La mamá de Richard estaba en la entrada de su casa, salió con una bolsa de tela para su mandado, llevaba un sombrero de paja un poco grande y lentes, no le gustaba el sol.
Por la ventana del frente Lía y richy la vieron irse cuando poco a poco salían con miedo a que regresara por algo típico de que se le olvidaron las llaves o cosas parecidas, si ella se enteraba que había faltado a la preparatoria le aguardaba un escarmiento que ni el fin de las eras sería suficiente para saldarlo.
Richard salió caminando para cruzar la calle, y Lía despreocupada caminaba anchamente en la calle.
— Lía, joder, sé más sutil —la chica escuchó y se rascó la barbilla confirmando que lo ignoró.
— Por cierto, ¿por qué no estás estudiando? sólo estás en tu casa —la chica lo escuchó y respondió sin pensar.
— En Rusia terminé mis estudios de magia, la cultura popular no es necesaria en mi familia —simplemente dio pauta para más preguntas.
Y abriendo la puerta le continuó sacando información, no quería dejarle nada a lo obvio ya que la magia no está hecha para escépticos.
— Entonces tus tíos son... hechiceros... ¿Igual que tú? —caminaban por el pasillo, rumbo a las escaleras.
— Por supuesto, sólo que ellos no hacen mucha de su magia porque es muy situacional, usamos fuego, lo controlan todo a distancia, pero consiguiendo alcanzarlos se vuelven vulnerables —distancia, esa palabra resonó en su cabeza y no pudo evitar decir.
—¿Te refieres a que se arrojan fuego?
—Sep, no solo llamaradas, también de diferentes estilos. El límite es tu entrenamiento, tu imaginación y tu esencia mágica. Aplica para todo.
Subieron las escaleras y entraron al cuarto, el álbum estaba arriba de su cama.
— Fácil, ahí está, es raro... yo lo había guardado.
Lo tomaron y se pusieron a analizarlo en el escritorio de su cuarto, en el mueble estaban retratos de su mamá y sus respectivas graduaciones, el jardín de niños, la escuela, secundaria, cada vez se distinguía un chico más feliz y después de la escuela, la secundaria reveló un chico con rostro neutral.
Decidieron mover el álbum, en el escritorio también había un estuche con muchos lápices de colores, una lámpara que no tardaron en encender y una jarra con agua que siempre tenía hielo y un par de vasos, aunque su hijo no estuviese, ella se cercioraba que siempre tuviera agua fresca, dicen que aclara las mentes. Lía observó la jarra, dio una lamida a su labio inferior y agregó.
—Tomaré un poco de agua de tu jarra, si no te molesta, no eh tomado nada, desde que llegaste no pude desayunar.
—Adelante, no hay problema —lo decía Richy mientras colocaba el libro en el centro del escritorio.
La joven colocó el vaso al lado del álbum de fotos después de darle un gran sorbo.
El chico levantó la pasta y comenzó con las primeras fotos— Lía ayúdame, tú sabes más de estas cosas mágicas, talvez él esté en un lugar conocido o usando algo relacionado —los dos continuaron hojeando las fotos pero no hallaban nada más que un apuesto hombre, bien vestido, de lentes y feliz de viajar por el mundo, al cabo de unos 20 minutos terminaron de ver las fotos, Lía estaba sirviéndose agua en el vaso y Richard cerró el álbum de golpe.
—¡Mi padre no fue mágico! es imposible que yo lo sea —el escritorio vibró por el golpe e hizo que el vaso se derramara sobre el libro, empapándolo de la pasta. Richard se exaltó y pronto se apresuró a quitar el álbum, Lía volteo los ojos y por si Richy le echaría la culpa estaba pensando en un contra comentario.
Con el agua impregnada en la portada el forrado comenzó a despegarse de una esquina, Richard el curioso lo vio y con dos dedos agarro la esquina y empezó a jalarla lentamente, poco a poco sin la portada se veía un título en la pasta, absorbiendo el agua y revelando lo que tenía oculto.
