"El elemento principal de este procedimiento es la composición de la vela morada que participará en este ritual".

Daban las tres de la tarde, la madre de Richard y Lía estaban sentadas en el monte cercano al vecindario, cada una en una silla y con lentes para el sol, una bebida fresca de limón las acompañaba.

— ¿Quién diría que Tina fue la que empezó las hortalizas de plantas mágicas en este sitio? fue astuto de su parte —Meila, la madre de Richy, se llevaba bien con la tía de Lía, pero con el pasar de las semanas, meses, años, dejaron de hablarse.

"La elaboración de esta vela será lo más importante, seguido de diversos ingredientes, algunos tanto coagulados, como embalsamados, indicaré la duración y cantidades exactas de materiales a utilizar".

Lía estaba con Meila diciéndole las cosas por las que pasaron tras juntar los ingredientes de Shadow's Destiny— fue muy difícil para mi madre darme ese colmillo de dragón, estuvimos resguardándolo durante casi 3 semanas, vigilando que el dragón no nos descubriera, ni nos oliera —describía Lía haciendo ademanes.

La señora da un sorbo a su limonada y adula— tu padre siempre fue bueno para criar dragones, desde niño, recuerdo muy bien cómo ayudó a un Firewings nacer y cuando conoció a tu madre... no dejaba de pensar ni un momento en ella, ellos se complementaban, un buen frente, ella siendo la elegida de portar el báculo del roble, que ha pasado de generación en generación en su familia, no tienen ninguna posibilidad de ser vencidos —.

Lía se quitó los lentes y sentenció— seré rango D, ¡como mis padres! podremos pelear y dar fin a esta guerra —la mujer asintió con la cabeza.

— Así será, si lo manifiestas, nada te detendrá —.

La chica volteó la mirada al frente y gritó— ¡el don del árbol padre no es un juego, necesitarás hacer cosas más grandes que eso si quieres dominar el poder! —.

Frente a ellas se encontraba el mismo golem de madera que hace unos días vio Gober, sólo que esta vez era considerablemente más grande, tres metros más grande aproximadamente, la madera tenía un grosor de 15 centímetros, madera verde en las articulaciones, haciéndolo flexible a petición, sus manos eran gruesas y en los nudillos se desarrollaron espinas, el golem tenía rostro similar a los tikis, era pesado, pero gracias al control que Richard aprendía no estaba tan estancado, la creatividad y el límite de la imaginación son clave en esta habilidad.

Cerró los ojos, y el rostro del golem se borró para ser una esfera de madera muy lisa, con orificios en la nariz, unos cuernos muy interesantes y llamativos en espiral, los dedos de las manos se unieron para formar una gran estaca filosa, en el área de las rodillas se formaron de igual manera unas estacas, con pies muy lisos, simulaba una especie de mantis religiosa y por último en la espalda estaban los ya mencionados picos de madera que lo hacían intimidante.

Lía contempló el cambio y lo felicitó— ¡muy bien Richard! Espero que te des cuenta de que cuando peleas contra alguien cuerpo a cuerpo tendrás toda la ventaja, ya que puedes moldearte a tu antojo, ahora intenta una última forma, pero esta vez prioriza la velocidad.

El chico se sintió seco del cerebro, apenas y había diseñado mentalmente una forma nueva y la maldita le pedía otra más, bajó los brazos y respiró para dar un gran suspiro.

— Velocidad, velocidad, agilidad, rapidez, ligereza, bien bien, ¡lo tengo! —.

En su mente recordó una película que vio recientemente, de temática japonesa, donde un clan de ninjas eran atacados y recurrieron a usar armaduras sagradas para defenderse, podían moverse ampliamente y muy rápido, la armadura no les quitaba velocidad, así que Richy proyectó esa armadura en su mente, y comenzó.

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Se descarapeló la madera de muchos lados, necesitaba perder peso, en su cabeza se redujo un casco que solo dejó ver su mirada, tapando su boca. Su cuello tenía madera muy fina, verde, para solo mantener la unión de la armadura, conducía a una pechera con hombreras de orillas muy finas y filosas, la pechera tenía protección hueca y después del diafragma tenía la misma textura del cuello, así como el inicio de los brazos, en los antebrazos creó una protección con una aleta de igual tamaño en los dos lugares, muy filosa. Las manos no estaban protegidas y sólo se le podían ver un par de katanas en cada mano, pudo hacerlas, de las cuales estaban gruesas del centro y muy finas de las orillas, algo había muy peculiar en las katanas, en las piernas sólo se veía protección como rodilleras y al inicio, las áreas desprotegidas tenían la madera verde muy suave, los pies tenían zapatillas puntiagudas y curveadas, de la parte en curva se veían ciertos picos de madera. En las orillas filosas se encargó de segregar una especie de líquido, un líquido verde claro, que no dejaba de gotear. En su cintura se podía ver un par de estrellas sueltas con la misma descripción de las katanas, listas para lanzar.

