French asintió, casi automáticamente, apoyando a su padre.
—Sí, el control y la disciplina son fundamentales.
Neusi, con su bondad natural, quiso suavizar un poco la conversación.
—También es importante recordar que, además del control, la bondad y el apoyo mutuo son esenciales. Richard, tu presencia aquí no solo se trata de poder, sino de la amistad y la conexión que compartimos.
Richard asintió nuevamente, agradecido por el apoyo de la alto mando de los Magicsy. Luego miró a Ugaldy y a French, el muchacho agregó.
—Estoy de acuerdo. El control es importante, pero también lo es la comprensión y la empatía. He aprendido mucho, no solo sobre la magia oscura, sino sobre mí mismo y sobre la importancia de las relaciones que cultivamos.
Ugaldy, manteniendo su máscara amigable, sonrió con aprobación.
—Sabias palabras, Richard. Estoy seguro de que llegarás lejos con esa actitud. French, aunque recatada, permitió una pequeña sonrisa de aprobación.
—Sí, Richard. Tus palabras son inspiradoras.
La cena continuó con conversaciones más ligeras y agradables, pero Richard no pudo evitar sentir que había algo más profundo y oculto detrás de las palabras amables de Ugaldy. Sin embargo, decidió disfrutar del momento, rodeado de aliados y especialmente con la presencia cálida y sincera de Neusi a su lado.
—Siempre me han fascinado los Aquamoon —comentó Richard, sonriendo—. La forma en la que lidian con sus ilusiones es abrumadora, deberían de avisar en la entrada de Hydralis que nada es real o algo así.
Neusi asintió con entusiasmo.
—¡Sí! He oído historias de cómo los Aquamoon pueden transformar un desierto en un oasis en cuestión de minutos. ¡Es casi mágico! pero no los subestimes, la presión del agua es más filosa que cualquier acero.
Ugaldy, con una sonrisa irónica, añadió.
—No es de extrañar que sean tan valorados en tiempos de guerra y paz. Aunque, claro, a veces parecen un poco... dramatúrgicos con sus espejismos.
French se permitió una pequeña sonrisa.
—Bueno, padre, si pudieras manipular el agua y sanar heridas con un toque, probablemente también serías drama y problemas.
Neusi soltó una risa.
—¡Exacto! ¿Y qué me dicen de los Bloodfire? Su fuerza física y habilidad para manipular el fuego son legendarias. Algunos de ellos incluso han sido redimidos de los Tenebris, lo que los hace aún más interesantes.
Richard, sorprendido, continuó lo que se le vino a la mente, ya que extrañaba a su amigo Blast, y a su amiga Lía.
—Son increíblemente poderosos, y su fuerza de voluntad es paralela. Pero también tienen un temperamento que se corresponde con su elemento. Conozco a algunos que podrían quemar un bosque solo por una discusión.
Ugaldy rio, pero con un toque de sarcasmo.
—Ah, sí, los Bloodfire y su pasión ardiente. Me pregunto si alguna vez aprenden a canalizar esa energía en algo más productivo.
French intervino, siempre reservada.
—Su pasión es una fuerza a tener en cuenta. Y hablando de pasión, ¿Qué tal los Darkfrost? Manipulan el hielo y, al igual que los Bloodfire, algunos también han sido redimidos de los Tenebris. Neusi se inclinó hacia adelante, emocionada.
—¡Los Darkfrost son fascinantes! Imagínate poder crear esculturas de hielo con un solo pensamiento. Aunque, a veces, me gustaría tener un Darkfrost de novio, me ahorraría las altas temperaturas del verano. Richard rio, recordando a Kenny, Luna y Dapne.
—Es cierto, pero he conocido a algunos Darkfrost que son increíblemente cálidos una vez que los conoces. Es solo que, a veces, su exterior helado puede ser difícil de romper.
Ugaldy asintió, fingiendo estar de acuerdo.
—Supongo que todos tenemos nuestras barreras, ¿verdad? French continuó, mirando a su padre con una ligera sonrisa.
Did you know this text is from a different site? Read the official version to support the creator.
—¿Y los Seedwood? Su capacidad para manipular las plantas y su sanación avanzada es asombrosa. Incluso superan a los Aquamoon en eso.
Neusi añadió, con los ojos brillando de entusiasmo.
—¡Oh, sí! Los Seedwood, yo quiero mucho a Maddy, cuando son toda una comunidad, pueden hacer crecer un bosque en un día. Su conexión con la naturaleza es inigualable.
Richard asintió, impresionado, también recordando a Toru.
—Y su habilidad para sanar... es casi como si pudieran revertir el tiempo mismo. Realmente son asombrosos.
Ugaldy, con un toque de sarcasmo en su voz, comentó.
—Sí, sí, los Seedwood y su capacidad para hacer crecer plantas. Supongo que es útil... si eres un jardinero. French rio suavemente, mientras Neusi intentaba no reír demasiado fuerte.
—¿Los Starlight? —preguntó Richard, cambiando de tema—. Podemos manipular la luz y crear campos de fuerza. Nuestras habilidades defensivas son legendarias.
Neusi asintió, claramente impresionada.
—Los Starlight son como guardianes contra los Tenebris. Sus campos de fuerza son casi impenetrables. ¡Imagínate poder crear una barrera que te proteja de cualquier cosa!
French, siempre la voz de la razón añadió.