"Conjuros, hechizos y defensas contra la oscuridad
Autor: Ronald Starlight"
Richard quedó anonadado y volteo a ver a Lía que se sintió identificada con el título.
—Richard, ya se me hacía extraño que este "álbum" fuera relativamente grande a comparación con demás libros de fotos —richy movió la cabeza arriba y abajo y sin pensarlo abrió el libro.
—Y que lo digas —vio las fotos y se motivó a quitar una, las hojas fueron mojadas con más agua que no tardaban en revelar fragmentos de escritura, alcanzaba a leer una parte.
"Bienvenido al mundo sin igual, soy el investigador Ronald Starlight y tienes a tu disposición mi conocimiento".
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Terminó de leer, su corazón se agitó y comenzó a quitar todas las fotos de esa página, Lía no podía creer que ese autor terminará siendo padre de alguien como Richard, ella había seguido sus investigaciones acerca de la energía creada con fines malignos, manifestándose en oscuridad. No tuvo otra reacción más que continuar, ese chico estaba lleno de sorpresas. Se animaron a leerlo y cinco segundos después se escuchó el cerrar de una puerta, era su madre que terminaba de llegar, tenía tres bolsas llenas de abarrotes y cosas varias como artículos de limpieza y pan. Las bolsas parecían pesadas, pero la mujer no demostró fatiga al dejarlas en la mesa de la cocina.
—¡Es mi mamá! nos descubrirá y a mí me castigará de por vida... —la exaltación de Richard decayó con el decir de las palabras y miles de preguntas, más de las que ya tenía, aparecieron en su cabeza.
Hizo una mueca, cerró el libro y decidió bajar, con cada paso tenía una posible pregunta para su madre.
"Mamá ¿de casualidad mi papá fue mágico?, ¿Por qué no me lo has dicho?, sería sensacional que me dijeras que pasa..."
Lía le seguía y tenía el presentimiento que sería una discusión seria si su madre no le daba las respuestas necesarias.
Cuando dio vuelta su mamá estaba sentada en el comedor con los brazos postrados en la mesa, casi parecía que lo estaba esperando.
—Mamá... pensé que tenías cosas que acomodar del super... —Richard tenía otra clase de argumentos, pero su madre le dio otra nueva sorpresa.
—Fue muy fácil, ya terminé, ¿quieres sentarte? por favor —levantó la mirada y alzó un poco la voz sin querer gritar— y tú también, tú, Lía, por favor.
Los chicos se sentaron en la mesa y no sabían cómo comenzar a charlar, pero Lía tomó la iniciativa.
—Ya sabía que yo... —fue completado el comentario por la madre.
—¿Eres mágica?, claro, pero no pensé que fueras activa, los Bloodfire no suelen hacer cosas desde que les prohibieron acceso a la biblioteca del concejo mágico, al menos no tus tíos, ya sabes lo de tus padres.
La chica bajo la mirada y se sintió un poco expuesta.
—Sí, lo sé... quiero calificar mi examen para poder ayudarles —se observaron a los ojos, la chica con determinación y la mujer veía fuego en su mirada.
Richard las escuchó y en su mente ya no cabían más preguntas, quizá quería estallar en confusión, pero tomo un poco de cordura y preguntó entre dientes.
—Mamá... —hizo una pausa y la mujer lo miró—. ¿Me puedes decir qué está pasando aquí? —pensó en agregar una mala palabra como "qué cojones" o "qué mierda", pero aún tenía cordura, a casi resbalar de ella, pero la tenía.
La mujer cerró los ojos y estiró su brazo— préstame tu álbum de fotos, hijo —el joven le dio el álbum y ella lo comenzó a hojear.
Llegó a las últimas páginas mostrándole un retrato de un hombre— tu padre, fue un magnífico hechicero, el segundo mejor de todos en la historia, fue muy famoso entre nosotros por otorgarnos este libro y más de los que existen, con investigaciones que él experimentó en muchas ramas de la magia, especialmente en la magia oscura, ya que no sabemos exactamente su origen preciso—la mayor vio la imagen, sintió mucha nostalgia, su rostro se frunció y lágrimas comenzaron a brotar—. Tu padre intentó detener a un fuerte hechicero, el más fuerte conocido, pero desapareció después de enfrentarlo. Esto nunca tenía pensado decírtelo, pero era inevitable, la magia es incontenible, estamos bajo vigilancia del consejo mundial de magia, ya que piensan que yo lo estoy ocultando.
