Diez personas se encontraban trabajando en una sala con paredes completamente blancas y llena de maquinaria compleja. El suelo de la habitación parecía estar compuesto de azulejos también de color blanco y en el techo de la sala se encontraba una sola lámpara de metal oxidado que iluminaba toda la habitación con una luz blanca.
La lámpara parecía no funcionar de forma correcta porque parpadeaba constantemente, pero el personal que trabajaba en la sala no parecía preocuparse por la lámpara rota en absoluto y continuaban concentrados en sus tareas.
Todos los trabajadores vestían batas blancas de laboratorio y una red para cabello, junto a un barbijo azulado y unos guantes de látex también azulado. Todas las batas de laboratorio tenían un parche cuadrado colocado en su pecho que decía lo siguiente: 'Científico del laboratorio 019 del Instituto de investigación paranormal de la fundación A.P.D.'
Una de las paredes de la sala blanca estaba hecha completamente de cristal y permitía ver el interior de otra sala con paredes y pisos de hormigón sin pintar y la misma lámpara en el techo.
La mayoría de trabajadores en esta sala blanca miraban hacia la habitación de hormigón con diferentes instrumentos y los restantes anotaban las indicaciones de los trabajadores que observaban la sala de hormigón.
En la habitación de hormigón sé encontraban 6 sillas de metal oxidado. Todas las sillas estaban colocadas en forma de círculo, por lo que las sillas apuntaban al medio del círculo.
En el medio del círculo formado por sillas se encontraba un pedestal de madera podrida y llena de hongos. El pedestal de madera tenía un agujero en el medio, por lo que parecía que algo podía meterse dentro de él.
Arriba del pedestal se hallaba un libro con cubiertas completamente negras y sin título. El libro estaba en muy mal estado y parecía haberse caído al agua; sus páginas parecían amarillentas y estaban muy arrugadas.
—¿Está todo preparado para iniciar la interacción con el artefacto APD-0032?—preguntó uno de los científicos de la habitación blanca, mirando un botón blanco cubierto por un cristal colocado en una de las paredes.
—Si—Contestaron unos cuantos científicos al unísono, mientras giraban una llave que eran colocadas sobre las máquinas en las que trabajaban.
Cuando todos los científicos terminaron de girar sus llaves, el botón cubierto por el cristal pasó de tener un color blanco a verde. El científico que miraba el botón levantó el cristal que lo cubría y presionó el botón verde, inmediatamente una puerta de metal oxidado se abrió en la habitación de hormigón.
Por la puerta de metal oxidado entraron en la sala de hormigón cuatro científicos que vestían trajes para trabajar materiales peligrosos de color amarillo. Los científicos se encontraban cargando una bolsa negra para cadáveres y con sumo cuidado la colocaron en el piso al frente del pedestal.
Acto seguido, uno de los científicos comenzó a abrir la bolsa para cadáveres mostrando un cuerpo con la cabeza abollada. El muerto era nada más y nada menos que Thomas Smith. Cuando la bolsa se abrió, los científicos vistiendo trajes amarillos miraron a la pared de cristal en busca de instrucciones.
El hombre que había tocado el botón verde se acercó a un escritorio con lentitud y se sentó cómodamente en la silla del escritorio. Acto seguido, el científico toco un botón negro en su escritorio. Con la mano presionando el botón, el científico dio una serie de instrucciones:
—Coloquen el cadáver en el agujero del pedestal. El cadáver debe ser colocado de cabeza y mientras realiza la tarea: no meta su mano en el agujero. Cuando terminen esperen instrucciones. En caso de que accidentalmente meta la mano en el agujero, le será apuntada con un láser antes de que su vida corra riesgo.
Al escuchar esas palabras, los científicos de amarillo comenzaron a colocar el cadáver en el agujero con nerviosismo. Cuando la cabeza abollada de Thomas Smith entró en el agujero de pedestal de madera, un olor putrefacto llenó la sala.
The author's content has been appropriated; report any instances of this story on Amazon.
Inmediatamente, muchos brazos delgados comenzaron a surgir del interior del agujero del pedestal y ayudaron con el arrastre del cadáver hacia el interior. Los brazos parecían estar hechos de carne podrida y tenían la piel gris. Había muchos hongos coloridos creciendo por los brazos, por lo que no podía distinguir claramente si eran brazos humanos o de alguna criatura desconocida.
