Dante con lentitud gateo por el pasillo de tierra iluminado con flores blancas; el viejo estaba bastante cansado mentalmente de tener que pasar por este pasillo 6 veces.
Aunque para Kacper recolectar 5 cuerpos fue una cuestión de minutos, para Dante fueron varias horas seguidas gateando por este pasillo infernalmente largo.
Algo que aprendió Dante es que si bien su cuerpo revivía , por tanto, su cuerpo no se cansaría, su mente seguía acumulando cansancio. A estas alturas, Dante pudo sentir que empezaba a producirse un efecto que nunca antes sintió en su cuerpo y era que su cuerpo estaba en perfectas condiciones, pero Dante se sentía demasiado cansado para seguir avanzado: como si no tuviera ganas de salir del túnel.
Otra cosa que aprendió Dante, además de la relatividad de los tiempos dentro del túnel, es que podría escapar de Kacper si así lo deseara: fue algo instintivo, pero al revivir más de tres veces seguidas Dante noto que las luces blancas del túnel se volvieron rojas al abrir la puerta.
Al ver las luces rojas, Dante sintió el instinto de que podría cerrar la puerta e ir en dirección contraria y de esa forma él aparecería en otro punto aleatorio de este piso. Dante no probó hacerlo, pero su instinto le decía que eso ocurriría.
El viejo se emocionó bastante al sentir este instinto; ya que la última vez que sintió el instinto para poder hacer algo fue hace mucho tiempo cuando descubrió cómo abrir el túnel. Por lo que Dante sintió que había esperanzas de encontrar una manera más sencilla de salir a la superficie, si lograra despertar el instinto de usar los túneles para ir al piso 0 entonces sus problemas se acabarían.
El único problema es que el viejo no tenía idea cómo se provocaba ese instinto y supuso que la manera de lograrlo era perdiendo completamente la cabeza con la idea de viajar a la superficie, lo cual parecía ser una mala idea.
Luego de gatear por un rato, Dante diviso la puerta en la distancia; curiosamente esta puerta era siempre la misma y era una simple puerta de tablones de madera de color negro, muy similar a los troncos de los árboles que había en este lugar. Para abrir la puerta se utilizaba un champiñón rojo que crecía en la puerta como un pomo y era lo único llamativo de la puerta.
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Dante gateó hasta la puerta, tomó el champiñón rojo y abrió la puerta. Luego el viejo maldijo haber aceptado este trato, ahora también tendría que morir para obtener los frutos de los arbustos mortales.
Kacper notó que Dante volvía a salir de entre los arbustos cercanos y comentó con emoción:
—Bueno, vayamos por los arbustos, te indicaré el camino.
—¡Espera!—Gritó Dante con cansancio—Primero deberías guardar los cuerpos, dame un tiempo para descansar y de paso tráeme algún té o algo para relajarme: estoy demasiado cansado como para continuar con la siguiente tarea ahora mismo.
—Algo para relajarte...—Murmuro Kacper tratando de pensar alguna cosa útil—Podría probar con los champiñones… te traeré algún té con champiñones; probablemente los champiñones te ayuden a ponerte en mejor estado para tu siguiente tarea.
Dante con canción se fue a sentar en las escaleras de la cabaña.
Era realmente extraño para Dante sentir que podías continuar, pero que tu cabeza esté quemada y te diga que pares. El viejo sentía como si no estuvieran en sincronía su mente con su cuerpo.
Desde las escaleras, Dante vio como el guardabosques cargaba los cadáveres en su espalda y se los llevaba a la cabaña.
Incluso cargando un cadáver, Kacper tuvo la delicadeza de cerrar la puerta luego de ingresar como buscando evitar que Dante fisgonee las cosas dentro de su cabaña.
Luego de un rato, Kacper volvió con un cráneo humano; el cráneo había sido modificado para que funcionase como una taza, por lo que sus orificios habían sido tapados con madera.
—Espero que te ayude a relajarte…—Comentó Kacper con una sonrisa, entregando el cráneo a Dante
—No tenías tazas normales...—Se quejó Dante mientras tomaba de mala gana el cráneo y miraba su contenido.
Dentro del cráneo parecía haber agua de color azul, con champiñones violetas flotando por todos lados. El aspecto del trago parecía ser bastante exótico y el olor era similar al de los frutos rojos, por lo que el viejo probó el trago esperando que su sabor fuera tan bueno como su aspecto.
El sabor era bastante similar al tequila, pero había un leve sabor extraño con gusto a arándanos bastante rico, lo más interesante es que el agua azulada te dormía la boca con solo tomar un trago y luego de beber un poco Dante se sintió un poco más feliz.
—¿Está bueno el trago?—Preguntó Kacper mientras traía otro cadáver de regreso a la cabaña
—Esta... muy... bueno—Comento Dante con esfuerzo porque la lengua estaba dormida y no se movía de forma correcta.
—¡Qué bueno! Si quieres te doy un poco de esos champiñones cuando te marches—Comentó Kacper con una sonrisa mostrando sus dientes afilados—En el invierno todo el bosque se llena de ellos, así que tengo de sobra.
Dante siguió tomando el trago con felicidad y vio como Kacper cerraba la puerta nuevamente para guardar el cadáver en la cabaña.