Pasó saliva y sorbió la nariz, se tranquilizó un poco y continuó— no quería que supieras esto porque tengo miedo de que corras peligro, hijo.
Lía pensó en algunas posibilidades de los efectos secundarios del ritual, escuchaba a la mujer y comprendió, algo parecido le sucedió a ella, el que sus padres la trajeran con sus tíos por quererla proteger.
El joven vio a su madre llorar y logró digerir mentalmente todo por el bien de ella, era un poco fácil con lo que le estuvo pasando días anteriores—. Está bien mamá, ahora todo lo veo claro Richy suspiró y estiró su mano para agarrar la mano de su madre.
La señora sintió una mano cálida y abrió los ojos para ver a su hijo, los ojos de Richard emanaban luz azul, nuevos poderes vendrían.
De las paredes, el suelo y del lavabo emergía agua, lentamente se materializaba y flotaba saliendo de los drenajes. Richard estaba sintiendo la mano de su madre y estaba con los ojos cerrados terminando de asimilar todo lo que le contó, sintió una armonía con su mente de forma momentánea y lentamente abrió los ojos.
Las dos mujeres estaban petrificadas de asombro, el muchacho las vio a los ojos, mientras que con su lenguaje corporal y sin hablar le pidieron que volteara al techo. Observó una acumulación de agua que flotaba extendida en toda la parte superior de la cocina, volaba majestuosamente y la luz se filtraba atreves de todo ese líquido, después de contemplarla, rápidamente se asustó, sintió miedo y como si se tratara de una palanca, fue accionada soltando todo el líquido que empapó a los tres. Para sorpresa de su madre, le generó confusión.
—Pero... nosotros solo podemos usar magia de luz... ¿Cómo es eso posible? ¡acabas de hacer levitar el agua!
Lía se preocupó y decidió confesarlo todo.
—Un error mío... señora, lo expuse al Shadow's Destiny, el... conjuro.
Mucha preocupación llenó a la madre y en ese momento como nunca en su vida, se estiró para abrazar a su hijo.
—¿¡Cómo te sientes, Richard!? ¿Estas bien? ¿Cuándo fue que sucedió?
La mujer se desesperaba cada vez más y Lía decidió ser completamente transparente.
—Lleva poco mas de dos semanas, mire, estoy llevando un control sobre los poderes que le están dando y también unos efectos secundarios que no tenía contemplados, sé que es un tabú, pero yo no lo obligué. Yo iba a hacer el conjuro sola, pero él me siguió y sufrió el ritual.
—¿¡Estas completamente consiente de lo grave que es realizar este ritual!?
—¡Mis padres necesitan mi ayuda, yo necesitaba hacer esto, no él! pero algo esta muy extraño, yo pensé que me darían todos los poderes, pero él enfrenta otras cosas nuevas, que solo veía en niños que apenas aprendían a usar la magia, pero a un nivel peligroso.
La mujer al escuchar las palabras de Lía pudo tranquilizarse, Richard las estaba escuchando y comenzaba a entrar en pánico, desconocía absolutamente en lo que se había metido, en todo el universo en el que se había metido.
—Esta bien... Esta bien —la señora se terminó de calmar—. Esto es preocupante, nosotros solo sabemos usar magia de luz y fuego, podremos educarlo a usar nuestra magia, pero ¿y qué hay de la demás?
—En mi habitación he estado leyendo las habilidades básicas de cada facción y sé qué se debe hacer, me estuve preparando para todo esto, solo que no tenía esperado que la persona que tendría los poderes sería otra.
Las dos mujeres se vieron a los ojos y coincidieron en pensamientos de que Richy debía controlar sus habilidades actuales y las que estaban por venir.