Cuando regresó, su voz estaba aún más desesperada. Por su tono de voz y el sonido de ambiente distintos, parecía que esta parte del mensaje fue grabada en otro día y en otro lugar. Como si hubiera estado pensando el asunto a lo largo de los días y hubiera hecho otro pequeño avance en sus investigaciones.
—La pregunta que me persigue es: ¿Qué sabía el jefe de todo esto? ¿Cuánto sabe de “Ellos” y cuánto nos oculta? Dudo que él sepa mucho, pero no tengo dudas de que él sabe que alguien quiere sacarte de este laboratorio. Cuanto más lo analizo, más me convenzo de que esa recomendación no fue una mera casualidad.
—Yo tampoco puedo quedarme mucho tiempo en este laboratorio, Gómez…—La voz de Jonathan se hizo más urgente— Tras unos días torturándome por comprender este caso, comencé a comprender mejor las cosas: “Ellos” están desesperados por encontrar algo que Thomas Smith poseía, aunque desconocían que fuera él quien en realidad poseía lo que buscaban. “Ellos” creen que Thomas Smith fue solo otro de los tantos “fracasos” en la misión y por eso van a tratar de matarte, Gómez… Eres el mejor agente de este laboratorio y que te hayas cruzado con Thomas Smith les es incómodo a “Ellos”. Hasta que no obtengan lo que buscan, no pueden dejar que su “cacería” salga a la luz o alertarán a su “presa”. Tu presencia en el laboratorio es peligrosa para “Ellos”. Si insistes en seguir siendo un agente, “Ellos” comenzarán a sospechar de que sabes algo que no deberías saber y orquestarán todo para asegurarse de que termines en la lista de desaparecidos.
—Escúchame bien, Gómez…. Nada de esto es lo que parece. “Ellos” no están detrás de la masacre en la escuela secundaria St. Patrick. Sé que es difícil de entender ahora, pero escucha hasta el final. La recomendación del examen J74, el comportamiento evasivo del jefe, las sombras que rodearon la tragedia de St. Patrick, el interrogatorio de Thomas Smith, la posesión de Thomas Smith, la insistencia de recursos humanos en sacar a los veteranos… Todo esto forma parte de un esquema mucho más complicado de lo que puedes imaginar.
—El objetivo final de todos esos eventos es “proteger” el secreto que escondía Thomas Smith. Debían eliminarlo antes de que fuera desaparecido por “Ellos”, tal como han hecho con otros historiadores que siguen desapareciendo mientras grabo este mensaje. “Ellos” ya investigaron a Thomas Smith durante su juicio. No tengo pruebas de eso, pero tampoco dudas. Lo importante es que no encontraron nada. Thomas Smith fue solo otro “fracaso”. Toda la verdad fue encubierta por otras manos.
—Comprendes el problema, Gómez... Estamos metidos en medio de una guerra secreta entre dos grupos. Uno de estos bandos son “Ellos”, los que tú ya conoces. El otro bando… no puedo explicártelo ahora mismo.
—Es crucial que nos veamos en persona cuanto antes. Necesito discutir este asunto cara a cara para hacerte comprender la magnitud de lo que está ocurriendo.
Gómez apretó los dientes. Preocupado por lo que estaba escuchando. La existencia de otro bando le parecía bastante coherente y justificaba muchos problemas que él había encontrado al revisar el actuar de “Ellos”. Sin embargo, lo que no entendía era cómo su amigo había llegado a conocer toda esta información. No le había contado nada sobre sus sospechas ni sus miedos acerca de Thomas Smith, ni siquiera le había compartido sus dudas sobre “Ellos”.
Como si se hubiera anticipado a sus pensamientos, Jonathan Parker le contestó. Aunque el sonido del ambiente nuevamente había cambiado, parecía que otros días de investigación habían pasado entre mensaje y mensaje.
—Empecé a desconfiar de todo cuando vi los resultados de tu examen —Continuó Jonathan, ahora su tono era más cauteloso, casi paranoico— La idea de que tu posesión fuera real me resultó extremadamente sospechosa. Pero lo que realmente me inquietaba era preguntarme: ¿por qué te recomendé hacerte el examen en primer lugar? No podía dejar de darle vueltas a eso. Así que decidí investigar por mi cuenta y me puse a pensar en todo lo que me había ocurrido ese día.