—Son increíblemente disciplinados. Su entrenamiento es riguroso y sus habilidades son refinadas hasta la perfección.
Ugaldy, con una sonrisa falsa, comentó.
—Sí, los Starlight y sus barreras. Muy útiles para esconderse detrás de ellas, supongo.
Neusi, notando el tono de su padre, trató de suavizar la conversación.
—Y luego están los Magicsy, como nosotros. Podemos hacer varias cosas, pero tenemos nuestras dificultades por ser mestizos.
Richard asintió, con una sonrisa comprensiva.
—Pero esa diversidad también es su fuerza. Pueden adaptarse a muchas situaciones diferentes y aprender de todas las elementálias.
French sonrió, asintiendo.
—Exactamente. Nuestra capacidad para adaptarnos es lo que nos hace únicos.
Ugaldy, sin embargo, dejó caer su máscara amigable por un momento.
—Es bueno escuchar eso, Richard. Porque, después de todo, en un mundo donde todos tienen habilidades tan... impresionantes, es crucial mantener todo bajo control.
La habitación quedó en silencio por un momento, la tensión estaba palpable. Neusi, siempre la pacificadora, intentó cambiar de tema.
—Así es, papá. Y hablando de control, ¿alguien quiere más vino?
La sutil daga de Ugaldy quedó al juicio de Richard, una, dos, o casi tres veces hubieran pasado desapercibidas por el muchacho, pero algo andaba pasando detrás de la intensidad de Ugaldy desde la percepción de Richard después de alcanzar su nuevo nivel de conciencia, incluso en medio de la conversación amena y cómica sobre las elementálias.
La cena terminó y tuvo finales amenos y agradables con los participantes. Richard decidió dejar ese pendiente para después. En el elevador, estaban Ugaldy, Neusi, French y Richard. Éste último estaba maravillado observando la impresionante actividad que se desarrollaba a su alrededor. La torre de Century City, hogar del gobernador Ugaldy y su familia, también albergaba la sede central del consejo mundial, y era un hervidero de figuras importantes.
Políticos, magos de alto rango, funcionarios burocráticos y agentes de seguridad caminaban apresuradamente de un lado a otro, abriendo y cerrando puertas, todos aparentemente inmersos en tareas cruciales.
Las paredes del elevador estaban hechas de un cristal mágico que permitía una vista clara de los pisos al pasar, cada uno de ellos marcado con brillantes letreros dorados que indicaban los nombres de los departamentos. Richard observó los nombres, fascinándose con la diversidad de funciones que se llevaban a cabo en el edificio. Vio departamentos dedicados a la regulación de la magia, oficinas de sanación, departamentos de investigación mágica, y más, pero su interés se despertó especialmente cuando empezaron a pasar por la zona del consejo mágico.
De repente, algo extraño llamó su atención. Unos pisos abajo, su mirada se detuvo en una escena perturbadora. A través del cristal, Richard vio a unos agentes en traje oscuro que sostenían en contra de su voluntad a una niña.
La chica, probablemente aún menor de edad, tenía una expresión de pánico y desesperación en su rostro mientras intentaba liberarse de sus captores. Sus gritos eran apenas audibles a través del vidrio, pero su angustia era evidente.
Richard se volvió rápidamente hacia Ugaldy, con una mezcla de preocupación e indignación en su rostro.
—¿Sabes qué está pasando con esa chica? —preguntó, señalando hacia abajo.
Ugaldy siguió la dirección de la señal de Richard y observó la escena con una mirada impasible. Después de un momento, negó con la cabeza, su expresión estaba manteniendo la misma calma estudiada.
—No estoy al tanto de cada caso legal que se lleva a cabo aquí, Richard —respondió Ugaldy con voz suave pero firme—. Este edificio maneja innumerables asuntos todos los días. Sin embargo, confío en que el consejo sabe lo que hace.
Neusi, que había estado observando la interacción, intervino en un intento de suavizar la tensión.
—Richard, el consejo mundial trata con casos muy complejos. Es posible que la chica esté involucrada en algo que aún no comprendemos completamente.
French, siempre seria y concisa, añadió con un tono de voz tranquilo y racional.
—Las apariencias pueden ser engañosas. Es mejor no sacar conclusiones precipitadas sin conocer todos los hechos. Richard, aunque algo más calmado por las palabras de Neusi y French, no pudo evitar sentirse inquieto, dudaba si de verdad ellos percibían lo que él. Recibía señales de alarma y que, tal vez algo este realmente mal, pero el método que estaban impartiendo no era el adecuado.
Entonces, la niña logró soltarse de los agentes y corrió sin ningún rumbo fijo. Richard, observando la escena, sintió una creciente preocupación. La niña tenía el rostro lleno de terror y, por su experiencia, Richard podía notar la angustia palpable en sus ojos. Cada movimiento de la niña parecía impulsado por un miedo visceral, una necesidad desesperada de escapar de sus perseguidores.
La niña se precipitó hacia el sistema de elevadores, sus pasos estaban resonando con eco en el amplio pasillo. Al llegar, golpeó frenéticamente el botón de llamada, su respiración agitada se veía empañando el vidrio transparente que separaba el interior del elevador del resto del piso. Richard, siguiendo cada uno de sus movimientos, vio cómo la niña no apartaba la mirada de Ugaldy, tenía sus ojos llenos de una súplica silenciosa pero intensa.