Lía observó todo y se arrepintió por un momento de haberlo subestimado, levantó su brazo varias veces alentándolo y aplaudió dos— ¡per-fec-to! lo que más me asombra es que hayas creado el veneno paralizante, lograste manipular la concentración de los líquidos, ven aquí para ver los detalles —.

Su mamá lo veía acercarse y la saludó con su mano, de igual manera ella respondió, se puso frente a la chica y se detuvo.

— Muy buenos detalles... —si tan sólo supiera que solo se copió de una original, tal vez no le sorprendería.

Richard se calló al suelo en cuclillas y la madera se hizo aguada y resbaló, dio convulsiones muy grandes y se llenó de escalofríos, uno más, hizo una pausa y concluyó con otro, entonces la transparencia se estaba yendo, puso las dos manos en el suelo y comenzó a sentir un gran escalofrío en su espalda, subía a los hombros y se apoderó de su cuerpo, después su piel se aclaró al grado de estar pálido, su mamá y Lía lo observaban, se miraron a los ojos y Meila confirmó con la cabeza.

Lía se fue corriendo, Richard se recostó en posición fetal y tembló, tembló bastante con frío muy intenso, su cabello se tornó gris y terminó siendo blanco, junto con sus cejas, frunció el ceño y sin comprender gritó— ¡¿qué es esto?! ¡¡tengo demasiado frío!! —su madre le ayudaba.

— ¡Piensa en cosas calientes, hijo! —Richy obedeció a su mamá y recordó días de calor en los que sales al aire libre, días en la playa con el sol abrazador, también se colocó en un desierto con altas temperaturas.

Logró detener el frío, pero no disminuirlo, exhalaba aire caliente que se lograba ver salir de su boca, acercándose era Lía con un frasco que no dudó en poner en los labios del chico— es agua volcánica de cardamomo, bébelo, en instantes sentirás los cambios —.

Tragó las últimas gotas y pasaron unos segundos en frío, el líquido en el estómago tomó voluntad propia yendo al intestino, de alguna manera fue digerido y transmitido por sus venas al corazón, una vez estando en el corazón se deshizo de la baja temperatura y transmitió la sangre de igual calidez por todo el cuerpo, poco a poco se sintió mejor y se puso de pie.

— ¿Qué fue lo que me diste? —le preguntaba a Lía aún sin comprender lo ocurrido.

— Agua volcánica de cardamomo, eleva la temperatura interna de tu cuerpo, lo malo es que no dura mucho tiempo —Richy abrió los ojos y se asustó— pero ya veré qué hago para conseguir más mientras estés en ese estado, no quiero que mueras congelado —.

Richard tuvo oportunidad de ver su cuerpo— ahora ¿Qué tengo? —Lía estaba viéndolo, tenía la piel muy pálida.

— Tienes el poder de los Darkfrost, supongo que ya sabrás de qué trata, necesitarás controlarlo porque serás como el rey midas del hielo.

Se vio las manos e intentó lanzar hielo, del cual no salió nada, Lía con su dedo y un movimiento rápido bajo la mano de Richy— es mejor que descanses, al siguiente día veremos cómo ayudarte —.

Richard se sintió muy raro, no podía tocar a nadie, ni nada porque sería congelado, tampoco sabía qué hacer para controlarlo y tenía miedo de que pasara algo malo.

En su cuarto, muy duro de la cama y la puerta en hielo se puso unos guantes gruesos para comenzar a hojear el libro de su padre, pensando en que tal vez vendría algo sobre este don.

Por otro lado, y en la noche, los clones de Fear llegaron a una preparatoria, olían las paredes hasta que llegaron a un jardín.

— Detecten las esencias mágicas de todo, y díganme si encuentran algo interesante.

Las copias estaban oliendo el sitio, hasta que llegaron a un gran árbol, tocaron la corteza y uno de ellos gritó hablándole a su jefe, éste acudió al instante.

— ¿Qué ocurre? —apuntó al árbol en el cual Fear lo inspeccionó, detectó un poco de actividad mágica, al parecer ellos no podían buscar las presencias mágicas, sólo los lugares y los restos en los que había.

— Nos quedaremos aquí un día, ¡tú! —hizo una pausa para apuntar al más cercano— ¡ve a darle el reporte al amo! —el contrario sólo se fue y emprendió el camino hacia donde Káiser.