—Sabía qué los empleados de recursos humanos estaban buscando cualquier excusa para reemplazar a los veteranos, y que tu situación era especialmente complicada. En las duchas tú actuabas de manera extraña, parecías perdido, como si estuvieras fuera de lugar y atrapado en tus propios pensamientos. Era razonable ofrecerte mi ayuda dada tu supuesta perturbación por la muerte de Thomas Smith. Sabía que no era normal encontrarte en ese estado, pero en aquel momento ignoré la cuestión. Ofrecerte de coartada el examen J74 tras la conversación que acababa de tener con el jefe parecía racional. Hasta ese punto todo seguía una cadena lógica y racional de eventos. Pero tu examen dio positivo y me resultaba inconcebible que realmente estuvieras poseído. Por lo que tome cartas en el asunto.
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Gómez sintió un escalofrío recorrer su columna. Podía suponer cómo es que había terminado envolviendo a Jonathan en este caso, pero aun así no quería creer que fuera cierto.
—Busque la grabadora de la sala de interrogatorios —La voz de Jonathan se volvió más baja, más intensa— Sabía que había algo mal cuando intenté acceder a las grabaciones del interrogatorio y no estaban. Al principio pensé que el jefe se las había llevado, ya sabes, para protegerte. Pero después de investigar un poco más, descubrí que no era así. Los rumores empezaron a circular entre los agentes. Algunos decían que tú mismo la habías hecho desaparecer para no dejar pruebas que te incriminaran ante recursos humanos.
—Sin embargo, no me tragué esa versión —Dijo Jonathan con un leve tono de certeza— He trabajado contigo por años, Gómez. Sabía que había algo más. Así que hice lo único que podía hacer: revisé tu “escondite”.
Gómez abrió los ojos con incredulidad. No, no era posible. Jonathan no podía haber encontrado su escondite. Era un compartimiento oculto, seguro, que llevaba años utilizando para guardar información confidencial, se encontraba justo debajo de uno de los asientos de su auto. Solo él sabía de su existencia o al menos eso creía. En esta época en la que todo el mundo confiaba en la tecnología como un ciego en su bastón, un escondite físico, anticuado, rudimentario e improvisado era casi indetectable. No podía creer que alguien lo hubiera encontrado.
—Sí, encontré la grabadora —Afirmó Jonathan— Estaba justo donde pensé que la encontraría. Y escuché todo. Absolutamente todo.
—Más tarde me enteré de que todas las grabadoras de las salas de interrogatorios habían sido reemplazadas por modelos en los que los botones de inicio, pausa y final son simples placebos. La idea detrás de esto era atrapar a los agentes haciendo cosas ilegales y, de esa manera, sacarlos del laboratorio. Una jugada excelente por parte de recursos humanos para deshacerse de los veteranos. Otra coincidencia sospechosa que añadir a la larga lista de coincidencias que rodean este caso.
—Después de revisar la grabación completa, finalmente entendí por qué mataste a Thomas Smith, por qué nunca dudaste de que estabas siendo poseído y por qué el examen resultó positivo. Sin embargo, todavía quedaban muchas preguntas sin respuesta, demasiadas incógnitas que necesitaban ser aclaradas.
El impacto de esas palabras hizo que el aire pareciera desaparecer del cubículo. Gómez sintió que su garganta se secaba. Las preguntas invadían su cabeza, pero al igual que Jhonatan, él también necesitaba obtener las respuestas.
La luz azul en la tarjeta negra de repente titiló, iluminando el espacio oscuro del cubículo, mientras la voz de Jonathan continuaba resonando en los oídos de Gómez. No había terminado. El mensaje seguía, y con cada palabra, Gómez sentía que las paredes del baño se cerraban sobre él. Su respiración era pesada y el sudor comenzaba a formarse en su frente.
— ¿Recuerdas lo que pasó en ese interrogatorio, y por qué actuaste como actuaste? No fue solo la sombra. Tú mismo te convenciste de que era lo correcto. Tenías que encubrir lo que estaba ocultando Thomas Smith, ¿verdad? Sabías que él tenía información sobre algo mucho más grande que todos nosotros, sobre “El Observador”.
—Lo que descubrí tras interesarme en esta criatura va más allá de lo que imaginaba —La voz de Jonathan se tornaba más oscura, más tensa—La conspiración que intentabas encubrir es enorme, Gómez. Pensabas que al eliminar a Smith estabas protegiendo algo, tal vez al laboratorio, o tal vez a ti mismo. Pero en realidad, estabas encubriendo algo mucho más oscuro de lo que te puedes imaginar.