Los científicos no se vieron afectados por el olor rancio debido a los trajes que vestían; no obstante, de vez en cuando un brazo dejaba de agarrar al cadáver y en su lugar intentaba agarrar a uno de los científicos, pero el brazo parecía no poder salir del interior del pedestal. Por lo que los investigadores con traje amarillos estaban seguros mientras no metieran la mano en el interior del hueco por error.
Cuando los científicos lograron colocar todo el cadáver en el pedestal. El orificio del pedestal de madera comenzó a llenarse de hongos agujereados de color rojo como la sangre. Al ver la escena, los investigadores con trajes amarillos retrocedieron unos pasos y miraron el pedestal con cautela en la distancia.
Cuando el agujero se bloqueó completamente por los hongos, el libro en el pedestal comenzó a chorrear sangre y un título apareció en su cubierta negra el cual decía: 'Thomas Smith'
Al ver que el libro cambiaba su cubierta, el científico sentado en el escritorio sonrió debajo de su barbijo y volvió a presionar el botón, mientras decía:
—Excelente, la parte más peligrosa de la interacción fue completada con éxito. Ahora les pido que se queden en la sala en un costado: pegado a una de las paredes, mientras aguardan más instrucciones.
El científico dejó de presionar el botón en su escritorio y preguntó en voz alta:
——¿Está todo preparado para iniciar la segunda fase de interacción con el artefacto APD 0032?
—Si—Contestaron unos cuantos científicos al unísono, mientras giraban una segunda vez la llave que estaban colocadas sobre las máquinas en las que trabajaban.
El científico en el escritorio noto que el botón verde en la pared se tornaba de color rojo, por lo cual se acercó a la pared y presionó el botón rojo.
Inmediatamente, unas personas vestidas con atuendo militar entraron en la sala. La persona llevaba una máscara de gas, por lo cual su rostro no era visible y en el pecho del traje militar podía encontrarse un parche cuadrado que decía: 'Guardia X3-321- Instituto de investigación paranormal de la fundación A.P.D.'
El guardia se encontraba custodiando a una persona encadenada. La persona encadenada estaba vistiendo un uniforme blanco con rayas negras, por lo que se trataba de un prisionero condenado a muerte como Thomas Smith.
Cuando el científico que había tocado el botón rojo en la pared, noto que el guardia había entrado, se aproximó con lentitud y sin apuro a su escritorio como si esto fuera una operación rutinaria para él. Con toda la calma del mundo, el científico toco el botón de su escritorio y comento:
—Guardia 321 coloqué al recluso en una de las sillas de la habitación y encadenado de pies y manos. Repita la tarea hasta que las 6 sillas estén llenas. Los científicos en la sala revisarán que los reclusos estén correctamente encadenados mientras usted trabaja. No hay riesgos en esta operación, ejecute la orden sin apuro y de forma correcta.
El guardia siguió la orden y encadenó al recluso en la silla. Mientras que el recluso estaba molesto por tener que ser encadenado y de vez en cuando insultaba a los científicos y al guardia. El guardia fue trayendo una persona a la vez, por lo que se tardó bastante en encadenar a los 6 reclusos a sus sillas.
Cuando todo se encontraba preparado, el científico en la sala blanca volvió a tocar el botón y comento:
—Guardia 321 puedes retirarte
El científico esperó a que el guardia se retirara y continuó dando órdenes:
—Ustedes reclusos ya saben el contenido de la misión y los riesgos por fallar en esta etapa de la interacción con el artefacto. No obstante, la fundación estuvo preparando a todos ustedes por unos meses para que puedan lograr completar la misión de manera exitosa. Les recuerdo que si consiguen completar la misión con éxito se les permitirá ser libres y salir de las instalaciones.
Al escuchar esas palabras, todos los reclusos se miraron los unos a los otros con confianza. Los reclusos sabían que no sería sencillo lograr completar el experimento, pero este experimento venía con un boleto para escapar de su condena de muerte, por lo que todos los reclusos pusieron sus esperanzas en lograrlo.
Al terminar de decir esas palabras, el científico en la sala blanca volvió a tocar el botón y comento:
—Uno de los científicos en la sala de hormigón deberá abrir el libro en el pedestal y preguntar en voz alta: "¿Cuál es la historia del observador investigado por Oliver Murphy?". Los otros tres científicos se irán de la sala antes de que se realice la pregunta. El científico notará que los hongos que bloquean el agujero en el pedestal comienzan a desintegrarse. Sin apuro alguno, el investigador caminará hacia la salida y cerrará la puerta. No hay riesgos en esta operación, ejecute la orden sin apuro y de forma correcta.