Jonathan hizo una pausa antes de continuar. Bruscamente cambió de tema, y nuevamente evitó hablar de la información más delicada que había descubierto. Continuó hablando, pero su tono estaba muy desgastado y cansado, como si le costara admitir lo que estaba a punto de decir.
—Y luego está lo que ocurrió en St. Patrick….
—Gómez, hay algo que necesito confesarte. En el vestuario te había dicho que había participado en la investigación de esa masacre de forma privada. Sabes que estuve allí, revisando los informes y las pruebas. Pero no te conté todo. Una de las familias de una de las tantas víctimas se acercó a mí. Eran unos conocidos de mi infancia, justamente estudiamos juntos en la escuela secundaria St. Patrick. Ellos me ofrecieron una cantidad absurda de dinero para que hiciera algo. Quería pensar que lo hacían por justicia, por encontrar un culpable, pero la realidad es más complicada. Todo lo relacionado con Thomas Smith es complicado. Me pidieron que eliminara una grabación. Una grabación de una de las cámaras de seguridad en la escuela, específicamente la que capturó lo que sucedió en el pasillo frente al salón de arte, donde Thomas Smith asesinó a unos niños.
—Al principio, pensé que estaban tratando de proteger la imagen de su hijo, que tal vez querían evitar que la prensa filtrara como fue su muerte. Pero luego me di cuenta de algo más. Esa grabación era única que mostraba toda la secuencia de hechos que sentenciaron a pena de muerte a Thomas Smith, Gómez. Mostraba que había algo más que simplemente un profesor asustado. Hacía dudar de si Thomas Smith estaba siendo poseído.
—Y aquí es donde las cosas se complican, Gómez. La familia que me pagó eran conocidos míos, y no tengo dudas de que lo hicieron para evitar que se revelara cómo murió su hijo. Pero al hacerlo, eliminaron cualquier rastro de lo que realmente sucedió en ese pasillo. Si esa grabación hubiera salido a la luz, Thomas Smith habría tenido una excusa. Tal vez se habría dado cuenta de que estaba siendo poseído. Y eso habría evitado que lo condenaran a muerte.
—Sé lo que estás pensando, Gómez —Dijo Jonathan, como si pudiera leer la mente de Gómez a través del mensaje— Sé que piensas que lo hice por codicia. Y tal vez tengas razón. Tal vez acepté el dinero porque lo necesitaba. Sabes que siempre he sido un desastre con mis finanzas. En este laboratorio todo el mundo tiene unos cuantos muertos en el armario, el problema es que los míos son caros. No podía negarme a tan buen negocio. Así que me adentre a la sala de seguridad de la escuela y reemplacé la grabación por estática.
—En los informes oficiales, a los que puedes acceder desde los archivos del laboratorio, esa cámara fue registrada como afectada por el “evento paranormal” y pasó desapercibida, igual que muchas otras que sufrieron el mismo fenómeno. La única cámara útil para la justicia muestra un ángulo en el que Thomas Smith parece un asesino despiadado. Con eso tuvieron suficiente para condenarlo y enviarlo a nuestras instalaciones.
—Gómez, te dejo este pendrive. Contiene todo lo que realmente sucedió ese día. Tal vez te ayude a entender mejor lo que está ocurriendo…—Jonathan hizo una pausa, el sonido de su respiración irregular se filtraba en el audio— Cuando acepté destruir la grabación de la cámara de seguridad en St. Patrick, me lo justifiqué pensando que no era tan importante. Creí que eliminando ese video estaba ayudando a unos amigos a superar su duelo. A lo mucho estaba cerrando una puerta para que Thomas Smith no pudiera eludir su condena, lo cual no importaba, porque, al final del día, no me parecía que un hombre como él mereciera clemencia. ¿Qué clase de profesor va armado a un colegio?
Nuevamente, el mensaje terminó abruptamente, y otra vez se reanudó como si hubiera pasado al menos un día. El ambiente era diferente, y la voz de Jonathan Parker también. Había cambiado por completo. La paranoia en su tono era difícil de describir. Parecía que estaba luchando contra sí mismo, intentando explicar lo que había visto sin caer en la locura.
—Hay... Hay algo más... Todo esto… Todas estas coincidencias que rodean la muerte de Thomas Smith, no pueden ser simplemente… casualidades. Es como si cada decisión que tomé, cada paso que di, hubiera estado predestinado para llevarme a hacer esta grabación. Y ahora que conozco toda la verdad, no puedo dejar de preguntarme… ¿Quién me guió hasta aquí? ¿Por qué estoy grabando este mensaje? ¿Por qué fue tan fácil que todo ocurriera de esta manera?...